domingo, 26 de diciembre de 2010
Ni modo. Al leer los comentarios de mis
fans, me vi en la parquedad de poner entre el florete y el tabique a mis
queridas amigas y a sus digeridos y apaciguados consortes e intimarles a ambos
grupos a exteriorizarme fidedignamente sus experiencias concernientes al primer
polvacho.
Ellas al principio se mostraron reacias a la confrontación, pero después de un
breve calentamiento preliminar, ellas aflojaron la tensión y dócilmente se
abrieron y el fruto resulto más o menos así, si la retentiva no me delata:
Se puede decir que la mayoría sabia del asunto por oídas y ninguna experiencia.
Lo hermoso del ritmo tropical se contradice con las letras de las canciones que
inducen a las púberes, a lanzarse con la boca abierta con ansias de beberse
todo; terminando frustradas al sentir en el culo, qué no es como lo describe
Jessica Parker.
Los otros tras la huella de los amigos se metieron a meter temerosos de no
poder encajar y más preocupados por las enfermedades y también por los bebés
que aparecen sin querer.
Algunas estaban tan borrachas que recién al día siguiente se enteraron que se
transformaron en viables.
Los otros deseosos de manifestar su virilidad se sintieron sorprendidos cuando
les dijeron que dejen de menearse y que ya habían acabado y ellos ni cuenta se
dieron.
Otras estaban alegres de la prueba de amor que se entregaban convencidas que
con este gesto, conservarían por siempre a su enamorado y estoicamente se
abrieron, resultando un esfuerzo inútil pues las estadísticas indican lo
contrario.
Otros estaban tan excitados que acabaron en la puerta y hasta la fecha se
chorrean cuando recapitulan el baño de asiento que proporcionaron.
La inspiración onomatopéyica nos recrea mostrándonos que algunas rindieron su
asterisco en ilusión de conservar al galán; seudo convencidas que su pureza
restringida seguía incólume.
Tampoco escapa al lirismo aquella sincopada que quedo traicionada al ver al
minúsculo organillo que pretendía tocar una sinfonía dentro de ella.
Y ni que decir de aquella que al ver el pistolón que pretendía guerrear con
ella, se le mojaron los calzones sin siquiera empezar.
Uno que otro, pasó mucha vergüenza cuando su pajarito se quedo dormido y no
pudo ser despertado por más masajes que le dieron.
Muchos copuchentos se quejaron, pues fueron maltratados sicodélicamente cuando
les exigieron más acción y menos palabras.
Y no falto aquella, que en media faena, se puso a llorar.
Ni esa otra que después de cabalgar unos minutos se rindió cansada y se puso a
mirar una telenovela.
Y esa que comento en medio del ejercicio que nadie quería coger con ella por que
se corrió el rumor que estaba con sida.
Ni que decir que unos quedaron con las rodillas despellejadas; otras con las
nalgas embarradas; otros con tortícolis y algunas se sintieron traidoras a la
amiga íntima. También existió las que se alegraron de hacerse coger por el
marido de la antipática de la Marisela.
Me tomo la libertad de resumir en unas líneas las conclusiones a las que llegue
en base a sus desahogos y las mismas se circunscriben dentro del marco del
pretexto aforístico, que tanto para ellos, como para ellas se constituyó en un
drama, haciendo ahínco que en algunas de ellas se estableció una fobia, algo
difícil de polvear.
Se podría escribir una novela sobre el primer polvo ya que es tan paradójico el
anecdotario y esas alegorías lo retraen hasta achicarlo de vergüenza,
transformándolo en un sainete de tres actos.
Según llegue a entrever, el primer polvo es famoso y siempre es recordado y
todos contentos y felices, ¡¡que nunca más se volviera a repetir!!
Aquellas que se deleitaron son las que tuvieron la dicha de hacerlo con uno que
tenía conocimiento en la taladrilla; y aquellos cojonudos que gozaron y
aprendieron fue porque conjugaron con una experimentalista.
Podemos concluir esta impetración finiquitando con la consumación de que la mayoría
de los que desgarraron y rasgaron su pajarito fueron los cojonudos seducidos
por las charlas de los amigos.
En disparidad con el conjunto, mínima es la cantidad de féminas seduciendo a
los copuchentos con objeto de perder su tela y anexos.
Con todo lo anterior, la tesis sustentada en la hipótesis del primer amor en
función del primer polvo se desmenuza soplada por la brisa del desencanto.
Publicadas por Chaly Vera a la/s 11:15
Pilar Abalorios26
de diciembre de 2010, 13:34
Estupendo resumen, para concluir lo
sabido, el primero es preciso para al instante ser olvidado.
También en estos días, Felicidades!!!
la MaLquEridA26
de diciembre de 2010, 13:48
Desencanto... no has podido resumirlo
mejor, pasó a los anales del olvido y la desilusión.
Abrazo.
María Beatriz26
de diciembre de 2010, 22:46
La inexperiencia trajo resultados que es
preferible olvidar...
Un beso
Maribé
Sabina27
de diciembre de 2010, 21:04
jajaja maravilloso. besos.
osane28
de diciembre de 2010, 11:07
Evidentemente la experienciA es un
grado.
Este pasT te quedo espectacular. Un beso.
María Beatriz28
de diciembre de 2010, 22:45
Paso de nuevo por aquí para desearte que
el año que está por comenzar sea uno de los mejores de tu vida, lleno de Luz y
Amor!
Besos
Maribé
Ico29
de diciembre de 2010, 12:04
pues sí la primera experiencia casi
siempre es frustante…
"¿y esto es todo? pues vaya " fue mi primera experiencia con un
hombre, claro, inolvidable por la mala.jjaja la otra soberbia..me compensó del
resto
un beso y feliz año..
Mina30
de diciembre de 2010, 1:18
Primera experiencia, creo es la que
jamás olvidas y te trae demasiadas cosas buenas o malas.
Felices fiestas para ti, besos
la MaLquEridA30
de diciembre de 2010, 22:45
Un abrazo muy apretado y todo lo mejor
para ti.
Felicidades!!!
Gizela3
de enero de 2011, 15:21
jajaja
Pues yo lo recuerdo con mucha alegría jajajaja
Tiene un sitio especial en mis memorias.
Pero hoy vengo a desearte en este nuevo año, que ya pisa determinante en
nuestro calendario, toneladas de salud, alegrías, amor y caminos felices
Felizzz 2011, para ti y los tuyos!!1
Un abrazote inmenso