viernes, 27 de diciembre de 2024

0908: POQUITA COSA

Hace unos día invité a Yulia Vasilievna, la institutriz de mis hijos, a que pasara a mi despacho. Teníamos que ajustar cuentas.

-Siéntese, Yulia Vasilievna -le dije-. Arreglemos nuestras cuentas. A usted seguramente le hará falta dinero, pero es usted tan ceremoniosa que no lo pedirá por sí misma... Veamos... Nos habíamos puesto de acuerdo en treinta rublos por mes...

-En cuarenta...

-No. En treinta... Lo tengo apuntado. Siempre le he pagado a las institutrices treinta rublos... Veamos... Ha estado usted con nosotros dos meses...

-Dos meses y cinco días...

-Dos meses redondos. Lo tengo apuntado. Le corresponden por lo tanto sesenta rublos... Pero hay que descontarle nueve domingos... pues los domingos usted no le ha dado clase a Kolia, sólo ha paseado... más tres días de fiesta...

A Yulia Vasilievna se le encendió el rostro y se puso a tironear el volante de su vestido, pero... ¡ni palabra!

-Tres días de fiesta... Por consiguiente descontamos doce rublos... Durante cuatro días Kolia estuvo enfermo y no tuvo clases... usted se las dio sólo a Varia... Hubo tres días que usted anduvo con dolor de muela y mi esposa le permitió descansar después de la comida... Doce y siete suman diecinueve. Al descontarlos queda un saldo de... hum... de cuarenta y un rublos... ¿no es cierto?

El ojo izquierdo de Yulia Vasilievna enrojeció y lo vi empañado de humedad. Su mentón se estremeció. Rompió a toser nerviosamente, se sonó la nariz, pero... ¡ni palabra!

-En víspera de Año Nuevo usted rompió una taza de té con platito. Descontamos dos rublos... Claro que la taza vale más... es una reliquia de la familia... pero ¡que Dios la perdone! ¡Hemos perdido tanto ya! Además, debido a su falta de atención, Kolia se subió a un árbol y se desgarró la chaquetita... Le descontamos diez... También por su descuido, la camarera le robó a Varia los botines... Usted es quien debe vigilarlo todo. Usted recibe sueldo... Así que le descontamos cinco más... El diez de enero usted tomó prestados diez rublos.

-No los tomé -musitó Yulia Vasilievna.

-¡Pero si lo tengo apuntado!Bueno, sea así, está bien.

-A cuarenta y uno le restamos veintisiete, nos queda un saldo de catorce...

Sus dos ojos se le llenaron de lágrimas...

Sobre la naricita larga, bonita, aparecieron gotas de sudor. ¡Pobre muchacha!

-Sólo una vez tomé -dijo con voz trémula-... le pedí prestados a su esposa tres rublos... Nunca más lo hice...

-¿Qué me dice? ¡Y yo que no los tenía apuntados! A catorce le restamos tres y nos queda un saldo de once... ¡He aquí su dinero, muchacha! Tres... tres... uno y uno... ¡sírvase!

Y le tendí once rublos... Ella los cogió con dedos temblorosos y se los metió en el bolsillo.

-Merci -murmuró.

Yo pegué un salto y me eché a caminar por el cuarto. No podía contener mi indignación.

-¿Por qué me da las gracias? -le pregunté.

-Por el dinero.

-¡Pero si la he desplumado! ¡Demonios! ¡La he asaltado! ¡La he robado! ¿Por qué merci?

-En otros sitios ni siquiera me daban...

-¿No le daban? ¡Pues no es extraño! Yo he bromeado con usted... le he dado una cruel lección... ¡Le daré sus ochenta rublos enteritos! ¡Ahí están preparados en un sobre para usted! ¿Pero es que se puede ser tan tímida? ¿Por qué no protesta usted? ¿Por qué calla? ¿Es que se puede vivir en este mundo sin mostrar los dientes? ¿Es que se puede ser tan poquita cosa?

Ella sonrió débilmente y en su rostro leí: "¡Se puede!"

Le pedí disculpas por la cruel lección y le entregué, para su gran asombro, los ochenta rublos. Tímidamente balbuceó su merci y salió... La seguí con la mirada y pensé: ¡Qué fácil es en este mundo ser fuerte!

Antón Chéjov

 

sábado, 21 de diciembre de 2024

0907: Crisanta

 — No te apures, Simón, luego la arreglamos. Esto pasa siempre con las primerizas... ¡Hum, las veces que me ha tocado batallas con ellas...!

— Obre Dios 

— ¿Hace mucho que te empezaron los dolores hija?

Y Crisanta tuvo por respuesta sólo un rezongo.

— Vamos a ver, muchacha —siguió Altagracia—: dobla tus piernas...Así, flojas. Resuella hondo, puja, puja fuerte cada vez que te venga el dolor... Más fuerte, más... ¡Grita, hija...!

Crisanta hizo cuanto se le dijo y más; sus piernas fueron hilachos, rugió hasta enronquecer y sangró sus puños a mordidas.

— Vamos, ayúdame muchachita —suplicó la vieja en los momentos en que pasaba rudamente sus manos sobre la barriga relajada, pero terca en conservar la carga...

Y los dedazos de uñas corvas y negras echaban toda su habilidad, toda su experiencia, todas sus mañas en los frotamientos que empezaban en las mamas rotundas, para acabar en la pelvis abultada y lampiña.

Simón, entre tanto, habíase acurrucado en un rincón de la choza; entre sus piernas un trozo de madera destinado a ser cabo de azadón. El chirrido de la lima que aguzaba un extremo del mango distraía el enervamiento, robaba un poco la ansiedad del muchacho.

— Anda, madrecita, grita por vida tuya... Puja, enconrajínate... Dime chiches de perra; pero date prisa... Pare, haragana. Pare hembra o macho, pero pronto... ¡Cristo de Esquipulas!

La joven no hacía esfuerzo ya; el dolor se había apuntado un triunfo.

Simón trataba ahora de insertar a golpes el mango dentro del arillo del azadón; de su boca entreabierta salían sonidos roncos.

Altagracia sudorosa y desgreñada, con las manos tiesas abiertas en abanico, se volvió hacia el muchacho quien había logrado, por fin, introducir el astil en la argolla de la azada; el trabajo había alejado un poco a su pensamiento del sitio en que se escenificaba el drama.

— Todo es de balde, Simón, viene de nalgas —dijo la vieja a gritos, mientras se limpiaba la frente con el dorso de su diestra.

Y Simón, como si volviese del sueño, como si hubiese sido sustraído por las destempladas palabras de una región luminosa y apacible:

— ¿De nalgas? Bueno... ¿y‘hora qué?

La vieja no contestó; su vista vagaba por el techo del jacal.

— De ahí —dijo de pronto—, de ahí, de la viga madre cuelga la coyunda para hacer con ella el columpio... Pero pronto, muévete — ordenó Altagracia.

— No, eso no —gimió él.

— Anda, vamos a hacer la última lucha... Cuelga la coyunda y ayúdame a amarrar a la muchacha por los sobacos.

Simón trepó sin chistar por los amarres de los muros pajizos e hizo pasar la cinta de jarcia sobre el morillo horizontal que sostenía la techumbre.

— Jala fuerte... fuerte, con ganas. ¡Hum, no pareces hombre...! Jala, demonio.

A poco Crisanta era un títere que pateaba y se retorcía pendiente de la coyunda.

Altagracia al cuerpo de la muchacha... Ahora más que pelele, era una péndola de tragedia, un pezón de delirio...

Pero Crisanta ya no hacía nada por ella, había caído en un desmayo convulsivo.

— Corre, Simón —dijo Altagracia con acento alarmado—, ve a la Dios y de María Santísima... Le voy a trincar la cintura con mi rebozo, a ver si así sale... ¡Corre por vida tuya!

Simón ya no escuchó las últimas palabras de la vieja; había salido en carrera para cumplir el encargo.

En el camino tropezó con Trinidad Pérez, su amigo el peón de la carretera inconclusa que pasaba a corta distancia de Tapijulapa.

— Aguárdate, hombre, saluda siquiera —gritó Trinidad Pérez

— Aquella está pariendo desde antes de que el sol se metiera y es hora que todavía no puede —informó el otro sin detenerse.

Trinidad Pérez se emparejó con Simón, los dos corrían.

— Le está ayudando doña Altagracia... por luchas no ha quedado.

— ¿Quieres un consejo, Simón?

— Viene...

— Vete al campamento de los ingenieros de la carretera. Allí está un doctor que es muy buena gente, llámalo.

— ¿Y con qué le pago?

— Si le dices lo pobres que somos, él entenderá... Anda, déjate de Altagracia.

Simón ya no reflexionó más y en lugar de torcer hacia la tienda, tomó por el atajo que más pronto lo llevaría al campamento. La luna, muy alta, decía que la media noche estaba cercana.

Frente al médico, un viejo amable y bromista, Simón el indio zoque no tuvo necesidad de hablar mucho y, por ello, tampoco poner en evidencia su mal español.

— ¿Por qué se les ocurrirá a las mujeres hacer sus gracias precisamente a estas horas? —se preguntaba el doctor a sí mismo, mientras un bostezo ahogaba sus últimas palabras... Mas luego de desperezarse, añadió de buen talante—: ¿Por qué se nos ocurre a algunos hombres ser médicos? Iré, muchacho, iré luego, no faltaba más... ¿Está bueno el camino hasta tu pueblo?

— Bueno, parejito, como la palma de la mano...

El médico guardó en su maletín algunos instrumentos niquelados, una jeringa hipodérmica y un gran paquete de algodón; se caló su viejo ―panamá‖, echó ―a pico de botella‖ un buen trago de mezcal, aseguró sus ligas de ciclista sobre las ―valencianas‖ del pantalón de dril y montó en su bicicleta, mientras escuchaba a Simón que decía:

— Entrando por la zurda, es la casita más repegada a la loma.

Cuando Simón llegó a su choza, lo recibió un vaguido largo y agudo, que se confundió entre el cacareo de las gallinas y los gruñidos de ―Mit-Chueg‖, el perro amarillo y fiel.

Simón sacó de la copa de su sombrero un gran pañuelo de yerbas; con él se enjugó el sudor que le corría por las sienes; luego respiró profundo, mientras empujaba tímidamente la puertecilla de la choza.

Crisanta, cubierta con un sarape desteñido, yacía sosegada. Altagracia retiraba ahora de la lumbre una gran tinaja con agua caliente, y el médico, con la camisa remangada, desmontaba la aguja de la jeringa hipodérmica.

— Hicimos un machito —dijo con voz débil y en la aglutinante lengua zoque Crisanta cuando miró a su marido. Entonces la boca de ella se iluminó con el brillo de dos hileras de dientes como granitos de elote.

— ¿Macho? —preguntó Simón orgulloso—. Ya lo decía yo..

martes, 17 de diciembre de 2024

0906: Un individuo sorprendió a su mujer en la cama con otro...

 Buscó una pistola  y con cuidado para no ser percibido por los Infieles, apuntó y cuándo ya estaba listo para disparar la primera bala, se paró a pensar.

Fue entonces cuándo se dio cuenta cómo había mejorado en los últimos tiempos su vida de casado .

Su esposa ya no le pedía dinero para comprar carne ni para comprar vestidos, joyas o zapatos, a pesar de que todos los días aparecía con un vestido nuevo, una joya nueva o unas sandalias de marca, y hasta algunos días comían pescado fresco y marisco

Los niños cambiaron la escuela pública del barrio por un colegio privado en una zona elegante de la ciudad.

Y qué decir del nuevo 4x4 que su mujer había comprado, a pesar de que él no había tenido aumento de sueldo en los últimos cuatro años y que por eso ya no le daba dinero todos los meses.

Nunca habían tenido tanta abundancia en casa como en los últimos meses.  Las cuentas de luz, gas, agua, teléfono, móvil, internet y de las tarjetas de crédito, hacía tiempo que ni oía hablar de ellas.

El caso es que su mujer era un BOMBÓN. Una mezcla de Nicole Kidman con Khaterine Zeta Jones enriquecida en un caldo de Elizabeth Hurley

Una hembra de locos, súper guapa y con un cuerpazo

Guardó el arma con el mismo cuidado para no ser percibido y fue saliendo de la casa sin hacer ruido para no molestar a la pareja, paró en la puerta, encendió un cigarrillo, reflexionó un poco y dijo para sí mismo:

- El tío paga la servidumbre

- el supermercado

- la educación de los niños

- las cuentas de la casa

- el coche.

¡Todos los gastos!

Y yo me voy a la cama con ella todos los días... y gratis...

- ¡Qué coño!... ¡El CORNUD0 es él!  


sábado, 14 de diciembre de 2024

0905: frases de Wayne Dyer

1 . En verdad no puedes crecer y desarrollarte si sabes las respuestas antes que las preguntas

Realizar las preguntas necesarias en la vida es más difícil de lo que parece.


2. El apego a tener la razón crea sufrimiento. Cuando tienes una opción de tener razón, o ser amable, elige el modo de ver que su sufrimiento desaparezca

Todo aquello que nos permita estar bien con los demás nos hará más feliz.


3. Lo que sale de ti cuando estás comprimido, es lo que hay dentro de ti

La verdadera naturaleza de los seres humanos aparece en los peores momentos de la vida.


4. Tu reputación está en manos de otros. Eso es lo que es la reputación. No se puede controlar. Lo único que se puede controlar es tu carácter

Es por eso que la reputación no debe preocuparnos en absoluto.


5. Cuando estamos en el miedo, no hay espacio para el amor, y cuando estamos sin amor, no hay lugar para el miedo

Las dos emociones que considera más importantes para el ser humano este gran psicólogo.


6. El progreso depende de seres que son innovadores, que rechazan los convencionalismos y modelan sus propios mundos

Solo así es posible progresar y avanzar en la vida.


7. Empieza con el fin en mente. Empieza con el resultado final y trabaja hacia atrás, para hacer que tu sueño sea posible

La visualización y la voluntad tienen poderes verdaderamente asombrosos.


8. El conflicto no puede sobrevivir sin tu participación

Es por eso que evitar el conflicto solo depende de nosotros.


9. Tú tienes todo lo necesario para la paz completa y total felicidad en este momento

La felicidad depende de nosotros mismos.


10. No tienes que ser mejor que cualquier otra persona, sólo tienes que ser mejor de lo que solías ser

Si logramos nuestra mejor versión de nosotros mismos, habrá valido la pena el esfuerzo.


11. No tengo absolutamente ningún límite en la intención de crear

Los límites nos los imponemos nosotros mismos.


12. Somos lo suficientemente divinos como para preguntar, y somos lo suficientemente importantes como para recibir.

Creyendo en nosotros mismos lograremos llegar a cualquier cota que nos propongamos.


13. Valora el momento presente. Aférrate a cada momento de tu vida y saboréalo

Una filosofía que comparten la mayoría de religiones orientales.


14. El cielo en la Tierra es una elección que debes hacer, no es un lugar que debes encontrar

Encontrar el paraíso y la felicidad depende de nosotros mismos.


15. Las circunstancias no hacen un hombre, lo revelan

Son los peores momentos de la vida los que nos hacen ver de qué esta hecha cada persona.


16. Cómo te trata la gente es su karma; cómo reaccionas es el tuyo

Ser capaces de gestionar todo aquello que nos encontramos en la vida es una virtud muy importante.


17. Si nos centramos en lo que es feo, atraemos más fealdad en nuestros pensamientos, y luego en nuestras emociones, y en última instancia en nuestras vidas

Visualizar aquello que nos es positivo, los logros y la felicidad nos ayudará a alcanzar todo lo bueno que el futuro nos depara.


18. Sólo hay dos emociones básicas: una es el miedo, la otra es el amor

Con estos dos elementos se crean todas las demás.


19. La búsqueda de la aprobación se convierte en una zona errónea sólo cuando se convierte en una necesidad en vez de un deseo.


viernes, 6 de diciembre de 2024

0904: .....

 Esta mañana entré a un bar a tomarme un cafecito antes de entrar a trabajar y me encontré con la sabia que estaba tomando una cerveza.

Le pregunté si festejaba algo y me dijo que obvio...su existencia!

Y me dijo:

- "Ese cuento de "la vida te enseña", ni te lo creas!

La vida te presta el escenario para que te subas a él y seas la protagonista y te dice:

"Tú sabrás si vas a protagonizar una comedia y divertirte o un drama para vivir llorando. Te permite también que elijas quien estará en tu obra, con roles secundarios y te indica:

Si te equivocas en elegir, no tengo nada que ver, pero si te va genial tampoco, porque el autor eres exclusiva-mente tú.

Así que tomate una cerveza, festejando que HOY puedes elegir y decidir quienes están en el guion de tu vida en este día, porque son capítulos diarios.

Eres director y protagonista.

Elige bien!"

Y siguió con su cervecita...

(Una genia...pensé) 


lunes, 2 de diciembre de 2024

0903: el rey del polvorete

-Buenas, quisiera un buen gallo que cubra a todas mis gallinas 

- ¿Cuantas gallinas tiene? 

- 180 

Y le saca un gallo francés, enorme, fibroso, cresta levantada y ojos azules

- Tome este, es Philipe Le Cock, no falla.

Cuándo llega a la granja, el gallo sale corriendo, caza la primera gallina, le echa dos felicianos, agarra la segunda y le echa el primero y cuándo le está echando el segundo se queda frito. El granjero dice: 

- ¡¡Que mierda de gallo me vendieron!! Zumba dos gallinas y ya no puede más...

Entonces coge al gallo por la cresta, se lo lleva al gallero y le explica lo que le pasó. 

El gallero se disculpa y le saca un gallo japonés imponente con la cresta tiesa y los ojos grises

- Este es el "Nico Sumo" pruébelo y después me cuenta.

El granjero lo suelta en el gallinero y el gallo sale desesperao.. se zumba a la primera gallina, agarra a la segunda y, a la tercera le hace el 69 y cuándo está con la cuarta revienta y cae muerto en medio del gallinero 

- Este es el segundo gallo que me vendes y ¡¡¡revienta como el

- lagarto de Jaén!!! 

Entonces el gallero le saca un gallo español, de las tierras de Andalucía, todo flaco, pelón, ojeroso, con resaca y le dice al granjero: 

- Mire señor es lo único que me queda, se llama Manuel.. 

- ¿Que voy a hacer con este jodío gallo flaco y pelao?- Pero lo compra y... lo suelta en el gallinero 

El gallo sale enajenado y se zumba a las 180 gallinas, cada una con una posición distinta, luego pega una segunda vuelta, sale corriendo, se zumba a la marrana... 

¡¡Que fenómeno es este gallo!!! piensa el granjero 

Y las gallinas alucinadas con Manuel: que Manué esto... que qué bien se entrega a la pasión, que qué bien me pica,  que si con tres al mismo tiempo... 

Al día siguiente lo suelta de nuevo, le pega dos vueltas al gallinero, dándole a todo lo que tenía plumas, sale corriendo y se tira a la cabra, a la burra, al perro, al gato, a la vaca... 

¡¡¡Jodío gallo, si jodes a toda la granja te voy a matar!!! 

Al día siguiente va a buscar al gallo y encuentra la jaula desarmada y todas las gallinas emocionadas, la vaca con las patas para arriba y a la cabra suspirando por Manuel... 

Dice ¡¡¡ Nooooo!!! Se me ha escapado el gallo. 

Entonces coge el caballo y sale en busca de Manuel 

Siguiendo la pista dejada por él... tres ardillas derrengás, un borrego poniéndose crema anti-inflamatoria, un venado con hemorroides y de repente a lo lejos ve al Manuel despachurrao en el suelo, inmóvil el pobrecito, esperando... 

Mientras los cuervos esperaban a que se muriera... 

¡¡¡¡¡Noooo, Manuéeeeel!!!! ¡¡¡¡No te mueras!!! ¡¡¡Manuéeeeeeeel!!!! 

Al fin encuentro un gallo de verdáaaaa y se me muere!!!.... 

Manuel abre un ojo... Mira al granjero y señalando a los cuervos dice:

-Ssshhhh... cállate cabrón...  ¡¡¡Que me espantas a las morenazas!!!!