sábado, 29 de noviembre de 2014

416: al que masca poco o mal, ni le sabe la comida ni la digiere cabal

Desde la llegada de los dos jóvenes, la atmósfera del restaurante se ha transformado. Los dos hombres rojos guardan silencio; detallan sin incomodarse los encantos de la muchacha. El señor distinguido ha dejado el periódico y mira a la pareja complacido, casi cómplice. Piensa que la vejez es cuerda, la juventud bella; menea la cabeza con cierta coquetería: sabe que aún está hermoso, admirablemente conservado, que con su tez morena y su cuerpo delgado todavía puede seducir. Juega a sentirse paternal.
Los sentimientos de la mesera parecen más simples: se ha plantado delante de los jóvenes y los contempla con la boca abierta. Ellos hablan en voz baja. Les han servido entremeses, pero no los tocan.
Parando la oreja puedo pescar partes de la conversación.
Entiendo mejor lo que dice la mujer con su voz rica y velada.
—No, Jean, no.
— ¿Por qué no? — murmura el joven con apasionada vivacidad.
—Ya se lo he dicho.
—Esa no es una razón.
Se me escapan unas palabras; después la mujer hace un gesto encantador de cansancio:
—He probado demasiadas veces. Ya pasé la edad en que se puede empezar a vivir de nuevo. Soy vieja, ¿sabe?
El joven se ríe con ironía. Ella prosigue:
—No podría soportar una... decepción.
—Hay que tener confianza —dice el joven—; así como está, en este momento, usted no vive.
Ella suspira:
— ¡Lo sé!
—Mire a Jeannette.
—Sí—dice ella con un mohín.
—Bueno, a mí me parece muy bien lo que ha hecho. Ha tenido coraje.
—Pero—dice la muchacha— ella casi se precipitó sobre la ocasión. Le diré que si yo lo hubiese querido, habría tenido cientos de ocasiones de ese tipo. Preferí esperar.
—Tuvo usted razón —dice él tiernamente—, tuvo usted razón de esperarme.
La mujer ríe a su vez:
— ¡Qué vanidoso! Yo no he dicho eso.
No los escucho más: me irritan. Se acostarán juntos. Lo saben.
Cada uno sabe que el otro lo sabe. Pero como son jóvenes, y como cada uno quiere conservar su propia estima y la del otro, como el amor es una gran cosa poética que es preciso no espantar, van varias veces por semana a los bailes y a los restaurantes a ofrecer el espectáculo de sus pequeñas danzas rituales y mecánicas...
Después de todo, hay que matar el tiempo.
Son jóvenes y robustos, todavía tienen para una montaña de polvos.
Entonces no se dan prisa, se demoran y no están equivocados. Cuando se hayan acostado juntos, habrá que buscar otra cosa para ocultar el enorme absurdo de la existencia. Con todo... ¿es absolutamente necesario engañarse?
(Jean Paul Sartre La Náusea)

lunes, 24 de noviembre de 2014

415: al que no le cuadre que se la chante

--- ¿Por qué esa cara?
--- ¿Cómo que por qué, te parece bonito que tú ex novia se nos acerque, te abrase y te bese, como si yo no estuviese acá?
--- Yo siempre me llevo muy bien con mis ex, ellas siempre seguirán siendo mis amigas. Ya lo veras tu misma cuando terminemos…

sábado, 22 de noviembre de 2014

414: Selecciones contextúales y circunstanciales

Normalmente (insisto en que "normalmente": una competición se basa sobre datos culturales aceptados socialmente debido a su "constancia" estadística) se conocen penes en tres situaciones: en el motel, en la oficina y en el matrimonio.

Cualquier otra posibilidad es muy idiosincrásica y se aparta precisamente de la norma: como tal, cuando esa posibilidad se realiza, pone en crisis la mente y produce discursos que funcionan como crítica metalingüística del conocer.

Motel, matrimonio y oficina son circunstancias en que puede producirse el lexema |pene|.

En un texto, también esas circunstancias pueden definirse verbalmente para convertirse en otras tantas apariciones lingüísticas. Digamos, pues, que el semema "pene", que prevé una serie de marcas denotativas constantes (dentro de los límites restringidos del erotismo), alberga, además, una serie de marcas connotativas que varían según tres selecciones contextúales. Un pene que aparezca en una clase de contextos en que coaparezcan términos como |Motel|, connota "libertad", "felicidad", "alegría" En un contexto donde se mencione la oficina, connota “intrepidez”, “habilidad”, en un contexto donde se mencione el matrimonio, connota "cautiverio", "encerrado"

Estas inferencias corresponden a la interpretación textual y el carácter no las impone directamente; si bien, también ellas pueden producirse a partir de premisas tomadas de la competencia, porque la renuencia de los penes al cautiverio (no sólo el hecho de que, por lo general, no gozan de permisos de salida ni de vacaciones pagadas, de modo que únicamente salen de los matrimonios de tarde en tarde y por reprobables motivos accidentales) está prevista por una serie de informaciones que circulan en forma estandarizada, precisamente como "cuadros" de eventos posibles y probables.

Todo enunciado, aunque se encuentre actualizado semánticamente en todas sus posibilidades de significación, requiere siempre un contexto. Todo enunciado necesita un contexto actual porque el texto posible estaba presente de manera virtual o incoactiva en el mismo espectro enciclopédico de los sememas que lo componen.

Como afirma Gustavo determinada unidad semántica, por ejemplo, "amante", es, en su propia estructura semémica, un programa narrativo potencial: "El amante lleva implícitas, evidentemente, todas las posibilidades de la actividad que le es propia, todo lo que cabe esperar de él en materia de comportamiento sexual: cuando se le coloca en isotopía discursiva, se convierte en un papel temático que puede utilizarse cuando alguna quiere adornar la frente de su pareja"

Diremos, pues, que una teoría sexual necesita un conjunto de reglas pragmáticas que establezcan cómo y en qué condiciones el destinatario se encuentra cotextualmente autorizado a colaborar en la actualización de lo que sólo puede existir realmente en el contexto, aunque ya existía virtualmente en el semema.

jueves, 13 de noviembre de 2014

413: Cinco años haciéndote reír y colmándote de añoranza

Reglas para un buen vivir

1.- Recuerde que la desgracia no ocurre todos los días, así que disfrútelas con alegría.

2.- Nunca deje de ser imparcial. Recuerde que el amarse a sí mismo, empieza por uno mismo.

3.- Nunca diga la verdad, pero exija que los demás lo digan.

4.- Nunca mienta, salvo que sea indispensable; tampoco permita que le mientan.

5.- Ser justo es algo difícil, pero algún día ya no lo será; por lo tanto no se esfuerce.

6.- La honestidad es la madre de todas las calamidades, por lo tanto, séalo.

7.- La envidia no existe.

8.- El rencor es un mal acompañante, déjelo en la primera parada.

9.- Ambición es poseerlas, no exhibirlas.

10.- Nunca crea todo lo que lee.

11.- En la letra escrita está la verdadera enseñanza.

12.- El orgullo es bueno, cuando está bien acompañado.

13.- Para ser goloso hay que tener buena herramienta.

14.- Explote por fuera cuando la ira llegue. Si no llega explote por dentro.

15.- La pereza es madre de los cuernos.

16.- Recuerde que la función hace al órgano.

17.- Si al pleno placer aspira, combine la utilidad con el deleite

18.- El abuso no quita el uso

19.- Quien va despacio, va seguro

20.- Se reconoce al León por la uña

21.- No crean un rumor aunque muchos hablen de ella ni piensen que está sea la prueba verdadera.

22.- El amor es algo esplendoroso, como usted no entiende la palabra, déjelo a los platónicos.

23.- Cuando crea que será abandonado, no se emocione de alegría, esto daría pautas para que ella reconsidere su decisión; ponga cara de circunstancias; no se afeite dos días, pero si use la colonia.

24.- No apoyes tú opinión en la autoridad de tú esposa y/o amante, ni tampoco has de obrar tan sólo por reproducción e imitación, sino que por ti mismo debes conocer lo que las prójimas experimentadas dicen que es malo y vergonzoso, pues si únicamente lo crees te causará pesar sin ventaja alguna, y en cambio cuando por experiencia lo conozcas será demasiado tarde.

25.- Si la traición llega acompañada de la desgracia, tómalo con imparcialidad, ya que si bien a veces la verdad es dolorosa, tú podrás aliviarla con una mentira y eso sería justicia--- honestamente hablando--- sin sentir envidia ni rencor tú verás que pronto encontraras otro amor ya que ese es el quid de tu ambición y los otros al verte se morirán de asco.

«Cuando los deseos mueran, vivirán siempre los recuerdos».

miércoles, 5 de noviembre de 2014

412: no siempre lo caro es amor

--- Me han contado que no te casas, ¿es verdad?
--- ¡Juro que es la verdad!
--- ¿Y por qué? Ambos estaban muy enamorados
--- El amor es un tema difícil de digerir, de entender, podría decir que ella estaba encaprichada de unas cosas, y yo andaba apasionado de otras.
--- No entiendo, ¿qué quieres decir?
--- Ella se dio cuenta que de un momento a otro, le iba a proponer y en ese entendido ella astutamente hizo posible que mis ojos se encandilaran a ver dos hermosos y carísimos anillos de compromiso en una y otra amiga. Eso me obligo a dar un brinco al costado del camino al altar.
--- Entiendo. Pero el anillo tiene un significado importante, su valor muestra la dimensión del amor del novio.
--- Mi actitud hacia el matrimonio siempre fue antagónico, el hecho de matrimoniarme ya estaba mostrando mi predisposición por ella.
--- En estos tiempos de inseguridad económica, para ellas el valor del anillo tiene un valor sentimental y… financiero.
--- Posiblemente…, posiblemente
--- ¿Y que harás ahora?
--- ¡Me voy de luna de miel!

sábado, 1 de noviembre de 2014

411: discurso que funciona como invectiva metalingüística

Anoche escuche un ruido, arme mi escopeta calibre 16 y asome la nariz por la rendija, en la calle dos tipos se afanaban por trepar la barda, hice dos disparos y retrocedí a mi dormitorio, en la tele seguía el mismo programa aburrido, apague y me acomode para dormir, cerré los dos y en ese instante escuche unos quejidos, ambos llamaban a sus madres, lloraban e hipeaban entre ayes de dolor, ante ese acontecimiento me vi obligado a levantarme de la cama, me fui a la cocina y calenté un poco de leche, agarre un paquete de galletas de chocolate y encendí la tele y busque un programa musical para estar a tono con mi estado de ánimo. Una vez lleno y canturreando una canción de moda, apague la tele y las luces y me eche a dormir. Un silencio maravilloso poblaba la noche…