sábado, 30 de enero de 2010

23: El tauromáquico

La marimacho es aquella que hace lo que no debe. Es mala en la cama, pues adopta una posición muy incómoda. Es buena tenerla en la casa, de esta forma usted no necesitará jardinero, plomero, electricista, carpintero, albañil y guarda espalda. Tolera la infidelidad dada su ambivalencia sexual. Si le gusta a usted comer rico, contrate una macanuda cocinera y todo andará sobre rieles.




No se ligue con una que está llena de hermanas, son lo peor; pues usted tendrá tantos concuñados como hermanas tenga la susodicha, y todos los días y a toda hora oirá comentarios de las maravillas que hacen ellos mientras que usted solo piensa en coger.
Que ya compró el último modelo; que es gerente; que le aumentaron el sueldo; que ya tienen el cuarto hijo; que compraron una casona; que tienen quinta; que esta criando gallinas; que corta el césped; que es magnífico plomero; que sale bachiller; que consiguió empleo en la perrera municipal; que es fiel y mil monsergas más, como si a usted le importara un carajo lo que ellos hacen o dejan de hacer.

Lo peor de todo son las reuniones sociales donde la manada se reúne: en un lado las esposas-hermanas y al otro lado los esposos-modelo y alternan la charla banal con comentarios de los últimos éxitos conseguidos por la pareja (¿), y usted se sentirá tan solo como águila en un festín con marsupiales.

jueves, 28 de enero de 2010

22: El tauromáquico

Una hijita de mamá, es el pañuelo donde la madre enjuaga su decepción, desde la niñez la niña-mujer conoce que el hombre es un traidor, dilapidador de la fortuna familiar, irresponsable, mujeriego, borracho, que solo piensa en coger y mil cositas más que la madre ha llenado la cabecita de ideas letales haciendo de su hijita un ser desconfiado, llena de dudas y por ende un fracaso en la cama. Es fácil el reconocerlas, en la primera cita ella sola se descubrirá por sus comentarios acerca de la relación espermática. Un consejo prudente ¡abandónela!, pues, ni para la cama sirven.




Una hijita de papá, es una mujer engreída, está convencida que es merecedora de lo mejor del mundo: vestidos, joyas, diversiones. Quiere mandar y que se le obedezca de inmediato, son buenas en la cama; pero su carácter y su manera de ser la hacen intratable y lo mejor es después del tercer polvacho no volver por el cuarto.

21: El tauromáquico

El amante arisco.
El amante arisco a veces está completamente inseguro de sí. Puede ser inocentón. Puede haber sido jodido en una situación del pasado. (No faltan mujeres sin sentido del humor)

Puede estar acomplejado por su cuerpo o por el tamaño de su pene. La preocupación por el tamaño del pene comienza en la preadolescencia y puede continuar en la edad adulta. Sin embargo, la aprensión acerca del tamaño del pene es una razón por la que el hombre esquiva a su pareja.

Otra razón es el temor de ser vulnerable ante una mujer. Puede parecer un riesgo emocional demasiado grande entrar en contacto y comprometerse en una experiencia sexual. A veces la lectura acarrea estos traumas. (La Dama de las Camelias, Naná, Los amantes malditos y mil títulos más)

Si la iniciativa, esto es, quien comienza la experiencia sexual, es un problema para los dos y tu pareja se enoja contigo por no satisfacer su necesidad sexual, es posible que seas un amante arisco.

Si tienes dificultades para iniciar cualquier tipo de contacto interpersonal, la iniciativa sexual te será particularmente difícil. Tu actitud evasiva probablemente afecte a tu pareja y ponga en marcha tú corona de cuernos.

Tal vez hayas vivido solo durante años y hayas encontrado satisfacción sexual en la masturbación. Anhelas la intimidad sexual, pero al mismo tiempo le temes. Ya que tu pareja no para de asediarte, tú necesitas tomar la iniciativa y no esperar a sentir deseos de tomar la iniciativa.

sábado, 23 de enero de 2010

20: El tauromáquico

Las peleas domesticas es algo natural como las pulgas en el perro.

Para ellas es una forma de aumentar su autoestima para ustedes un dolor en su plano lumbar; por lo tanto usted deberá fomentar dichas peleas así ella subirá en su autoestima en un quinientos por ciento será tan intratable que hasta sus padres la repudiarán y verán en usted a un ángel de la bondad, las vecinas y amigas de ella se compadecerán de usted y tratarán por todos los medios de consolarlo.

19: El tauromáquico

El amante rezongón.
La persona rezongona se alimenta de la patología de otra persona. El marido rezongón conserva la resistencia de su esposa a las relaciones sexuales por medio de sus refunfuños y quejas acerca de su falta de deseos.

Ella necesita que él refunfuñe o sea negativo hacia ella de modo que ella no quiera tener contacto sexual con él, y él necesita que ella se resista a las relaciones sexuales para poder refunfuñar y quejarse. Es casi una danza.

Tú puedes reconocer el patrón que se ha establecido entre ambos. Cada uno hace su parte y bien lo sabe. Casi no sabrías cómo actuar sin la provocación, queja o tristeza constantes que parece interponerse entre los dos.

Es que hay algunos hombres que no pueden vivir sin su hija de puta y algunas mujeres sin su rezongón.

viernes, 15 de enero de 2010

18: El tauromáquico

Usted ¡nunca! Deberá ser dominado por el rencor. No lo olvide; el rencor es dañino, especialmente para su salud, no dormirá bien, se hará renegón (más de lo que ya es) y terminara cagando sangre (las ulceras).

Por lo tanto es de improperio que usted de un manotón o de un sopapo, patada, coz, relincho, grito o lo que mierda sea elimine el rencor, sino el mismo terminará dominándolo y usted terminará esclavo de sus sentimientos frívolos.

Por lo tanto, al primer síntoma de rencor (son fáciles de conocer), por si las moscas le voy a dar algunas pautas:

Primero: no la quiere ver ni en pintura (ergo: las relaciones ya no serán tan satisfactorias como cuando era nuevecita);

Segundo: usted le encuentra defectos que antes hubieran pasado desapercibidos (ya no es la potranca corcoveadora);

Tercero: el dinero que ella le da ya no le alcanza (es lógico y es fácil de suponer en qué gasta usted ahora esos miserables pesos);

Cuarta: la cuarta ya no le satisface y ella se la pasa rezongando;

Quinta: ya no van tan seguido a la quinta (¡para que perder el tiempo!);

Sexta: ella pasa más tiempo en el salón de belleza y generalmente regresa afónica (la comunicación ahora es nula);

Séptima: ella se olvida de su cumpleaños (¡del tuyo jetón!) y usted cree en sus disculpas (la pobre ya esta menopáusica, hasta olvida sus calzoncillos en el salón de belleza);

Octava: ya no existe la octava maravilla del mundo (ella quedó en ruinas);

Novena: y última, usted tiene ganas de ultimarla.

Si usted llegó a la novena es un menso (arroje a un rincón el mamotreto y vaya a mirar los Simpson), un hombre “bien hecho” en la segunda señal toma cartas en el asunto (especialmente aquel mazo que tiene marcas, sólo conocidas por usted) y sale de parranda y en busca de otro sitio de solaz, de ésta forma se libera del rencor y de la vieja.

17: El tauromáquico

El amante desprolijo.

El amante desprolijo no ha aprendido a cuidarse. Puede haber crecido en un hogar que no prestaba atención a los hábitos refinados de una vida culta, o quizás haya rechazado los rezongos de su madre a favor de una actitud más sofisticada. (¡Lávate la cara! ¡Cochino del alma mía!)

Si eres un amante desprolijo, tal vez no prestes atención a tu higiene en general ni a la preparación del cuerpo para la experiencia sexual. El hombre que no se baña, no se afeita y con mala higiene oral raramente atraerá a la mujer de otro. (¡De otro igual a ti!).

Quizás tu desprolijidad se refiera a la falta de atención a los detalles en la experiencia de hacer el amor. No prestas atención al lugar donde apoyas el codo, o a lo que dices o al modo en que mueves tu cuerpo o el suyo. (¡Torpe de mierda!)

Probablemente te des cuenta que eres un amante desprolijo si escuchas los suaves y no tan suaves comentarios que tu pareja ha hecho (¡fíjate carajo! ¡qué mierda estás haciendo!). La compañera del amante desaliñado siente falta de cariño, se siente despreciada y desechada. (Aunque hablando con los dientes para fuera, podemos decir que a algunas mujeres les encanta hacerse coger por un cochino).

También puedes pedirle a tu pareja que acepte tu falta de prolijidad como parte de tu maravillosa personalidad extravagante bloguero; carismático pintor de brocha gorda; o político indigenista bolivariano.

lunes, 11 de enero de 2010

16: El tauromáquico

Como hemos visto, la traición viene aparejada con la mentira, cuantas veces nos hemos dado cuenta que nos traicionaban al darnos cuenta que están utilizando la misma mentira que nosotros usamos (¿será que es una buena mentira?, quizás algún día escriba sobre mis mentiras y el éxito rotundo que tuvieron).

¿Y cómo alguno se da cuenta que le mienten? Es fácil, cuando la persona en cuestión te comienza a hablar uno debe mirarlo fijamente a los ojos, con la mano izquierda en posición decúbito dorsal rascarse un lunar imaginario en el mentón y al mismo tiempo insinuar una sonrisa irónica (debe practicar dos horas diarias frente al espejo), un consejo gratuito: los ojos deben reflejar dureza, el lunar fiereza y la sonrisa irónica debe mostrar junto al lunar y la mirada que no le creemos ni pio.

En este caso, pueden presentarse, tres tipos de respuesta: el tipo o la tipa (bueno para el dolor de muelas), se sonrojan ¡aja! (mentirosa de mierda, ¡te pille); te miran el lunar y te indican que si sigues rascándote se irritará más (éste leyó este post) y finalmente tu le crees (ésta es una maestra y deberás aprender su técnica)

Como ven, nunca es tarde para aprender y eso de cuando más viejo, más zorro y que el diablo sabe más por viejo es verdad (lean el exorcista, el cura era viejo, la madre vejancona, el catre se pudría de viejo), pero si esperan llegar a viejos y recién enterarse que los traicionaron, en ese caso, usted es un pobre hombre traicionado y quizás cornudo (segurísimo, viejo cojudo).

Por lo tanto, a partir de la fecha cómprese un espejo esmerilado de cuerpo entero, aproveche para comprarse un terno de casimir inglés, una corbata y lustre sus zapatos de vez en cuando. ¡No olvide, la mirada, el lunar y la sonrisa!

15: El tauromáquico

El amante inseguro.
Los amantes inseguros luchan con un bajo nivel de amor propio, que nace de necesidades emocionales traídas desde sus familias de origen, de una incapacidad física o de apariencia, de una falta de éxito educacional o vocacional o de daños recibidas en relaciones pasadas. (Es que hay mujeres que descansan sus fracasos orgásmicos en el pene del penetrador).

Los amantes inseguros que en lo profundo de su corazón reconocen que son unos pobres diablos y no responden en una dirección u otra. O son pasivos y complicados, sin expresar jamás sus necesidades o expectativas, o son directa e indirectamente exigentes e insistentes.

Ninguno de los dos deja a la mujer con la tranquila confianza que busca en el hombre que ella cree amar. Sin embargo, tanto tú pareja como tú hallarán un alivio inmediato cuando puedan identificar que sus tensiones sexuales se deben a tú inseguridad. Una vez identificada, puedes trabajar a conciencia en los aspectos de tu personalidad que puedes controlar.

Puedes mejorar tu apariencia, el vocabulario, los hábitos u otras peculiaridades o puedes buscar medios distintos de relaciones sexuales para lograr tu validación.

sábado, 2 de enero de 2010

14: El tauromáquico

¿Todos somos honestos? ¿Qué es la honestidad? Esta es otra palabra, que siempre estamos escuchando, cuando una persona, dice: a mí me gusta que todo sea legal, usted deberá tener cuidado: ¡ese no hace nada legal!

Cuando una persona dice que detesta la mentira, esa persona es una mentirosa. El pez por la boca cae. Por lo tanto, usted deberá, tratar de permanecer con la boca cerrada (¡siempre estar en guardia!) Sería muy triste que se enterarán de la clase de persona que es usted si permanece con la boca abierta (en ese caso use un enjuague bucal).

También deberá tener mucho de no ponerse a babear cuando a su paso pase un culo de película o unos senos generosos. Si la gente lo ve babeando podría pensar que usted padece de hidropónica; reitero el hombre debe estar siempre alerta.

Cuando le pillamos una mentira a la pánfila, inmediatamente, nos damos cuenta que ella no es tan honesta como creíamos, si usted es tolerante, callará, pero un hombre “bien fabricado” deberá, decirle: “eso es una mentira, santa culona” (con voz rotunda), si ella trata de justificar esa mentira, con eso de: “es mi plata y hago lo que quiero”, usted debe retrucar con el san Benito de la honestidad y el ejemplo que recibirán los hijos (si algún día por desgracia, aparecen), usted no debe permitir que ella diga la última palabra, para ello debe estar alerta y colocarse junto a la puerta, trabando con el pie, para evitar el portazo y ella se vaya con el eco de sus voces y usted se quede con un palmo de narices.

Su voz debe ser estentórea (pero no gritar, eso hacen las verduleras en el mercado), usted nunca debe gritar, el grito es señal de cobardía de huida de no me hables de ese modo de no saber que más decir de hurtar la mentira de no me mires así por qué me dio la gana y quien eres tú para criticarme, el que grita ya perdió la batalla dialéctica ¿usted escucho gritar alguna vez a Lenin? ¡Nunca! Usted debe aprender de los grandes oradores y hacer como Demóstenes discursos con una piedra en la boca, si usted es bocón la piedra es grande, si en cambio su boca es chica (¡que da lástima!) entonces utilizar un frejol carioca.

Usted siempre deberá ser honesto (aún cuando diga una mentira), la honestidad deberá ser el lema de todos los días, sus amigos, compañeros de negociados, los contrabandistas a los que usted compra el huisqui, a los del mercado negro a los que compra celulares robados, a sus compañeros de partido, de comparsa y sus amantes deberán saber que “todo” lo que usted hace, dice y actúa es honesto.

Esta es la base del respeto de propios y de extraños.

13: El tauromáquico

El amante aburrido.
Las relaciones sexuales pueden convertirse en una rutina, y te aburre lo repetitivo de tu vida sexual. La misma vieja y la misma posición.

La forma en que hacías el amor hace cinco o quince años no difiere de la forma en que lo haces en la actualidad. Te consideras como una persona cojudamente poco creativa.

Quieres cambiar, pero eres pelotudamente modesto y no tienes idea acerca del modo de experimentar aún cuando hayas sentido la libertad para hacerlo.

Has repetido los mismos pasos para hacer el amor a través del tiempo porque si lo haces de una manera diferente te sientes vulnerable y ansioso.