lunes, 31 de julio de 2023

0730: chistes para parejas

 Un marido le dice a su mujer: 

"¿Por qué no me dices cuándo llegas al orgasmo?"

"Porque no me gusta llamarte cuando estás en el trabajo".


"¿Cuántas veces haces deporte a la semana?". 

"¿Hacer el amor cuenta como deporte?". 

"Sí". 

"Pues entonces, ninguna".


¿Te vienes a una orgía esta noche?". 

¿Y cuánta gente habrá?". 

"Pues si te traes a tu mujer, tres".


“Ayer le hice tan bien el amor a mi mujer que el Cristo que tenemos en la pared acabó aplaudiéndome". 

"¡Eso no es nada! Yo anoche se lo hice tan bien a mi mujer que el cuadro de La última cena acabó haciéndome la ola".


Un padre a su hijo: 

Existen tres tipos de tetas: melones, peras y cebollas". 

"Papá, no conozco la tercera"

"Esas son las de tu madre, que cada vez que las veo me hacen llorar"


Una mujer le pregunta a su amiga: 

"¿Por qué tu marido es tan puntual cuando vuelve a casa del trabajo?"

"He establecido una regla muy sencilla: El sexo empezará a las 7 de la tarde en punto, esté él o no".


Una amiga le dice a otra: 

"¿Cómo te fue de luna de miel?". 

"Ay, pues, dentro de lo que cabe... bien, pero donde no cabe, ¡cómo duele!".


¿En qué se parecen una partida de cartas y la masturbación? 

En que si tienes una buena mano no importa lo que haga tu pareja.


“Mari, te la voy a meter hasta el fondo". 

"Joder Pepe, qué poco romántico eres". 

"Mari, a la luz de la luna, te la voy a meter hasta el fondo".


El marido a su mujer: 

"Esta noche voy a amarte". 

"¡Por mí como si te vas a Saturno!".


En la consulta del médico.

"Ahora mismo no tenemos viagra de 50mg, le voy a dar la de 100mg y esta noche la parte en dos". 

"¡¿A mi mujer?!". 

"No hombre no, a la pastilla".


¿De qué ha muerto mi mujer, doctor?". 

"De fallo multiorgánico". 

"¡Qué cabrona! Conmigo los fingía…".

viernes, 28 de julio de 2023

0729: Las Mujeres que dicen...

 Las Mujeres que dicen... YA NO TE QUIERO PERO ME QUEDO POR MIS HIJOS Se les llama PRESAS

Porque viven en una cárcel llamada CONVIVENCIA.

Las Mujeres que dicen... HACE TIEMPO ME HUBIERA IDO PERO NO TENGO A DÓNDE IR Se les llama SIN HOGAR.

Porque lo que antes era un hogar se convirtió en un REFUGIO.

Las Mujeres que dicen... HAS DE TU VIDA LO QUE TÚ QUIERAS, A MI YA NO ME IMPORTA, CON TAL QUE CUMPLAS CON LA CASA"

Se llaman CONVENIDAS.

Porque hace rato que sólo se QUEDAN por la COMODIDAD o por PLATA.

Las Mujeres que dicen... YO NUNCA TE VOY A PERDONAR LO QUE ME HICISTE Se llaman VENGADORAS

Porque en cada pelea recordarán con sumo dolor que el único culpable de todo es el MARIDO.

Las Mujeres que dicen... ESTOY CANSADA, ABURRIDA, YA NO SÉ LO QUE SIENTO POR TI Pero cuando hay que ir de shopping son las primeras en producirse.

Se llaman FLOJAS. Porque creen que la vida de pareja solo es ROMANCE y COMPRAS.

Y las que dicen frescamente y hasta cierta alegría camuflada ÉL HACE SU VIDA Y YO LA MÍA, ASÍ NADIE MOLESTA A NADIE"

Se llaman INFIELES.

Porque cada uno juega a la familia unida pero su mundo sexual y romántico es con OTRO.

Y por último están las que dicen: MIS HIJOS SON PRIMERO, SINO YA ME HUBIESE SEPARADO HACE RATO, PERO POR ELLOS ME SACRIFICO" Se les llama MÁRTIRES

En cambio yo les llamo MIEDOSAS. Miedo a quedarse SOLAS. Miedo a SUFRIR si dejan la comodidad. Miedo a volver a TRABAJAR.

Miedo a que no les ALCANCE LA PLATA. Miedo a volver a EMPEZAR.

Se sienten sin fuerzas.

Se sientes viejas o feas.

Se sienten morir con solo pensar que se tienen que separar.

Hay MUJERES VALIENTES que construyen su propia vida sin temor a fracasar y luchando por ser auténticamente FELICES.

¡Ellas lo lograron! Ahora viven solas y con un nuevo y mejor amor.

Ahora aprendieron a trabajar y valerse por ellas mismas.

Y lo mejor es que sus hijos no ven a una madre infeliz, ni una madre sola que todos los días decía "ESTOY HARTA" o "ERES MALO" al marido, cuando en realidad ellas eran cómplices de tanta desdicha.

miércoles, 26 de julio de 2023

0728: ANUNCIOS CLASIFICADOS

 Aviso publicado por la solicitante:

“Soy una chica hermosa (yo diría que muy hermosa) de 25 años, bien formada y tengo clase. Quiero casarme con alguien que gane como mínimo medio millón de dólares al año.

Estuve de novia con hombres que ganan de 200 a 250 mil, pero no puedo pasar de eso, conozco a una mujer, de mi clase de yoga, que se casó con un banquero y vive en Tribeca, y ella no es tan bonita como yo, ni es inteligente.

Entonces, ¿qué es lo que ella hizo y yo no hice? ¿Cómo puedo llegar al nivel de ella?

Rafaela S.”


Respuesta:

“Leí su consulta con gran interés, pensé cuidadosamente en su caso e hice un análisis de la situación. Primeramente, no estoy haciéndole perder su tiempo, pues gano más de 500 mil por año.

Aclarado esto.

Lo que Ud. ofrece, visto desde la perspectiva de un hombre como el que Ud. busca, es simplemente un pésimo negocio. Pues con seguridad, su belleza va a decaer, y un día va a terminar, y lo más probable es que mi dinero continúe creciendo.

En términos económicos, Ud. es un activo que sufre depreciación y yo soy un activo que rinde dividendos. Aclarando más, Ud. tiene hoy 25 años y va a continuar siendo linda durante los próximos 5 a 10 años. Esto quiere decir, que Ud. está hoy en “alza”, en la época ideal de ser vendida, no de ser comprada.

Usando el lenguaje de Wall Street, quien la tiene hoy la debe de tener en “trading position” (posición para comercializar), y no en “buy and hold” (compre y retenga), que es para lo que Ud. se ofrece. Por lo tanto, todavía en términos comerciales, el casamiento (que es un “buy and hold”) con Ud. no es un buen negocio a mediano o largo plazo, pero alquilarla puede ser en términos comerciales un negocio razonable que podemos meditar y discutir usted y yo.

En resumidas cuentas: como comprarla es un mal negocio, por su devaluación creciente, le propongo alquilarla por el tiempo en que el material esté en buen uso.

Esperando noticias suyas, me despido cordialmente.

Un millonario.”

martes, 25 de julio de 2023

0727: Los trece principios para vivir bien o vivir en plenitud

 1-Suma Manq’ aña: Saber comer, saber alimentarse, no es equivalente a llenar el estómago; es importante escoger alimentos sanos, cada luna nueva se ayuna; y en la transición del mara (ciclo solar) se debe ayunar cinco días (dos días antes y dos días después del Willka Ura (día del sol Solsticio de Invierno). En la cosmovisión andina todo vive y necesita alimento, es por eso que a través de las ofrendas damos alimentos también a la Madre Tierra, a las montañas, a los ríos. La Madre Tierra nos da los alimentos que requerimos, por eso debemos comer el alimento de la época, del tiempo, y el alimento del lugar.

2-Suma Umaña: Saber beber. Antes de beber se inicia con la ch’alla, dando de beber a la Pachamama, a los achochillas, a las awichas. Beber, tomar, ch’allar completarse (chuymar montaña, chuymat apsuña, chuymat sartaña jawirjam sarantañataki) entrar al corazón, sacar del corazón y emerger del corazón para fluir y caminar como el rio.

3-Suma Thokoña: Saber danzar, entrar en relación y conexión cosmotelúrica, toda actividad debe realizarse con dimensión espiritual.

4-Suma Ikiña: Saber dormir. Se tiene que dormir dos días, es decir dormir antes de la media noche, para tener las dos energías; la de la noche y la de la mañana del día siguiente, la energía de dos días. En el hemisferio sur se tiene que dormir la cabeza al norte, los pies al sur, en el hemisferio norte la cabeza al sur y los pies al norte.

5-Suma Irnakaña: Saber trabajar. Para el indígena originario el trabajo no es sufrimiento, es alegría, debemos realizar la actividad con pasión, intensamente (Sinti pacha).

6-Suma Lupiña: Saber meditar, entrar en un proceso de introspección. El silencio equilibra y armoniza, por lo tanto el equilibrio se restablece a través del silencio de uno (Amiki) y se conecta al equilibrio y silencio del entorno, el silencio de uno, se conecta con el silencio del entorno (Ch’uju) y como consecuencia de esta interacción y complementación emerge la calma y la tranquilidad.

7-Suma Amuyaña: Saber pensar. Es la reflexión, no sólo desde lo racional sino desde el sentir; uno de los principios aymaras nos dice: jan piq armt’asa chuman thakip saranlañani (sin perder la razón caminemos la senda del corazón).

8-Suma Munaña, Munayasiña: Saber amar y ser amado, el proceso complementario warmi chacha, el respeto a todo lo que existe genera la relación armónica.

9- Suma Ist’ aña: Saber escuchar. En aymara ist’aña no sólo es escuchar con los oídos; es percibir, sentir, escuchar con todo nuestro cuerpo; si todo vive, todo habla también.

10-Suma Aruskipaña: Hablar bien. Antes de hablar hay que sentir y pensar bien, hablar bien significa hablar para construir, para alentar, para aportar, recordemos que todo lo que hablamos se escribe en los corazones de quienes lo escuchan, a veces es difícil borrar el efecto de algunas palabras; es por eso que hay que hablar bien.

11-Suma Samkasiña: Saber soñar. Partimos del principio de que todo empieza desde el sueño, por lo tanto el sueño es el inicio de la realidad. A través del sueño percibimos la vida. Soñar es proyectar la vida.

12-Suma Sarnaqaña: Saber caminar. No existe el cansancio para quien sabe caminar. Debemos estar conscientes de que uno nunca camina solo; caminamos con el viento, caminamos con la Madre Tierra, caminamos con el Padre Sol, caminamos con la Madre Luna, caminamos con los ancestros y con muchos otros seres.

13-Suma Churaña, suma Katukaña: Saber dar y saber recibir. Reconocer que la vida es la conjunción de muchos seres y muchas fuerzas. En la vida todo fluye: recibimos y damos; la interacción de las dos fuerzas genera vida. Hay que saber dar con bendición, saber dar agradeciendo por todo lo que recibimos. Agradecer es saber recibir; recibir el brillo del Padre Sol, la fuerza de la Madre Tierra, fluir como la Madre Agua y todo lo que la vida nos da.

lunes, 24 de julio de 2023

0726: humor negro

1.

¿Cómo mueren las estrellas?

Por sobredosis.

2.

A mis familiares mayores les gustaba burlarse de mí en las bodas, diciendo que sería el siguiente. Pero dejaron de hacerlo cuando empecé a hacer lo mismo en los funerales

3.

Quiero morir mientras duermo, como mi abuelo. No gritando, como los pasajeros de su avión.

4.

No necesitas un paracaídas para hacer paracaidismo. 

Necesitas un paracaídas para hacer paracaidismo dos veces.

5.

Padre: María, fríele un huevo al niño.

Niño: 'Ayyyyy!

6.

Hay gente que no sirve para nada pero que pueden hacerte reír. Por ejemplo, cuando los empujas por las escaleras.

7.

Mamá, ¿puedo rebañar la taza?

Vale, pero antes tira de la cadena.

8.

¿Cuál es el colmo de la autodestrucción? 

Un leproso epliéptico.

9.

El perro de mi novia murió y le compré uno idéntico. Se enfadó y me dijo: ¿qué voy a hacer con dos perros muertos?

10.

Estaba cavando un hoyo en nuestro jardín y encontré un cofre lleno de monedas de oro. Quería ir corriendo a casa a contárselo a mi marido. Entonces recordé por qué estaba cavando un hoyo en nuestro jardín.

11.

Si no tienes éxito a la primera, el puenting no es lo tuyo.

12.

¿De qué color era el coche de Lady Di? Negro estampado.

13.

Doctor, ¿tendré cura?

Por supuesto, cura, misa y funeral.

14.

Papá, ¿qué es el humor negro?

¿Ves ese hombre sin brazos? Dile que aplauda.

Pero soy ciego.

Pues eso.

15.

El humor negro es como los esclavos, hoy en día pocos tienen. 

viernes, 21 de julio de 2023

0725: Chabelita

 ¡Para los que nunca han ido con Chabelita hay les va, para que no se sorprendan!

El otro día fui al puticlub Chabelita para desaburrirme un rato, cuando llegué al lugar observé dos puertas y en cada una había un letrero, de un lado decía:

“Si es viejo entre por esta puerta, en la otra decía si es joven entre por aquí”

¡Pensé!.. No soy tan joven pero tampoco tan viejo, bueno me voy a meter en la puerta de los viejitos para llevármela suave, cuando entré vi dos puertas y un letrero que decía:

“Si lo tiene grande entre por esta puerta y si lo tiene chiquito entre por aquí” y dije: Pues me voy por la que lo tienen chiquito pues ya para que presumir. Cuando nuevamente entré me encontré con dos puertas más y un letrero que decía:

“Si tiene mucho dinero, entre por esta puerta y sino, entonces entre por esa otra."

Y pues decidí meterme a la puerta de los que no tienen dinero, al cruzar la puerta me di cuenta que salía a la calle de nuevo y sorprendido voltie a ver y sobre la pared había un letrero que decia:

“si ya estas viejo, lo tienes chiquita y no traes dinero, ¿¡que carajos vas a hacer aquí!?

jueves, 20 de julio de 2023

0724: Frases de Les Luthiers.

1. No soy un completo inútil. Por lo menos sirvo de mal ejemplo.

2. La confusión esta clarísima.

3. La verdad absoluta no existe, y esto es absolutamente cierto.

4. Hay un mundo mejor… pero es carísimo.

5. De cada diez personas que ven televisión, cinco son la mitad.

6. Era conocido como el ‘Cervantes’ de la guitarra… porque era manco.

7. Pez que lucha contra la corriente muere electrocutado.

8. Es bueno dejar el trago, lo malo es no acordarse donde.

9. Lo importante es el dinero, la salud va y viene.

10. Si un pajarito te dice algo, debes estar loco porque los pájaros no hablan.

11. Trabajar nunca mató a nadie… pero para qué arriesgarse.

12. Un suicida es alguien que se quita la vida a “sui” mismo.

13. El dinero no hace la felicidad; la compra hecha.

14. Muchas parejas no pueden tener hijos por diversos motivos. Uno de los más frecuentes es porque no se conocen.

15. La inteligencia me persigue, pero yo soy más rápido.

16. Felices los que nada esperan, porque nunca serán defraudados.

17. Lo triste no es ir al cementerio, sino quedarse.

18. De no ser por nuestra acción de gobierno nuestras calles estarían llenas de pornografía, de corrupción, de violencia… ¡de gente!

19. Si no ganamos, estamos perdidos.

20. Los honestos son inadaptados sociales.

21. Una mujer me arrastró a la bebida… y nunca tuve la cortesía de darle las gracias.

22. En cada madre hay una suegra en potencia.

23. No es cierto que todos los negros son maltratados en EE.UU., algunos negros son maltratados en otros países.

24. No te metas en el mundo de las drogas. Ya somos muchos y hay muy poca.

25. Estados Unidos es el artífice de nuestra actual democracia… y de nuestras anteriores dictaduras.

26. No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella.

27. Mátate estudiando y serás un cadáver culto.

28. Lo importante no es ganar, sino hacer perder al otro.

29. Mi esposa me dijo: “pronto seremos tres”. Iba a tener un amante.

30. La pereza es la madre de todos los vicios, y como madre hay que respetarla.


miércoles, 19 de julio de 2023

0723: amigos que duran toda la vida y otros caigan en el grupo de reemplazables

 Cada ser humano tiene una huella social que lo lleva a sentirse más atraído a entablar amistad con ciertas personas que con otras. Estas características hacen que algunos amigos duren toda la vida y otros caigan en el grupo de reemplazables.

Estos son los cinco hallazgos más interesantes del experto sobre la amistad.

1. ¿Un millón de amigos?: aunque es un título lindo para una canción, no hay la menor posibilidad de que un ser humano logre manejar un número de amistades superior a este. Según Dunbar los humanos son un especie social, pero el manejo de las amistades requiere de mucha energía y sobre todo, de tiempo, que en los humanos es limitado. Además, como sucede con otros primates, el tamaño de las redes sociales depende de la talla de su cerebro. Según Dunbar, “solo podemos relacionarnos de una manera significativa con otros 150 personas”. No importa que tan social sea la persona, ese es el límite. Además de eso, mientras más amigos tenga una persona más dificultad hay de que todos ellos sean íntimos o cercanos. Por eso el dice que del alma solo hay cinco. “Yo los llamo ‘hombros en los cuales llorar’: son los únicos que dejan de hacer lo que sea por darle un abrazo o le ofrecerán de manera incondicional dónde estar cuando usted este en el peor momento”.

2. Cada cual tiene una huella personal que lo condiciona a tener ciertos amigos: Esa huella determina la forma como crea y desecha amistades. Según investigaciones recientes el grupo de 150 amigos tiene muchas capas y cada una contiene otro número definido de amistades: los que están en la parte más afuera del círculo son los llamados conocidos, gente a la cual uno le sabe el nombre y con la que puede conversar pero que no hace parte del circulo más cercano. Ni siquiera del grupo de simpatía, es decir, aquellos que gozan de nuestro cariño pero que tampoco hacen parte del círculo más intimo. De esos son solo 15 y se caracterizan porque, como su nombre lo indica son de nuestra total simpatía, pero no tan cercanos como los cinco del centro. Están los buenos amigos, que para Diunbar no pasan de 50 personas y en ese se ubican aquellas personas, colegas, profesores que son conocidos y cercanos pero no son un hombro en quien llorar. El tipo de amigos que la persona hace está asociado a la frecuencia del contacto, a los niveles de cercanía emocional entre cada uno y a la confianza que podría haber para pedirles ayuda en determinado momento. “Todas sus amistades hablan de alguna manera de quien es usted”, dice Dunbar. La edad afecta el número de amigos, así como la personalidad. Una persona introvertida prefiere más lazos débiles que fuertes. Los extrovertidos no dedican más tiempo a las amistades solo prefieren distribuir su tiempo entre un mayor número de personas.

3. Todos los amigos importan, hasta los llamados conocidos: familia y amigos son las dos grandes esferas que rigen la vida social de cada persona, pero curiosamente la gente le da prelación a los amigos más que a la familia. Aún así, lo primero que la gente hace es darles un puesto a los familiares entre esas 150 miembros de la red. Por eso la gente que viene de una familia numerosa tiende a tener menos amigos que no tienen ningún vinculo familiar con ellos. El circulo siguiente Lo interesante de los hallazgos de Dunbar es que cualquiera de estos círculos son importantes para las personas y se extrañan tanto los más cercanos como los que están en el círculo exterior. Incluso muchos han encontrado que los lazos más débiles, con un taxista, o con el empleado de una tienda, que son encuentros pasajeros pero cruciales para la autoestima y el bienestar. Todos ellos impactan en nuestras posibilidades de sobrevivir, de prevenir ataques y derrames y de vivir más. Por eso nos salvan. Entre más frecuencia tenga de verse con los amigos, mejor será esta prevención. Aún más, los investigadores Nicholas Christakis y James Fowler encontraron que su riesgo de ser feliz, deprimido u obeso en el futuro está asociado a esas mismas variables en sus mejores amigos. Por eso la gente feliz anda con gente feliz y la triste con gente infeliz.

4. La regla de los 30 minutos: Las interacciones de la gente con sus amigos no tienen que ser cara a cara, aunque durante la mayor parte de la evolución humana, la gente vivió en la misma aldea que sus amigos y familiares. Sin embargo, hoy los círculos sociales están mucho más dispersos geográficamente. En este tipo de redes sociales esparcidas en un espacio físico, Dunbar menciona un efecto muy fuerte llamado la regla de los 30 minutos. Esta regla dicta cuánto tiempo está dispuesto a viajar usted para ir a ver a alguien. No importa mucho si es a pie, en bicicleta o en coche: lo que cuenta es el significado psicológico del tiempo que lleva en dicha movilización. Lo más sorprendente es que, según revelan sus investigaciones, también es más probable que la gente llame o envie mensajes de texto a nuestros amigos si viven cerca. Un estudio encontró que la frecuencia del contacto telefónico entre amigos disminuye gradualmente a medida que viven más separados, con una caída brusca a los 160 kilómetros.

5. 3.5 horas al día es el tiempo que pasamos con los amigos: según estudios de Dunbar, la gente dedica en promedio 20 por ciento de su tiempo a la amistad. Eso signifca que a diario la gente pasa 3.5 horas al día con otras personas ya sea hablando, comiendo o sentado en un contexto social. “Es así en varias culturas y tipo de economía”, dice Dunbar, Aunque parece mucho tiempo, significa que si tienen 150 personas en su listado cada una recibe apenas 1 minuto y 45 segundos cada dia. Pero la gente no distribuye el tiempo entre ellos en forma equitativa. Cerca de 40 por ciento del tiempo social (17.5 minutos) de una persona se va en los cinco mejores amigos de su circulo intimo. Otro 20 por ciento (4.5) se le da al siguiente grupo, el que Dunbar llama de simpatía. Los 135 que restan son los que están en los dos círculos externos y a ellos se les gasta apenas 37 segundos del día. Lo importante es saber que para mantener una amistad hay que aceitarla. Eso se hace dedicandoles tiempo.

martes, 18 de julio de 2023

0722: "látigo de la Familia Real"

 Una de las sorpresas de estas elecciones la ha dado el jubilado juez Castro, que saltó a la fama mundial por mandar a la Infanta Cristina al banquillo y a Urdangarin al trullo. El instructor del caso Nóos se ha lanzado a la piscina a sus 76 años, presentándose en la lista de Sumar por Baleares. Aseguran que ha sido una incorporación directa de Yolanda Díaz y, aunque es un gesto testimonial pues al cerrar candidatura sus posibilidades de salir diputado son nulas, su imagen de "látigo de la Familia Real" da fuste a la formación. Ya en 2015 Pablo Iglesias le ofreció ir en la lista de Podemos, pero Castro lo declinó ante su decisión de reincorporarse a la judicatura, según reveló el líder podemita: "Me dijo que si no le quedara trabajo por hacer como juez, sería un honor ir en nuestra candidatura".

Pese a que tras su jubilación en 2017 el magistrado reiteró que no se dedicaría a la política y en su entorno aseguraban que era "apolítico", sus convicciones republicanas y su escaso afecto monárquico eran del dominio público. También su vocación de juez "Robin Hood", protector del débil frente al poderoso, y decidido caiga quien caiga a meter en prisión "no solo a los de siempre". En una reciente entrevista en la televisión balear, afirmó que le gustaría ser recordado no por mediáticos casos como Palma Arena, que llevó a la cárcel al presidente Jaume Matas o Nóos, donde por vez primera se imputó a una Infanta de España, sino por "proteger al pequeño ciudadano de los abusos de gigantes como las eléctricas, los bancos o las multinacionales de telefonía". Sorprendió también al expresar su admiración humana por "la Paca", famosa "capo" mallorquina del narcotráfico, actualmente en prisión, "una mujer equivocada en la vida, pero con gran categoría humana".

El rigor con que trató a la Infanta Cristina, a la que imputó dos veces aunque en el juicio salió absuelta, le provocó muchas críticas, por lo que se tildó de "manía persecutoria". También la enemistad con su íntimo, Pedro Horrach, fiscal del caso Nóos que paradójicamente defendió a la Infanta, calificando las acusaciones de Castro "de suposiciones basadas en la rumorología". Algo que dolió sobremanera al juez, que contraatacó sugiriendo que al fiscal le movían "motivos bastardos", o sea, que actuaba al dictado de la Casa Real y el Gobierno.

Un duro episodio que hoy queda en el recuerdo de Pepe, como le gusta que le llamen, así como muchas vivencias, plasmadas en su libro de memorias Barrotes Retorcidos, publicado en 2022.

Nacido en Córdoba en diciembre de 1947, dice que le hubiera gustado ser camionero, pero se hizo funcionario de prisiones, ingresando posteriormente en la judicatura en 1976, y tras ser destinado en Dos Hermanas, Arrecife de Lanzarote y Sabadell, aterrizó en 1985 en Mallorca "un buen lugar para vivir", asegura, y allí se quedó. Se estrenó resolviendo conflictos laborales en la Magistratura de trabajo hasta que en 1990 recaló en el juzgado número 3 de instrucción de Palma, donde se convirtió en "juez estrella" al protagonizar casos de corrupción tan mediáticos, como Calvia, Palma Arena o Nóos.

Era habitual verle llegar a los juzgados en su moto BMW de gran cilindrada, que en 2014, tras sufrir un accidente en el que se rompió varias costillas, sustituyó por la bici. También practicaba el kendo -la lucha japonesa- pero hoy se limita a caminar por prescripción médica y a hacer gimnasia en casa.

No han sido los únicos cambios en su existencia tras convertirse en "jubilata" como se define, y aparcar 40 años de carrera, aunque sigue residiendo en El Molinar, Portixol, donde se instaló en 1985 con su mujer, de la que está divorciado. Actualmente tiene una novia con la que no convive y buenos amigos, la mayoría de la Judicatura, con los que acude a bares de la zona a degustar pescado fresco, su favorito. Aseguran que cuando se quita la toga, Pepe Castro es un hombre divertido, cariñoso y con sentido del humor, pero también muy temperamental, que en la Judicatura era temido por su rigor y fuertes convicciones, de las que nadie le movía.

Cerca de él viven también sus hijos, David, Daniel y José, los tres licenciados en Derecho, y sus cinco nietos, con los que ejerce de abuelo lo justo. Son ellos los que más disfrutan de la lancha que adquirió, una soleil, pues aunque el ex magistrado tiene título de patrón de yate, reconoce que no sabe navegar. En cambio, se le da bien escribir y tras publicar el año pasado sus memorias, ahora prepara otro libro que pronto vera la luz. También le gusta leer, sobre todo ensayos y libros con contenido, como El Quijote, uno de sus favoritos, y escuchar música de Sabina.

Incluso tras abandonar la Judicatura, pese a que nunca hacía declaraciones en prensa cuando estaba en activo, sorprendió estrenándose como tertuliano en el programa Els Matins de la televisión balear. Ahora ha regresado al foco público como candidato del Sumar de Yolanda Díaz. Según su entorno, "es un hombre con grandes inquietudes, que echa de menos su vida de juez, porque le encantaba, e intenta llenar ese vacío manteniéndose activo".

domingo, 16 de julio de 2023

0721: El fantasma provechoso

 "Había una vez un caballero que poseía una casa muy muy vieja, construida aprovechando los restos de un antiguo monasterio. El caballero decidió que quería derruirla, pero sin embargo consideraba dicha tarea implicaría demasiado esfuerzo y dinero, y empezó a pensar en alguna manera de lograr hacerlo sin que le supusiera a él ningún costo.

El hombre decidió entonces crear y empezar a difundir el rumor de que la casa estaba encantada y habitada por un fantasma. Elaboró también con sábanas un traje o disfraz blanco, junto a un artefacto explosivo que generara una llamarada y dejara tras de sí olor a azufre. Tras contar el rumor a varias personas, entre ellas algunos incrédulos, les convenció de que acudieran a su casa. Allí activó el ingenio, provocando que los vecinos se asustaran y creyeren que el rumor era cierto. Poco a poco más y más gente iría viendo a dicho ente espectral, y el rumor fue creciendo y extendiéndose entre los lugareños.

Tras ello, el caballero extendió también el rumor de que el motivo de que el fantasma estuviera allí podría ser el hecho de que hubiese en la casa un tesoro escondido, así que en poco tiempo empezó a excavar para encontrarlo. A pesar de que no lo hacía, los vecinos empezaron también a creer que sí podía haber algún tesoro en el lugar. Y un día, algunos vecinos le preguntaron si podían ayudarle a excavar, a cambio de que pudieran coger el tesoro.

El propietario de la casa respondió que no sería justo que le tirasen la casa abajo y se llevaran el tesoro, pero magnánimamente les ofreció que si excavaban y retiraban los escombros que su acción generase y en el proceso encontraban el tesoro, él aceptaría que se llevaran la mitad. Los vecinos aceptaron y se pusieron a trabajar.

Al poco tiempo el fantasma desapareció, pero de cara a motivarles el caballero dispuso veintisiete monedas de oro en un agujero de la chimenea que después tapió. Cuando los vecinos lo encontraron, les ofreció quedárselo todo siempre y cuando el resto que hallaran lo repartieran. Ello motivó aún más a los vecinos, que ante la esperanza de encontrar más fueron excavando hasta los cimientos. De hecho, sí encontraron algunos objetos de valor del antiguo monasterio, algo que los espoleó aún más. Al final, la casa fue derruida por entero y los escombros retirados, cumpliendo el caballero con su deseo y empleando para ello apenas un poco de ingenio".


Este cuento fue creado por el escritor de Robinson Crusoe, Daniel Defoe, y nos narra una historia en que podemos ver el valor de la inteligencia y la astucia, así como el hecho de que ser codiciosos nos puede llevar a ser manipulados y utilizados sin que siquiera nos demos cuenta.

viernes, 14 de julio de 2023

0720:eso se llama: saber vender

 Un hombre va a solicitar trabajo en una supertienda. Lo entrevista el gerente de personal

—¿Tiene experiencia en ventas?

—Si señor, trabajé vendiendo ropa...

El gerente decide hacerle una prueba

—Ven a trabajar mañana, trabajas todo el día y por la tarde te hago una evaluación para saber si quedas contratado o no.

Efectivamente el hombre al otro día trabaja toda la jornada y al final el jefe llega a hacerle la evaluación y pregunta:

—Bien, ¿cuántas ventas hiciste?

—Solo una señor...

—¿Una nada más? Muy mal, muy mal... ¿Y de cuánto fue esa venta?

— De 75.000€ a un cliente, señor...

—¿75.000€, pero qué le vendiste?

—Pues vera usted señor, primero le vendí un anzuelo pequeño, después le vendí una caja completa de anzuelos, y enseguida le vendí una nueva caña de pescar. Luego le pregunté que a donde iría a pescar, y me dijo que al Lago Grande. Le informé que  para la época actual el Lago Grande debería estar algo turbulento, así que sería mejor tener un buen bote, y le sugerí uno con doble motor fuera de borda. Me dijo que tal vez su auto no podría con el bote, entonces lo llevé a la sección de autos y le vendí una Explorer 4X4 con el equipo necesario...

—¿Dices que el tipo vino a comprar un anzuelo y tú le vendiste un bote y una 4X4?

—¡No, no señor!... El cliente vino a comprar tampones para su mujer, y yo le dije: "Amigo ya se le jodió el fin de semana... ¿PORQUÉ NO SE VA DE PESCA?

jueves, 13 de julio de 2023

0719: el pípila

Llegó un inspector de la Secretaría de Educación Pública a una secundaria pública y le hizo saber al Director que iba a realizar un reporte de evaluación sobre el conocimiento de los alumnos. Se metió a un salón y le pidió la lista de alumnos al profesor en turno y eligió un muchacho al azar.

- Lugones, ¿me podrías decir el nombre de la persona que quemó la puerta de la entrada de la Alhóndiga de Granaditas?

El joven bajó la cabeza, se puso nervioso y empezó a sudar.

- Bueno, si no puedes decirme el nombre, dime al menos su apodo...

- La verdad no sé, Señor Inspector, pero le juro por mi madre santa que yo no fui.

Otro muchacho tomó la palabra para decir que conocía a Lugones desde hace cinco años y que era uno de los chicos más tranquilos de la colonia y podía asegurar que él no había sido.

El Inspector frunció el ceño, contuvo el enojo y les ordenó a los dos muchachos que salieran del salón y lo esperaran en la Dirección.

Interviene el Profesor:

- Señor Inspector, estoy seguro que ellos no fueron, ambos son muy tranquilos y buenos estudiantes. Si no saben el nombre ni el apodo de quién quemó la puerta de la Alhóndiga , es porque no se juntan con pandillas. Seguramente fue alguien de otro colegio...

El Inspector sale hecho una furia y se dirige a la Dirección para pedir la remoción del Maestro. El Director le dice:

-Le pido que lo considere.El Profesor Torres, aparte de impartir la materia de Historia, da Biología, Civismo y Literatura; nunca falta a clases, lleva 14 años en esta Secundaria y tiene muchas influencias en el Sindicato. En esta colonia no es fácil conseguir maestros. Mejor dígame qué tan dañada quedó la puerta por el incendio y veremos si la podemos reparar y si no, pues hacemos una colecta entre los maestros y padres de familia, para comprar una nueva para la Alhóndiga. Total... ¿Qué tan cara puede salir? 

domingo, 9 de julio de 2023

0718: Los invitados se relamerán de gusto.

 "Bien sabrosa que debe estar" —pensarán para sus adentros.

Y la dueña de la casa, esa berruga con faldas, exclamará melifluamente:

—No es malo, que digamos, su aspecto; pero temo que esté un poquito dura. ¡Era tan vieja!

También es creíble que un niño me rechace y su mamá le ofrezca un muslito.

—Mamá, no quiero gallina —protestará el infante, con su carita de ángel bobo y rico.

—Si está muy tiernecita, tonto... ¡Mira!

Y el rorro objetará entonces, gesticulando:

—¿Por qué me das esas cosas, si sabes que las gallinas comen caquita?

¡Ay, me sacrificarán sin remedio! ¡Me asesinarán los hombres, no obstante que he alegrado sus vidas! Son vanos, crueles, egoístas. Principalmente eso: egoístas. ¿Por qué no matan al perro? ¡Porque los defiende! ¿Por qué no matan al gato? ¡Porque se come a los ratones! ¿Por qué no matan al burro? ¡Porque transporta sus mercancías! ¿Por qué no matan al caballo? ¡Porque los transporta a ellos! ¿Por qué no sacrifican al tigre, a la víbora o al lobo? ¡Porque les temen! ¡Canallas! ¡Cobardes! ¡Nos asesinan a nosotras, y a los pajaritos, y a los gansos, y a los cerdos, que no sirven para nada. Nos ven pequeños, indefensos, asequibles!

Ya sé de qué modo hablan los hombres. Cierta tarde sorprendí a uno de ellos interrogando:

—Y diga usted ¿es que no ha probado por casualidad el gato?

Otro respondió, llevándose el pañuelo viscoso a la boca:

—Por Dios, qué excentricidades... ¡Valiente asco!

Yo he gritado entonces:

—¡Mentira! ¡Mentira! ¡No es asco lo que tenéis ni mucho menos!

Pero nuestro lenguaje resulta enteramente incomprensible para esa gente. Tanto, que el primero de ellos dijo:

—¡Maldito bicho éste! ¡Qué lata nos está dando!

Y según es costumbre en tales seres, me lanzó un pedrusco, a riesgo de matarme. Pero yo esquivé el proyectil, dando rienda suelta a la hilaridad más desbordante. Prorrumpí desde lejos:

—¡No, no es asco lo que le tenéis al gato! ¡Cuidáis vuestro queso!

¡Cómo! Oigo una llave... la tos del cocinero... ¿Es que ha llegado la hora? ¡Oh, se anticipan! Pero ¿qué significa todo esto? ¿Es que no van a permitirme confesar siquiera? He oído contar no sé dónde que a los reos a muerte se les dispensan privilegios de tal índole: se les conforta, se les auxilia espiritualmente. ¿Y por qué a mí no? Yo también creo en Dios. También a mí me espanta el infierno. Mis pecados pueden ser graves... ¡Sí, sí, creo en Dios, creo en Dios lo mismo que pueda creer el hombre más docto! ¡He nacido de Dios! ¡He cometido adulterio...! ¡Y tengo mi alma —chiquita y débil— pero mi alma! ¡Aquí está! ¡Quiero salvarla! ¡Quiero salvarla! ¿Qué clase de justicia es ésta?

Inútil. Chirría la puerta sobre sus goznes y aparece el cocinero. Le veo al trasluz divinamente, con su delantal hasta los tobillos y su cabezota calva. Entreabre los brazos para atraparme. Me escurro una, dos, tres veces con éxito. Insiste; se desespera. Yo pienso:

"Perfectamente. Puesto que así sois de villanos, la pagaréis bien cara."

Doy un salto increíble, ridículo si se quiere para una gallina, y escapo por encima de los hombros del verdugo; vuelo a través de un pasadizo que apesta a vinagre; de un corredor lleno de muebles y ropa sucia; de la escalera... Detrás viene el cocinero blasfemando y sacudiendo su panza dura. Descubro en el segundo piso de la casa una ventana abierta y me lanzo al vacío, ahora sí como una avioneta. Tardo en caer al corral y, abajo, se produce un clamoreo inenarrable, consecuencia de mis gritos desgarradores. Quien chilla, pidiendo auxilio; quien corre de un lado para otro, tapándose los ojos; mi amiga sufre un soponcio. Pero yo anuncio, y mi anuncio lo escuchan hasta los muertos:

—¡La pagaréis bien cara! ¡La pagaréis bien cara!

Cuando el cocinero salta al jardín, ya he alcanzado mi meta. Es una planta misteriosa, azafranada, de hojas muy ásperas, que, de niñas, nos prohibían frecuentar nuestras mamas:

—Quien pruebe de ellas, sucumbe —nos prevenían, cubriéndonos con sus temblorosas alas.

Y yo comí esta vez hasta hartarme. Comí raíces, tallos, flores, ¡cuanto pude!

Un poco más tarde, el verdugo empuñaba el cuchillo y me apoyaba su hoja en el pecho, diciéndome:

—¡Escápate ahora, maldita...!

Aún solté una carcajada que atronó la casa.

Desde el retrete preguntó la dueña:

—Cirilo: ¿qué ocurre?

—¡Nada! —prorrumpió el asesino, trozándome el cuello—. ¡Esta maldita perra...!

—¿Cuál perra? —oí a la vieja, como entre sueños.

—O lo que sea. ¡Esta gallina!

Una vez más ratifiqué mi amenaza:

—¡La pagaréis bien cara!

Y en efecto: treinta y seis horas más tarde, cinco ataúdes en fila bajaban por la arboleda rumbo al cementerio.


miércoles, 5 de julio de 2023

0717: humor por el absurdo

— Fueron tantos los que faltaron que si falta uno más no cabe.

— ¿Y cuál fue el que faltó último?

— Recuerdo que faltaron en parejas el que faltó último y el que faltó más.

— En estas ocasiones, sería bueno hacer una lista en orden sucesivo del nombre de las personas que van faltando, como se hace en el “Instituto de Disertaciones”.

— No me parece, pues al día siguiente, cuando uno encontrara a las personas que no asistieron, habría disputas sobre prioridad: “Yo falté antes que usted”; “Yo fui el número 10 y no el 14”; “Yo falté en seguida después de Gómez”; “Usted me ha anotado mal”. Uno que sabría disculparse diría: “Yo falté, es cierto, pero fui de los primeros”.

— Bueno, si mi proposición no acierta, ¿qué se debiera hacer en estos casos? ¿Qué le parece a usted? Porque si se dejan las cosas así, sin más, que vayan como quiera, la oratoria va a ser un género que se pierde.

— Yo también lo pensé. Creo que podrían darse primero las conferencias y anunciarlas después; o, como en el “Círculo de intelectuales”: “Hoy no da conferencia el novelista Tal”. Porque no teniendo hora asignada, no cabe la faltancia, así que siempre tendríamos lleno completo.

— También podría difundirse: que el notorio conferencista Acuña acostumbra publicar después de sus conferencias las opiniones más comprometedoras de los inasistentes. “Domínguez, que faltó a la última, ha manifestado que es la única conferencia que merece ser atendida”. Otro expresará que es tal la nulidad de los conferencistas, que si no fuera por la genialidad del conferencista Acuña estaríamos arruinados en la opinión del mundo. Con lo que todos los asiduos faltantes a sus conferencias tendrán temor de faltar otra vez, para no caer en el odio de todos los demás conferencistas que resultan menoscabados por estos elogios (y con este miedo tendremos asistencia regular). En suma, que al cabo de cierto tiempo a nadie se le tendría más temor de no asistirle que al conferencista Acuña, y a los juicios de nadie temeríase tanto como a los juicios de los famosos faltantes a conferencias del famoso Acuña.

— Me pongo en el caso de Acuña: para desautorizar las opiniones elogiosas que les atribuye a sus faltantes y que les han traído la malquerencia de los demás conferencistas, deberá dar certificados de inasistencia a los que concurren, para que los otros disertadores no los maltraten en represalia de asistirle a Acuña

— “Acredito que el señor Dudino Domínguez es el más asiduo faltante a mis conferencias”, dirán los certificados de faltancia.

— Pero entre los faltantes hay no sólo de los demás asiduos sino de los mejores.

— De alguno se dirá: “Sólo una vez, y por enfermedad, dejó de faltar”.

— Con esta diplomacia extraoficial del Faltar...

— Y así podrá Acuña proclamar que era un embuste notorio el que se propalaba de que sus conferencias no cabían de faltantes cuando las de los otros no cabían de concurrentes”


Por Macedonio Fernández 

lunes, 3 de julio de 2023

0716: Lucy

 —¿Lucía, cierto?

—Sí. Perdona, ¿tú me vas a hacer la evaluación?

—Sí, ¿por qué? ¿Hay algún problema?

—En realidad, había pedido una profesora. Mujer.

—No había ninguna profesora disponible en este horario, lo siento, pero ya que estás aquí, no creo que haya problema con que empecemos. ¿Apellido?

—Reyes. Lucía Reyes 

—¿Edad? 

¡Qué impertinencia! Esto se parecía cada vez más a una de esas incómodas visitas al ginecólogo; esas donde te pregunta si eres sexualmente activa y tú respondes si cuenta o no un polvo hace tres años.

—Veintinueve 

—Anotado. Por favor sácate los zapatos para medir tu altura y tu peso.

....

—1, 58 centímetros y peso…

¡Dios mío! ¡Eran más kilos de lo que pensaba! Maldita báscula inservible de mi baño, iba a irse directo a la basura.

—¿Estamos listos? ¿Ya puedo irme?

—Apenas empezamos; levántate la camiseta, por favor.

—¡¿Qué?!

—Que te levantes la camiseta para poder medir tus perímetros, o puedes quitártela si llevas peto deportivo.

¡Quitármela! Este tipo está demente. Ni loca iba a exhibir mi piel flácida.

—¿Es necesario que me midas?

—Sí, es necesario para evaluar tus futuros progresos, conocer tu índice de grasa corporal y crearte una rutina. ¿Quieres bajar de peso o no?

Maldición, sí quería. Era lo que más quería en este mundo después de mi deseo de olvidar a Alan y hacer que Gabriel se fijara en mí (o en su defecto, Chris Evans). Ni modo, me tocaba resignarme. Muerta de vergüenza, me levanté la camiseta y lo dejé trabajar. ¡Qué vergüenza, por Dios! Aunque sus manos se movían en mí de forma impersonal, yo no podía sentirme más humillada. Después de cinco horribles minutos que más parecieron horas, al fin Max dejó de lado los instrumentos, se sentó y me hizo una señal para que hiciera lo mismo.

—¿Tienes alguna lesión física, Lucía, o te han operado de algo?

—Me operaron de la rodilla hace dos años, del menisco izquierdo

—¿No haces deporte porque te duele la rodilla? Te lo pregunto porque tu cuerpo no es el de alguien que entrene.

—Mi rodilla está bien Hice rehabilitación con un kinesiólogo.

—De todas formas, la cuidaremos. Para eso tienes que fortalecer tus muslos, están flácidos porque no tienen masa corporal.

¿Escuché mal o acaba de decirme que mis muslos están flácidos?

—Además tendremos que controlar tu alimentación y tu peso. Tu porcentaje de grasa es 40. Tienes mucha grasa, lo cual es peligroso para tu salud. Cualquier porcentaje arriba de 30 lo es.

¡Y ahora insinúa que estoy grasienta! ¿Pero quién se ha creído?

—Haremos una rutina que incluya cardio y pesas, ¿te parece?

—No, no me parece. Gracias por tu tiempo, pero prefiero terminar ahora la evaluación.

—¿Estás molesta? Creo no haber hecho nada para incomodarte.

—¿Te parece poco decir que mis muslos están flácidos? Además te faltó nada para llamarme grasienta.

—Tal vez no debí expresarme así, pero tú sabes que es verdad. Solo quise ser honesto.

—Bueno, pues buscaré otra forma de solucionarlo, muchas gracias.

—No ando con rodeos con la gente que entreno, pero te aseguro que mis métodos dan resultados. Excelentes resultados.

—No creo que me sienta cómoda con tus métodos.

—Bien, como quieras. Supongo que hemos terminado entonces.

—De cualquier forma, tampoco tengo tiempo de entrenar.

—Me imagino.

Idiota. Tomé mi polerón que estaba abandonado en la silla y me lo puse rápido para salir de allí cuanto antes.

—Espera, Lucía 

Dijo de pronto Max con voz llena de asombro. Sus ojos estaban clavados sobre el logo de mi empresa bordado en el polerón

—.¿Trabajas en Mentoring?

—Así es, soy una de las socias fundadoras.

Me sentía orgullosa de que mi consultora de negocios se hubiera hecho tan conocida. Desde que habíamos sido finalistas para el premio de emprendimiento nacional se nos duplicaron los clientes debido a la tremenda exposición de los medios. La expresión de Max pasó del asombro a la admiración.

—¡Por supuesto! Recuerdo haber visto tu foto en algunos foros de emprendimiento. Son famosas las asesorías de tu empresa. Oye, ¿y el servicio que ofrecen cuánto vale? Es que tengo un negocio que…

¡Ay, no! Si no escapaba pronto de allí, otro más que iba a darme la lata. Siempre pasaba lo mismo. Parecía que lo único que veían los emprendedores en mí era un cerebrito con patas. Bueno, al menos ellos veían algo, porque para el resto de los hombres yo era inexistente.

—Está toda la información en nuestra página web Te recomiendo mandar pronto tu solicitud si estás interesado porque tenemos lista de espera de un mes.

—¿No podrías asesorarme tú por cuenta tuya?

¡Ja! A él menos que a nadie. Ese hombre no se enteraba. No quería volver a ver a ese tipo que me había apretado los rollos y me había hecho sentir como una barra de mantequilla.

—No, eso iría en contra de la política de mi empresa 

Mentí, poniéndome de pie. Podía haber accedido, pero no quería.

—¡Espera! ¿Es eso o no quieres aceptar porque fui demasiado directo? Si es así, discúlpame por favor. Ando estresado, ni te imaginas el día horrible que he tenido.

Su tono angustiado calmó mi molestia, pero de todos modos estaba decidida a irme. No alcancé a decírselo porque la llamada de alguien a la puerta nos interrumpió. El corazón me dio un vuelco cuando se asomó el hermoso rostro de Gabriel. Juro que escuché música celestial. Todo lo que no fuera él se desvaneció al instante.

—Hola Lucía 

Me saludó mi angelito. Me puso feliz que se acordara de mi nombre

—No traes hoy tu camiseta de Star Wars; ya no podré llamarte chica Jedi.

—Puedes llamarme Lucy, así me dicen mis amigos 

Dije sonriendo (como tonta, seguro). ¡Dios! Era aún más guapo de lo que recordaba. Gabriel también sonrió.

—Perdona que haya interrumpido, Lucy… Quería saber si falta mucho para que desocupen la sala 

—Estamos casi terminando Vuelve en unos cinco minutos.

Gabriel asintió. Sus preciosos ojos volvieron a posarse en mí.

—Te dejo terminar tu evaluación, Lucy. Espero encontrarte pronto por el gimnasio.

Mi sonrisa se hizo más ancha todavía. Me despedí de él encandilada. Solo me di cuenta de que Max no me quitaba ojo de encima cuando cerró la puerta frente a mí.

—Te atrae Gabriel.

—Por favor, claro que no 

Max se quedó en silencio, como si estuviera evaluando qué decir.

—Si me asesoras, puedo ayudarte con él, ¿sabes?

Mi cara se mantuvo impasible, aunque mi corazón se aceleró por la oferta.

—¿Te parezco tan desesperada como para aceptar un trato así? 

Él soltó una exhalación y se pasó la mano por el pelo.

—No, disculpa. No quería insinuar que estabas desesperada, es solo que me pareció que él te atraía. Gabriel suele provocar ese efecto en las mujeres.

—¿Ah sí? ¿Y su novia no se pone celosa?

Bien, Lucía, eres la discreción con patas. Qué forma más sutil de averiguar si Gabriel está soltero. No sé por qué la CIA no te contrata.

—Él no tiene novia. Ayúdame con mi negocio y yo te ayudaré con Gabriel.

Me tragué una risa irónica. Por más que fantaseara con la idea, en el fondo sabía que era imposible que Gabriel se fijara en mí. Vamos, si estaba completamente fuera de mi liga. Solo bajo efectos alucinógenos podría encontrarme guapa, pero Max no tenía pinta de narco que anduviera drogando gente.

—Mira, Max, lo siento pero mi respuesta es no. Una asesoría lleva tiempo y yo estoy muy ocupada; aunque quisiera, no podría.

—Entonces ayúdame con lo que puedas, con cualquier cosa. A cambio yo te ayudaré a conseguir el cuerpo con el que siempre soñaste ¿Conoces a Ana Brett? Yo soy su entrenador.

Debí haber puesto una cara de asombro total, porque Max asintió con aire satisfecho. Ana Brett era la modelo más famosa del país. Era guapísima, loca como una cabra, pero tenía un físico envidiable.

—¿En serio? 

—En serio. Soy yo quien diseñó su programa de ejercicios y quien la entrena todas las semanas Te propongo un trato, Lucía. Dame una clase, una sola para demostrarte lo que puedo hacer porti. Si te sientes cómoda, ofrezco entrenarte a cambio de que me ayudes; si no te gusta, no insistiré más en el asunto, ¿qué dices?

—No sé 

Dije poco convencida. Por un lado me tentaba la idea de ponerme en forma, pero por otro lado, no estaba segura de poder lograrlo. Menos ayudada por un hombre que aún no decidía si me caía bien.

—Vamos, solo una clase y de ahí evalúas si te gusta trabajar conmigo ¿Qué tienes que perder con una sesión de prueba? Si no te gusta, solo invertiste una hora; pero si te sientes cómoda conmigo te ayudaré a conseguir tus metas: eliminar grasa, un físico tonificado... lo que quieras Solo una clase, ¿trato hecho? 

Miré el rostro entusiasta de Max, meditando mi respuesta. ¿Sería posible que él me ayudara a sentirme bien con mi cuerpo y a conseguir el amor de Gabriel? Más que posible, parecía un milagro. Aun así, no tenía nada que perder y me vi a mí misma estrechando su mano de vuelta.

—Trato hecho 

Y de pronto tuve el presentimiento de que estaba poniendo en marcha el nacimiento de una nueva Lucía.


“El trato más dulce” Amanda Laneley


sábado, 1 de julio de 2023

0715: Necesitaban dinero para irse lejos.

 Ella estaba muy enamorada, pero sabía que su familia nunca iba a aceptar a un simple leñador, para colmo feo, de ojos saltones y dientes grandes. 

Esa tarde fueron juntos a la casa de la abuela para robarle sus joyas. 

Como la anciana los sorprendió, no les quedó más remedio que matarla. 

Después inventaron una historia, y le echaron la culpa al lobo.