Ellas y ellos calificaron, del 1 al 10, cuáles eran sus miedos sexuales más grandes. Basándose en eso Gustavo determinó los 10 miedos sexuales.
ELLAS
1. Que él no use condón
2. Que él tenga una ets, etc.
3. Que el condón se rompa y resulte en un crió no deseado
4. Que a él no le guste su cuerpo desnudo
5. Que él no tome un ‘no’ como respuesta
6. Que él quiera hacer algo que le incomode
7. Que le ocurra una función corporal vergonzosa durante el sexo
8. Que él no termine satisfecho
9. Que ella no tenga un orgasmo
10. Que sea mala en el sexo
ELLOS
1. Que ella tenga una ets, etc.
2. Que ella no tenga un orgasmo o no termine satisfecha
3. Que el condón se rompa y resulte en un llorón no deseado
4. Que eyacule prematuramente
5. Que a ella no le guste su cuerpo desnudo
6. Que él no pueda hacerlo
7. Que él sea malo en el sexo
8. Que su pene sea muy pequeño
9. Que ella piense que no tiene experiencia
10. Que sea incómodo después del sexo
En conclusión, la mujer tiene más miedo por su seguridad, que por su desempeño. Mientras que un hombre está más preocupado por sí mismo y cómo van a juzgar su desempeño.
miércoles, 31 de agosto de 2016
martes, 30 de agosto de 2016
727: JUNTOS, PERO NO REVUELTOS
Toro Bravo se había enamorado de Nube Alta y estaban decididos al concubinato.
Una tarde llegaron a ver al brujo. Toro Bravo tomó la palabra y le dijo:
–Ella y yo nos amamos
Nube Alta agregó:
–Nos vamos a casar.
Él habló de nuevo:
–Queremos estar siempre juntos, unidos toda la vida
El brujo los miró y luego reflexionó:
–Mmm... hay algo que puede hacerse, pero es difícil
Toro Bravo preguntó:
–¿En qué consiste?
El brujo se dirigió a Nube Alta y le explicó
–Debes ir al monte que está al norte con una red. Tienes que atrapar al halcón más hermoso y traerlo vivo
Luego habló con Toro Bravo:
–A ti te corresponde escalar la montaña del Trueno y capturar al águila que reina en las alturas. Debes traerla el mismo día que Nube Alta
Caminaron juntos un rato y luego se separaron. Ella fue hacia el norte, y él hacia el sur. Cada uno cumplió su misión. Estuvieron a punto de fracasar, pero lo consiguieron y llegaron al mismo tiempo, ella con el halcón, él con el águila.
–¿Qué vas a hacer con las aves?– inquirió Toro Bravo.
El brujo manifestó:
–Tómenlas y sujétenlas con estas tiras de cuero. Una vez unidas, suéltenlas.
Los jóvenes siguieron las indicaciones y soltaron a las aves. Éstas intentaron alzar vuelo, pero el estar sujetas se los impedía. El águila y el halcón comenzaron a tirar en dirección contraria. El brujo se acercó y los desató. Se elevaron por el cielo y se alejaron.
Toro y Nube Alta preguntaron:
–¿Y ahora...?
El brujo explicó:
–Nunca olviden lo que han visto. Ustedes son como esas dos aves; aunque se amen, si se atan así y sacrifican su libertad terminarán por hacerse daño. Si quieren que su amor dure, aprendan a volar juntos, nunca atados.
Una tarde llegaron a ver al brujo. Toro Bravo tomó la palabra y le dijo:
–Ella y yo nos amamos
Nube Alta agregó:
–Nos vamos a casar.
Él habló de nuevo:
–Queremos estar siempre juntos, unidos toda la vida
El brujo los miró y luego reflexionó:
–Mmm... hay algo que puede hacerse, pero es difícil
Toro Bravo preguntó:
–¿En qué consiste?
El brujo se dirigió a Nube Alta y le explicó
–Debes ir al monte que está al norte con una red. Tienes que atrapar al halcón más hermoso y traerlo vivo
Luego habló con Toro Bravo:
–A ti te corresponde escalar la montaña del Trueno y capturar al águila que reina en las alturas. Debes traerla el mismo día que Nube Alta
Caminaron juntos un rato y luego se separaron. Ella fue hacia el norte, y él hacia el sur. Cada uno cumplió su misión. Estuvieron a punto de fracasar, pero lo consiguieron y llegaron al mismo tiempo, ella con el halcón, él con el águila.
–¿Qué vas a hacer con las aves?– inquirió Toro Bravo.
El brujo manifestó:
–Tómenlas y sujétenlas con estas tiras de cuero. Una vez unidas, suéltenlas.
Los jóvenes siguieron las indicaciones y soltaron a las aves. Éstas intentaron alzar vuelo, pero el estar sujetas se los impedía. El águila y el halcón comenzaron a tirar en dirección contraria. El brujo se acercó y los desató. Se elevaron por el cielo y se alejaron.
Toro y Nube Alta preguntaron:
–¿Y ahora...?
El brujo explicó:
–Nunca olviden lo que han visto. Ustedes son como esas dos aves; aunque se amen, si se atan así y sacrifican su libertad terminarán por hacerse daño. Si quieren que su amor dure, aprendan a volar juntos, nunca atados.
lunes, 29 de agosto de 2016
726: El mansplaining
La palabra Mansplaining es un neologismo anglófono basado en la composición de las palabras hombre y explicar, que se define como "explicar algo a alguien, generalmente un hombre a una mujer, de una manera condescendiente.
Hoy los más comunes.
EL BIÓLOGO
Da igual de qué tema trate la charla: techo de cristal, agresiones, tareas domésticas... este tipo de mansplainer lo justificará todo con la biología. Si ellas son agredidas sexualmente es porque el impulso sexual que biológicamente tiene el hombre es más fuerte que él. Suelen apostillar que lo mejor para una mujer es ir tapada y no como una puta. Por supuesto, acto seguido se sacan a sí mismos de la ecuación, entiéndelos, no es que hablen de ellos, sino de los demás. Si estás debatiendo sobre que las mujeres no ascienden tanto como los hombres en el trabajo, el mansplainer te dirá que eso es porque ellas, biológicamente, están más preparadas tanto para procrear como para cuidar niños.
EL NEGACIONISTA
Con este tipo de mansplainer tienes que partir de la base de que el machismo no existe. El machismo es eso que pasa en otros países, como México o España, donde amablemente te mandará a ir a protestar, si tan implicada dices que estás con la igualdad de género. Seguramente él te dirá que también quiere la igualdad. No le hables de violaciones o de feminicidios: no son lo suficiente numerosos como en otros países, por lo que no puedes quejarte. De hecho, debes dar las gracias, porque podría ser peor.
LA VÍCTIMA
Este tipo de mansplainer te explicará a ti por qué tus denuncias no son justas y además tienes un doble rasero a la hora de defender el tema. Aviso: tienen llanto para cualquier tema. Si tú hablas de violaciones te dirá que en las cárceles, a quien se viola, es siempre a hombres y no te ve quejarte ni poner el grito en el cielo. Por supuesto no te dice que los violadores son otros hombres, y si se lo dices, te dirá que qué más da quién sea el agresor, que lo que importa es la víctima y que no te importan porque son hombres. Al que realmente no es que le importe mucho es a él, que sólo se queja de estos casos cuando se topa con alguna feminista. Pero eso es lo de menos, el doble rasero lo tienes tú. Si el debate gira en torno a la presión social tú cuerpo, el mansplainer victimista te dirá que qué sabrás tú lo que es presión, que ya hasta han inventado cremas antiarrugas para ellos, y que la presión es, como mucho, la misma. Si habláis de agresiones sexuales, él te dirá que en 2008 le palparon el culo en un bar y que, en la última cena de Navidad de la empresa, una compañera del trabajo le pidió un polvacho y se sintió tremendamente incómodo. Da igual lo que tú le cuentes o las estadísticas oficiales que le saques a este mansplainer, lo suyo es siempre peor.
EL #EXISTEN
Muy complicado debatir con el mansplainer #Existen. Él ni niega la violencia de género ni los feminicidios. No niega nada ni lo explica ni le interesa lo que le estás contando, él viene a contarte su verdad y su verdad es que el Gobierno calla las increíbles estadísticas de hombres asesinados por sus esposas. Depende del mansplainer esta cifra varía de 30 a 300 muertes violentas anuales. Hay hasta asociaciones y plataformas de hombres que se dicen víctimas de la Ley de Violencia de Género y que defienden la existencia de los #Existen.
EL DOCENTE
El mansplainer docente te dice cómo tienes que llevar la lucha feminista. Te dirá que lo que tienen que hacer las mujeres es ser menos quejicas y menos víctimas, todo el día con la violencia de género en la boca, si a ti no te ha puesto la mano encima nadie nunca todavía, a qué viene todo este escándalo. Te dirá que lo mejor es no andar con malas compañías, y que a la mínima que a alguna les pase algo con algún loco, porque son eso, locos, pues entonces se denuncia a la Policía y sanseacabó. El docente te explicará que quedarse junto a un maltratador es también de estar muy tontaina y que tú, como feminista, no puedes dedicar tu vida a defender a locas de otros locos, que el feminismo en mucho más que eso.
EL TROLL
A este mansplainer no lo encuentras más que en redes sociales. No hay debate, sólo aportarán algún que otro "feminazi", "culona", "amargada". Algunos te harán un bonus track con la foto de sus genitales.
EL PSICOANALISTA
Cuando tú expongas tu punto de vista, él se limitará a diagnosticarte cosas o a explicarte por qué piensas así. Las más socorridas suelen ser que:
A) Algún novio te rompió el corazón y ahora odias a los hombres.
B) Eres lesbiana y lo sabes. O eres lesbiana pero aún no lo sabes. Elige.
C) Planeas una vaginocracia para vengarte de los hombres.
D) Estás muy gorda.
Es curioso porque, aunque algunas de las premisas de estos mansplainers son incompatibles entre sí, jamás los verás pelearse entre ellos. Es decir, un negacionista nunca le llevará la contra a un biólogo, ni un #existen ni llamará la atención a un troll.
Es lo que tiene la solidaridad de género.
Hoy los más comunes.
EL BIÓLOGO
Da igual de qué tema trate la charla: techo de cristal, agresiones, tareas domésticas... este tipo de mansplainer lo justificará todo con la biología. Si ellas son agredidas sexualmente es porque el impulso sexual que biológicamente tiene el hombre es más fuerte que él. Suelen apostillar que lo mejor para una mujer es ir tapada y no como una puta. Por supuesto, acto seguido se sacan a sí mismos de la ecuación, entiéndelos, no es que hablen de ellos, sino de los demás. Si estás debatiendo sobre que las mujeres no ascienden tanto como los hombres en el trabajo, el mansplainer te dirá que eso es porque ellas, biológicamente, están más preparadas tanto para procrear como para cuidar niños.
EL NEGACIONISTA
Con este tipo de mansplainer tienes que partir de la base de que el machismo no existe. El machismo es eso que pasa en otros países, como México o España, donde amablemente te mandará a ir a protestar, si tan implicada dices que estás con la igualdad de género. Seguramente él te dirá que también quiere la igualdad. No le hables de violaciones o de feminicidios: no son lo suficiente numerosos como en otros países, por lo que no puedes quejarte. De hecho, debes dar las gracias, porque podría ser peor.
LA VÍCTIMA
Este tipo de mansplainer te explicará a ti por qué tus denuncias no son justas y además tienes un doble rasero a la hora de defender el tema. Aviso: tienen llanto para cualquier tema. Si tú hablas de violaciones te dirá que en las cárceles, a quien se viola, es siempre a hombres y no te ve quejarte ni poner el grito en el cielo. Por supuesto no te dice que los violadores son otros hombres, y si se lo dices, te dirá que qué más da quién sea el agresor, que lo que importa es la víctima y que no te importan porque son hombres. Al que realmente no es que le importe mucho es a él, que sólo se queja de estos casos cuando se topa con alguna feminista. Pero eso es lo de menos, el doble rasero lo tienes tú. Si el debate gira en torno a la presión social tú cuerpo, el mansplainer victimista te dirá que qué sabrás tú lo que es presión, que ya hasta han inventado cremas antiarrugas para ellos, y que la presión es, como mucho, la misma. Si habláis de agresiones sexuales, él te dirá que en 2008 le palparon el culo en un bar y que, en la última cena de Navidad de la empresa, una compañera del trabajo le pidió un polvacho y se sintió tremendamente incómodo. Da igual lo que tú le cuentes o las estadísticas oficiales que le saques a este mansplainer, lo suyo es siempre peor.
EL #EXISTEN
Muy complicado debatir con el mansplainer #Existen. Él ni niega la violencia de género ni los feminicidios. No niega nada ni lo explica ni le interesa lo que le estás contando, él viene a contarte su verdad y su verdad es que el Gobierno calla las increíbles estadísticas de hombres asesinados por sus esposas. Depende del mansplainer esta cifra varía de 30 a 300 muertes violentas anuales. Hay hasta asociaciones y plataformas de hombres que se dicen víctimas de la Ley de Violencia de Género y que defienden la existencia de los #Existen.
EL DOCENTE
El mansplainer docente te dice cómo tienes que llevar la lucha feminista. Te dirá que lo que tienen que hacer las mujeres es ser menos quejicas y menos víctimas, todo el día con la violencia de género en la boca, si a ti no te ha puesto la mano encima nadie nunca todavía, a qué viene todo este escándalo. Te dirá que lo mejor es no andar con malas compañías, y que a la mínima que a alguna les pase algo con algún loco, porque son eso, locos, pues entonces se denuncia a la Policía y sanseacabó. El docente te explicará que quedarse junto a un maltratador es también de estar muy tontaina y que tú, como feminista, no puedes dedicar tu vida a defender a locas de otros locos, que el feminismo en mucho más que eso.
EL TROLL
A este mansplainer no lo encuentras más que en redes sociales. No hay debate, sólo aportarán algún que otro "feminazi", "culona", "amargada". Algunos te harán un bonus track con la foto de sus genitales.
EL PSICOANALISTA
Cuando tú expongas tu punto de vista, él se limitará a diagnosticarte cosas o a explicarte por qué piensas así. Las más socorridas suelen ser que:
A) Algún novio te rompió el corazón y ahora odias a los hombres.
B) Eres lesbiana y lo sabes. O eres lesbiana pero aún no lo sabes. Elige.
C) Planeas una vaginocracia para vengarte de los hombres.
D) Estás muy gorda.
Es curioso porque, aunque algunas de las premisas de estos mansplainers son incompatibles entre sí, jamás los verás pelearse entre ellos. Es decir, un negacionista nunca le llevará la contra a un biólogo, ni un #existen ni llamará la atención a un troll.
Es lo que tiene la solidaridad de género.
domingo, 28 de agosto de 2016
725: el gran cerezo
– ¿No tienes hoy el capricho de subir a coger cerezas?
–No, hoy no quiero. Hablemos de otra cosa
–¿Por qué no quieres? Tú que fuiste tan valiente la otra vez, ¿acaso tienes miedo de que la escalera no pueda aguantarte?
–No, no tengo miedo.
–¿No encuentras las cerezas tan bonitas como ayer? ¡Mira, han madurado!
–Sí, las cerezas están maduras, estoy de acuerdo.
–Entonces, ¿por qué no escalar al cerezo?
Ella volvió la cabeza; no respondió; él pudo observar que la muchacha enrojecía.
–¡Ah! lo adivino. No ignoras la alegría que me has dado subiendo esos escalones; tú sabes lo que he entrevisto, tus piernas, y las negruras de tu entrepierna; tú sabes que he tenido en los ojos el deslumbramiento de un poco de tú cuerpo deseado, y, si rehúsas aún, a subir a este árbol, es para no proporcionarme la dicha que me fue concedida un solo instante.
Ella respondió más colorada todavía:
–No, te equivocas, no es por eso, te aseguro que no es por eso.
Ella hablaba con un tono que parecía muy sincero. Él la interrogó de nuevo, con tierna insistencia, invadido por un ardiente deseo de conocer la causa de esa negativa.
Tuvo que suplicar. Ella estaba resulta a guardar su secreto. Dijo con voz firme:
– Me preguntas en vano. Deja de molestar.
Por fortuna él se acordó que la semana pasada le había ganado en un juego, cuya apuesta consistía en una “revelación” Triunfalmente, invocando la deuda contraída le conminó a decir la verdad.
–Así que, es cierto. ¿Quieres saber por encima de todo por qué no subo hoy al árbol?
–¡Sí!
– Pues bien, es porque...
Todavía vacilaba.
–Porque...
–¡Vamos, dime, por Dios!
–Porque... hoy... ¡no hace viento!
–No, hoy no quiero. Hablemos de otra cosa
–¿Por qué no quieres? Tú que fuiste tan valiente la otra vez, ¿acaso tienes miedo de que la escalera no pueda aguantarte?
–No, no tengo miedo.
–¿No encuentras las cerezas tan bonitas como ayer? ¡Mira, han madurado!
–Sí, las cerezas están maduras, estoy de acuerdo.
–Entonces, ¿por qué no escalar al cerezo?
Ella volvió la cabeza; no respondió; él pudo observar que la muchacha enrojecía.
–¡Ah! lo adivino. No ignoras la alegría que me has dado subiendo esos escalones; tú sabes lo que he entrevisto, tus piernas, y las negruras de tu entrepierna; tú sabes que he tenido en los ojos el deslumbramiento de un poco de tú cuerpo deseado, y, si rehúsas aún, a subir a este árbol, es para no proporcionarme la dicha que me fue concedida un solo instante.
Ella respondió más colorada todavía:
–No, te equivocas, no es por eso, te aseguro que no es por eso.
Ella hablaba con un tono que parecía muy sincero. Él la interrogó de nuevo, con tierna insistencia, invadido por un ardiente deseo de conocer la causa de esa negativa.
Tuvo que suplicar. Ella estaba resulta a guardar su secreto. Dijo con voz firme:
– Me preguntas en vano. Deja de molestar.
Por fortuna él se acordó que la semana pasada le había ganado en un juego, cuya apuesta consistía en una “revelación” Triunfalmente, invocando la deuda contraída le conminó a decir la verdad.
–Así que, es cierto. ¿Quieres saber por encima de todo por qué no subo hoy al árbol?
–¡Sí!
– Pues bien, es porque...
Todavía vacilaba.
–Porque...
–¡Vamos, dime, por Dios!
–Porque... hoy... ¡no hace viento!
sábado, 27 de agosto de 2016
724: FRedo y QUina
— ¿Qué hago, Gustavo? ¿Recibo a Fredo? ¿Le hago pasar?
—Hazlo pasar por las armas
—Te hablo en serio.
— ¿Me hablas en serio? ¡Pobre amigo! Te veo en la pendiente de la estupidez.
—Cuando Fredo viene a verme es que le sucede alguna desgracia, que se le ha muerto alguien o que Dios le ha concedido talento de pronto.
—En ese caso, ordena que pase. No hay nada tan divertido como las desgracias ajenas.
Fredo entró a destiempo; es decir, entró en el momento que la Gillette Prestobarba Excel me producía la desolladura máxima. Así se explica que cuando él dijo:
—Buenos días.
Yo le contesté:
—Hum...
Y agregase un «¡hola!» tan frío que Gustavo estornudó. Fredo se volvió al oír el estornudo y vio a Gustavo; no debió hacerle mucha gracia la presencia de éste, porque arrugó la nariz en ese gesto que puede traducirse por: —Me emputa que esté aquí este tipejo.
Pero yo me adelanté a Fredo y le dije:
—Este señor es Gustavo, hombre de toda mi confianza, uno de los pocos amigos que sabe hacer malabares con una esponja, en imitar a La Voz y a una mesa de ping pong. Puedes decirme lo que quieras con toda libertad, porque Gustavo es incapaz de revelar un secreto.
Esto pareció darle tanta confianza a Fredo que avanzó un paso, abrió los brazos y se echó en los míos; como la cosa me pilló de sorpresa, no pude rehacerme y me caí de espaldas en la cama arrastrando en mi caída a mi amigo.
Realmente, allí estábamos más cómodos que en ningún otro sitio, y por eso exclamé sin moverme:
—Dime lo que te sucede, Fredo. Desahógate en mí.
Fredo se limpió dos lágrimas y se sonó tres veces.
—Pues bien, querido amigo. Vengo a hablarte de Joaquina. ¡Yo no puedo seguir así! ¡Yo voy a pegarme un tiro!
—Por Dios, Fredo. No me hagas concebir esperanzas. ¿Qué le ocurre a Joaquina?
— ¿Quién es Joaquina?
—Joaquina es mi señora, señor.
—Soy muy desgraciado Joaquina es muy coqueta.
—Coqueta, ¿y en qué sentido?
—En todos los sentidos. ¡Ah! ¡No sabes el tormento que es mi vida! Quina tiene la diabólica condición de mirar a todos los hombres que pasen a nuestro lado. Entorna los ojos, ladea el rostro, alarga la barbilla como si la apretase el collar de perlas y sonríe dulcemente. Cuando el transeúnte a quien miró ha pasado ya, Quina vuelve a medias la cabeza y torna a mirar de un modo lánguido.
— ¡Caray!
Me levanté de un salto. Gustavo, en cambio, a pesar de que estaba tan asombrado como yo, hizo todo lo contrario; esto es, quedó sentado.
—Ella me jura y me perjura que lo hace sin intención deshonesta, que no la impulsa a ello otro fin que averiguar si los transeúntes llevan o no dentadura postiza.
— ¡Diablos! Y cuando vuelve la cabeza para mirar a los transeúntes de espaldas, ¿también es por averiguar si llevan dentadura postiza?
—Eso le digo yo
— ¿Y qué te responde?
—Dice que mira hacia atrás sólo para enterarse de sí viene algún ladrón con ánimos deshonestos. La entrada con ella en un sitio público: toma dimensiones de catástrofe. Abre la puerta, se detiene en el centro del salón y permanece diecinueve minutos lanzando en su torno el chorro de la mirada. Esto me pone en evidencia; en algunas ocasiones la he preguntado: ¿Por qué miras así?, y ella no me contestaba. Anoche, sin embargo, me contestó: Es que no se halla aquí comiendo el Alcalde. ¡Ah! Es horrible... ¿Qué harías en mi lugar? ¡Di! ¿Qué harías?
Yo tardé en responder. Realmente no era una pregunta para contestarla de cualquier manera.
De pronto, Gustavo dijo:
—Tengo una idea.
—Sepárese usted de su mujer, Fredo... ¿No coquetea ella con los transeúntes? Pues bien, ¡hágase transeúnte!
—Hazlo pasar por las armas
—Te hablo en serio.
— ¿Me hablas en serio? ¡Pobre amigo! Te veo en la pendiente de la estupidez.
—Cuando Fredo viene a verme es que le sucede alguna desgracia, que se le ha muerto alguien o que Dios le ha concedido talento de pronto.
—En ese caso, ordena que pase. No hay nada tan divertido como las desgracias ajenas.
Fredo entró a destiempo; es decir, entró en el momento que la Gillette Prestobarba Excel me producía la desolladura máxima. Así se explica que cuando él dijo:
—Buenos días.
Yo le contesté:
—Hum...
Y agregase un «¡hola!» tan frío que Gustavo estornudó. Fredo se volvió al oír el estornudo y vio a Gustavo; no debió hacerle mucha gracia la presencia de éste, porque arrugó la nariz en ese gesto que puede traducirse por: —Me emputa que esté aquí este tipejo.
Pero yo me adelanté a Fredo y le dije:
—Este señor es Gustavo, hombre de toda mi confianza, uno de los pocos amigos que sabe hacer malabares con una esponja, en imitar a La Voz y a una mesa de ping pong. Puedes decirme lo que quieras con toda libertad, porque Gustavo es incapaz de revelar un secreto.
Esto pareció darle tanta confianza a Fredo que avanzó un paso, abrió los brazos y se echó en los míos; como la cosa me pilló de sorpresa, no pude rehacerme y me caí de espaldas en la cama arrastrando en mi caída a mi amigo.
Realmente, allí estábamos más cómodos que en ningún otro sitio, y por eso exclamé sin moverme:
—Dime lo que te sucede, Fredo. Desahógate en mí.
Fredo se limpió dos lágrimas y se sonó tres veces.
—Pues bien, querido amigo. Vengo a hablarte de Joaquina. ¡Yo no puedo seguir así! ¡Yo voy a pegarme un tiro!
—Por Dios, Fredo. No me hagas concebir esperanzas. ¿Qué le ocurre a Joaquina?
— ¿Quién es Joaquina?
—Joaquina es mi señora, señor.
—Soy muy desgraciado Joaquina es muy coqueta.
—Coqueta, ¿y en qué sentido?
—En todos los sentidos. ¡Ah! ¡No sabes el tormento que es mi vida! Quina tiene la diabólica condición de mirar a todos los hombres que pasen a nuestro lado. Entorna los ojos, ladea el rostro, alarga la barbilla como si la apretase el collar de perlas y sonríe dulcemente. Cuando el transeúnte a quien miró ha pasado ya, Quina vuelve a medias la cabeza y torna a mirar de un modo lánguido.
— ¡Caray!
Me levanté de un salto. Gustavo, en cambio, a pesar de que estaba tan asombrado como yo, hizo todo lo contrario; esto es, quedó sentado.
—Ella me jura y me perjura que lo hace sin intención deshonesta, que no la impulsa a ello otro fin que averiguar si los transeúntes llevan o no dentadura postiza.
— ¡Diablos! Y cuando vuelve la cabeza para mirar a los transeúntes de espaldas, ¿también es por averiguar si llevan dentadura postiza?
—Eso le digo yo
— ¿Y qué te responde?
—Dice que mira hacia atrás sólo para enterarse de sí viene algún ladrón con ánimos deshonestos. La entrada con ella en un sitio público: toma dimensiones de catástrofe. Abre la puerta, se detiene en el centro del salón y permanece diecinueve minutos lanzando en su torno el chorro de la mirada. Esto me pone en evidencia; en algunas ocasiones la he preguntado: ¿Por qué miras así?, y ella no me contestaba. Anoche, sin embargo, me contestó: Es que no se halla aquí comiendo el Alcalde. ¡Ah! Es horrible... ¿Qué harías en mi lugar? ¡Di! ¿Qué harías?
Yo tardé en responder. Realmente no era una pregunta para contestarla de cualquier manera.
De pronto, Gustavo dijo:
—Tengo una idea.
—Sepárese usted de su mujer, Fredo... ¿No coquetea ella con los transeúntes? Pues bien, ¡hágase transeúnte!
viernes, 26 de agosto de 2016
723: LOS COLORES DEL SEXO, ¿CÓMO INFLUYEN LAS TONALIDADES EN EL DESEO SEXUAL?
Los colores influyen en nuestro estado de ánimo y eso lo ha demostrado Gustavo. Se sabe así, que hay colores que son capaces de estimularnos, incluso en el plano sexual. ¿Qué colores pueden estimularnos sexualmente? ¡Aquí te lo decimos!
ROJO Y NARANJA, DEMASIADA ENERGÍA
Estos colores son excitantes, llenos de energía y capaces de encendernos. Sin embargo, son colores que tienden a darnos también ansiedad e incluso pueden llevarnos a sacar sentimientos de ira.
El rojo está perfecto para una lencería sexy o accesorios eróticos porque invita al sexo salvaje, sin reserva.
Puedes agregar toques naranja o rojos en tus sábanas y muebles, pero no te recomendamos que pintes toda tu habitación con estos colores porque podrían catapultar episodios violentos.
Pintarte el cabello de rojo también ayuda para incrementar el deseo de la pareja.
INCREMENTA TU FRECUENCIA SEXUAL CON EL MORADO
Lo repetimos, ¿quieres tener más sexo? ¡Pinta tu cuarto de morado!
No es broma, las vecinas indican que las parejas que duermen en habitaciones color morado tienen sexo con más frecuencia. El morado aumenta el deseo sexual, pero también la confianza entre los copuladores.
El morado (o violeta) emite a la parte fantasiosa de las relaciones, la imaginación, el erotismo.
ROJO Y NARANJA, DEMASIADA ENERGÍA
Estos colores son excitantes, llenos de energía y capaces de encendernos. Sin embargo, son colores que tienden a darnos también ansiedad e incluso pueden llevarnos a sacar sentimientos de ira.
El rojo está perfecto para una lencería sexy o accesorios eróticos porque invita al sexo salvaje, sin reserva.
Puedes agregar toques naranja o rojos en tus sábanas y muebles, pero no te recomendamos que pintes toda tu habitación con estos colores porque podrían catapultar episodios violentos.
Pintarte el cabello de rojo también ayuda para incrementar el deseo de la pareja.
INCREMENTA TU FRECUENCIA SEXUAL CON EL MORADO
Lo repetimos, ¿quieres tener más sexo? ¡Pinta tu cuarto de morado!
No es broma, las vecinas indican que las parejas que duermen en habitaciones color morado tienen sexo con más frecuencia. El morado aumenta el deseo sexual, pero también la confianza entre los copuladores.
El morado (o violeta) emite a la parte fantasiosa de las relaciones, la imaginación, el erotismo.
jueves, 25 de agosto de 2016
722: las personas que dicen groserías son más felices
DECIR GROSERÍAS TIENE UN EFECTO ANALGÉSICO
¿Te ha pasado que después de decir una grosería sientes alivio y hasta te da risa?
“Yo aconsejaría a la gente que digan groserías cuando se lastimen”. Como ves, esto aplica perfecto para los golpes en el dedo chiquito del pie.
DECIR GROSERÍAS TE HACE SENTIR MÁS FUERTE
Maldecir aumenta la confianza en uno mismo. Esto porque le resta importancia a nuestras debilidades y nos hacen mantener mejor el control sobre nuestras reacciones.
DECIR MALAS PALABRAS NO SIGNIFICA QUE SEAS VULGAR
Existe la idea de que las personas que usan malas palabras lo hacen porque les falta vocabulario o conocimientos sobre algún tema, pero ¡eso no es verdad! Maldecir no está directamente relacionado con el intelecto.
DECIR GROSERÍAS ES UN GRAN MECANISMO DE DEFENSA
La gente utiliza las groserías como método de supervivencia. Ya que, ¿de qué otra manera los humanos tenemos una forma sana de demostrar nuestra frustración o dolor?
TE HACE MÁS SOCIABLE
Obviamente, decir malas palabras nos hace felices y eso se nota, ¿cierto? Las personas que dicen groserías por lo general son más honestas, abiertas y se toman la vida de una manera más relajada. ¡Así que diviértete!
DECIR GROSERÍAS AYUDA A ENFATIZAR
A veces las palabras no son suficientes para transmitir lo que estás pensando y las groserías te ayudan a darle peso a esa opinión.
SER GROSERO SIGNIFICA QUE ERES UNA PERSONA SANA
Cuando las personas dicen groserías se acelera la circulación, se liberan endorfinas y nos proveen de una sensación de calma, control y bienestar. La clave está en no confundir groserías con ENOJO. En ese caso, las palabras antisonantes NO JUSTIFICAN LA VIOLENCIA.
¿Te ha pasado que después de decir una grosería sientes alivio y hasta te da risa?
“Yo aconsejaría a la gente que digan groserías cuando se lastimen”. Como ves, esto aplica perfecto para los golpes en el dedo chiquito del pie.
DECIR GROSERÍAS TE HACE SENTIR MÁS FUERTE
Maldecir aumenta la confianza en uno mismo. Esto porque le resta importancia a nuestras debilidades y nos hacen mantener mejor el control sobre nuestras reacciones.
DECIR MALAS PALABRAS NO SIGNIFICA QUE SEAS VULGAR
Existe la idea de que las personas que usan malas palabras lo hacen porque les falta vocabulario o conocimientos sobre algún tema, pero ¡eso no es verdad! Maldecir no está directamente relacionado con el intelecto.
DECIR GROSERÍAS ES UN GRAN MECANISMO DE DEFENSA
La gente utiliza las groserías como método de supervivencia. Ya que, ¿de qué otra manera los humanos tenemos una forma sana de demostrar nuestra frustración o dolor?
TE HACE MÁS SOCIABLE
Obviamente, decir malas palabras nos hace felices y eso se nota, ¿cierto? Las personas que dicen groserías por lo general son más honestas, abiertas y se toman la vida de una manera más relajada. ¡Así que diviértete!
DECIR GROSERÍAS AYUDA A ENFATIZAR
A veces las palabras no son suficientes para transmitir lo que estás pensando y las groserías te ayudan a darle peso a esa opinión.
SER GROSERO SIGNIFICA QUE ERES UNA PERSONA SANA
Cuando las personas dicen groserías se acelera la circulación, se liberan endorfinas y nos proveen de una sensación de calma, control y bienestar. La clave está en no confundir groserías con ENOJO. En ese caso, las palabras antisonantes NO JUSTIFICAN LA VIOLENCIA.
miércoles, 24 de agosto de 2016
721: reglas de convivencia civilizada
PENSAR
¿Cuántas veces has hablado con la efervescencia del momento, sin reflexionar, hiriendo a la persona y teniendo que pagar las consecuencias?
LA REGLA DE ORO
“Habla de las otras lo que quieres que hablen de ti”. Así podemos aplicar: “Di a los demás lo que quieras que te digan”.
EL SILENCIO
“Si no tienes nada picante que decir, entonces no lo digas”
¿AGITADA?
En los momentos de agitación, lo mejor es evitar el hablar. Es mejor retirarte a tu habitación, echar una masturbada, y después entrar en la conversación tranquila y serena.
¡ÁNIMO!
Aprende a decir palabras de aliento. Todos necesitamos esas palabras, de aliento, afirmación y sexo.
¡PERDÓN!
Cuando falles en tu perorata perjudicando, reúne la suficiente humildad y el coraje para expresar dos palabras: “¡Lo Siento!” Shakespeare dio en el clavo cuando dijo: “Peer es humano, coger es divino”
LECTURA SUBJETIVA
Podría ser que lleguemos a darnos cuenta que tenemos tan pocas cosas valiosas que decir. Formemos un hábito de buena lectura y muchos de los pensamientos intercesores y edificantes ofrecerán sus ánimos y serán evolucionados en palabras que verdaderamente ensalcen a las demás.
¿Cuántas veces has hablado con la efervescencia del momento, sin reflexionar, hiriendo a la persona y teniendo que pagar las consecuencias?
LA REGLA DE ORO
“Habla de las otras lo que quieres que hablen de ti”. Así podemos aplicar: “Di a los demás lo que quieras que te digan”.
EL SILENCIO
“Si no tienes nada picante que decir, entonces no lo digas”
¿AGITADA?
En los momentos de agitación, lo mejor es evitar el hablar. Es mejor retirarte a tu habitación, echar una masturbada, y después entrar en la conversación tranquila y serena.
¡ÁNIMO!
Aprende a decir palabras de aliento. Todos necesitamos esas palabras, de aliento, afirmación y sexo.
¡PERDÓN!
Cuando falles en tu perorata perjudicando, reúne la suficiente humildad y el coraje para expresar dos palabras: “¡Lo Siento!” Shakespeare dio en el clavo cuando dijo: “Peer es humano, coger es divino”
LECTURA SUBJETIVA
Podría ser que lleguemos a darnos cuenta que tenemos tan pocas cosas valiosas que decir. Formemos un hábito de buena lectura y muchos de los pensamientos intercesores y edificantes ofrecerán sus ánimos y serán evolucionados en palabras que verdaderamente ensalcen a las demás.
martes, 23 de agosto de 2016
720: no es como él lo creía
—Interesante
—¿Interesante cómo? ¿Qué clase de lugar es La Ingle de Afrodita?
—¿Has conocido a alguna mujer?
—Pues claro. Montones.
—Quiero decir en el sentido bíblico.
—¿En misa?
—No, en la cama.
—Ahh.
—¿Y?
—¿Qué tiene eso que ver?
—En mis tiempos mozos, lo normal era que, nos iniciásemos en estas lides de la mano de una profesional. Cuando yo tenía tu edad, mi padre, que era habitual de los establecimientos más finos de la ciudad, me llevó a un lugar llamado La Ingle de Afrodita. No me digas que no has oído nunca hablar de él.
—¿Del prostíbulo?
—Muy gracioso. La Ingle de Afrodita solía ser un establecimiento elegante para una clientela selecta y con dinero. La verdad es que pensaba que había cerrado hacía años, pero supongo que no debe de ser el caso. A diferencia de la literatura, algunos negocios siempre están en alza.
—Entiendo. ¿Es esto idea suya? ¿Una especie de broma? ¿De alguno de los cretinos de la oficina, entonces?
—Detecto cierta hostilidad en tus palabras, pero dudo que nadie que se dedique al noble oficio de la publicidad se pueda permitir los honorarios de un lugar como La Ingle de Afrodita, si es el que yo recuerdo.
—Tanto da, porque no pienso ir.
—No me salgas ahora con que no eres un descreído como yo y quieres llegar impoluto de corazón y de huevos al lecho nupcial, que eres una alma pura que ansía esperar ese momento mágico en que el amor verdadero te lleve a descubrir el éxtasis de la carne y el alma en unísono bendecido por el sacerdote y así poblar el mundo de criaturas lloronas que lleven tu apellido y los ojos de su madre, esa santa mujer dechado de virtud y recato de cuya mano entrarás en las puertas del cielo bajo la benevolente y aprobadora mirada de san Pedro.
—No iba a decir eso.
—Me alegro, porque es posible, y subrayo posible, que ese momento no llegue nunca, que no te enamores, que no quieras ni puedas entregarle la vida a nadie y que, como yo, cumplas un día los setenta y cinco años y te des cuenta de que ya no eres joven y que no había para ti un coro de cupidos con liras ni un lecho de rosas blancas tendido hacia el altar, y la única venganza que te quede sea robarle a la vida el placer de esa carne firme y ardiente que se evapora más rápido que las buenas intenciones, y que es lo más parecido al cielo que encontrarás en este cochino mundo donde se pudre todo, empezando por la belleza y acabando por la memoria.
—¿Interesante cómo? ¿Qué clase de lugar es La Ingle de Afrodita?
—¿Has conocido a alguna mujer?
—Pues claro. Montones.
—Quiero decir en el sentido bíblico.
—¿En misa?
—No, en la cama.
—Ahh.
—¿Y?
—¿Qué tiene eso que ver?
—En mis tiempos mozos, lo normal era que, nos iniciásemos en estas lides de la mano de una profesional. Cuando yo tenía tu edad, mi padre, que era habitual de los establecimientos más finos de la ciudad, me llevó a un lugar llamado La Ingle de Afrodita. No me digas que no has oído nunca hablar de él.
—¿Del prostíbulo?
—Muy gracioso. La Ingle de Afrodita solía ser un establecimiento elegante para una clientela selecta y con dinero. La verdad es que pensaba que había cerrado hacía años, pero supongo que no debe de ser el caso. A diferencia de la literatura, algunos negocios siempre están en alza.
—Entiendo. ¿Es esto idea suya? ¿Una especie de broma? ¿De alguno de los cretinos de la oficina, entonces?
—Detecto cierta hostilidad en tus palabras, pero dudo que nadie que se dedique al noble oficio de la publicidad se pueda permitir los honorarios de un lugar como La Ingle de Afrodita, si es el que yo recuerdo.
—Tanto da, porque no pienso ir.
—No me salgas ahora con que no eres un descreído como yo y quieres llegar impoluto de corazón y de huevos al lecho nupcial, que eres una alma pura que ansía esperar ese momento mágico en que el amor verdadero te lleve a descubrir el éxtasis de la carne y el alma en unísono bendecido por el sacerdote y así poblar el mundo de criaturas lloronas que lleven tu apellido y los ojos de su madre, esa santa mujer dechado de virtud y recato de cuya mano entrarás en las puertas del cielo bajo la benevolente y aprobadora mirada de san Pedro.
—No iba a decir eso.
—Me alegro, porque es posible, y subrayo posible, que ese momento no llegue nunca, que no te enamores, que no quieras ni puedas entregarle la vida a nadie y que, como yo, cumplas un día los setenta y cinco años y te des cuenta de que ya no eres joven y que no había para ti un coro de cupidos con liras ni un lecho de rosas blancas tendido hacia el altar, y la única venganza que te quede sea robarle a la vida el placer de esa carne firme y ardiente que se evapora más rápido que las buenas intenciones, y que es lo más parecido al cielo que encontrarás en este cochino mundo donde se pudre todo, empezando por la belleza y acabando por la memoria.
lunes, 22 de agosto de 2016
719: ¿El tamaño de la vajilla importa?
En realidad, existen quienes si llegan a tomarlo en cuenta, sobre todo si sienten dolor durante el exercicio, pues piensan que “es demasiado pequeña”; sin embargo, Gustavo ha llegado a la conclusión de que precisamente el tamaño de la vajilla NO importa en el hecho de tener relaciones satisfactorias, pues la situación “en las” no es similar a la “de los”, quienes pueden ser de diferentes tamaños:
¿Cuál es el tamaño promedio? Pese a lo que muchos podrían pensar, el tamaño de la vajilla es bastante estándar, es decir, no existen diversos tamaños como en el caso del pirulin.
Según Gustavo, los estándares que todavía se utilizan hoy en día son los obtenidos de los estudios llevados a cabo por Masters of Universe, quienes midieron 100 vajillas que nunca habían estado embargadas. El tamaño medio oscilaba entre 6 y 8 centímetros “sin”, mientras que las que habían sido estimuladas, aumentaban de 10 a 11.5 centímetros, porque la vajilla, crece cuando la situación así lo amerita.
Sin embargo, y pese a lo anterior, es importante señalar que si bien la mínima diferencia entre el tamaño de una vajilla u otra no determina el que una relación sea o no placentera.
Más que la longitud, lo importante en una vajilla es “su firmeza y que los músculos estén suficientemente tonificados, ya que así la pared vajillal estimulará más y, al mismo tiempo, la dueña de la vajilla sentirá más”
Una vajilla distendida es uno de los mayores enemigos del buen exercicio, pero contrariamente a lo que se piensa, esta excesiva relajación no proviene de haber tenido numerosos exercicios.
¿Cuál es el tamaño promedio? Pese a lo que muchos podrían pensar, el tamaño de la vajilla es bastante estándar, es decir, no existen diversos tamaños como en el caso del pirulin.
Según Gustavo, los estándares que todavía se utilizan hoy en día son los obtenidos de los estudios llevados a cabo por Masters of Universe, quienes midieron 100 vajillas que nunca habían estado embargadas. El tamaño medio oscilaba entre 6 y 8 centímetros “sin”, mientras que las que habían sido estimuladas, aumentaban de 10 a 11.5 centímetros, porque la vajilla, crece cuando la situación así lo amerita.
Sin embargo, y pese a lo anterior, es importante señalar que si bien la mínima diferencia entre el tamaño de una vajilla u otra no determina el que una relación sea o no placentera.
Más que la longitud, lo importante en una vajilla es “su firmeza y que los músculos estén suficientemente tonificados, ya que así la pared vajillal estimulará más y, al mismo tiempo, la dueña de la vajilla sentirá más”
Una vajilla distendida es uno de los mayores enemigos del buen exercicio, pero contrariamente a lo que se piensa, esta excesiva relajación no proviene de haber tenido numerosos exercicios.
domingo, 21 de agosto de 2016
718: Las semillas del polvacho
Para nadie es desconocido que existen alimentos que funcionan muy bien como aliados a la hora de mantener una sexualidad activa y placentera.
Estos diminutos granos puedes consumirlos en ensaladas, batidos, pan o solas.
Elige de qué forma te gustan más y conoce todas las propiedades que poseen
Calabaza
Si sueles desecharlas cuando preparas algún plato con esta hortaliza estás cometiendo un grave error. Son ricas en zinc, fósforo, cobre, potasio, hierro y magnesio. Tienen vitamina A, K y B3. Además, poseen omega 3. Serían ideales para aumentar la testosterona y, por ende, la libido. Son de las semillas más nutritivas que existen y podrían ayudar a las mujeres posmenopáusicas
Girasol
Hace más de cinco mil años que la humanidad las consume. Comparten muchas de las propiedades con las semillas de calabaza. Son fuente de grasas saludables, las cuales ayudan a aumentar la producción de hormonas y el deseo sexual. Tienen importante presencia de vitamina E, lo que colabora con el mantenimiento de una piel joven.
Sésamo
Las semillas de sésamo son un buen alimento para comer en pareja ya que restauran la capacidad sexual y la vitalidad tanto en la mujer como en el hombre. Contienen grandes dosis de proteína, calcio y grasas poliinsaturadas. Son ricas en fibras y minerales por lo que funcionarían como un fabuloso antioxidante.
Lino
Fue uno de los alimentos más preciados por los faraones egipcios y sus esposas. Son una gran fuente vegetal de omega 3. Además de aumentar el deseo sexual y la vitalidad, son alimentos que ayudan a aumentar la producción de esperma.
Estos diminutos granos puedes consumirlos en ensaladas, batidos, pan o solas.
Elige de qué forma te gustan más y conoce todas las propiedades que poseen
Calabaza
Si sueles desecharlas cuando preparas algún plato con esta hortaliza estás cometiendo un grave error. Son ricas en zinc, fósforo, cobre, potasio, hierro y magnesio. Tienen vitamina A, K y B3. Además, poseen omega 3. Serían ideales para aumentar la testosterona y, por ende, la libido. Son de las semillas más nutritivas que existen y podrían ayudar a las mujeres posmenopáusicas
Girasol
Hace más de cinco mil años que la humanidad las consume. Comparten muchas de las propiedades con las semillas de calabaza. Son fuente de grasas saludables, las cuales ayudan a aumentar la producción de hormonas y el deseo sexual. Tienen importante presencia de vitamina E, lo que colabora con el mantenimiento de una piel joven.
Sésamo
Las semillas de sésamo son un buen alimento para comer en pareja ya que restauran la capacidad sexual y la vitalidad tanto en la mujer como en el hombre. Contienen grandes dosis de proteína, calcio y grasas poliinsaturadas. Son ricas en fibras y minerales por lo que funcionarían como un fabuloso antioxidante.
Lino
Fue uno de los alimentos más preciados por los faraones egipcios y sus esposas. Son una gran fuente vegetal de omega 3. Además de aumentar el deseo sexual y la vitalidad, son alimentos que ayudan a aumentar la producción de esperma.
sábado, 20 de agosto de 2016
717: Policía Técnica Judicial (PTJ)
-¿Dice que su esposa estaba muy afectada?
-Eso dice aquí. Yo recuerdo que era muy atractiva.
-¿Y el móvil?
-¿El móvil? ¿Se refiere al teléfono?
-El móvil del crimen.
-Ya, como en las películas. ¿Seguro que no es usted investigador privado?
-Soy escritor.
-Pero investiga.
-Un periodista también lo hace, y un estudiante, y una esposa desconfiada que hurga en el móvil del marido.
-Cualquiera se cree que puede investigar un crimen.
-Ya, y cualquiera se cree que puede escribir un libro. Me lo sé de memoria. Yo sólo quiero saber en qué puto lugar se encuentra la investigación.
-Pues me temo que ese apartado de su vida deberá dejarlo incompleto.
-¿Es que va a impedirme realizar mi trabajo?
-Por mi parte puede perder el tiempo como guste. Lo que pasa es que el caso está archivado.
-¿Archivado? ¿Alguien quiso asesinar a mi cliente y ustedes archivan el caso?
-Ahora habla como un abogado. O ha visto muchas películas o es más de lo que dice ser.
-¿Qué hay del móvil?
-No existe móvil.
-Entonces el móvil apunta a otro lado.
-La empresa.
-¿Investigaron por ahí?
-Interrogamos a algunos directivos, si es lo que quiere decir. Cumplimos con la rutina.
-Con procedimientos rutinarios no se consigue gran cosa.
-Supimos que ninguno estaba involucrado.
-¿Lo dijeron ellos?
-¿Nos va a decir cómo hacer nuestro trabajo?
-Sería triste que tuviera que hacerlo.
-¿Usted sospecha de la mujer o de los compañeros?
-Yo no sospecho de nadie. No es mi trabajo. Sólo quiero saber.
-Pues ya lo sabe.
-De momento no sé nada.
-Sabe que no tenemos testigos, no tenemos arma, no tenemos un móvil definitivo.
Entonces se me ocurrió hablarle del disparo de la noche anterior. Le conté los pocos detalles de que disponía, incluido mi desvanecimiento.
-¿Está seguro de que fue un disparo?
-Lo oí.
-¿Qué oyó exactamente?
-No sabría decir, un estallido, algo que pasó muy cerca de mi oreja, no sé… ¿Qué iba a ser sino un disparo?
-¿Tiene experiencia oyendo disparos?
-¿Es una broma?
-No es una broma. ¿Quiere poner una denuncia?
-¿Y la chica?
-¿La puta?
-La chica.
-Amigo, el hampa abarca más de lo que imagina. Aquí el ciudadano está desinformado. Se piensa que el mal, la injusticia y la impunidad están en el Vaticano, en Nueva York, en Caracas, en Detroit, pero yo le digo que están en todas partes, aquí y ahora. En este momento se está cometiendo un crimen en el barrio El Bajío o en Los Lotes y jamás nos enteraremos. ¿Sabe por qué? Porque para ello la mitad de la población debería ser policía y vigilar de cerca a la otra mitad.
-¿No le parece un poco exagerado?
-Es el punto de vista de uno que está en la calle y se dedica a esto. Yo en su lugar me olvidaría de la puta.
-Eso dice aquí. Yo recuerdo que era muy atractiva.
-¿Y el móvil?
-¿El móvil? ¿Se refiere al teléfono?
-El móvil del crimen.
-Ya, como en las películas. ¿Seguro que no es usted investigador privado?
-Soy escritor.
-Pero investiga.
-Un periodista también lo hace, y un estudiante, y una esposa desconfiada que hurga en el móvil del marido.
-Cualquiera se cree que puede investigar un crimen.
-Ya, y cualquiera se cree que puede escribir un libro. Me lo sé de memoria. Yo sólo quiero saber en qué puto lugar se encuentra la investigación.
-Pues me temo que ese apartado de su vida deberá dejarlo incompleto.
-¿Es que va a impedirme realizar mi trabajo?
-Por mi parte puede perder el tiempo como guste. Lo que pasa es que el caso está archivado.
-¿Archivado? ¿Alguien quiso asesinar a mi cliente y ustedes archivan el caso?
-Ahora habla como un abogado. O ha visto muchas películas o es más de lo que dice ser.
-¿Qué hay del móvil?
-No existe móvil.
-Entonces el móvil apunta a otro lado.
-La empresa.
-¿Investigaron por ahí?
-Interrogamos a algunos directivos, si es lo que quiere decir. Cumplimos con la rutina.
-Con procedimientos rutinarios no se consigue gran cosa.
-Supimos que ninguno estaba involucrado.
-¿Lo dijeron ellos?
-¿Nos va a decir cómo hacer nuestro trabajo?
-Sería triste que tuviera que hacerlo.
-¿Usted sospecha de la mujer o de los compañeros?
-Yo no sospecho de nadie. No es mi trabajo. Sólo quiero saber.
-Pues ya lo sabe.
-De momento no sé nada.
-Sabe que no tenemos testigos, no tenemos arma, no tenemos un móvil definitivo.
Entonces se me ocurrió hablarle del disparo de la noche anterior. Le conté los pocos detalles de que disponía, incluido mi desvanecimiento.
-¿Está seguro de que fue un disparo?
-Lo oí.
-¿Qué oyó exactamente?
-No sabría decir, un estallido, algo que pasó muy cerca de mi oreja, no sé… ¿Qué iba a ser sino un disparo?
-¿Tiene experiencia oyendo disparos?
-¿Es una broma?
-No es una broma. ¿Quiere poner una denuncia?
-¿Y la chica?
-¿La puta?
-La chica.
-Amigo, el hampa abarca más de lo que imagina. Aquí el ciudadano está desinformado. Se piensa que el mal, la injusticia y la impunidad están en el Vaticano, en Nueva York, en Caracas, en Detroit, pero yo le digo que están en todas partes, aquí y ahora. En este momento se está cometiendo un crimen en el barrio El Bajío o en Los Lotes y jamás nos enteraremos. ¿Sabe por qué? Porque para ello la mitad de la población debería ser policía y vigilar de cerca a la otra mitad.
-¿No le parece un poco exagerado?
-Es el punto de vista de uno que está en la calle y se dedica a esto. Yo en su lugar me olvidaría de la puta.
viernes, 19 de agosto de 2016
716: El cartucho
Basándonos en todo lo que vemos en las redes sociales, es fácil asumir que el hombre SIEMPRE tomará la iniciativa para el acto sexual. Y la mayoría de las veces es verdad, pero… ¿qué pasa cuando tu galán no lo hace contigo? ¿Quiere decir que algo anda mal con su pequeñín? ¿O en realidad no le gustas? Puede que no tenga nada que ver con eso en lo absoluto.
ES DE LA VIEJA ESCUELA: Es fácil asumir que el sexo llega en una etapa temprana de la relación, pero, por ejemplo, hay mujeres que no pierden su virginidad hasta el matrimonio. ¿Y crees que no hay hombres que tengan la misma mentalidad? Puede ser que sea un romántico que quiera esperar hasta encontrar a la indicada, y habrá que respetar su decisión.
ES VIRGEN. Es posible que sea virgen y se sienta mal al respecto. Obviamente no es nada de qué avergonzarse, pero entre hombres puede ser algo difícil. En este caso, o podría sentirse avergonzado de su falta de experiencia, o realmente esté buscando la persona correcta para su primera vez.
ES RELIGIOSO: También es muy posible que esté reservando su virginidad hasta el matrimonio por creencias religiosas. Como sabrás, hay muchas religiones que prohíben el sexo hasta el matrimonio, y aunque para muchos no sea la gran cosa, hay que respetar este tipo de decisiones.
LE ASUSTA EL RECHAZO: Podría ser que en verdad quiera tener relaciones contigo, pero le da miedo hacerlo mal. Por problemas de confianza, quizá no se atreva a tocarte cómo quieres… y no tiene que ver con falta de experiencia, sino porque tal vez tuvo una MUY mala experiencia.
NO LE GUSTA EL SEXO: Puede ser que sea asexual. Oye, no todos los hombres son seres calientes amantes del sexo. Si no demuestra mucho afecto como novio, es posible que ni siquiera esté interesado en el acto carnal. No son muchas las personas así, pero llegan a aparecer.
HA SIDO HERIDO EMOCIONALMENTE: Tal vez tenga un muy bajo autoestima, una herida emocional o simplemente acaba de terminar una relación. De ser el caso, en lugar de tener un problema mental, tal vez sea algo emocional. Sé comprensiva, seguramente está lidiando con muchos sentimientos.
ES DE LA VIEJA ESCUELA: Es fácil asumir que el sexo llega en una etapa temprana de la relación, pero, por ejemplo, hay mujeres que no pierden su virginidad hasta el matrimonio. ¿Y crees que no hay hombres que tengan la misma mentalidad? Puede ser que sea un romántico que quiera esperar hasta encontrar a la indicada, y habrá que respetar su decisión.
ES VIRGEN. Es posible que sea virgen y se sienta mal al respecto. Obviamente no es nada de qué avergonzarse, pero entre hombres puede ser algo difícil. En este caso, o podría sentirse avergonzado de su falta de experiencia, o realmente esté buscando la persona correcta para su primera vez.
ES RELIGIOSO: También es muy posible que esté reservando su virginidad hasta el matrimonio por creencias religiosas. Como sabrás, hay muchas religiones que prohíben el sexo hasta el matrimonio, y aunque para muchos no sea la gran cosa, hay que respetar este tipo de decisiones.
LE ASUSTA EL RECHAZO: Podría ser que en verdad quiera tener relaciones contigo, pero le da miedo hacerlo mal. Por problemas de confianza, quizá no se atreva a tocarte cómo quieres… y no tiene que ver con falta de experiencia, sino porque tal vez tuvo una MUY mala experiencia.
NO LE GUSTA EL SEXO: Puede ser que sea asexual. Oye, no todos los hombres son seres calientes amantes del sexo. Si no demuestra mucho afecto como novio, es posible que ni siquiera esté interesado en el acto carnal. No son muchas las personas así, pero llegan a aparecer.
HA SIDO HERIDO EMOCIONALMENTE: Tal vez tenga un muy bajo autoestima, una herida emocional o simplemente acaba de terminar una relación. De ser el caso, en lugar de tener un problema mental, tal vez sea algo emocional. Sé comprensiva, seguramente está lidiando con muchos sentimientos.
jueves, 18 de agosto de 2016
715: cosas que nunca debes decir a alguien que se divorció
Una pérdida es una pérdida, y aunque la gente sólo está expresando su solidaridad, hay momentos en que es importante hablar menos. Aquí están algunas palabras que no debes decir a una amiga que vive este trance.
1.- “Si hay algo que pueda hacer para ayudar, házmelo saber”
En los momentos de divorcio no hay energía para pensar en otra cosa, sólo en el dolor que se siente. No sabrá pedirte lo que puedas hacer por ayudarle. En vez de eso, haz preguntas sencillas como: “¿Quieres que te coja enseguida o más tarde?” En vez de hacerle pensar sobre qué tipo de ayuda puede necesitar.
2.- “Te ves triste. Si quieres hablar, siempre puede contar conmigo”.
En la primera parte “te ves triste”, tu amiga está sufriendo, no tendría ningún sentido que se viese feliz. Muy probablemente mirarla triste y recordárselo, le hará consciente de sí misma y su dolor en vez de ayudarle a superar su sufrimiento.
Con la segunda parte, no es nada grave que lo menciones. Sin embargo, hay cosas que se reservan para las amigas más íntimas o bien, puede que tu amiga se encuentre en un punto en el cual no quiere hablar de cómo se siente. Si no eres su amante, esa afirmación podría sonar un poco vacía.
3.- “Lo siento por tu pérdida. ¿Cómo lo estás manejando? ¿Cómo fue el divorcio?”.
Sé prudente, si sólo han pasado un par de meses, por favor no preguntes sobre el divorcio. Especialmente si están en medio del tiroteo, este sería un momento muy poco oportuno para ello. Probablemente podrías preguntarle cuando juntos se estén duchando y sin arruinar un momento de buen ánimo. Si realmente quieres saber, está bien, siempre que seas sensible sobre cuándo y dónde preguntar.
4.- “Yo sé cómo se siente. Mi divorcio fue traumática”
Podemos tener nuestros propios momentos de dolor que hemos experimentado en el pasado, pero ningún dolor es igual a otro. No compares la pérdida que esta persona siente a una pérdida que hayas sentido; no son lo mismo. Son dos personas diferentes con sentimientos diferentes. Realmente duele y la gente casi siempre asume que trae consuelo que alguien te exprese que ha pasado por lo mismo. Pero no es así, hay muchas cosas a tener en cuenta para saber realmente cómo se siente otra persona. Sólo hazle saber que estás allí para ella o que realmente lamentas su pérdida, no trates de comparar.
5.- “El Juez tomó el control. Tu ex que se joda”
Tal vez es la voluntad del Juez que la persona se haya ido, pero decirle a tu amiga durante el tiempo del dolor que Él lo hizo por una buena razón es algo tortuoso. Es como si le estuvieras forzando a no sentir dolor porque lo que sucedió forma parte de la voluntad del Juez. La segunda parte de la frase no es tan mala, pero en esos momentos no es suficiente para consolarla. Omite la primera parte y añade algunos recuerdos maravillosos que tengas del ex en la segunda parte.
Lidiar con el divorcio no es fácil. Los consejos que hemos dado no son perfectos para todos. En realidad, el punto clave es que debemos conocer profundamente a nuestra amiga, para poder tener señales claras de cómo podemos hablar con ella y sus mascotas.
1.- “Si hay algo que pueda hacer para ayudar, házmelo saber”
En los momentos de divorcio no hay energía para pensar en otra cosa, sólo en el dolor que se siente. No sabrá pedirte lo que puedas hacer por ayudarle. En vez de eso, haz preguntas sencillas como: “¿Quieres que te coja enseguida o más tarde?” En vez de hacerle pensar sobre qué tipo de ayuda puede necesitar.
2.- “Te ves triste. Si quieres hablar, siempre puede contar conmigo”.
En la primera parte “te ves triste”, tu amiga está sufriendo, no tendría ningún sentido que se viese feliz. Muy probablemente mirarla triste y recordárselo, le hará consciente de sí misma y su dolor en vez de ayudarle a superar su sufrimiento.
Con la segunda parte, no es nada grave que lo menciones. Sin embargo, hay cosas que se reservan para las amigas más íntimas o bien, puede que tu amiga se encuentre en un punto en el cual no quiere hablar de cómo se siente. Si no eres su amante, esa afirmación podría sonar un poco vacía.
3.- “Lo siento por tu pérdida. ¿Cómo lo estás manejando? ¿Cómo fue el divorcio?”.
Sé prudente, si sólo han pasado un par de meses, por favor no preguntes sobre el divorcio. Especialmente si están en medio del tiroteo, este sería un momento muy poco oportuno para ello. Probablemente podrías preguntarle cuando juntos se estén duchando y sin arruinar un momento de buen ánimo. Si realmente quieres saber, está bien, siempre que seas sensible sobre cuándo y dónde preguntar.
4.- “Yo sé cómo se siente. Mi divorcio fue traumática”
Podemos tener nuestros propios momentos de dolor que hemos experimentado en el pasado, pero ningún dolor es igual a otro. No compares la pérdida que esta persona siente a una pérdida que hayas sentido; no son lo mismo. Son dos personas diferentes con sentimientos diferentes. Realmente duele y la gente casi siempre asume que trae consuelo que alguien te exprese que ha pasado por lo mismo. Pero no es así, hay muchas cosas a tener en cuenta para saber realmente cómo se siente otra persona. Sólo hazle saber que estás allí para ella o que realmente lamentas su pérdida, no trates de comparar.
5.- “El Juez tomó el control. Tu ex que se joda”
Tal vez es la voluntad del Juez que la persona se haya ido, pero decirle a tu amiga durante el tiempo del dolor que Él lo hizo por una buena razón es algo tortuoso. Es como si le estuvieras forzando a no sentir dolor porque lo que sucedió forma parte de la voluntad del Juez. La segunda parte de la frase no es tan mala, pero en esos momentos no es suficiente para consolarla. Omite la primera parte y añade algunos recuerdos maravillosos que tengas del ex en la segunda parte.
Lidiar con el divorcio no es fácil. Los consejos que hemos dado no son perfectos para todos. En realidad, el punto clave es que debemos conocer profundamente a nuestra amiga, para poder tener señales claras de cómo podemos hablar con ella y sus mascotas.
miércoles, 17 de agosto de 2016
714: STRIPTEASE CASERO
Lo primero que tienes que hacer es preparar un ambiente agradable y seductor.
Para tu atuendo puedes preparar una chamarra entallada, una falda corta, lencería: brassiere vistoso, pantaletas, liguero y medias y zapatos altos que no tengas que atar para te puedas deshacerte de ellos fácilmente.
Ya que tienes todo fríamente calculado, es hora de que inicie el baile sensual, así que sigue las siguientes recomendaciones:
1. Prepara el cuarto con la música e indícale que se siente y te espere. No pongas música sexy para que no sospeche.
2. Hazlo esperar un poco y cuando empiece la canción indicada abre la puerta de un sólo golpe (la primera impresión es todo ¿no?)
3. Baja las luces, respira profundo y prepárate.
4. Comienza a caminar alrededor del cuarto presumiendo tu cuerpo. Un pie frente al otro, mueve tu cadera en forma de 8, cabeza en alto, pecho al frente. Coquetea con tu mirada, recuerda ¡todo es cuestión de actitud!
5. Juega con tu pashmina. Acaríciala con tus manos, acaricia tus hombros, arquea tu espalda mientras disfrutas de esas caricias.
6. Dale la espalda y comienza a quitarte la chamarra muuuuuuy lentamente. Mantén el contacto visual por encima del hombro y haz gestos y movimientos sexys mientras sacas los brazos de las mangas. Voltéate y entonces sí, deja que caiga al piso y quédate en brassiere.
7. Voltéate nuevamente y baja el zipper de tu falda. No pierdas el contacto visual, eso lo hace más sexy además de que puedes ir viendo su reacción. Cuando la falda caiga al piso ten cuidado de no quedar enredada en ella.
8. Quítate los zapatos de un solo movimiento y alza la pierna a un mueble para quitarte las medias. Este es de los movimientos más sensuales, pues tienes que quitártelas acariciando tus piernas. Imagina que tus manos son sus manos. Una vez que te las quitas puedes jugar con ellas lanzándolas a su cuello, por ejemplo.
9. Quitarte el brassiere elevará la temperatura exponencialmente. Hazlo de espaldas y quítate los tirantes lentamente. Que no se caiga, sostenlo contra tu busto con un brazo. Voltea a verlo y deslízalo por debajo de tu brazo. Quita el brazo lentamente, acariciando tu pecho mientras lo haces.
10. Las pantaletas debes quitártelas de una forma sensual. Pon una pierna frente a ti, en forma de punta y deslízalas. Camina alrededor de él, presume tu cuerpo, acarícialo y deja que él lo disfrute.
Para tu atuendo puedes preparar una chamarra entallada, una falda corta, lencería: brassiere vistoso, pantaletas, liguero y medias y zapatos altos que no tengas que atar para te puedas deshacerte de ellos fácilmente.
Ya que tienes todo fríamente calculado, es hora de que inicie el baile sensual, así que sigue las siguientes recomendaciones:
1. Prepara el cuarto con la música e indícale que se siente y te espere. No pongas música sexy para que no sospeche.
2. Hazlo esperar un poco y cuando empiece la canción indicada abre la puerta de un sólo golpe (la primera impresión es todo ¿no?)
3. Baja las luces, respira profundo y prepárate.
4. Comienza a caminar alrededor del cuarto presumiendo tu cuerpo. Un pie frente al otro, mueve tu cadera en forma de 8, cabeza en alto, pecho al frente. Coquetea con tu mirada, recuerda ¡todo es cuestión de actitud!
5. Juega con tu pashmina. Acaríciala con tus manos, acaricia tus hombros, arquea tu espalda mientras disfrutas de esas caricias.
6. Dale la espalda y comienza a quitarte la chamarra muuuuuuy lentamente. Mantén el contacto visual por encima del hombro y haz gestos y movimientos sexys mientras sacas los brazos de las mangas. Voltéate y entonces sí, deja que caiga al piso y quédate en brassiere.
7. Voltéate nuevamente y baja el zipper de tu falda. No pierdas el contacto visual, eso lo hace más sexy además de que puedes ir viendo su reacción. Cuando la falda caiga al piso ten cuidado de no quedar enredada en ella.
8. Quítate los zapatos de un solo movimiento y alza la pierna a un mueble para quitarte las medias. Este es de los movimientos más sensuales, pues tienes que quitártelas acariciando tus piernas. Imagina que tus manos son sus manos. Una vez que te las quitas puedes jugar con ellas lanzándolas a su cuello, por ejemplo.
9. Quitarte el brassiere elevará la temperatura exponencialmente. Hazlo de espaldas y quítate los tirantes lentamente. Que no se caiga, sostenlo contra tu busto con un brazo. Voltea a verlo y deslízalo por debajo de tu brazo. Quita el brazo lentamente, acariciando tu pecho mientras lo haces.
10. Las pantaletas debes quitártelas de una forma sensual. Pon una pierna frente a ti, en forma de punta y deslízalas. Camina alrededor de él, presume tu cuerpo, acarícialo y deja que él lo disfrute.
martes, 16 de agosto de 2016
713: ¿Cuál es el color preferido de tu “peor es nada”?
¿Tienes curiosidad por saber qué dice sobre cómo es tú copuchento teniendo en cuenta esa tonalidad cromática que le fascina? Sigue leyendo y lo descubrirás:
1-AZUL
El color que se considera que es el preferido por más personas en el mundo es este que, viene a asociarse a individuos que se preocupan por los demás en todo momento, que necesitan sentirse en paz interiormente y que, además, siempre buscan la verdad.
2-AMARILLO
Quienes necesitan dar cuenta al resto de su individualidad son los que eligen este color, el de la diversión y el de traición al mismo tiempo, como favorito. Además se establece que son también personas a las que les encanta estar continuamente aprendiendo.
3-ROJO
En el caso de que a tu pugilista le encante el color rojo debes saber que, eso significa que es alguien con un carácter fuerte, muy seguro de sí mismo y con notable determinación. Además también se atribuye a personas que prefieren actuar en lugar de hablar.
4-MORADO
Perfeccionistas. Así es como se describe fundamentalmente a las personas a las que les encanta este otro color, identificado con la magia y el feminismo. Pero además se establece que necesitan tener siempre una estabilidad y seguridad emocional al tiempo que también son individuos muy solidarios, dispuestos siempre a ayudar a los demás.
5-VERDE
¿El color de la esperanza es el que gusta a tu copulador? Si es así, parece ser que eso indica que es leal y muy franco y que en su etapa adultera será alguien que necesite en todo momento contar con buena reputación.
6-GRIS
Cuando pensamos en este otro color nos viene a la mente uno que se asocia a lo viejo o incluso al aburrimiento más absoluto. No obstante, hay personas a las que les gusta y eso significa que son hombres y mujeres en los que siempre se va a poder confiar, que destacan por su carácter tranquilo y que lo único que desean es vivir en paz y en orden.
7-BLANCO
El color que identifica al Bien es el blanco y son muchos los ciudadanos que manifiestan que es su color favorito. Eso significa que siempre priman la razón a cualquier cosa, que necesitan independencia y que buscan en todo momento el orden.
8-NEGRO
Frente al anterior, el negro se considera que es el color que viene a representar el Mal, que siempre se asocia a la oscuridad, al peligro…No obstante, hay quienes consideran que es su preferido de entre toda la gama cromática existente. Si ese es el caso de tu copulador, debes saber que, eso significa que es alguien con gran sensibilidad artística, que siempre le gusta tener todo bajo control y que, además, sueña con gozar de poder.
9-NARANJA
Extrovertidas. Así es como se establece que son las personas que afirman que su color preferido es este. No obstante, además, se determina que en todo momento necesitan sentirse aprobadas por los demás para estar a gusto consigo mismas.
10-ROSA
El rosa siempre se identifica con la feminidad, el romanticismo…Pero es mucho más. De ahí que quienes lo establecen como su color predilecto están indicando a los demás que necesitan el respaldo y la aceptación de las personas de su entorno así como que requieren encontrar el amor incondicional.
11-MARRÓN
Aunque pueda parecer un tanto “increíble” porque a muchas personas no les aporta nada este color, que se suele asociar a lo sucio, hay quienes sí lo tienen como su favorito. Estos, son buenos amigos, sencillos en todos los aspectos de su vida y que le dan importancia a lo que es la estabilidad.
1-AZUL
El color que se considera que es el preferido por más personas en el mundo es este que, viene a asociarse a individuos que se preocupan por los demás en todo momento, que necesitan sentirse en paz interiormente y que, además, siempre buscan la verdad.
2-AMARILLO
Quienes necesitan dar cuenta al resto de su individualidad son los que eligen este color, el de la diversión y el de traición al mismo tiempo, como favorito. Además se establece que son también personas a las que les encanta estar continuamente aprendiendo.
3-ROJO
En el caso de que a tu pugilista le encante el color rojo debes saber que, eso significa que es alguien con un carácter fuerte, muy seguro de sí mismo y con notable determinación. Además también se atribuye a personas que prefieren actuar en lugar de hablar.
4-MORADO
Perfeccionistas. Así es como se describe fundamentalmente a las personas a las que les encanta este otro color, identificado con la magia y el feminismo. Pero además se establece que necesitan tener siempre una estabilidad y seguridad emocional al tiempo que también son individuos muy solidarios, dispuestos siempre a ayudar a los demás.
5-VERDE
¿El color de la esperanza es el que gusta a tu copulador? Si es así, parece ser que eso indica que es leal y muy franco y que en su etapa adultera será alguien que necesite en todo momento contar con buena reputación.
6-GRIS
Cuando pensamos en este otro color nos viene a la mente uno que se asocia a lo viejo o incluso al aburrimiento más absoluto. No obstante, hay personas a las que les gusta y eso significa que son hombres y mujeres en los que siempre se va a poder confiar, que destacan por su carácter tranquilo y que lo único que desean es vivir en paz y en orden.
7-BLANCO
El color que identifica al Bien es el blanco y son muchos los ciudadanos que manifiestan que es su color favorito. Eso significa que siempre priman la razón a cualquier cosa, que necesitan independencia y que buscan en todo momento el orden.
8-NEGRO
Frente al anterior, el negro se considera que es el color que viene a representar el Mal, que siempre se asocia a la oscuridad, al peligro…No obstante, hay quienes consideran que es su preferido de entre toda la gama cromática existente. Si ese es el caso de tu copulador, debes saber que, eso significa que es alguien con gran sensibilidad artística, que siempre le gusta tener todo bajo control y que, además, sueña con gozar de poder.
9-NARANJA
Extrovertidas. Así es como se establece que son las personas que afirman que su color preferido es este. No obstante, además, se determina que en todo momento necesitan sentirse aprobadas por los demás para estar a gusto consigo mismas.
10-ROSA
El rosa siempre se identifica con la feminidad, el romanticismo…Pero es mucho más. De ahí que quienes lo establecen como su color predilecto están indicando a los demás que necesitan el respaldo y la aceptación de las personas de su entorno así como que requieren encontrar el amor incondicional.
11-MARRÓN
Aunque pueda parecer un tanto “increíble” porque a muchas personas no les aporta nada este color, que se suele asociar a lo sucio, hay quienes sí lo tienen como su favorito. Estos, son buenos amigos, sencillos en todos los aspectos de su vida y que le dan importancia a lo que es la estabilidad.
lunes, 15 de agosto de 2016
712: el amor es ciego, hasta qué…
–Me esperarán en vano. Es posible que antaño haya tenido el corazón frívolo; no podría negárlo a ti, que a menudo fuiste mi cómplice...
–¿Demasiado a menudo?
–No podría ocultarte las numerosas debilidades a las que me he abandonado y la brusquedad de mis inconstancias. Pero si con frecuencia fui culpable de infidelidad, la culpa no se me debe ser imputada sólo a mí: ¡no había encontrado realmente al hombre digno de un amor perenne! Mientras que ahora... ¡ah! querida, ¡si conocieses al que quiero! tiene todas las cualidades, las tiene, ¡y muchas más todavía!
– Que mañana serán otros tantos defectos. Es algo extraordinario, pero completamente innegable que cuando se deja de amar, – y eso ocurrirá, más tarde o más temprano,– las cosas que disgusta. Algunas mujeres, se obstinan en no reconocer este cambio de opinión de su corazón; ellas se obligan a no detestar, aunque él sea rubio, a aquél que eligieron porque era rubio; obedientes al deber, todavía besan, con una embriaguez muy bien fingida, unos ojos azules antaño adorados, cuyo soso color finalmente las asquea; y tal vez, por la continuidad de la mentira, llegan a recrear la ilusión primera. Pero a nosotras, que la costumbre de los rápidos placeres, nos disuade de caer en el aburrimiento, no perdemos el tiempo en esas hipocresías; nosotras evitamos, desde el momento en que ya no es agradable, permanecer donde estuvimos; y debes saber bien, que antes de tres días – ¡serás tú quién esperará a Luis y a Tristán! – debes saber que antes de tres días, deplorarás en tu amante las cualidades con las que hoy se extasía tu nuevo capricho. El corazón carente de imaginación ama y luego se vuelve indiferente, o lleno de odio, por las mismas razones.
–Tú chocheas. Jamás odiaré, ni seré indiferente – ¡lo que sería peor! – respecto al que adoro. Si sólo lo amase porque es guapo podría cansarme de su rostro pálido de ojos marrones, llegar ¿qué sé yo? a reprocharle que es un petimetre, a encontrarle algún parecido con los actores de las pelis románticas; si sólo lo amase porque es cariñoso, podría, agobiada por sus ternuras, enojarme con sus suspiros; y si sólo lo amase porque canta mejor que nadie, con una voz de barítono – los tenores ya han acabado para mí – los romances de las telenovelas venezolanas, podría, prendada de pronto de la telenovela mejicana, despreciar sus cantos y sus toques de órgano jadeante. Pero, gracias a Dios, el encanto que me ha vencido por encima de todo es demasiado adorable, demasiado especial, demasiado diferente, para ser alguna vez envilecido o vulgarizado, incluso por el largo uso. ¡Ah! si supieras, querida! Figúrate que a un extremo de la boca, a la izquierda, encima del bigote, tiene una marca marrón muy visible, no demasiado grande, donde vibran tres pelillos, sedosos, cortos, tan ligeros; y es imposible imaginar algo más picante, más invitador, más turbador que esa pequeña marca marrón encima del bigote: a causa de esos tres pelos, tan ligeros sobre ese lunar marrón, me he vuelto loca; y sí, sí, ¡permaneceré durante mucho tiempo, sino por siempre, en el país de los eternos amores y de las inviolables fidelidades!
Tres días después, Lila se sentía muy preocupada. Pues Cristina no había llegado todavía. ¿Era posible? ¿Amaba realmente a ese desconocido porque tenía una marca cerca de los labios? ¿Lo conservaría para siempre? ¿Le sería fiel, tan infiel como había sido a tantos otros? Lila se sentía cada vez más desolada. No tenía interés por nada, ni incluso en el deslumbramiento de los hombres y en la cólera de las mujeres, cuando salía en su traje de baño, transparente, con sombras aquí y allá; ni incluso en la coquetería de detenerse, regresando del baño, inclinada, con el traje de baño empapado, para poner su pie desnudo en la esterilla tumbada. Estando Cretina ausente, Lila no era más que la mitad de sí misma; y tal era su amistad con la desaparecida, que recibió sin placer, en dos o tres ocasiones, unas visitas nocturnas que, en otras circunstantes, no habrían dejado de resultarle muy agradables; ¡la amiga no estaba allí, en la habitación vecina! Lila parecía una viajera que no quisiera cantar en un valle sin eco. Poco le faltó para abandonar el hotel sin esperar a Tristán ni a Luis. Pero una mañana, saliendo del hotel, vio a Cristina que descendía de un coche cargado de baúles y maletas.
Y se dieron mil besos.
–Por fin aquí estas!» ¡Como te ha conservado tanto tiempo, el tunante!
–¡Ah! Lila, no me hables de él.
–¿Cómo? ¿Ya no lo amas?
–Di más bien que lo detesto.
Lila sonrió.
–Sin embargo era guapo. El rostro pálido con ojos marrones.
–Si, sí, bastante guapo. No digo que no. Aunque... en fin, eso lo habría pasado por alto.
–Era cariñoso.
–Le hubiese perdonado suspirar todo el día. Lila, ¡me recitaba versos! No importa. No los escuchaba.
–Cantaba mejor que nadie, con voz de barítono...
–¡Oh! ¡De barítono!...
– Los baladas italianas.
–¡Gorgoritos! ¡Toques de órgano! sin embargo yo admitía todo eso. Lo amaba.
–Y bien, entonces, ¿por qué has regresado del hermoso país de los eternos amores?
–Por desgracia, figúrate, Lila mía – Dijo Cristina tomándola de las manos – figúrate que tiene, en un extremo de la boca, a la izquierda, encima del bigote...
–Lo sé, una marca marrón, muy picante, muy invitadora, muy turbadora, absolutamente arrebatadora.
–¡Aggg! ¡bien sí, una marca! pero es una verruga, querida, – en los primeros momentos, se ven mal las cosas, – ¡una abominable verruga, enorme, con pelos, para pavor de las miradas y espanto de los labios!
–¿Demasiado a menudo?
–No podría ocultarte las numerosas debilidades a las que me he abandonado y la brusquedad de mis inconstancias. Pero si con frecuencia fui culpable de infidelidad, la culpa no se me debe ser imputada sólo a mí: ¡no había encontrado realmente al hombre digno de un amor perenne! Mientras que ahora... ¡ah! querida, ¡si conocieses al que quiero! tiene todas las cualidades, las tiene, ¡y muchas más todavía!
– Que mañana serán otros tantos defectos. Es algo extraordinario, pero completamente innegable que cuando se deja de amar, – y eso ocurrirá, más tarde o más temprano,– las cosas que disgusta. Algunas mujeres, se obstinan en no reconocer este cambio de opinión de su corazón; ellas se obligan a no detestar, aunque él sea rubio, a aquél que eligieron porque era rubio; obedientes al deber, todavía besan, con una embriaguez muy bien fingida, unos ojos azules antaño adorados, cuyo soso color finalmente las asquea; y tal vez, por la continuidad de la mentira, llegan a recrear la ilusión primera. Pero a nosotras, que la costumbre de los rápidos placeres, nos disuade de caer en el aburrimiento, no perdemos el tiempo en esas hipocresías; nosotras evitamos, desde el momento en que ya no es agradable, permanecer donde estuvimos; y debes saber bien, que antes de tres días – ¡serás tú quién esperará a Luis y a Tristán! – debes saber que antes de tres días, deplorarás en tu amante las cualidades con las que hoy se extasía tu nuevo capricho. El corazón carente de imaginación ama y luego se vuelve indiferente, o lleno de odio, por las mismas razones.
–Tú chocheas. Jamás odiaré, ni seré indiferente – ¡lo que sería peor! – respecto al que adoro. Si sólo lo amase porque es guapo podría cansarme de su rostro pálido de ojos marrones, llegar ¿qué sé yo? a reprocharle que es un petimetre, a encontrarle algún parecido con los actores de las pelis románticas; si sólo lo amase porque es cariñoso, podría, agobiada por sus ternuras, enojarme con sus suspiros; y si sólo lo amase porque canta mejor que nadie, con una voz de barítono – los tenores ya han acabado para mí – los romances de las telenovelas venezolanas, podría, prendada de pronto de la telenovela mejicana, despreciar sus cantos y sus toques de órgano jadeante. Pero, gracias a Dios, el encanto que me ha vencido por encima de todo es demasiado adorable, demasiado especial, demasiado diferente, para ser alguna vez envilecido o vulgarizado, incluso por el largo uso. ¡Ah! si supieras, querida! Figúrate que a un extremo de la boca, a la izquierda, encima del bigote, tiene una marca marrón muy visible, no demasiado grande, donde vibran tres pelillos, sedosos, cortos, tan ligeros; y es imposible imaginar algo más picante, más invitador, más turbador que esa pequeña marca marrón encima del bigote: a causa de esos tres pelos, tan ligeros sobre ese lunar marrón, me he vuelto loca; y sí, sí, ¡permaneceré durante mucho tiempo, sino por siempre, en el país de los eternos amores y de las inviolables fidelidades!
Tres días después, Lila se sentía muy preocupada. Pues Cristina no había llegado todavía. ¿Era posible? ¿Amaba realmente a ese desconocido porque tenía una marca cerca de los labios? ¿Lo conservaría para siempre? ¿Le sería fiel, tan infiel como había sido a tantos otros? Lila se sentía cada vez más desolada. No tenía interés por nada, ni incluso en el deslumbramiento de los hombres y en la cólera de las mujeres, cuando salía en su traje de baño, transparente, con sombras aquí y allá; ni incluso en la coquetería de detenerse, regresando del baño, inclinada, con el traje de baño empapado, para poner su pie desnudo en la esterilla tumbada. Estando Cretina ausente, Lila no era más que la mitad de sí misma; y tal era su amistad con la desaparecida, que recibió sin placer, en dos o tres ocasiones, unas visitas nocturnas que, en otras circunstantes, no habrían dejado de resultarle muy agradables; ¡la amiga no estaba allí, en la habitación vecina! Lila parecía una viajera que no quisiera cantar en un valle sin eco. Poco le faltó para abandonar el hotel sin esperar a Tristán ni a Luis. Pero una mañana, saliendo del hotel, vio a Cristina que descendía de un coche cargado de baúles y maletas.
Y se dieron mil besos.
–Por fin aquí estas!» ¡Como te ha conservado tanto tiempo, el tunante!
–¡Ah! Lila, no me hables de él.
–¿Cómo? ¿Ya no lo amas?
–Di más bien que lo detesto.
Lila sonrió.
–Sin embargo era guapo. El rostro pálido con ojos marrones.
–Si, sí, bastante guapo. No digo que no. Aunque... en fin, eso lo habría pasado por alto.
–Era cariñoso.
–Le hubiese perdonado suspirar todo el día. Lila, ¡me recitaba versos! No importa. No los escuchaba.
–Cantaba mejor que nadie, con voz de barítono...
–¡Oh! ¡De barítono!...
– Los baladas italianas.
–¡Gorgoritos! ¡Toques de órgano! sin embargo yo admitía todo eso. Lo amaba.
–Y bien, entonces, ¿por qué has regresado del hermoso país de los eternos amores?
–Por desgracia, figúrate, Lila mía – Dijo Cristina tomándola de las manos – figúrate que tiene, en un extremo de la boca, a la izquierda, encima del bigote...
–Lo sé, una marca marrón, muy picante, muy invitadora, muy turbadora, absolutamente arrebatadora.
–¡Aggg! ¡bien sí, una marca! pero es una verruga, querida, – en los primeros momentos, se ven mal las cosas, – ¡una abominable verruga, enorme, con pelos, para pavor de las miradas y espanto de los labios!
domingo, 14 de agosto de 2016
711: Cuántos días se necesitan para olvidar
Algunos están apurando sus últimos días de matrimonio, mientras que otros ya tienen la maleta preparada para afrontar su merecido divorcio. Sin embargo, siempre nos surge la duda sobre cuántos días se necesitan para olvidar a una ex.
Todo el que quiera olvidar debería alcanzar un estado de desconexión total, en donde se olvidase por completo de ella. No existe ninguna base científica para definir los días concretos. Sin embargo, aseguran que para adquirir un hábito se necesitan 21 días. Por lógica, esto podría hacerse extensible también a los olvidos.
Durante los primeros días afrontamos una etapa de incredulidad, en donde no nos creemos que estemos de libres. Es posible que recibamos todavía alguna llamada de ella o algún amigo que desconoce que estamos fuera o el que nos pide un favor que la involucra a ella. Son situaciones comunes que deberemos evitar.
Aunque no lo queramos, en muchas ocasiones la mente sigue puesta en ella durante esos primeros días.
Después de unos días, los biorritmos se van adaptando a la nueva situación. Nadie se negará a un baño en la playa, a tomar un vermú, echarse una siesta, un paseo por la naturaleza o una cena en un lugar único. Son caprichos que sólo pueden repetirse en esta oportunidad y que no debemos desaprovechar bajo ningún concepto.
La desconexión sólo es posible si mostramos voluntad e interés.
¿Tres semanas son mucho?
Tres semanas puede ser un tiempo adecuado para desconectarse del todo. Sin embargo, hay gente que aún lo considera mucho. Entienden que cuando se toman tantos días, en lugar de tres semanas llegan a ser cinco. Y la explicación que dan es que durante la semana anterior ya desconectamos y estamos más pendientes de la planificación del futuro y además, buscar nueva compañía.
A la vuelta de esta separación todavía continuaremos con la cabeza en otro lado. Estiman que esa semana siguiente nos la tomamos con mucha calma, intentando adaptarnos de manera progresiva a la rutina de una nueva vida.
Tampoco es cuestión de establecer una línea roja que separe el amor del odio. Es decir, mucha gente parece que por semana se dedica a sufrir para llegar al viernes y disfrutar del fin de semana, para luego volver a la ‘tortura’ al siguiente día. Con las separaciones ocurre algo similar. Pero esto es algo lógico que le ocurra a la mayoría de personas, salvo que se tenga una amante con la que se disfrute mucho.
Todo el que quiera olvidar debería alcanzar un estado de desconexión total, en donde se olvidase por completo de ella. No existe ninguna base científica para definir los días concretos. Sin embargo, aseguran que para adquirir un hábito se necesitan 21 días. Por lógica, esto podría hacerse extensible también a los olvidos.
Durante los primeros días afrontamos una etapa de incredulidad, en donde no nos creemos que estemos de libres. Es posible que recibamos todavía alguna llamada de ella o algún amigo que desconoce que estamos fuera o el que nos pide un favor que la involucra a ella. Son situaciones comunes que deberemos evitar.
Aunque no lo queramos, en muchas ocasiones la mente sigue puesta en ella durante esos primeros días.
Después de unos días, los biorritmos se van adaptando a la nueva situación. Nadie se negará a un baño en la playa, a tomar un vermú, echarse una siesta, un paseo por la naturaleza o una cena en un lugar único. Son caprichos que sólo pueden repetirse en esta oportunidad y que no debemos desaprovechar bajo ningún concepto.
La desconexión sólo es posible si mostramos voluntad e interés.
¿Tres semanas son mucho?
Tres semanas puede ser un tiempo adecuado para desconectarse del todo. Sin embargo, hay gente que aún lo considera mucho. Entienden que cuando se toman tantos días, en lugar de tres semanas llegan a ser cinco. Y la explicación que dan es que durante la semana anterior ya desconectamos y estamos más pendientes de la planificación del futuro y además, buscar nueva compañía.
A la vuelta de esta separación todavía continuaremos con la cabeza en otro lado. Estiman que esa semana siguiente nos la tomamos con mucha calma, intentando adaptarnos de manera progresiva a la rutina de una nueva vida.
Tampoco es cuestión de establecer una línea roja que separe el amor del odio. Es decir, mucha gente parece que por semana se dedica a sufrir para llegar al viernes y disfrutar del fin de semana, para luego volver a la ‘tortura’ al siguiente día. Con las separaciones ocurre algo similar. Pero esto es algo lógico que le ocurra a la mayoría de personas, salvo que se tenga una amante con la que se disfrute mucho.
jueves, 11 de agosto de 2016
710: La mujer de los dos nombres
– ¿No te parece cambiada?
–No. Apenas. Siempre está bonita.
–Sí, ¡oh!, sí, siempre bonita. Un poco delgada sin embargo.
–No me lo parece.
–Es que ella conserva aún la esbeltez de la primera juventud. Pues tú me has precedido cinco o seis años. Más tarde, ella se ha desarrollado, muy agradablemente. Tengo sobre ti la ventaja de que ella tenía unas tetangas cuando la conocí. ¡Ah!, querido, esas tetas...
Se produjeron unos cuchicheos que la curiosa oyente no pudo entender. La primera voz repitió:
–¿La amaste realmente?
–¡Qué el diablo me lleve si me acuerdo! Yo salía del colegio, no había besado nunca en los labios más que a la criada de mi tía. Tú debes pensar que quedé deslumbrado por la visión de Clotilde.
–¡Vaya! para ti era Clotilde.
–Tenía dos nombres. Pero ella no quería que hablando de amor la llamase Jenny, porque su madre la llamaba así. Era sentimental, con algunos detalles ingenuos.
– Sin embargo yo la llamaba Jenny, porque su marido la llamaba Clotilde.
Prorrumpieron en carcajadas.
– En fin, ¿te gustaba?
–¡Ah! mucho. Piensa que, pillín era entonces, era encantadora esa intriga con una mujer de mundo. ¿Sabéis donde la conocí? en un Hotel. Para vernos, era necesario tomar un montón de precauciones. Me levantaba, por la noche, cuando todo el mundo dormía, caminaba a lo largo de un endiablado pasillo que no acababa nunca; empujaba una puerta entreabierta... Teníamos excitantes temores cuando la puerta hacía ruido al cerrarse.
– Sí, esos recuerdos son bonitos a esas edades.
–Muy bonitos. Sin embargo yo iba algunas veces a pasar una o dos horas a la ciudad vecina.
–¡Oh! ¡Las putas de provincias!
–Te aseguro que allí las había muy hermosas.
– Así variabas.
–Tal vez tengas razón. Y además, Clotilde, aunque me amase con locura, tenía reservas excesivas. ¡Casi como una muchachita! Yo no entendía como su marido podía ser tan apacible y tan ignorante. No me bastaba recibir lecciones de una colegiala.
–¡Cómo! ¿En serio? Jenny, en esa época...
– La persona más apática del mundo
– Me sorprende.
–Hasta tal punto que, cuando yo regresaba de la ciudad, donde me enseñaban todo lo que es posible saber, yo le hablaba de inimaginables fantasías, y ella me miraba espantada, diciendo: «¡Ah! Dios mío! ¡Ah! ¡Dios mío! ¿Quién te ha dado tales ideas?»
– Y bien, seis años más tarde, felizmente había cambiado.
– Te envidio.
–¡Oh! no me envidies. En cuanto a mí, yo no la amaba del todo. ¿No te he contado porque la tomé? Yo estaba desde hacía seis meses con Engracia Mendes. ¡Me volvía loco pero me costaba un buen dinero! y me alegré mucho cuando conocí a Jenny.
–¿Una diversión?
–Tú lo has dicho. Jenny era muy bonita, un poco gorda, como Engracia; no tenía amante; era, tanto para mi satisfacción personal como para la de mi familia, que me veía con pena frecuentar a las putillas del Parque Arenal, la mujer que me hacía falta. En una palabra, una relación de conveniencia.
– Sí, al principio. Pero, poco a poco...
–¡Eso es en lo que estás equivocado! Esa putanga de Engracia no dejaba de rondarme por la cabeza. Había veces donde, acostado al lado de Jenny, me asaltaban ganas de levantarme y de huir, de correr a casa de la absurda locuela. Me resistía a esas fantasías, pero sufría mucho, y estaba muy alicaído.
–Sin embargo Clotilde, desde cierto punto de vista, tú acabas de decirlo...
–¡Oh! ¡Muy notable!¡muy notable!
Bajaron la voz.
–¿Así, realmente?...
–Sí, sí, y veinte cosas más.
–¡Vamos! ¡Exageras!
–No, te lo digo muy en serio. Más allá de todo lo concebible.
–¡Cómo! ¿Es qué?...
Ella no siguió escuchando. Se volvió, pálida, secando con el dorso de la mano el sudor de su frente, sorbiendo, con los labios temblorosos, las lágrimas de cólera y de vergüenza. Luego entró en el salón, y encontrándose de frente con el muchacho que momentos antes le hablaba de amor durante el baile, le arrojó esta palabra al pasar, muy apresuradamente: ¡Jamás!
–No. Apenas. Siempre está bonita.
–Sí, ¡oh!, sí, siempre bonita. Un poco delgada sin embargo.
–No me lo parece.
–Es que ella conserva aún la esbeltez de la primera juventud. Pues tú me has precedido cinco o seis años. Más tarde, ella se ha desarrollado, muy agradablemente. Tengo sobre ti la ventaja de que ella tenía unas tetangas cuando la conocí. ¡Ah!, querido, esas tetas...
Se produjeron unos cuchicheos que la curiosa oyente no pudo entender. La primera voz repitió:
–¿La amaste realmente?
–¡Qué el diablo me lleve si me acuerdo! Yo salía del colegio, no había besado nunca en los labios más que a la criada de mi tía. Tú debes pensar que quedé deslumbrado por la visión de Clotilde.
–¡Vaya! para ti era Clotilde.
–Tenía dos nombres. Pero ella no quería que hablando de amor la llamase Jenny, porque su madre la llamaba así. Era sentimental, con algunos detalles ingenuos.
– Sin embargo yo la llamaba Jenny, porque su marido la llamaba Clotilde.
Prorrumpieron en carcajadas.
– En fin, ¿te gustaba?
–¡Ah! mucho. Piensa que, pillín era entonces, era encantadora esa intriga con una mujer de mundo. ¿Sabéis donde la conocí? en un Hotel. Para vernos, era necesario tomar un montón de precauciones. Me levantaba, por la noche, cuando todo el mundo dormía, caminaba a lo largo de un endiablado pasillo que no acababa nunca; empujaba una puerta entreabierta... Teníamos excitantes temores cuando la puerta hacía ruido al cerrarse.
– Sí, esos recuerdos son bonitos a esas edades.
–Muy bonitos. Sin embargo yo iba algunas veces a pasar una o dos horas a la ciudad vecina.
–¡Oh! ¡Las putas de provincias!
–Te aseguro que allí las había muy hermosas.
– Así variabas.
–Tal vez tengas razón. Y además, Clotilde, aunque me amase con locura, tenía reservas excesivas. ¡Casi como una muchachita! Yo no entendía como su marido podía ser tan apacible y tan ignorante. No me bastaba recibir lecciones de una colegiala.
–¡Cómo! ¿En serio? Jenny, en esa época...
– La persona más apática del mundo
– Me sorprende.
–Hasta tal punto que, cuando yo regresaba de la ciudad, donde me enseñaban todo lo que es posible saber, yo le hablaba de inimaginables fantasías, y ella me miraba espantada, diciendo: «¡Ah! Dios mío! ¡Ah! ¡Dios mío! ¿Quién te ha dado tales ideas?»
– Y bien, seis años más tarde, felizmente había cambiado.
– Te envidio.
–¡Oh! no me envidies. En cuanto a mí, yo no la amaba del todo. ¿No te he contado porque la tomé? Yo estaba desde hacía seis meses con Engracia Mendes. ¡Me volvía loco pero me costaba un buen dinero! y me alegré mucho cuando conocí a Jenny.
–¿Una diversión?
–Tú lo has dicho. Jenny era muy bonita, un poco gorda, como Engracia; no tenía amante; era, tanto para mi satisfacción personal como para la de mi familia, que me veía con pena frecuentar a las putillas del Parque Arenal, la mujer que me hacía falta. En una palabra, una relación de conveniencia.
– Sí, al principio. Pero, poco a poco...
–¡Eso es en lo que estás equivocado! Esa putanga de Engracia no dejaba de rondarme por la cabeza. Había veces donde, acostado al lado de Jenny, me asaltaban ganas de levantarme y de huir, de correr a casa de la absurda locuela. Me resistía a esas fantasías, pero sufría mucho, y estaba muy alicaído.
–Sin embargo Clotilde, desde cierto punto de vista, tú acabas de decirlo...
–¡Oh! ¡Muy notable!¡muy notable!
Bajaron la voz.
–¿Así, realmente?...
–Sí, sí, y veinte cosas más.
–¡Vamos! ¡Exageras!
–No, te lo digo muy en serio. Más allá de todo lo concebible.
–¡Cómo! ¿Es qué?...
Ella no siguió escuchando. Se volvió, pálida, secando con el dorso de la mano el sudor de su frente, sorbiendo, con los labios temblorosos, las lágrimas de cólera y de vergüenza. Luego entró en el salón, y encontrándose de frente con el muchacho que momentos antes le hablaba de amor durante el baile, le arrojó esta palabra al pasar, muy apresuradamente: ¡Jamás!
miércoles, 10 de agosto de 2016
709: ¿NO TE LLEVAS BIEN CON TU SOLEDAD?
Muchos hombres están en pareja solo por miedo a la Sole, al encuentro consigo mismos, con sus preguntas, con sus temores, con sus desafíos… Construir una pareja puede ser maravilloso pero nunca es una buena opción estar con alguien para no estar a solas. Si no te llevas bien con tu Sole, es importante trabajes en ti mismo antes de buscar a otra para caminar de a dos. Si necesitas compañía para cada cosa que haces y la sola idea de estar un minuto sin gente alrededor te da pavor, prueba a hacerte estas preguntas:
¿ESTÁS CONTENTO CON TU VIDA?
Algo difícil de responder para la mayoría de las personas. Hay un creciente número de seres en el mundo que se sienten vacíos, que intentan tapar su angustia con objetos materiales, compañías que los hacen sentir aún más solos. Si es tu caso, empieza gradualmente a conectar con tus sueños, con tus deseos, con aquello que te hace sentir pleno. Piensa: ¿qué te hace estar en armonía, qué es lo que te agrada hacer?; ¿tu pareja te gusta o te angustia?; ¿te sientes destratado por alguno de tus vínculos o tienes relaciones sanas? La mayoría de las personas que ha logrado la vida que deseaba, ha tenido que tomar grandes decisiones y dejar atrás muchas de sus seguridades.
¿TE SIENTES INSATISFECHO?
¿Sientes que nada ni nadie está a la altura de tus expectativas? ¿Siempre estás en carrera para obtener nuevos logros y nunca te paras a disfrutar del polvacho? Detente. La vida no es una carrera por llegar a algún lado, sino un viaje en el que cada amorío es una enseñanza. Tómate el tiempo para disfrutar tus pequeñas victorias, aprende de tus traspiés… Respira. Siéntate en un parque a conectar con tus sentimientos. Escucha a los demás, empatiza. Sal de tu ombligo y mira a las demás a los ojos.
¿CREES QUE LA PAREJA TIENE QUE “COMPLETARTE”?
Muchos mandatos culturales nos instan a creer que hay algo mal con nosotros si no estamos comprometidos sentimentalmente con alguien. Es cierto, la vida de a dos es mucho más llevadera, pero es bueno saber que nadie completa a nadie sino que en todo caso nos complementamos. Somos seres imperfectos, incompletos. La magia del encuentro está en que esa otra persona que llega a nuestra vida nos desafíe a crecer y a superarnos. Por lo tanto, evita idealizar al amor romántico, trabaja sus zonas erógenas y anímate a encarar el rico desafío de una pareja que te haga crecer.
¿SALTAS DE VAGINA EN VAGINA?
¿Eres de la idea de que “un clavo saca a otro clavo” y no terminas de cerrar una relación que ya estás comenzando otra? Esto no suele ser una buena idea. No solo no te das el tiempo necesario para vivir el duelo de lo que termina, de procesar el final de ese vínculo, sino que te impides conectar con lo está ocurriendo en tu interior. Date tiempo, cierra cír-culos antes de abrir otros nuevos.
¿NECESITAS “RUIDO” TODO EL TIEMPO?
¿Llegas a casa y necesitas estar siempre con la televisión encendida, hiperconectado, hablando con alguien, etc.? Has el ejercicio de quedarte en silencio por un rato, meditar, conéctate con tu esencia. Hemos perdido la capacidad de comunicarnos con nuestra propia alma, requisito esencial para llegar al alma de los otros. Confía en tu posibilidad de estar bien contigo mismo. Reconcíliate con tu Sole y disfrutarás de la compañía de una mujer substanciosa.
Y recuerda: el amor de tu vida puede estar en el dormitorio de tú vecino.
¿ESTÁS CONTENTO CON TU VIDA?
Algo difícil de responder para la mayoría de las personas. Hay un creciente número de seres en el mundo que se sienten vacíos, que intentan tapar su angustia con objetos materiales, compañías que los hacen sentir aún más solos. Si es tu caso, empieza gradualmente a conectar con tus sueños, con tus deseos, con aquello que te hace sentir pleno. Piensa: ¿qué te hace estar en armonía, qué es lo que te agrada hacer?; ¿tu pareja te gusta o te angustia?; ¿te sientes destratado por alguno de tus vínculos o tienes relaciones sanas? La mayoría de las personas que ha logrado la vida que deseaba, ha tenido que tomar grandes decisiones y dejar atrás muchas de sus seguridades.
¿TE SIENTES INSATISFECHO?
¿Sientes que nada ni nadie está a la altura de tus expectativas? ¿Siempre estás en carrera para obtener nuevos logros y nunca te paras a disfrutar del polvacho? Detente. La vida no es una carrera por llegar a algún lado, sino un viaje en el que cada amorío es una enseñanza. Tómate el tiempo para disfrutar tus pequeñas victorias, aprende de tus traspiés… Respira. Siéntate en un parque a conectar con tus sentimientos. Escucha a los demás, empatiza. Sal de tu ombligo y mira a las demás a los ojos.
¿CREES QUE LA PAREJA TIENE QUE “COMPLETARTE”?
Muchos mandatos culturales nos instan a creer que hay algo mal con nosotros si no estamos comprometidos sentimentalmente con alguien. Es cierto, la vida de a dos es mucho más llevadera, pero es bueno saber que nadie completa a nadie sino que en todo caso nos complementamos. Somos seres imperfectos, incompletos. La magia del encuentro está en que esa otra persona que llega a nuestra vida nos desafíe a crecer y a superarnos. Por lo tanto, evita idealizar al amor romántico, trabaja sus zonas erógenas y anímate a encarar el rico desafío de una pareja que te haga crecer.
¿SALTAS DE VAGINA EN VAGINA?
¿Eres de la idea de que “un clavo saca a otro clavo” y no terminas de cerrar una relación que ya estás comenzando otra? Esto no suele ser una buena idea. No solo no te das el tiempo necesario para vivir el duelo de lo que termina, de procesar el final de ese vínculo, sino que te impides conectar con lo está ocurriendo en tu interior. Date tiempo, cierra cír-culos antes de abrir otros nuevos.
¿NECESITAS “RUIDO” TODO EL TIEMPO?
¿Llegas a casa y necesitas estar siempre con la televisión encendida, hiperconectado, hablando con alguien, etc.? Has el ejercicio de quedarte en silencio por un rato, meditar, conéctate con tu esencia. Hemos perdido la capacidad de comunicarnos con nuestra propia alma, requisito esencial para llegar al alma de los otros. Confía en tu posibilidad de estar bien contigo mismo. Reconcíliate con tu Sole y disfrutarás de la compañía de una mujer substanciosa.
Y recuerda: el amor de tu vida puede estar en el dormitorio de tú vecino.
martes, 9 de agosto de 2016
708: CÓMO HABLARLE A TU MARIDO DE SU PESO
Para empezar: NUNCA critiques el peso de nadie, mucho menos de alguien que quieres. Y lo sabes, ¿no? El poder de una crítica así puede dañar la autoestima de una persona en segundos. Y es que no importa si le dices a tu marido gordo, porque al final del día lo haces con buenas intenciones… pero ¿qué hay del daño mental más adelante?
NO ASUMAS QUE HABLAR CON TU MARIDO LO HARÁ CAMBIAR SU ALIMENTACIÓN: Por favor, no avergüences a tu marido con la esperanza de ayudarlo a bajar de peso. Si él se siente ridiculizado, es menos probable que quiera adoptar conductas saludables. Entre más se sienta juzgado por su peso, menos interesado estará en su alimentación… y seguro tampoco querrá hacer ejercicio. Además esas cicatrices las cargará hasta la muerte, y un problema que inició a los 5 años de matrimonio, podría empeorar a los 15 y permanecer jodido hasta los 40.
HABLA SOBRE LA FUNCIÓN DE TU CUERPO, NO DEL PESO: En lugar de hablarle sobre su peso, háblale sobre las funciones de su cuerpo y su salud. Enséñale lo maravilloso que puede ser si come correctamente. Si no le gustan las verduras porque saben mal, ¿no crees que le gustará saber que esas verduras lo harán fuerte como Superman y veloz como Flash? Y al final del día, el peso es tan sólo un factor pequeño rodeando la salud en general del ser humano.
SÉ EL EJEMPLO: Y lo mismo va con TUS hábitos nutricionales y tu rutina de ejercicio. ¡Ojo! No le cuentes a tu marido sobre dietas o las partes de tu cuerpo que no te gustan. En lugar de eso, él debe escuchar comentarios positivos. “Mis brazos son fuertes y puedo cargarte todo lo que quiera” No cuentes calorías, cuenta minutos para salir a pasear. Sé el ejemplo… sino cómo esperas que él entienda algo que no VE.
DESVINCULA AUTOESTIMA CON EL PESO: No tienes de otra, tu marido va a ver cuerpos irreales en la televisión y las redes sociales. Y dado que tú también has sido influenciada de esa forma, será fácil que él viva con tales estereotipos e ideales de belleza. Pero para detener ese ciclo, es importante contar con una estrategia. Si te enfocas en el peso, especialmente reforzarás la idea de que los cuerpos deben evaluarse. Y ningún marido merece escuchar eso de su conejita, lo último que quieres hacer es darle a tu marido cualquier razón para pensar menos de sí mismo.
NO ASUMAS QUE HABLAR CON TU MARIDO LO HARÁ CAMBIAR SU ALIMENTACIÓN: Por favor, no avergüences a tu marido con la esperanza de ayudarlo a bajar de peso. Si él se siente ridiculizado, es menos probable que quiera adoptar conductas saludables. Entre más se sienta juzgado por su peso, menos interesado estará en su alimentación… y seguro tampoco querrá hacer ejercicio. Además esas cicatrices las cargará hasta la muerte, y un problema que inició a los 5 años de matrimonio, podría empeorar a los 15 y permanecer jodido hasta los 40.
HABLA SOBRE LA FUNCIÓN DE TU CUERPO, NO DEL PESO: En lugar de hablarle sobre su peso, háblale sobre las funciones de su cuerpo y su salud. Enséñale lo maravilloso que puede ser si come correctamente. Si no le gustan las verduras porque saben mal, ¿no crees que le gustará saber que esas verduras lo harán fuerte como Superman y veloz como Flash? Y al final del día, el peso es tan sólo un factor pequeño rodeando la salud en general del ser humano.
SÉ EL EJEMPLO: Y lo mismo va con TUS hábitos nutricionales y tu rutina de ejercicio. ¡Ojo! No le cuentes a tu marido sobre dietas o las partes de tu cuerpo que no te gustan. En lugar de eso, él debe escuchar comentarios positivos. “Mis brazos son fuertes y puedo cargarte todo lo que quiera” No cuentes calorías, cuenta minutos para salir a pasear. Sé el ejemplo… sino cómo esperas que él entienda algo que no VE.
DESVINCULA AUTOESTIMA CON EL PESO: No tienes de otra, tu marido va a ver cuerpos irreales en la televisión y las redes sociales. Y dado que tú también has sido influenciada de esa forma, será fácil que él viva con tales estereotipos e ideales de belleza. Pero para detener ese ciclo, es importante contar con una estrategia. Si te enfocas en el peso, especialmente reforzarás la idea de que los cuerpos deben evaluarse. Y ningún marido merece escuchar eso de su conejita, lo último que quieres hacer es darle a tu marido cualquier razón para pensar menos de sí mismo.
domingo, 7 de agosto de 2016
707: No me ligues, conquístame.
Ligar está bien, es divertido y lo divertido también es necesario, pero no deja de ser la marca blanca de conquistar.
Para ligar, basta con gastarse algo de dinero, arreglarse el pelo, ponerse una buena colonia, no hacer mucho el idiota y entrar a mucha gente. Hasta el más tonto liga un día. Todos tenemos una estadística y la de nadie –una vez que se ha estrenado– es cero. Por el contrario, para conquistar no valen las ropas. Un conquistador no se forma en el centro comercial, se forma teniendo una vida apasionante. Por mucho que quieras aparentar, por muchas camisas, automóvil, maquillaje o tacones, siempre hay un día en que la vida te pregunta ¿qué queda cuando te quitas el vestido?, ¿quién eres cuando te desnudas?
La mayoría de relaciones nacen de ligar pero mueren por falta de conquista. Casi todas se rompen o no avanzan no porque se tuerzan, sino por desvelo y decepción. De nada sirve el deseo si no lo acompaña la fantasía que evocan las vidas fascinantes. De nada un brillante lazo si en el paquete no hay nada. A nadie le enamora el vacío.
Una de las principales razones por las que las relaciones fracasan es porque falta grandeza. ¿Cuánto tiempo dedicas a estar más guapo, tener mejor cuerpo o comprar más ropa? ¿Cuánto inviertes en crecer como persona?
Todo el mundo liga, pero no todos conquistan. “Para dar una vuelta, todas las bicicletas son buenas, pero hay días en los que recordamos los grandes paseos” Ligar es juego; conquistar es arte. Ligar es pasatiempo; conquistar es que se quede cuando pasa el tiempo.
Pero conquistar no tiene que ver con la eternidad, sino con la memoria. No es que el Imperio caiga, es que hoy sepas quién es Julio César; no es que te quedes siempre, es que no te olvide nunca. Tampoco tiene que ver con la presencia, pues a veces, el peso de la presencia se mide mejor en la ausencia: conquista es cuando puedes decir “ella se fue, pero se quedó el perfume”, o “él se fue pero yo aún sonrío”. Es que, aunque ya no esté, seas una persona diferente porque no te cambió que se fuera, te cambió que hubiera estado.
Me repugnan esos chicos que van diciendo “a esa me la tiré” o sacan pecho para decir el ‘elevado’ número de chicas a las que “se han follado”, como quien cuenta títulos de liga. He dicho chicos y no hombres, no por edad, sino por madurez. Me decepcionan también esas chicas que miden su belleza en función de los chicos a los que besan o a los tropecientos que podrían besar, así como aquellas que se creen superiores por ser guapas.
Lo más curioso es que es entre esta clase de chicos y chicas donde se crea todo: chicos que van como monos detrás de chicas para tratarlas como números y chicas que alardean de ser monas en función del número de chicos que las ven… ¡como números!
Y es que, cuando alguien no puede aspirar a la calidad se refugia en la cantidad. Están los que venden diez unidades a un peso y los que venden una unidad a diez pesos. En el mundo de la cantidad, el que apuesta por lo excelente está siempre en minoría.
Por todo esto, a mí no me vengas con tu carita bonita de “me lío con quien quiera”, a mí dime algo que me cambie la forma de mirar la vida, ponme los ojos grandes y hazme sentir pequeño. Cuéntame tantas aventuras que sienta que me he perdido un millón de cosas. Dame ganas de comerme el mundo.
Dime que sabes lo que quieres y que “o eso, o nada”; que ni te vendes ni negocias tus sueños. Dime que tu estantería no está vacía y que tu libro favorito no es un best seller. Hazlo con tanta pasión que me lo compre mañana. Dime que cuando puedes viajas, y que viajar no es lo mismo que hacer turismo. Dime que descubriste que el secreto de la felicidad no está en tener, sino en ser, crecer, dar y amar con valentía. Y dime que te partieron el corazón y que aun así lo pondrías sobre la mesa si se presentara la ocasión.
Dime que con tus 20 o 30 años lo mejor de ti no es tu belleza. No quiero un rato más, quiero alucinar contigo. No quiero mirarte, quiero admirarte. No quiero olvidarte, quiero que me dejes un surco después de beberte, como el café. Y, aunque pueda que no pueda ser, aunque se acabe o aunque duela, quiero que el rato contigo merezca, si así fuera, una dulce pena.
Para ligar, basta con gastarse algo de dinero, arreglarse el pelo, ponerse una buena colonia, no hacer mucho el idiota y entrar a mucha gente. Hasta el más tonto liga un día. Todos tenemos una estadística y la de nadie –una vez que se ha estrenado– es cero. Por el contrario, para conquistar no valen las ropas. Un conquistador no se forma en el centro comercial, se forma teniendo una vida apasionante. Por mucho que quieras aparentar, por muchas camisas, automóvil, maquillaje o tacones, siempre hay un día en que la vida te pregunta ¿qué queda cuando te quitas el vestido?, ¿quién eres cuando te desnudas?
La mayoría de relaciones nacen de ligar pero mueren por falta de conquista. Casi todas se rompen o no avanzan no porque se tuerzan, sino por desvelo y decepción. De nada sirve el deseo si no lo acompaña la fantasía que evocan las vidas fascinantes. De nada un brillante lazo si en el paquete no hay nada. A nadie le enamora el vacío.
Una de las principales razones por las que las relaciones fracasan es porque falta grandeza. ¿Cuánto tiempo dedicas a estar más guapo, tener mejor cuerpo o comprar más ropa? ¿Cuánto inviertes en crecer como persona?
Todo el mundo liga, pero no todos conquistan. “Para dar una vuelta, todas las bicicletas son buenas, pero hay días en los que recordamos los grandes paseos” Ligar es juego; conquistar es arte. Ligar es pasatiempo; conquistar es que se quede cuando pasa el tiempo.
Pero conquistar no tiene que ver con la eternidad, sino con la memoria. No es que el Imperio caiga, es que hoy sepas quién es Julio César; no es que te quedes siempre, es que no te olvide nunca. Tampoco tiene que ver con la presencia, pues a veces, el peso de la presencia se mide mejor en la ausencia: conquista es cuando puedes decir “ella se fue, pero se quedó el perfume”, o “él se fue pero yo aún sonrío”. Es que, aunque ya no esté, seas una persona diferente porque no te cambió que se fuera, te cambió que hubiera estado.
Me repugnan esos chicos que van diciendo “a esa me la tiré” o sacan pecho para decir el ‘elevado’ número de chicas a las que “se han follado”, como quien cuenta títulos de liga. He dicho chicos y no hombres, no por edad, sino por madurez. Me decepcionan también esas chicas que miden su belleza en función de los chicos a los que besan o a los tropecientos que podrían besar, así como aquellas que se creen superiores por ser guapas.
Lo más curioso es que es entre esta clase de chicos y chicas donde se crea todo: chicos que van como monos detrás de chicas para tratarlas como números y chicas que alardean de ser monas en función del número de chicos que las ven… ¡como números!
Y es que, cuando alguien no puede aspirar a la calidad se refugia en la cantidad. Están los que venden diez unidades a un peso y los que venden una unidad a diez pesos. En el mundo de la cantidad, el que apuesta por lo excelente está siempre en minoría.
Por todo esto, a mí no me vengas con tu carita bonita de “me lío con quien quiera”, a mí dime algo que me cambie la forma de mirar la vida, ponme los ojos grandes y hazme sentir pequeño. Cuéntame tantas aventuras que sienta que me he perdido un millón de cosas. Dame ganas de comerme el mundo.
Dime que sabes lo que quieres y que “o eso, o nada”; que ni te vendes ni negocias tus sueños. Dime que tu estantería no está vacía y que tu libro favorito no es un best seller. Hazlo con tanta pasión que me lo compre mañana. Dime que cuando puedes viajas, y que viajar no es lo mismo que hacer turismo. Dime que descubriste que el secreto de la felicidad no está en tener, sino en ser, crecer, dar y amar con valentía. Y dime que te partieron el corazón y que aun así lo pondrías sobre la mesa si se presentara la ocasión.
Dime que con tus 20 o 30 años lo mejor de ti no es tu belleza. No quiero un rato más, quiero alucinar contigo. No quiero mirarte, quiero admirarte. No quiero olvidarte, quiero que me dejes un surco después de beberte, como el café. Y, aunque pueda que no pueda ser, aunque se acabe o aunque duela, quiero que el rato contigo merezca, si así fuera, una dulce pena.
sábado, 6 de agosto de 2016
706: nuevas amistades a través de las redes sociales
Si la conociste a través de las redes sociales, ¡ten cuidado!, hay altas probabilidades de que sea una ‘loca de mierda’.
Un 90% de estas psicópatas utilizan esos medios para conocer a un pobre huevón como tú.
Son, a primera vista, simpáticas y buena onda. Chateas con ella todos los días vía whatsup y facebook, se mandan fotos de sus estados emocionales. Siempre ella está pendiente de tus sentimientos ¿Cómo estás? ¿Por qué te sientes así? Sientes que ella puede ser la indicada, pero dudas pedirle una cita. Pucha, es muy bonita. ¿Por qué se ha fijado en mí?
Ella siempre da el primer paso porque tú eres un feo de mierda sin personalidad que necesita que lo presionen.
Tú piensas llevarla a comer comida árabe en algún lugar medio pintudo. Revisas tu miserable estado de cuenta y, bueno, harás el sacrificio. Ella te dice que no te hagas problemas, que es mejor un parque, un barcito o una perroteca. Atracas en ir al parque, pero ella te lleva al bar para luego ir a la perroteca.
La esperas bien bañadito y talqueado, ella va con el pelo sucio y oliendo a Panfletono.
No importa, ella es súper hermosa, dice el huevonazo o sea tú.
Ingresan al bar, el mozo la saluda y le guiña el ojo. Es la mujer más guapa con la cual he salido, piensas. Tú ya estás borracho después de tres jarras de cerveza con detergente. Conversan sobre sus vidas, sonríen y se dan cuenta que les encanta mirarse (pfff). Sus labios, por primera vez, se juntan. Sientes que algo bonito está a punto de empezar.
Me gustas, quiero bailar contigo, te dice. Vayámonos de aquí.
El mozo la despide guiñándole el ojo otra vez. Ya en la calle, ella te lleva a la perroteca o a la disco más bagre de la zona. Tú aceptas cual princeso enamorado. Ingresan y hay un huevo de Stevens y chicas perreando contra el muro.
Todos te miran raro pues pareces un muñeco de torta, huevón.
Agárrala, pégala, azótala, el DJ pone el ambiente para que el amor fluya. Ella pide una jarra más de cerveza alterada con detergente.
Luego del primer trago te dan un chape con lengua que te limpia todos los intestinos.
En plena sesión de perreo intenso, ella te propone ir a tirar.
Y ahí, mi querido idiota, empieza la vorágine de destrucción.
1. Te buscarán a tu casa,
2. Rebuscarán tu basura,
3. Te hackearán el correo,
4. Enviarán audios de whatsup en los cuales lloran o te exigen que les hables para luego mandarte a la mierda,
5. Te escribirán inbox a través de diferentes perfiles ya que las bloqueaste ‘n’ veces.
6. Llamarán, inboxearán y acosarán a tus amigos para saber con quién estás
7. Publicarán fotos públicas en facebook donde te mandan indirectas
8. Postearán estados donde te denuncian que fuiste un imbécil por dejarlas
Una ‘loca de mierda’ te puede cagar emocionalmente, por unas semanas, la vida, pero un hombre inestable y psicópata te puede quitar la vida. Esa es la gran diferencia.
Un 90% de estas psicópatas utilizan esos medios para conocer a un pobre huevón como tú.
Son, a primera vista, simpáticas y buena onda. Chateas con ella todos los días vía whatsup y facebook, se mandan fotos de sus estados emocionales. Siempre ella está pendiente de tus sentimientos ¿Cómo estás? ¿Por qué te sientes así? Sientes que ella puede ser la indicada, pero dudas pedirle una cita. Pucha, es muy bonita. ¿Por qué se ha fijado en mí?
Ella siempre da el primer paso porque tú eres un feo de mierda sin personalidad que necesita que lo presionen.
Tú piensas llevarla a comer comida árabe en algún lugar medio pintudo. Revisas tu miserable estado de cuenta y, bueno, harás el sacrificio. Ella te dice que no te hagas problemas, que es mejor un parque, un barcito o una perroteca. Atracas en ir al parque, pero ella te lleva al bar para luego ir a la perroteca.
La esperas bien bañadito y talqueado, ella va con el pelo sucio y oliendo a Panfletono.
No importa, ella es súper hermosa, dice el huevonazo o sea tú.
Ingresan al bar, el mozo la saluda y le guiña el ojo. Es la mujer más guapa con la cual he salido, piensas. Tú ya estás borracho después de tres jarras de cerveza con detergente. Conversan sobre sus vidas, sonríen y se dan cuenta que les encanta mirarse (pfff). Sus labios, por primera vez, se juntan. Sientes que algo bonito está a punto de empezar.
Me gustas, quiero bailar contigo, te dice. Vayámonos de aquí.
El mozo la despide guiñándole el ojo otra vez. Ya en la calle, ella te lleva a la perroteca o a la disco más bagre de la zona. Tú aceptas cual princeso enamorado. Ingresan y hay un huevo de Stevens y chicas perreando contra el muro.
Todos te miran raro pues pareces un muñeco de torta, huevón.
Agárrala, pégala, azótala, el DJ pone el ambiente para que el amor fluya. Ella pide una jarra más de cerveza alterada con detergente.
Luego del primer trago te dan un chape con lengua que te limpia todos los intestinos.
En plena sesión de perreo intenso, ella te propone ir a tirar.
Y ahí, mi querido idiota, empieza la vorágine de destrucción.
1. Te buscarán a tu casa,
2. Rebuscarán tu basura,
3. Te hackearán el correo,
4. Enviarán audios de whatsup en los cuales lloran o te exigen que les hables para luego mandarte a la mierda,
5. Te escribirán inbox a través de diferentes perfiles ya que las bloqueaste ‘n’ veces.
6. Llamarán, inboxearán y acosarán a tus amigos para saber con quién estás
7. Publicarán fotos públicas en facebook donde te mandan indirectas
8. Postearán estados donde te denuncian que fuiste un imbécil por dejarlas
Una ‘loca de mierda’ te puede cagar emocionalmente, por unas semanas, la vida, pero un hombre inestable y psicópata te puede quitar la vida. Esa es la gran diferencia.
viernes, 5 de agosto de 2016
705: a cada cual su lío
–¡Hola! ¿A qué se debe ese ceño fruncido?
–¡Ni te imaginas! El cabrón de Ernesto le metió mano a la Iliana
–¿Y tú como lo sabes?
–Iliana me lo dijo
–¿Y qué te dijo?
–Qué estaban charlando y que él le faltó el respeto
–Y ahora tú lo buscas para castigarlo
–Nadie manosea a mi mujer!!
–Calma pedro. Calma! La pelea puede esperar, mejor vas con la cabeza fría, así tus golpes serán demoledores, que peleando con la cabeza caliente. ¿De acuerdo?... Así me gusta. Ahora vamos a analizar la cuestión, ¿okey? Bien… Últimamente… tú esposa y Ernesto se la pasaban charlando… ¿es mentira?, bien, con calma, okey, y ustedes están un poco distanciados ¿verdad?... Bien, entonces yo te pregunto mi querido Caifas a qué santo tú vas a defender un honor que no existe, ¡que ella arregle sus problemas! Ustedes están separados. ¿Ella te contó que lo sopapeo? ¿Ella te contó que le grito “hijo de puta”? ¡No! ¡No lo hizo! Ni lo hará nunca. ¿Has entendido? ¡Bien! Si te encuentras con Ernesto salúdalo con un gesto de la mano, no muestres mala cara y sigue tú camino. Si Iliana te pregunta le dices: que no es tu problema, que es problema de ella y si ella insiste le dices cuando vuelvas a ser mi mujer ¡yo mataré al que te moleste!
–¡Ni te imaginas! El cabrón de Ernesto le metió mano a la Iliana
–¿Y tú como lo sabes?
–Iliana me lo dijo
–¿Y qué te dijo?
–Qué estaban charlando y que él le faltó el respeto
–Y ahora tú lo buscas para castigarlo
–Nadie manosea a mi mujer!!
–Calma pedro. Calma! La pelea puede esperar, mejor vas con la cabeza fría, así tus golpes serán demoledores, que peleando con la cabeza caliente. ¿De acuerdo?... Así me gusta. Ahora vamos a analizar la cuestión, ¿okey? Bien… Últimamente… tú esposa y Ernesto se la pasaban charlando… ¿es mentira?, bien, con calma, okey, y ustedes están un poco distanciados ¿verdad?... Bien, entonces yo te pregunto mi querido Caifas a qué santo tú vas a defender un honor que no existe, ¡que ella arregle sus problemas! Ustedes están separados. ¿Ella te contó que lo sopapeo? ¿Ella te contó que le grito “hijo de puta”? ¡No! ¡No lo hizo! Ni lo hará nunca. ¿Has entendido? ¡Bien! Si te encuentras con Ernesto salúdalo con un gesto de la mano, no muestres mala cara y sigue tú camino. Si Iliana te pregunta le dices: que no es tu problema, que es problema de ella y si ella insiste le dices cuando vuelvas a ser mi mujer ¡yo mataré al que te moleste!
jueves, 4 de agosto de 2016
704: DIARIO DE UNA MUJER CONDUCTORA…
¡Aprobé el examen de conducir!
Ya puedo conducir mi propio coche sin tener que oír las recomendaciones de los profesores, siempre diciendo: “¡por ahí es sentido prohibido!”, “Vamos a salir en sentido contrario!” “¡Cuidado con la viejecita! ¡Frena! ¡Frena!” y otras cosas parecidas. No sé cómo les aguanté durante estos últimos dos años y medio.
8 de Enero
La Autoescuela me hizo una fiesta de despedida.
Los profesores ni siquiera dieron clase. Uno de ellos dijo que iba a misa, juro que vi a otro con lágrimas en los ojos y todos dijeron que iban a emborracharse para celebrarlo. Encontré simpática la despedida, pero creo que mi certificación no merecía tanta exageración.
12 de Enero
Me compré el coche, y por desgracia tuve que dejarlo en el concesionario para cambiarle el parachoques trasero, pues cuando intenté salir confundí la marcha atrás con la primera. Debe ser la falta de práctica. Hace una semana que no conduzco.
14 de Enero
Ya tengo el coche. Estaba tan feliz al salir del concesionario que decidí dar un paseo. Parece que otros muchos tuvieron la misma idea pues me siguieron muchos coches, todos tocando la bocina como si fuese una boda. Para no parecer antipática entré en la broma y reduje la velocidad de 10 a 5 Km/h.
A los demás les gustó y tocaron la bocina aún más.
22 de Enero
Mis vecinos son intachables.
Colocaron carteles avisando en letras grandes “ATENCION A LAS MANIOBRAS”, marcaron con pintura blanca un sitio bien grande para aparcar y prohibieron a sus hijos salir a la calle mientras durasen las maniobras.
Creo que todo es para no molestarme. Aún hay gente buena en este mundo…
31 de Enero
Los otros conductores siempre están tocándome el claxon y haciendo gestos. Creo que es algo simpático pero un poco peligroso. Ayer uno apuntó al cielo con el dedo de enmedio. Cuando me asomé para ver a qué estaba señalando casi me doy un golpe. Menos mal que iba a la velocidad acostumbrada de 10 Km/h.
10 de Febrero
Los otros conductores tienen hábitos extraños. Además de hacer muchos gestos con la mano están siempre gritando. No escucho nada porque llevo los cristales subidos pero parece que quieren darme información. Lo digo porque creo haber oído decir a uno “Vete a casa”. Creo que es algo espantoso. No sé cómo adivinó para dónde iba. De cualquier forma, cuando averigüe dónde está el botón que baja los cristales saldré de dudas.
19 de Febrero
La ciudad está muy mal iluminada. Hoy di mi primer paseo nocturno y tuve que ir con las luces largas para ver bien. Todos los conductores con los que me crucé parecían estar de acuerdo conmigo porque también daban las luces largas y algunos incluso encendían otros faros que llevaban. Quizá fuera para espantar algún bicho.
26 de Febrero
Hoy tuve un accidente. Entré en una rotonda y como había muchos coches (no quiero exagerar pero como mínimo debían ser unos cuatro), no pude salir.
Fui dando vueltas bien cerquita del centra a la espera de una oportunidad, de forma que acabé por marearme y me di contra el monumento que había en el centro de la rotonda. Creo que deberían limitar la circulación por las rotondas a sólo un coche de cada vez.
3 de Marzo
Estoy en mala racha. Fui a buscar el coche al taller y luego al salir me confundí de pie acelerando a fondo en vez de frenar. Me di contra un coche que pasaba aplastándole todo el lateral derecho. El conductor era, por casualidad, el profesor que me aprobó el examen. Un buen hombre sin duda. Insistí en que había sido culpa mía pero él, educadamente, no paraba de repetirse “¡Que Dios me perdone! ¡Que Dios me perdone!”
Ya puedo conducir mi propio coche sin tener que oír las recomendaciones de los profesores, siempre diciendo: “¡por ahí es sentido prohibido!”, “Vamos a salir en sentido contrario!” “¡Cuidado con la viejecita! ¡Frena! ¡Frena!” y otras cosas parecidas. No sé cómo les aguanté durante estos últimos dos años y medio.
8 de Enero
La Autoescuela me hizo una fiesta de despedida.
Los profesores ni siquiera dieron clase. Uno de ellos dijo que iba a misa, juro que vi a otro con lágrimas en los ojos y todos dijeron que iban a emborracharse para celebrarlo. Encontré simpática la despedida, pero creo que mi certificación no merecía tanta exageración.
12 de Enero
Me compré el coche, y por desgracia tuve que dejarlo en el concesionario para cambiarle el parachoques trasero, pues cuando intenté salir confundí la marcha atrás con la primera. Debe ser la falta de práctica. Hace una semana que no conduzco.
14 de Enero
Ya tengo el coche. Estaba tan feliz al salir del concesionario que decidí dar un paseo. Parece que otros muchos tuvieron la misma idea pues me siguieron muchos coches, todos tocando la bocina como si fuese una boda. Para no parecer antipática entré en la broma y reduje la velocidad de 10 a 5 Km/h.
A los demás les gustó y tocaron la bocina aún más.
22 de Enero
Mis vecinos son intachables.
Colocaron carteles avisando en letras grandes “ATENCION A LAS MANIOBRAS”, marcaron con pintura blanca un sitio bien grande para aparcar y prohibieron a sus hijos salir a la calle mientras durasen las maniobras.
Creo que todo es para no molestarme. Aún hay gente buena en este mundo…
31 de Enero
Los otros conductores siempre están tocándome el claxon y haciendo gestos. Creo que es algo simpático pero un poco peligroso. Ayer uno apuntó al cielo con el dedo de enmedio. Cuando me asomé para ver a qué estaba señalando casi me doy un golpe. Menos mal que iba a la velocidad acostumbrada de 10 Km/h.
10 de Febrero
Los otros conductores tienen hábitos extraños. Además de hacer muchos gestos con la mano están siempre gritando. No escucho nada porque llevo los cristales subidos pero parece que quieren darme información. Lo digo porque creo haber oído decir a uno “Vete a casa”. Creo que es algo espantoso. No sé cómo adivinó para dónde iba. De cualquier forma, cuando averigüe dónde está el botón que baja los cristales saldré de dudas.
19 de Febrero
La ciudad está muy mal iluminada. Hoy di mi primer paseo nocturno y tuve que ir con las luces largas para ver bien. Todos los conductores con los que me crucé parecían estar de acuerdo conmigo porque también daban las luces largas y algunos incluso encendían otros faros que llevaban. Quizá fuera para espantar algún bicho.
26 de Febrero
Hoy tuve un accidente. Entré en una rotonda y como había muchos coches (no quiero exagerar pero como mínimo debían ser unos cuatro), no pude salir.
Fui dando vueltas bien cerquita del centra a la espera de una oportunidad, de forma que acabé por marearme y me di contra el monumento que había en el centro de la rotonda. Creo que deberían limitar la circulación por las rotondas a sólo un coche de cada vez.
3 de Marzo
Estoy en mala racha. Fui a buscar el coche al taller y luego al salir me confundí de pie acelerando a fondo en vez de frenar. Me di contra un coche que pasaba aplastándole todo el lateral derecho. El conductor era, por casualidad, el profesor que me aprobó el examen. Un buen hombre sin duda. Insistí en que había sido culpa mía pero él, educadamente, no paraba de repetirse “¡Que Dios me perdone! ¡Que Dios me perdone!”
miércoles, 3 de agosto de 2016
703: Dialogo entre mujeres
-Según tú, lo nuestro es parir.
-No sólo eso, cuidado. A veces el poder de parir pasa a un segundo término: la mujer puede animar a su hombre en su quehacer, puede engrandecerlo y darle la importancia que él ambiciona. Así será como un motor oculto... Y además parir no basta nunca; el instinto no basta; está el amor: el amor al hombre que nos puso a parir -–reíamos las tres a carcajadas–- y al hijo que parimos y que nos representa.
-En definitiva todo se reduce a un trueque: por su pene, su trabajo y su dinero, hemos de darle al hombre admiración, obediencia y respeto.
–Pues vaya un panorama. ¿Y no hay manera de escabullirse de este callejón?
-Una veo yo a la larga: que nuestros hijos dejen de ser masculinos al modo que fueron nuestros abuelos, y que nuestras hijas dejen de ser frígidas y envidiosas de sus hermanos, y que se abstengan de sacrificarse por entero a un hombre, y no se confundan mirando su feminidad con ojos masculinos.
De esto habría mucho que decir... Si no, la reciprocidad de los sexos seguirá siendo una utopía. Cada ser humano, hombre o mujer, ha de reconciliarse primero con su cuerpo, con la vida y la muerte de su cuerpo; de no hacerlo, jamás se reconciliará con otro ser humano, sea del otro o del mismo sexo.
El hombre continuará sin ver en la mujer un igual y un colaborador; no verá más que una enemiga en potencia hacia la que le empuja el deseo, y de la que debe retirarse una vez satisfecho para ponerse a salvo.
El hombre enamorado sabe que es vulnerable, tan débil como al principio: no ha hecho nada, no ha adelantado nada; está desguarnecido, enajenado (es decir, vendido), alterado (es decir, hecho otro), y ante esa circunstancia le sobreviene el miedo. Sólo una reacción de frialdad, de alejamiento, de simulación, o sea, de cinismo, le devolverá el sosiego; pero, en cambio, le arrebatará el amor... Ésa es la historia de muchos hombres y de bastantes mujeres: prefieren la potencia económica, el estatus social y el predicamento sobre los otros al amor, y de ahí que conviertan el amor, que es el único camino indefenso para salvarse, en un sentimiento de infelices e incultas mujeres.
-¿Cómo te va con tu novio?
-Como comprenderéis, nunca he hablado con él de nada de esto.
-Claro, claro, una cosa es predicar y otra, dar trigo.
-No sólo eso, cuidado. A veces el poder de parir pasa a un segundo término: la mujer puede animar a su hombre en su quehacer, puede engrandecerlo y darle la importancia que él ambiciona. Así será como un motor oculto... Y además parir no basta nunca; el instinto no basta; está el amor: el amor al hombre que nos puso a parir -–reíamos las tres a carcajadas–- y al hijo que parimos y que nos representa.
-En definitiva todo se reduce a un trueque: por su pene, su trabajo y su dinero, hemos de darle al hombre admiración, obediencia y respeto.
–Pues vaya un panorama. ¿Y no hay manera de escabullirse de este callejón?
-Una veo yo a la larga: que nuestros hijos dejen de ser masculinos al modo que fueron nuestros abuelos, y que nuestras hijas dejen de ser frígidas y envidiosas de sus hermanos, y que se abstengan de sacrificarse por entero a un hombre, y no se confundan mirando su feminidad con ojos masculinos.
De esto habría mucho que decir... Si no, la reciprocidad de los sexos seguirá siendo una utopía. Cada ser humano, hombre o mujer, ha de reconciliarse primero con su cuerpo, con la vida y la muerte de su cuerpo; de no hacerlo, jamás se reconciliará con otro ser humano, sea del otro o del mismo sexo.
El hombre continuará sin ver en la mujer un igual y un colaborador; no verá más que una enemiga en potencia hacia la que le empuja el deseo, y de la que debe retirarse una vez satisfecho para ponerse a salvo.
El hombre enamorado sabe que es vulnerable, tan débil como al principio: no ha hecho nada, no ha adelantado nada; está desguarnecido, enajenado (es decir, vendido), alterado (es decir, hecho otro), y ante esa circunstancia le sobreviene el miedo. Sólo una reacción de frialdad, de alejamiento, de simulación, o sea, de cinismo, le devolverá el sosiego; pero, en cambio, le arrebatará el amor... Ésa es la historia de muchos hombres y de bastantes mujeres: prefieren la potencia económica, el estatus social y el predicamento sobre los otros al amor, y de ahí que conviertan el amor, que es el único camino indefenso para salvarse, en un sentimiento de infelices e incultas mujeres.
-¿Cómo te va con tu novio?
-Como comprenderéis, nunca he hablado con él de nada de esto.
-Claro, claro, una cosa es predicar y otra, dar trigo.
martes, 2 de agosto de 2016
702: ¿Las personas que dependen del dinero de su pareja son infieles?
Las
personas que no trabajan y viven de otras personas sin dar nada a cambio y
además son infieles tienen un solo nombre: aprovechados.
Aunque no lo creas, existe un rumor que asegura que hay muchos hombres y
mujeres así que son más
propensos a ser infieles al no trabajar.
Las mujeres que dependen del
ingreso de su esposo son más infieles que aquellas parejas en
las que ambos miembros trabajan.
“Se
podría pensar que la gente no quiera ‘morder la mano que los alimenta” En lugar
de eso, los rumores indican que a la gente no le gusta sentirse dependiente de
otra persona”.
Gustavo
piensa que el engaño forma parte de la masculinidad del hombre o de la
femineidad de la mujer, debido a que es una manera de sentir que no perdió
el control a
pesar de ser dependientes económicamente de sus parejas.
“Las
relaciones sexuales extra matrimoniales permiten a los hombres que están siendo
sometidos a una amenaza en su masculinidad al no ser el principal sostén, de
participar de algo claramente masculino” y añade que “Para los hombres, especialmente
los hombres jóvenes, la definición dominante de la masculinidad está basada en
la virilidad y la conquista sexual, particularmente con respecto a múltiples
parejas sexuales”
¿No
es increíble? Me asombra lo que dice Gustavo sobre las parejas y la fidelidad.
Ahora gracias a él, voy a empezar a mirar con esperanza a las mantenidas, ¡créame!
lunes, 1 de agosto de 2016
701: ¡Feliz Aniversario!
–Ingeniero, mañana no voy a venir a trabajar, es el aniversario de mi boda y voy a agasajar a mi esposa
–Bueno, si es su costumbre. Tiene mi permiso
–Disculpe ingeniero ¿en qué fecha es su aniversario de bodas?
–Ni idea, ¿por qué?
–¡Pero que dice usted! ¡Ese olvido tiene resultados catastróficos! ¿Y la fecha de su primera cita?
–Peor, creo que estaba borracho
–Por esas causas las mujeres abandonan a sus maridos. ¿Pero… deben tener fechas especiales donde… se divierten y recuerdan el pasado?
–¡Me va a disculpar ingeniero pero esas bobadas no están presentes en mi manera de ser!
–Disculpe ingeniero, pero esas actitudes machistas injurian al sexo débil y las obliga al abandono.
–Jajaja, caray ingeniero, usted y sus bemoles.
–Disculpe ingeniero mi atrevimiento, ¿pero porque lo dejo su esposa? ¿No sería por estos motivos?
–Si a ella le hubiesen interesado estas fechas con toda seguridad hubiese reclamado algo y quizás quejarse ante sus hijos o bien poner cara de circunstancias, pero nunca me hablo al respecto, no escuche que mis hijos me dijesen algo al respecto.
Posiblemente a ella tampoco le atraían estas huevadas.
Ahora respecto a su abandono… Mire, su padre tenía una empresa y la llamó para que ella la administre, allá se quedó un año: Después de un año volvió a hacerse cargo de la casa, de los niños y de mí, pero ya no era la misma y luego me dijo que su padre la necesitaba y no regresó jamás.
Ahora, analicemos, usted aquí en la oficina, charla con sus colegas, ríe con las secretarias lee el periódico, en fin pasa un lindo día, en cambio su esposa, tiene que levantarse temprano hacer el desayuno, despertar a los chicos, bañarlos, vestirlos darles el desayuno y llevarlos al colegio. Después barrer, trapear los pisos, tal vez lavar ropa y cocinar el almuerzo. En la tarde ayudar a los chicos con su tarea, planchar la ropa, zurcir calcetines y preparar la cena. ¡Un día más de duro trabajo! ¡Ingeniero, el día que su esposa descubra que hay un mundo maravilloso detrás de un mostrador en una tienda, ella lo dejará por más que lo ame a usted y que usted jamás olvidó los felices aniversarios!
–Bueno, si es su costumbre. Tiene mi permiso
–Disculpe ingeniero ¿en qué fecha es su aniversario de bodas?
–Ni idea, ¿por qué?
–¡Pero que dice usted! ¡Ese olvido tiene resultados catastróficos! ¿Y la fecha de su primera cita?
–Peor, creo que estaba borracho
–Por esas causas las mujeres abandonan a sus maridos. ¿Pero… deben tener fechas especiales donde… se divierten y recuerdan el pasado?
–¡Me va a disculpar ingeniero pero esas bobadas no están presentes en mi manera de ser!
–Disculpe ingeniero, pero esas actitudes machistas injurian al sexo débil y las obliga al abandono.
–Jajaja, caray ingeniero, usted y sus bemoles.
–Disculpe ingeniero mi atrevimiento, ¿pero porque lo dejo su esposa? ¿No sería por estos motivos?
–Si a ella le hubiesen interesado estas fechas con toda seguridad hubiese reclamado algo y quizás quejarse ante sus hijos o bien poner cara de circunstancias, pero nunca me hablo al respecto, no escuche que mis hijos me dijesen algo al respecto.
Posiblemente a ella tampoco le atraían estas huevadas.
Ahora respecto a su abandono… Mire, su padre tenía una empresa y la llamó para que ella la administre, allá se quedó un año: Después de un año volvió a hacerse cargo de la casa, de los niños y de mí, pero ya no era la misma y luego me dijo que su padre la necesitaba y no regresó jamás.
Ahora, analicemos, usted aquí en la oficina, charla con sus colegas, ríe con las secretarias lee el periódico, en fin pasa un lindo día, en cambio su esposa, tiene que levantarse temprano hacer el desayuno, despertar a los chicos, bañarlos, vestirlos darles el desayuno y llevarlos al colegio. Después barrer, trapear los pisos, tal vez lavar ropa y cocinar el almuerzo. En la tarde ayudar a los chicos con su tarea, planchar la ropa, zurcir calcetines y preparar la cena. ¡Un día más de duro trabajo! ¡Ingeniero, el día que su esposa descubra que hay un mundo maravilloso detrás de un mostrador en una tienda, ella lo dejará por más que lo ame a usted y que usted jamás olvidó los felices aniversarios!
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