jueves, 29 de agosto de 2024

0882: Aníbal

 En los relatos literarios resplandece la fábula de Aníbal el melancólico, conocido por su rostro sombrío que lo definía. Habitaba en soledad en su pequeña cabaña, donde la paz interior le era esquiva. Como un laborioso campesino, cada día se dirigía a la cerca para trabajar, y al caer la noche, regresaba a su hogar, donde se recluía sin anhelar salir. 

Una noche, mientras Aníbal el melancólico se sumía en el sueño, tuvo una visión extraña; de repente, sintió un agudo dolor en sus oídos, de los cuales emergieron seres de apariencia demoníaca. Al despertar, Aníbal el melancólico se quedó atónito al descubrir a esas criaturas, lo más asombroso era que habían surgido de sus propios oídos.

 Aníbal, el melancólico, después de ver a  aquellos pequeños seres, decidió no prestarles atención y se dejó llevar por la tristeza que tan bien conocía. Sin embargo, al amanecer del día siguiente, se encontró con otra inesperada sorpresa: los diminutos demonios habían tomado la iniciativa de organizar su hogar, que se encontraba en un estado de caos. Barrían los suelos y sacaban la basura al exterior... Ante esta nueva sorpresa, Aníbal, una vez más, optó por ignorar lo sucedido y tomó su mochila, preparándose para ir a trabajar en la cerca.

 Al caer la tarde, tras un agotador día de trabajo, Aníbal, el melancólico, cruzó el umbral de su hogar y se encontró con los diminutos demonios que aún permanecían allí. Para su sorpresa, le habían preparado un guisado que parecía sacado de un cuento de hadas. Aníbal no podía dar crédito a lo que veía; era como si estuviera atrapado en un sueño. Lo más curioso era que el guisado resultó ser exquisito. Después de disfrutar de la comida, se dio un baño y se dejó caer en su cama, sumido en la tristeza. Los pequeños demonios, con su naturaleza traviesa, se acomodaron a su alrededor y comenzaron a entonar una melodía suave, que envolvía a Aníbal en una calma profunda, Así transcurrieron dos semanas y Aníbal, conocido como el melancólico, seguía sumido en su amargura. Sin embargo, cada día esos diminutos demonios lo sorprendían con algo nuevo; ya fuera limpiando su hogar, preparando su comida o sacando la basura. Un día, llegó el cumpleaños de Aníbal. Ese día, él se encontraba trabajando, sin ninguna esperanza. Pero al regresar a casa por la tarde, se encontró con una grata sorpresa: los pequeños demonios habían organizado una fiesta. Por primera vez, Aníbal sintió un destello de alegría.

En aquel día, los pequeños demonios danzaban por doquier. Tras la celebración de su cumpleaños, Aníbal se retiró a descansar ya avanzada la noche. Al amanecer, se levantó rebosante de alegría, y en su rostro se reflejaba una renovada motivación. Los diminutos demonios lo observaban con curiosidad mientras él sonreía. Con el paso del tiempo, Aníbal se fue adaptando a la presencia de sus demonios, aprendiendo a vivir en armonía con ellos. En una ocasión, lo apodaron Aníbal el melancólico, pero todo cambió cuando aquellos pequeños seres le devolvieron la felicidad. Una noche, mientras dormía, los demonios se deslizaron por sus oídos y regresaron a su hogar. Al despertar, Aníbal se dio cuenta de que ya no estaban, pero algo captó su atención: desde lo más profundo de sus oídos, escuchó susurros que decían: "Estamos aquí contigo, sigue sonriendo..." Desde ese instante, la vida de Aníbal dio un giro, transformándose de Aníbal el melancólico a Aníbal el alegre.


domingo, 25 de agosto de 2024

0881: Bond, James Bond.

El día que James Bond murió, llega al cielo y San Pedro pregunta:

- ¿Cómo te llamas?

- Bond, James Bond.

- ¡Todos dicen lo mismo!, te voy a hacer una prueba, si la pasas te creo. Entra a ese cuarto, lleno de gente y me traes a Adán...

- Pasados unos minutos, James Bond, sale con Adán. Sorprendido San Pedro pregunta: ¿Cómo lo hiciste?

- Fue muy fácil, era el único que no tenía ombligo.

- San Pedro vuelve a meter a Adán y ordena a todos que se cubran el estómago. Vuelve a retar a Bond. A los cinco minutos sale nuevamente con Adán.

- ¿Pero cómo lo hiciste ahora?

- Era el único que no tenía costilla.

- Esta bien, la última prueba... San Pedro viste a todos igual y reta nuevamente a Bond.

Esta vez a los diez minutos, se escuchan gritos e insultos... Por fin nuevamente sale Bond con Adán.

- ¡No lo puedo creer, tu eres James Bond!, pero dime ¿cómo lo hiciste?

- Fue fácil, les menté la madre a todos los presentes y el único que no se ofendió fue este.


miércoles, 21 de agosto de 2024

0880: la gente del campo es practica

 Un granjero lleva su camioneta al pueblo y el mecánico le dice que tiene que dejarla hasta el día siguiente, así que decide regresar caminando a su granja, que no queda muy lejos.

De camino pasa por una ferretería y compra una cubeta  y un bote de pintura

Allí se encuentra con un amigo que le da dos gallinas y un pavo que le debía. Ahora el granjero se encuentra con un problema: cómo llevar todo a casa caminando.

Mientras piensa cómo lo va a hacer, se le acerca caminando una señora madura y le pregunta cómo llegar a la granja de los González. 

El granjero le dice que va en esa dirección y si no tuviera que llevar lo que cargaba, con mucho gusto la acompañaría.

La señora le dice:

- ¿Por qué no pone la lata de pintura en la cubeta ? Y Lo lleva en una mano, se pone una gallina debajo de cada brazo y el pavo en la otra mano.

El granjero, sorprendido y agradecido, empieza a acompañar a la señora

En un momento dado le dice:

- Conozco un atajo que nos saca del camino principal pero nos ahorramos más de un kilómetro.

La señora lo mira con desconfianza y le responde:

- Soy una viuda solitaria sin un hombre que me defienda. ¿Cómo sé que no me va a llevar por el medio del campo, me va a poner contra un árbol y va a abusar de mí?

- ¡Pero señora! Aún cuándo quisiera, cómo lo hago? Llevo una cubeta , un bote de pintura, dos gallinas y un pavo. ¿Cómo hago para ponerle contra un árbol y abusar de usted?

A lo cual la señora le responde:

- Pues pone el pavo en el suelo, lo cubre con la cubeta, coloca el bote de pintura encima para que no escape...

El granjero le responde:

- ¿Y las gallinas?

- ¡¡¡ LAS GALLINAS TE LAS DETENGO YO CABRÓN!! ¡¡¡PIENSA UN POQUITO CHINGADA MADRE !!!..

domingo, 18 de agosto de 2024

0879: Películas para recordar a Alain Delon

 “A pleno sol” (1960)

Este filme de René Clément es una adaptación de la novela “El talento de Mr. Ripley”, de la estadounidense Patricia Highsmith. Delon, quien para entonces todavía no era una estrella, interpreta a Tom Ripley, un personaje maquiavélico que mata a un hombre adinerado para robarle su identidad. Un ‘remake’ hollywoodiano fue rodado en 1999 (“El talento de Mr. Ripley”).


“Rocco y sus hermanos” (1960)

Un clásico del neorrealismo italiano. Gracias a este melodrama de Luchino Visconti, quien estaba fascinado por Delon, el actor se dio a conocer más allá de las fronteras de Francia.

La película narra los sinsabores de la vida de Rosaria y sus cuatro hijos que huyen de la miseria del sur de Italia hacia Milán.


“El gatopardo” (1963)

Adaptado de la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, este filme de época de Visconti obtuvo la Palma de Oro del Festival de Cannes.

Narra el declive de la aristocracia en los años 1860 e incluye una escena de baile legendaria. Delon encarna la elegancia con su fino bigote y la raya hacia un lado. La pareja que forma con Claudia Cardinale entra en la historia del cine.


“Los aventureros” (1967)

Un inventor (Lino Ventura) y su osado amigo (Alain Delon) encuentran un tesoro escondido con una escultora (Joanna Shimkus) a quien los dos aman. Es la adaptación de una novela de José Giovanni.

En esta película de aventurera, el actor francés interpreta la canción “Leticia”, recordada con cariño por el público.


“El silencio de un hombre”(1967)

Esta primera colaboración con Jean-Pierre Melville es una de las obras maestras de la filmografía del actor, quien encarna al asesino solitario Jef Costello.

Inexpresivo y obsesionado por el control, con su mirada fría, su impermeable y sombrero: ese es el personaje mítico que encarna Delon.


“La piscina” (1969)

A medio camino entre el género policíaco y el drama, esta cinta de Jacques Deray, de un erotismo ardiente, marcó el reencuentro entre Delon y Romy Schneider, con quien había formado una famosa pareja en la vida real. Aunque no volvieron a unirse sentimentalmente, la carrera de ella, entonces en declive, volvió a despegar.

La pareja frecuenta esa piscina de la Costa Azul, pero también Maurice Ronet y Jane Birkin. Delon dijo más tarde: “Esta película no puedo verla de nuevo. Es demasiado doloroso volver a ver a Romy y a Maurice reír a carcajadas”, dijo en alusión a los actores entonces ya fallecidos.


“El clan de los sicilianos” (1969)

El filme policíaco de Henri Verneuil hizo coincidir a tres estrellas del cine francés: Delon, Jean Gabin y Lino Ventura. Una escena de sutil erotismo entró en los anales de la historia del celuloide: cuando el apuesto Delon mata a una anguila que acaba de pescar golpeándola sobre las rocas, bajo la mirada de la actriz Irina Demick que se broncea desnuda.


“El otro señor Klein” (1976)

”Hay tantas cosas mías en este filme: mi amor por los cuadros, la relación ambigua con la gente, esta especie de juego en el que soy el señor Klein sin saber por qué”, afirmó el actor.

En esta película de Joseph Losey, Delon encarna a Robert Klein, un rico comerciante de arte que en 1942 compra unas obras que pertenecían a judíos.


“El derecho a matar” (1980)

Dirigida por Jacques Deray, esta película abre una serie de cintas policíacas populares que Delon encadenó en los años 1980, con más o menos éxito. De calidad desigual, estos filmes permitieron a Delon darse a conocer a una generación más joven gracias a sus redifusiones televisivas.

martes, 13 de agosto de 2024

0878: El Dios de Spinoza hubiera dicho:

 “Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.

¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.

Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.

El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.

Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito…¡No me encontrarás en ningún libro!

Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?

Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.

Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias… de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios puede hacer eso?

Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti.

Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.

Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro. Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.

No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.

Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?…

Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.

Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?

Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

Deja de complicarte las cosas y de repetir como un loro lo que te han enseñado acerca de mí.

Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?

No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti”.

viernes, 9 de agosto de 2024

0877: cuando anunciaron mi muerte

 —¿Te enteraste que te buscaban para matarte?

—Si, en 1980, en Cochabamba cuando fui a defender mi tesis, un colega con el cual trabajamos juntos en SNDC me comento que el esposo y un hermano de ella, fueron a Sucre a buscarme.

—¿Y que hiciste?

—¿Me preguntas que hice con ella o que hice al enterarme de la noticia?

—Las dos cosas

—Ella también trabajaba en el SNDC y nos destinaron a Zudáñez un pueblo cerca de Sucre. Yo viudo y ella en proceso de divorcio, dos sufridos que terminaron en un catre. Antes que se cumplieran los 90 días termine con ella.

—¿Ella nunca hablo de matrimonio? 

—Si, al principio de la relación, ella dijo que en uno o dos meses se sancionara su divorcio y podríamos casarnos, yo le dije que no tenia planes de casarme y así quedó el asuntechi.

—¿Y que hiciste cuando te enteraste de la noticia?

—No recuerdo la fecha, fui a Trinidad, CORDECRUZ contrato a la consultora en la cual trabajaba y ésta me encargo acopiar la información en CODETAR, CORDEPO, CORDEPAZ y CORDEBENI. Apenas llegue a Trinidad fui a visitar a doña Casta, siempre que iba a Trini, era mi primera visita, ella era la abuela de mi hijo Carlos, charlamos de todo un poco y al despedirme ella me pregunto si sabia que me estaban buscando. Le dije que si y le pregunte la dirección del esposo.

—¿Pensabas enfrentarlo?

—No, era su ciudad, tenia familia y amigos.

—Pero... podrían reconocerte

—No, sabían mi nombre, mi profesión, pero no tenían fotografía alguna

—¿Cómo lo sabes?

—Desde muy joven fui enemigo de fotografías. Nadie tiene una fotografía mía, ni parientes, ni ex enamoradas. Hay un dicho que dice: "Perro que ladra, no muerde" Ese esposo pregono en su pueblo que me iba a matar, simplemente lo hizo para que la gente del pueblo se entero, para que no me buscase mas y dejase de hablar de mi, ha de haber sucedido que se entero que cuando fui a Trinidad a casarme con la hija de doña Casta, me aloje en la casa del Dr. Marcelo Vargas Sandoval

—¿Y quien es ese doctor? 

—Para que lo entiendas, te contare una anécdota: Hace muchos años atrás, cuando era un muchacho viaje a La Paz en esa oportunidad me hice amigo de unos muchachos del barrio, los cuales me llevaron a una fiesta. En esa fiesta una muchacha coquetea conmigo, la saco a bailar y ella me apechuga y al hacerlo mira a un muchacho, entonces me di cuenta que lo que pretendía era poner celoso al gorila que entró en escena, la música deja de sonar y cuando yo me dirigía a mi asiento, el gorila mirándome fijamente comienza a levantarse del asiento y uno de sus amigos lo sujeta del brazo y le murmura: "Es un dodo" El gorila se sienta y me sonríe.


lunes, 5 de agosto de 2024

0876: El Negro Beltrán odiaba las fiestas.

Nunca iba a los cumpleaños y casi les diría que si podía evitar al año nuevo y navidad, también lo hacía. Lo deprimían los feriados. El era feliz los día comunes.

Los lunes volvía a vivir. Se levantaba a las cinco de la mañana y prendía la radio. Mientras se afeitaba a pura navaja, apoyaba el mate de loza en el hueco de la pileta y cantaba: "Cuando la suerte que es grela..." Después del " concierto" agarraba un pan francés y se iba para el puesto  masticando pan duro.

Todo el mercado lo veía entrar sonriente como Gardel y lo saludaba a los gritos: Qué hacés, Negro!! Estás contento que es lunes, botón!

La barra sabía que el tipo disfrutaba ese día como nadie en el planeta. Encaraba para el almacén y preparaba el mostrador para recibir a sus "nenas". 

Ponía a calentar la pava y empezaba a repartir mate para todos lados. Buen tipo Beltrán, todos lo querían. Era un hombre que sabía escuchar y guardar secretos como nadie. No le gustaban las bromas pesadas, ni la charlatanería. 

Cuando algún puestero tenía problemas de guita, ahí estaba el Negro para dar una mano. Solía tener un cuaderno lleno de fiados por cobrar, más largo que la guía de teléfonos.  Nunca habló mal de un deudor. Jamás se supo nada de esos asuntos. Sólo veíamos como rajaban con cara de susto para el almacén y volvían respirando aliviados, los caídos en desgracia.

El había venido del Chaco de muy pibe y el gallego Efraín, antiguo dueño del almacén,  lo adoptó casi como un hijo. Lo mandó al colegio y a la salida lo mandaba a entregar los pedidos. 

Cuando el viejo enfermó, el se hizo cargo del negocio. Siempre tuvo la foto del Gallego en el puesto, al Morocho nunca le fallaba la memoria.

Presagiaba los desastres económicos del país con un par de variables sencillas: el precio del arroz, el fideo y el sueldo básico.  Con eso le alcanzaba para acertar más que cualquier gurú de la city.

Nunca se le conoció mujer alguna. Vivía para su boliche.

El Tano Peregrino le decía que tenía que salir a milonguear, a conocer una mina, a  olvidarse un poco de la rutina...

No había forma. Cuando cerraba el puesto a la noche suspiraba como si lo estuvieran por fusilar.

Salía por Vieytes para el lado de California y rumbeaba para su pieza.

Lo primero que hacía era prender la radio. Se sabía mil tangos de memoria. Entonces, cuando sonaba la orquesta de Fresedo, se paraba frente al espejo que tenía el placar, se mandaba gomina y agarraba la escoba. Practicaba su sonrisa de zorzal y entonaba: "Vida mía, lejos más te quieroooo".

Siempre soñó con ser cantor pero el quería cantar en el mercado. No quería laburar de noche. No le gustaban las boîtes, ni los cabarets.  Bueno, le hubiese gustado cantar en una radio pero sabía que una cosa iba con la otra. Nunca fue a un baile de carnaval, imagínate.

El quería cantar "Arrabal amargo" mientras cortaba matambre  para doña Mary. Como Palito Ortega cuando andaba en bicicleta repartiendo ropa de la tintorería,  bueno, algo así.

Nunca supimos cuando cumplía años. Todo el mundo lo invitaba a todas las fiestas posible y el siempre agradecía de corazón con su frase: "Vos sabés que no es lo mío".

Un día la comisión del mercado se decidió a darle una sorpresa. Contrataron a una pequeña orquesta para el domingo siguiente y le dijeron a Beltrán que iban a tener que trabajar ese día porque decidieron las autoridades que era fecha de balance y todas las ferias municipales debían presentar el estado de sus puestos.

Feliz de la vida, el Negro se despertó a las 5 de la mañana a puro mate y navaja y rajó  para el mercado.

Al llegar todo estaba en orden . Lo raro es que había mucha gente. Mucho más que lo habitual.

"Y por qué no abrimos los domingos?? Mirá la gente que vino!!" Repetía Beltrán a quien quisiera oírlo.

Mientras anotaba en un papel sein la cantidad de jamones crudos que colgaban del techo hizo su ingreso triunfal la orquesta. Guitarra, fueye y violín en fila India se pararon justo frente al almacén. "Oiga, necesitamos un cantor. Se anima?" Le dijo el guitarrista. "No, hombre.  Yo nunca canté" contestó nuestro crédito local. 

"Vamos, Negro! redobló Peregrino. "Cuando le dijiste que no a un cliente???"

El heredero del gaita, se rió como Carlitos y señalando a la orquesta, le dijo:" Marioneta" en sol.

"Tenía aquella casa, no sé qué suave encanto. .."

Todo el mercado explotó en aplausos. El tipo era un fuera de serie. Los muchachos de la orquesta se le abalanzaron al terminar para pedirle que los acompañara. Que había posibilidades de una gira. Que serían un suceso...

Beltrán se dio vuelta agradeció a todos. Agarró su birome y escribió: 15 jamones crudos.


Por Eduardo Torre

 

jueves, 1 de agosto de 2024

0875: Bikini y su familia léxica

 Eva María se fue, buscando el sol en la playa, con su maleta de piel y su bikini de rayas. Se podía haber ido con un monokini de rayas, un trikini, un tankini, un flamenkini o un minikini. También, sin la menor indulgencia, Eva María se podía haber preguntado, ante todas esas opciones de moda playera que parecen compartir una misma raíz, qué es entonces un kini y por qué nunca podría meterlo en la maleta.


Kini, la base de creación para esta inagotable familia léxica que orbita en torno a bikini, es una palabra que ni existe ni debería existir en la lengua, porque es producto de un error de percepción lingüística.


Los hablantes vieron en bikini, ese traje de baño de dos piezas, una estructura morfológica que replicaba la de términos como bicéfalo, bicentenario o bisílabo, donde bi- significa ‘dos’ y duplica, por tanto, el concepto representado por la base a la que precede (cabezas, centurias o sílabas). Así, despojado el bikini de ese multiplicador, naturalmente un traje de baño de una pieza sería un monokini, y uno de tres piezas, un trikini.


La operación matemática era infalible. La operación lingüística, no tanto. Los hablantes cometieron un error al interpretar la estructura del término, en un fenómeno conocido como reinterpretación morfológica, que puede considerarse un ejemplo de etimología popular (como sucede en el par vagabundo/vagamundo).


Para entender por qué esta era una interpretación errónea, debemos remontarnos al origen mismo del término bikini. El 20 de junio de 1946 es la fecha del registro de patente firmado por Louis Réard, un ingeniero francés que diseñó un traje de baño de dos piezas, al que decidió denominar bikini en referencia al atolón de las Islas Marshall en el que ese mismo año se habían realizado pruebas nucleares, por lo que era un nombre muy presente en la cultura popular de la época (tanto que el atolón Bikini está vinculado también al origen de Godzilla). Además, el nombre aludía al carácter atómico (por lo pequeño y a la vez explosivo) de su creación textil.


Algunas variantes de bikini hacen referencia al tamaño de la prenda (minikini o microkini), conectadas a la cultura popular, como el baykini (de la serie Baywatch) y el mankini (de la película Borat). Junto al mankini, el penekini y el pubikini son quizás los ejemplos más atómicos de toda la familia.