jueves, 26 de abril de 2012

200: Pensaba, en cambio, pensaba en la maldita ninfomanía de la que ella me había hablado, existe, existe, existe en los libros, en el cine, también en la vida tiene que existir, claro, pero es que jamás me había topado con un caso y no era posible que justo ahora y tan rápido y delante de un gran amigo. Si era posible.

Todas las personas en el fondo son narcisistas enamorados de sí mismos; si miramos a un cantante en el escenario; está locamente enamorado de sí mismo, se adora, se idolatra y cuando le caen los aplausos, llega al orgasmo de su auto-adoración pues eso es precisamente lo que él quiere, lo que anhela, lo que aguarda con sed infinita.

Mucho se habla sobre la vanidad femenina. Realmente la vanidad es la viva manifestación del amor propio. La mujer ante el espejo es una madrasta de Cenicienta, completa adorándose a sí misma, idolatrándose con locura. La mujer se adorna lo mejor que puede, se pinta, se encrespa el cabello con el único fin de que los demás digan: ¡Eres hermosa!, ¡eres bella!, ¡divina! El yo siempre goza cuando la gente la admira, el yo se adorna para que otros le adoren.

El yo se cree bello, puro, inefable, venerable, virtuoso, nadie se cree malo, todas las gentes se auto-consideran buenas y justas.

Es muy raro hallar en la vía a alguien verdaderamente enamorado, «todos están apasionados y eso no es amor». Las gentes se apasionan cuando se encuentran con alguien que les guste, cuando descubren en otra persona sus mismos errores, cualidades y defectos; entonces el copuchento les sirve de espejo donde pueden contemplarse totalmente, realmente no están enamorados del ser amado, sólo están enamorados de sí mismas y gozan viéndose en el espejo del ser amado, ahí se han encontrado y suponen entonces que están enamorados.

El ego aborrece mortalmente a todo aquél que le hiera el amor propio.
El ego adora sus teorías y preconceptos.

Nadie es perfecto en este mundo, todos nosotros estamos cortados con la misma tijera. Quien no tiene un defecto en determinada dirección, lo tiene en otra dirección, algunos no codician dinero pero codician amores, fama, honores, cariño. Algunos no celan la mujer propia, pero celan amistades, credos, sociedades, clubes deportivos., así somos los seres humanos, cortaditos siempre con la misma tijera.

No hay ser humano que no se adore a sí mismo, nosotros hemos escuchado a individuos que gozan horas y horas enteras hablando de sí mismos, de sus maravillas, de su talento, de sus virtudes, de su dinero, de sus conquistas, etc.
El ego se quiere tanto a sí mismo, que llega a envidiar el bien ajeno, las mujeres se engalanan con muchas cosas en parte por vanidad femenina y en parte por despertar la envidia de las demás mujeres, todas envidian a todas, todas envidian el vestido ajeno, el bonito collar, la hermosa pulsera, el marido, todas se adoran a sí mismas y no quieren verse por debajo de las demás, son narcisistas cien por cien.

Ningún copuchento o fémina se cree malo o perverso, todos presumen de santos y perfectos, aun cuando realmente sean no solamente malos, sino además perversos.

El querido ego, se adora demasiado a sí mismo y presume aun cuando no lo diga, de bueno y perfecto.

lunes, 23 de abril de 2012

199: Yo tenía una mulatica ¡guan ban! /que me robaba el cariño ¡guan ban! /y ella me acariciaba ¡guan ban! /como si yo fuera un niño ¡guan ban!

Se dice que el copuchento es un ser simple. Muchas prójimas se equivocan al pretender hacer de su pareja un ente igual a ella.

Un cojonudo frente a una fémina se diferencia sustancialmente; él por su simpleza, ella por su complicariedad.

Si ustedes retroceden unos pasos atrás recordarán que el copuchento que las cortejaba caminaba con el mismo pantalón y la camisa todos los días, al contrario de ustedes que cambiaban de vestimenta dos veces al día y además, se: peinaban, pintaban, se pulían las uñas; se miraban y remiraban en el espejo. El copuchento en lo único que pensaba era en meterles mano; en cambio a ustedes más les preocupaba que trajes llevaran en la fiesta de promoción.

En la época actual su copuchento sólo piensa en el trabajo, en su equipo de futbol y en la secretaria de contabilidad, que está fornicable. Él sigue siendo un tipo simple.

En cambio, ustedes, siguen complicándose la vida pensando mil cosas al mismo tiempo: que necesitan cambiar el mobiliario de la casa, que la mucama ¿parece que está utilizando sus perendengues? Qué las calificaciones de sus hijos y qué el novio de la hija. En los amores y desamores de sus amigas. En el calentamiento global y en las finanzas del mundo. En fin, perdidas es un mar de pensamientos que llegan a la alcoba tan cansadas que no tienen ganas de copular con el simple que se pasó todo el día esperando que llegue la noche.

Y para colmo a la hora del desayuno, lo llenan de palabras y pretenden que él piense como ustedes y acepte toda la charada que las atormenta y él simple, se encuentra en un mar de
desdichas al no poder comprender, ni entender nada.

Los copuchentos, somos seres simples, sólo queremos: comer, coger y poner. Nada más.
¿Es tan difícil entender, a esta cosa, tan simple?

sábado, 21 de abril de 2012

198: Cuando le dije que me iba a la cama [...], me pidió dormir conmigo, la parienta estará enfadada por no haberme visto el pelo a la hora de comer, más de la mitad de los días no parecía por allí, ¿qué te parece de que me dedique a la psicología femenina? parece como que no me creyeras, todas las madejas parecían enredarse en una sola.

El noveno mandamiento es: «Guardaras la mujer de tu vecino como la tuya misma» En este mandamiento el hablar es ya por demás; que ya ves los amantes cómo guardan las mujeres de sus vecinos. Guárdelas Dios que puede, y guárdese el vecino que no tenga hermosa mujer: si no, el que más amigo se mostrare, aquel le anduviera por burlar.

El cuitado a las veces, movido de buen amor y amistad fraternal, convida o lleva su amigo a su casa y muéstrale buena cara y buen semblante y el otro, traidor mira de mal ojo a la mujer cómo se la sonsacará.

Por tanto dice el ejemplo: «A las veces lleva el hombre a su casa con que llore» Pero en este caso los viles y para poco son de reptar que tales cosas cometen. Como no sean los amigos todos de una masa ni voluntad –que en este caso donde hay malos, eso mismo hay buenos- pero todavía es dudoso amigo mozo donde hay mujer moza, y no digo más y ciñome esta fonda: «peligroso está el fuego cabe la estopa»

Y a las veces ellas son causa, a las veces ellos que lo sienten y lo consienten; a las veces los tales amigos que se lo quieren. Que ya hay hombres que no tendrían a prueba de mujer por amistad o parentesco: pues el que a la pariente fallece, ¿qué hará a la mujer de su amigo?

Por ende, todo casado y por casar, si fuere cojo o tuerto o mal pareciente –como estos por la mayor parte poseen las más hermosas mujeres- guárdese de llevar a su casa hombre lozano, mozo y hermoso; que sepa que su mujer a aquel se le va el ojo por el deseo que han de contratar con hombres de gala y manera y que entiendan el mundo y su amor.

Y esto porque se ven lozanas y mal empleadas en poder de algunos torpes, sucios y criminosos, y de feas fachas cubiertos, dignos por sus hechos de tañer la cornamusa. Pues si hablamos de frailes y abades, en este caso no digo nada, que animales son de rapiña, que cuando no tienen de suyo acórense de su vecino. Y ya no hacen mención hoy los hombres de las mujeres en este caso –que es muy grande vergüenza a ellos y poca firmeza y constancia de ellas- diciendo: «Guarda, no lleves a tu casa tal hombre, si no, hecho es el tejuelo»

O, con otra guisa, cuando ven alguno salir de alguna casa do hay mujer moza, luego presumen y aun dicen: «¡Guay del mezquino que está trabajando, y don Fulano huelga y sale de folgar de su casa!» Y así de otros de mayor estado, diciendo: «Tal escudero está en la frontera, y tal le da en la mollera»

Pero no dicen, por cierto: «Yo bien sé que aunque tal hombre entra y sale en tal casa, tal es ella sin falta, que aunque él quisiese, nunca ella consentía», sino dan a entender que no hay sino entrar, demandar y recaudar. Por ende dije que no hacen cuenta que ellas lo han de negar o por su honra resistir; sino allí entra, hecho es; allí habla, cumplido es; no dando por las mujeres en este caso nada, sino que no es demandado cuando ya es otorgado. Por ende bien puedes considerar, según ya de alto dije, cuanto es la mujer del prójimo y vecino hoy por sus amigos y extraños guardada.

Pues bien podemos decir que por loco amor el noveno mandamiento es quebrantado y traspasado en desordenada codicia a todos común y general.

[Alfonso Martínez de Toledo, Arcipreste de Talavera o Corbacho, cd. J. González Muela, Madrid: Castalia, 1970]

martes, 17 de abril de 2012

197: Wishful thinking es algo así como lo que uno, con el pensamiento, desearía que fuese cierto… Pensamiento deseoso, sería la traducción más literal.

Anoche vi una peli donde se observa que un tipejo saca del bolsillo derecho de la gabardina un estuche y la susodicha pone cara de espanto, el tipejo al observar esas facciones desencajadas queda paralitico de estupor.

Por la trama y otros asuntechis podríamos decir sin tartamudeo que la mencionada cinematográfica rondaba treinta años atrás donde copuchentos y prójimas se morían por matar la soltería de su contraparte.

Hoy por hoy en el siglo del calentamiento global nadie se calienta por esas nimiedades y al contrario miran con ojos burlones a todas aquellas y todos aquellos que pretenden arrastrar a su pareja ante el notario municipal.

Pero entrando en el meollo del melodrama, podríamos suponer que todos aquellos y aquellas que buscan desesperadamente matrimoniarse simplemente estan mostrando una falta de carácter y una inseguridad de película. Pues si miramos con el rabillo del ojo de soslayo, vemos claramente que dichas personas quieren asegurarse que la contraparte «los ame y sean fieles, en función a una libreta matrimonial» Pues ellos estan seguros que si no media este papelucho el día menos pensado se encontraran solos, y mirando fotografías.

Pero, si nos introducimos a sicópatas podríamos dilucidar el por qué en las postreros años del siglo pasado algunas hacían asquitos cuando les hablaban de matriqui y podridamente finiquitamos diciendo que rechazaban cualquier tipo de atadura, amarre o enganche por falta de seguridad y confianza en sí mismas (esta disquisición también vale para los copuchentos del siglo fenecido).

En cambio, en estos días que estamos entrando en la segunda década del siglo xxi, ya jamás veremos estos signos de incaracter e inseguridad de prójimas y de copuchentos y todo gracias a la sicoterapia que sugiere precautelando el carácter inseguro de muchos que no se hable ni se solicite a nadie matrimoniarse.

La ciencia y la Banca han encontrado este hándicap para eliminar de un plomazo la falta de carácter y la inseguridad de propios y extraños.

¡Ahhh! No existe nada mejor que unas palabras que nos levanten el ánimo…

sábado, 14 de abril de 2012

196: No añadí explicación alguna a mis contradicciones, porque no la iba a soltar, además de todo, cosas como que acababa de casarme dentro del más sentimental y estricto ritual urinario.

Los hombres pelean entre sí. Las prójimas también se mechonean. Ella lo pellizca si lo pilla mirando a otra. Él la zarandea si la ve coqueteando. Ella insulta a otra por coquetear con su cojonudo. Él mira fieramente al que coquetea con su pareja. ¿Podríamos decir que estas personas están enamoradas de su peor es nada? ¿O es que están inseguros de sí mismos?

¿Es lícito prohibir a su pareja que coquetee? ¿Usted cree que es malo que su pareja tenga una aventura fuera de casa? ¿A usted no le gustaría comer en huerto ajeno?

Tal vez podríamos decir que en un matrimonio o en una pareja, no se deben dar estas cosas, por lealtad-cobardía-fidelidad, tal vez por los hijastros y los quebrantamientos económicos de transmisión sexual.

Pero lo que es incomprensible, es en aquellos que viven encortejados, enamorados o de novios, pues en ellos no existe un vínculo sui generis que los obligue a cierta y dudosa lealtad; pues ellos están en una etapa de aprendizaje de la vida y por lo tanto están en libertad de vivirla.

Me parece que aquel o aquella que tenga que recurrir a los puños para conservar a su pareja, se equivoca. Como también se equivocó aquel o aquella que se juntó con una persona coqueta y si en el pasado tolero, ahora tendrá que aguantarse y no andar pellizcando a ese brazo inocente.

miércoles, 11 de abril de 2012

195: confieso: nunca me sentí tan pobre diablo en mi vida: una mujer que no era Ida podía herirme tan sólo con esperar a un tipo que no era yo, porque seguro que el esperado era barbudísimo y peludísimo y desenfadadísimo y no tardaba en llegar, en entrar, y en ni siquiera preguntar quién diablos era yo y qué demonios hacía ahí, reduciéndome a mi mínima importancia, mientras yo me reducía a mi mínima expresión.

La envidia es desear los amores ajenos, sentir pesar, dolor, tristeza por los cojonudos que las otras tienen, por ello envidian la calma, el coche cuna, la pareja dela vecina, dela amiga, inclusive dela hermana, pero por otra parte igual se envidian tetas y culos. Y dominios que las demás tienen sobre todos los copuchentos.

Algunos ejemplos de la manifestación de éste desperfecto son:

Complejo de inferioridad, las féminas al compararse con las demás, se sienten inferiores, creen que no tienen buenas características (culos-tetas-botox) y critican a otras. Ellos (copuchentos beta), también envidian la estatura, los ojos azules, la entelegencia y el bulto.

Competitivo, si le gana su competidora arrebatándole de la falda a su peor es nada, se produce la envidia. También cuando el jefe la hace su secretaria. Asimismo, cuando el jefe cambia de secretaria. Y esto sucede con todas aquellas que el jefe jamás supo de su existencia en el departamento.

Algunas profesoras se sienten superiores al estudiante y se molestan cuando éste tiene buenas calificaciones. O cuando la pupila posee intocadas características.

La envidia las conduce a los celos, a herir, maldecir, calumniar, a combatir e inclusive hasta lapidar sus sentimientos afines al género.

Por envidia son altivas, presumidas, orgullosas; y caminan meneándose.

Emiten juicios falsos. Juzgan a las demás en forma equivocada. Y muchas veces sin juzgar las condenan a sufrir la condena del hielo.

Por envidia codician. Y por más que codicien, no consiguen y no tienen más remedido que seguir envidiando sin remedio.

Lo opuesto de la envidia es:

1. Benevolente: acepta los implantes de sus amigas y conocidas
2. Altruismo: Los propaga con sus amigos y enamorados
3. Las ayuda en forma consciente y desinteresada, a conseguir al copuchento
4. etc.

La caridad es:

1. Sufrida: acepta sin queja que su pareja la deje por otra.
2. Dulce: Deseándole suerte en su nueva relación
3. Bienhechora: pagándole el taxi
4. La caridad no tiene envidia: de la culona
5. No obra precipitada ni temerariamente: Poniéndose a llorar en la puerta
6. No busca sus intereses: quitándole el laptop que le regalo en san Valentín
7. No se ensorbece: los mocos
8. No es ambiciosa: dejándole que se lleve los analgésicos y preservativos
9. No busca sus intereses: reclamando promesas incumplidas
10. No se irrita, ni piensa mal: de la culona
11. No se huelga de la injusticia: ni se siente traicionada, burlada y estropeada

lunes, 9 de abril de 2012

194: y lográbamos amarnos como dos personas que acaban de conocerse y que también se quieren con ese cariño viejo puesto a prueba por el tiempo y cuando nos volvíamos a acariciar nuestras manos eran así perfectas y se conocían y nos conocíamos pero al mismo tiempo era esta deliciosa y tan tierna primera vez, nuevamente.

Las condiciones esenciales para lograr la calidad conyugal, son:

1. Reintegración de la pareja.
2. Elaboración en consenso de un plan de calidad concreto.
3. Autoevaluación permanente en la aplicación del plan de calidad.

Formación para la calidad: esto involucra analizar los últimos avances en cuanto a mejora conyugal. No es posible pensar en innovación sin contar con ideas consolidadas y actualizadas sobre los logros, dificultades y buenas prácticas en la cama. Es vital dejar atrás el hábito de improvisar y especular sin fundamentos cuando se desea hacer realidad la calidad orgásmica.

Consenso en la formulación del plan de calidad: cuando se han creado lugares y oportunidades reales para la revisión profunda de literatura y comprensión de los retos, la pareja debe ser motivada para implicarse en la consolidación del plan de calidad sobre la base de una propuesta clara aportada por ambos contendientes.

La estructura del plan de calidad supone al menos los siguientes apartados:

1. Fundamentos para la introducción
2. Objetos necesarios
3. Ambientes de acción.

En cada ambiente de acción deben existir indicadores precisos de evaluación de eficacia.

La autoevaluación como práctica habitual permite a la pareja reportar avances logrados en cada uno de los ambientes de acción, informándose sobre la calidad del proceso orgásmico y los resultados obtenidos, igualmente sobre acciones eficaces ante eventualidades o problemas y proposición de mejoras inmediatas en la aplicación del plan de calidad.

En el terreno vecinal existe diversidad de potencialidades del recurso humano, por tanto, utilizarlas en provecho de uno u otro, supone un proceso gradual y complejo para ingresar en la cultura de la calidad bajo un esquema de evaluación permanente.

Sin embargo, los valores, motivación, liderazgo y dialogo clarifican el camino, reafirman el compromiso y evitan errores o imprecisiones en las copulaciones de cara al logro de los indicadores planteados en el plan.

martes, 3 de abril de 2012

193: Miles de ninots simulan a chulos, putas, macarras, ladrones, mayoría clara, contundente, suficiente; los sabuesos son decorativos, rara vez me sirvo de ellos cuando salgo de cacería.

Mirando algunas películas vi que el tema de los mismos, se reduce a que ella es importunada por alguien que quiere casarse, durante ochenta minutos se hace la sueca y en los últimos diez minutos termina empelotándose y aceptando todo, incluido matrimonio.

En otras un tipejo se enamora de ella a primera vista, la persigue durante cuarenta cinco minutos y cuando la susodicha está a punto de bajarse los calzones, entra en escena el amigo del pretendiente y la impresiona terriblemente y ella duda de sus sentimientos y como más vale pájaro en mano se va con el amigo durante cuarenta minutos, en el minuto ochenta y seis se da cuenta de su error y retorna donde el tipejo que la seguía esperando.

En otras, el tipejo es un pájaro libre que se divierte, pero en su fuero interno no se siente contento con sus conquistas y ve con malos ojos que las féminas se empeloten siempre con él; en medio del meollo conoce a una con ínfulas de monja fracasada que sueña con el príncipe pitufo. Al fin se encuentran y ella está desesperada que él se la fornique, más el otro se hace de rogar, al final cede y la palabra end aparece cuando él la lleva a la cama.

Un tema repetitivo es que ella ha cohabitado con muchísimos copuchentos y él de igual forma se ha comido todo tipo plato que se le cruzó por la calzada, él y ella están hastiados de la falta de sinceridad que reina en su círculo. Ellos se conoce desde hace añadas y conocen sus respectivos ricuculum vitae, pero ellos jamás intercambiaron fluidos ni miradas lascivas. Después de largos diálogos vacíos de contenido se dan cuenta que siempre se amaron en silencio y acaban fornicando ante la mirada del aburrido espectador.

En fin, parece que es la tónica de estos tiempos el divertirse, y divertir a los mirones de esta películas que viven vidas aburridas y que no les queda más remedio que follar con el imperfecto de todos los días hasta que la muerte los separe.