miércoles, 27 de febrero de 2013

266: QUÉ COSAS TEMEN LOS COPUCHENTOS

1. Él teme que no cumplas con tus promesas de amor
Para edificar la seguridad de un prójimo es cumplir lo que le prometiste. Así que si le dices que jamás volverás, debes cumplir; si le dices que lo vas a llamar hazlo. Si te agrada ser misteriosa, nunca le digas cuando lo llamarás. Es mejor desgarrar un ofrecimiento y por lo menos él no estará cogido al móvil, hasta en el excusado.

2. Él teme que lo que deseas es tener sexo con él
Esta es una cosa muy espinosa, ya que si haces meneos demasiados rápidos, el creerá que eso es lo que quieres. Si esperas demasiado tiempo, él se imaginará que estás más interesada en prestarse revistas. Así que la mejor manera de resolver esto es ser sincera. Si estás físicamente interesada en avanzar a una acometida, haz que lo sepa. A partir de ahí, él te dará las señales para saber cuándo está listo para el sacrificio.

3. Él teme que estés con otros
Siempre se honesta al respecto, -citarse con más de uno al mismo tiempo, es perfectamente admisible – simplemente no debes permitir que él se entere. Ten en cuenta que una vez que ambos se convierten en pareja debes de respetar los apetitos de ambos.

4. Él teme que no estés tan interesada
Podrías hacerle saber lo exclusivo que es para ti, gritándole en las orejas con un tono arrebatador. Encuentra maneras de hacer que el copuchento se considere exclusivo a través de una mueca romántica, es algo que él lo apreciará.

5. Él teme que lo estás adulterando
Si él jamás te ha visto y solo se imagina, discute el asuntechi y hazle saber que estás sutilmente comprometida con la reciprocidad y que no tienes ninguna intención de cambiarlo. Cuantiosos copuchentos tienen una inconmensurable ansiedad por el rendimiento en el gabinete. Si la vida sexual va regular, asegúrate de que él lo sepa.


El meneo en las relaciones es durísimo. Pero si físicamente te impacientas por él, con un exiguo de presupuesto y espontaneidad, puedes hacer que se juzgue más seguro de su desempeño y desarrolle su engreimiento.

sábado, 23 de febrero de 2013

265: Desconsolado mire por donde huir de esos ojos de mirada serena.

Tienes que entender el lenguaje de los ojos, y, tienes que descifrar las señales que ella te envía, tanto de interés como de desinterés –Gustavo me instruía en el arte de la guerra orgasmástica.

¿Cómo me daré cuenta si ella me consiente? Ella mirará a su alrededor, arriba y abajo, pero en realidad está moviendo la cabeza y los ojos para que tú te des cuenta de que ella te está buscando. Puede parecer que está distraída, traspapelada, pérdida, despistada, desorientada, pero nunca es así.

¿Y si no me está buscando a mí? Si sus ojos permanecen altivos, tiene el cuello estirado y los labios fruncidos, es que no es a ti a quien busca, no insistas demasiado, a no ser que quieras jugar a ponerla nerviosa. Cuando una prójima está interesada en ti, cada vez que te menees, ella estará atenta, aunque parezca que está hablando con alguien, su radar detectará tus movimientos y te buscará con la mirada. Primero utilizará miradas rápidas, y luego, poco a poco, irá deteniendo sus ojos en ti cada vez más.

¿Y si solo está coqueteando? Pues, ella está ensayando su capacidad de seducción. Suele ocurrir con las prójimas que ya no están muy seguras de sus encantos. En otras ocasiones, simplemente están jugando contigo. Se divierten un rato cruzando miradas y luego se van.

Ellas practican constantemente para ver qué efecto provocan en los copuchentos que les interesan. Saben lo que quieren, y lo tienen bastante claro, y no dudan en jugar a la falsa seducción si es preciso. Tú has de hacer lo mismo, tienes que saber leer el lenguaje corporal para entender lo que te está gritando.

No te pases media vida mirándola. El juego de las miradas tiene una duración corta, no lo alargues eternamente. Cuando ella te ha dedicado una mirada segura, sus labios y su cuello no están tensos, y muestra su cuerpo sin taparlo con los brazos o esconderlo, es que está preparada para que te acerques a ella. En los tiempos en que vivimos, tampoco sería raro que fuera ella quien se acercara a ti.

lunes, 18 de febrero de 2013

264: Tus palabras son un instrumento esencial en el progreso de la penetración objetiva y tangible de tu copuchento. Esto es lo que todo copulador debe de escuchar...

1. ¡Eres muy especial!
Hazle saber que tu amor es incondicional, que lo quieres como es y que te preocupa su bienestar. Cuando tengas que corregirlo, aclárale que su ímpetu es lo que debe cambiar, no él. Qué conciba que forma parte de ti, le brindará confianza.

2. ¡Lo hiciste muy bien!
Felicítalo cada vez que tenga un acierto, pero no sólo te enfoques en el resultado final, sino reconoce el esfuerzo.

3. ¡Cuentas conmigo!
No basta decírselo, demuéstralo. Cuando quiera hablar contigo, míralo a los ojos para que tenga la certeza de que lo estás escuchando. Dedica un tiempo para darle toda tu atención.

4. ¡Tú puedes!
Motívalo a enfrentar nuevas posiciones. Correr pequeños apuros le brinda ocasión de lograr el premio y desarrollar tolerancia a la frustración. En lugar de hacer las cosas por él, déjalo que experimente y busque soluciones. Si falla, ayúdalo a afrontar la desilusión. Busca el punto medio entre tu patrocinio y su firmeza.

5. ¡Inténtalo hasta que lo logres!
Es probable que cometa errores en la trocha hacia nuevos entierres. Por eso no lo alejes de las situaciones en las que puede fracasar sino, por el contrario, impúlsalo a que pruebe una y otra vez hasta que estés satisfecha con lo obtenido. Aprender de sus equivocaciones le sirve para confiar más en lo que puede hacer.

6. ¡Estoy orgullosa de ti!
Celebra sus éxitos y reconócelo en voz alta. Dile lo feliz que te hace que sea tu copulador y cuánto te gusta ser su copuladora. Haz que disfrute cada logro personal, no sólo por tu reacción sino por satisfacción propia y resultado.

7. ¡Como tú, no hay dos!
Muéstrale que cada copuchento tiene características y mañas particulares que son valiosas. Evidencia sus puntos fuertes para que esté más consciente de ellos y cambie los movimientos negativos.

8. ¿Por qué lo hiciste?
Marcar límites claros también es una muestra de amor y son necesarios para entender que cada acción tiene una consecuencia. La falta de continuidad en la cama te provoca ansiedad e inseguridad.

9. Está bien expresar lo que sientes
Manifiesta empatía hacia sus sentimientos, no lo juzgues o critiques por eso. Su franqueza te permitirá guiarlo para que aprenda a distinguir y manejar sus sobrexcitaciones.

10. ¡Tú belleza es única!
Permítele elegir su ropa e invítalo a realizar una actividad física que le guste. No olvides revelarle que, más allá del físico, los valores intrínsecos son los que enaltecen y distinguen a los copuchentos.

Además...
- Te quiero
- No se puede poseer todo en la vida
- ¿Cómo te atreviste a terminar?
- No pongas a otros cuernos, si no quieres que yo te ponga a ti

Está entrega fue posible gracias a http://ariadnabb.blogspot.com

sábado, 9 de febrero de 2013

263: MIENTE.MIENTEME, DIME QUE ME AMAS

Varios son los pretextos que utilizan los copuchentos para ponerte en reserva, esperando conseguir y buscando que te alejes y no te desenfuerces más. Lo hacen para no herir tus ovarios, porque no desean cargar con el ardor de haberte fracturado el calzón.

El asuntechi es que generan un mensaje ambiguo en el cual algunas prójimas caen, y siguen lidiando, ostentando méritos, autocalificándose, exponiéndose, vendiéndose, en últimas descalzándose y reggeteando su propio valía. Si rebajas tu precio no te muestras como premio, sino como oferta.

Heme acá con las académicas:

1. Acabo de salir de una relación espermática estresante.
2. Mis heridas aún siguen frescas
3. Estoy con el trabajo hasta el jopo
4. Eres maravillosa, solo te pido un compás de espera
5. Tú te mereces algo mejor que un cornudo
6. Las pensiones me tienen acogotado
7. Asumo complicaciones con la banca privada
8. Estoy muy ligado con mis amigos de la infancia
9. Vivo con mi madre
10. No tengo dinero, no tengo carro y no tengo ganas
11. ¡¡Odio que me den órdenes!!


Sencillo, claro y directo. No te obsesiones por conseguir un sí, no te obsesiones por hacerlo cambiar de opinión. No le digas: me encargaré de hacer que vires de opinión o pronto desembucharás que me amas o haré lo que sea para ganar tu corazón. Eso, binocularmente, se llama suplicar e implorar.

Alguna pensará: conozco a alguna que insistió e insistió y al final él claudicó; si bien una palabra machuca y machuca, la repetición puede llegar a cuestionar a ciertos imperfectos y hacer que se arriesguen a intentarlo. Y quiero que prestes mucha atención a esa palabra, porque lo define todo. Una cosa es intentar hacer algo, y otra desear y estar convencido de hacer algo. Ese intentarlo se debe a la insistencia que has hecho y a la confusión mental, donde él se dice: ¿será que podré aguantarla?, ¿será que lograré enamorarme? o “esto que tocó ¿será que es amor?

Es evidente que no siempre la atracción es instantánea y fulgurante, como les han dicho algunas amigas, ¡¡que te verá y caerá rendido a tus pies!! Y te dirá: ¡¡haz lo que quieras conmigo!! ¿Tu casa o la mía? A veces las cosas se dan y pasa algo entre sabanas; pero habitualmente la atracción se construye: inicias con ciertos semáforos y la cosa va evolucionando hasta que confirmas esos itinerarios iniciales de atracción o suprimes al copuchento, y te das cuenta que ese sentimiento inicial fue majadero.

¿Cuál es tu vil enemigo? El desasosiego, el deseo de tener algo entre las piernas, el miedo a no encontrar algo mejor y que buscas amor y aprobación en otra persona.

Lamentablemente el no, el rechazo crea en ti una fuerza incontrolable que deseas obtener un sí a como dé lugar, y el rechazo te frustra enormemente y algo dentro de ti busca demostrar a tus amigas que lo puedes conquistar.

A intervalos lo consigues.


jueves, 7 de febrero de 2013

262: AQUELLA QUE PIENSA QUE LOS FRACASOS QUE LE IRRITAN DEL IMPERFECTO ES SÓLO ASUNTO DE ÉL, SE EQUIVOCA. SI TÚ NO TE PREOCUPAS DE TUS MARCAS PARA SUPERARLOS, TU PEOR ES NADA SE REFLEJARÁ EN TÚ ACTITUD Y TAMPOCO SE OCUPARÁ DE LOS SUYOS.

Cuando pongan en común lo aprendido cada uno, podrán enriquecerse mutuamente con las posiciones que hayan ejercitado cada uno con los vecinos/as. Por un lado comparten lo positivo, por el otro pueden ser el modelo para aprender a superar lo negativo, y además descubrir las fantasías desconocidas para ambos.

Si no tratan de ocuparse de ustedes mismos, todo aquello que no trabajen invade el terreno del otro y el conflicto está servido. Proyectar la necesidad de cambio, que no es otra cosa que la necesidad que tienen ustedes de hacerlo en alguna otra faceta de su vida. Es el patrón de cabalgador-cabalgadura. No sólo es el montador el que invade, también lo es consigo misma la que lo permite. El invasor externo no es más que la materialización del interno, cuando el miedo y la ira invaden nuestros pensamientos y sentimientos atraemos a personas que recogen esa energía y nos la proyectan. Las personas atrapadas en este patrón son víctimas del otro tanto como de sí mismos.

Para salir de ese patrón en el que un polo negativo alimenta al otro no existe más camino que ejercitar el de benefactor-beneficiado, es decir, profundizar en la ciencia de hacerse feliz a uno mismo y beneficiar al otro por reflejo.

No somos lo que creemos que somos, somos lo que elegimos SER. No se trata luchar contra la monotonía sino alimentar la magia, o criticar lo malo sino encontrar y alimentar lo bueno. Para vencer los defectos no hemos de pensar en cómo luchar contra ellos, sino pensar, sentir, estudiar, ejercitar y vivir las virtudes contrarias.

1.- Haz una lista de lo que desees recibir de tu copuchento.
• Desearía que me hiciera más cositas
• Que prefiriera estar conmigo en lugar de estar con sus amigos.
• Que se ocupara más de lo que siento.
• Que tuviera más detalles en el precoito
• Que pensara más en cómo hacerme gozar.
• Que respete mis pasiones.

2.- Pregúntate si piensas, sientes o haces eso mismo por ti.
Comprobarás que pretendes que los demás hagan por ti lo que tú no sueles hacer por ti misma. Por ejemplo y siguiendo con la lista anterior:
• ¿Eres de las que te masturbas o de las que siempre esperan que te lo haga él?
• ¿Prefieres estar contigo misma, en tus proyectos, ocupada contigo misma, o fuera de ti pensando en otros, como por ejemplo dónde estará tu pareja? Cuanto más centrada en ti misma estés, más lo estará tu pareja, puesto que es tu reflejo.
• ¿Te ocupas de lo que sientes o te torturas pensando en lo que hace o deja de hacer él?
• ¿Tienes detalles contigo misma? ¿y con él?
• ¿Piensas en cómo hacerte gozar a ti misma o más bien en cómo él debería hacerlo?
• ¿Respetas tus pasiones o eres de las que te obligas a hacer cosas por lo que dirán, o por evitar un enfrentamiento?

3.- ¿Qué puedo hacer yo por mi felicidad?
Como tu imperfecto es el reflejo de ti misma, todo lo que sepas hacer por ti, sabrás cómo avisar a tu pareja, y tras un periodo de adaptación y de mantenerte en tu nueva actitud, conseguirás que tu reflejo en el exterior cambie también. Disfruta de hacer por ti lo que deseas que los demás hagan por ti.

4.- Ahora que ya sé hacerme feliz ¿Cómo puedo hacer yo feliz a los demás?
Eso mismo que ya sabes hacer contigo misma puedes ahora proyectarlo fuera hacia tu pareja y al resto del vecindario. Pero no porque necesites que te lo devuelvan, sino porque disfrutas de entregarte a los demás.

Algunas conclusiones
• Si te planteas una copulación desde la privación y el menoscabo, es decir, si buscas a alguien para compensar tus deficiencias, atraerás a alguien que buscará en ti también a alguien que compense las suyas. Si piensas en pedir, te pedirán.

• Si te planteas una copulación desde lo que puedas ofrecer, desde lo que tienes de bueno y desees compartir, encontrarás una relación en la que se puede construir desde las pasiones de ambos, una relación que podrá evolucionar. Cada uno aprenderá de lo mejor del otro. Si piensas en ofrecer, te ofrecerán.

• Piensa que la que tiene un patrón de carencia en algo tiene excesos en otra faceta de su personalidad. Alguien que tiene ese patrón en su vida es porque tiene asociado algo bueno y positivo a ella. Por ejemplo, hay quien piensa que cuanto más sexo, mejor. Y en la mayoría de los casos así es.

• Si ya no te satisfacen los opuestos piensa en el equilibrio, la mejor virtud en la pareja. La justa medida es el equilibrio, los extremos nunca fueron lo mejor puesto que son destructivos. Es pasar de la idea de “bueno” y “malo”, a que lo mejor es el centro. Si eres de las que tienen asociado que el equilibrio es aburrido, desengáñate, lo aburrido es tener que recuperarse de los estragos que causan los extremos.