– ¿Y qué es lo que vamos a hacer
con una mujer bonita? Necesitamos una mujer que cuide la casa y produzca hijos
mientras trabaja en los campos. ¿Hará estas cosas una mujer bonita?
¡Se pasará el tiempo pensando en
vestidos que hagan juego con su cara! No; de ninguna manera ha de haber una
mujer así en nuestro hogar. Nosotros somos gente trabajadora.
Además, ¿quién ha oído hablar de
una esclava hermosa y perteneciente a una gran casa, que fuera virgen? Todos
los jóvenes señores se habrían servido ya de ella, y mejor es ser el primero
con una mujer fea que el centésimo con una beldad. ¿Te imaginas que a una mujer
bonita le parecerían tus manos de campesino tan agradables como las manos
suaves del hijo de un rico, y tu cara, negra del sol, tan hermosa como la piel
dorada de los otros que antes que tú han buscado en ella su placer?
Wang Lung comprendió que su padre
tenía razón, pero, así y todo, tuvo que luchar consigo mismo antes de
contestar. Y al hacerlo, dijo violentamente:
–Al menos, no quiero una mujer
picada de viruelas o que tenga el labio superior hendido.
–Veremos lo que hay para escoger.
Pearl Buck ganó el premio Nobel de literatura y vivió buena parte de su vida en China.
ResponderEliminarHace mucho que leí este libro.
Besos, Chaly.
¡Vaya tela!!!!
ResponderEliminarCreo que fue el primer libro que leí, ¡vaya tela!
Muy bien escrito, pero es una machistada de libro. Lo que menos importa es el amor!😌
ResponderEliminarQue vaya pasando el ganado, a ver qué res me conviene más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me has despertado las ganas de volver a leerlo, creo que ahora soy capaz de entender mucho más que cuando era una adolescente que leía todo lo que encontraba en la biblioteca exigua de mi abuelo.
ResponderEliminarUn beso
Pues yo no lo leí. Habrá que buscar solución a eso no ?
ResponderEliminarBesitos :)
Pues yo, no lo he leído.
ResponderEliminarAbrazo.
Muchos piensan lo mismo. Pero hoy día hastablas feas tienen más de un centésimo.
ResponderEliminarSaludos.