Una joven conducía junto
con su padre. Se toparon con una tormenta, y la joven le preguntó
-¿Qué debo hacer?
-Sigue conduciendo
Los coches empezaron a orillarse hacia afuera de la carretera, la tormenta estaba empeorando.
-Qué debo hacer
-Sigue conduciendo
A unos cuantos metros, se dio cuenta de que un trailer también se estaba orillando.
-Debo detenerme, apenas puedo ver adelante. ¡Es
terrible, y todo el mundo se está orillando!-Sigue conduciendo
Los coches empezaron a orillarse hacia afuera de la carretera, la tormenta estaba empeorando.
-Qué debo hacer
-Sigue conduciendo
A unos cuantos metros, se dio cuenta de que un trailer también se estaba orillando.
-¡No te rindas, sigue conduciendo!
Ahora la tormenta era terrible, pero ella nunca dejó de conducir, y pronto pudo ver un poco más claramente. Después de un par de kilómetros volvió a estar en tierra firme, y salió el sol.
-Ahora puedes parar y salir
-¿Pero por qué ahora?
-Cuando salgas, mira atrás a todas las personas que se rindieron y todavía están en la tormenta, porque nunca te rendiste, tu tormenta ha terminado.
mmm no lo veo muy aconsejable ese ejemplo jaja... la moraleja está bien pero así paso...
ResponderEliminarSi por no parar se llega a pegar una galleta, al no rendirse lo hubieran llamado tozudez.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tú mira hacia atrás y ríete.
ResponderEliminarSaludos,
J.