miércoles, 11 de mayo de 2016

622: La Singer

— ¿Quieres que sigamos viéndonos?
—Sí.
—Pero antes tengo que decírselo a tu hermano, que es mi amigo.
—Se lo diré yo.
—¿Quieres que nos casemos?
—Hablar de eso ahora es una mentira.
—Tienes razón, perdona.
Y él la amaba por su lucidez directa, dialéctica, por su inteligencia y porque la había visto coser en la máquina Singer, ligera y como sin esfuerzo, con su pelo pálido y sus piernas largas, y quería tenerla en casa cosiendo así, pero sin explotación, haciéndole sólo un pañuelo, algo leve y fácil.
—Te compraré una máquina Singer.
Ella rió con su risa clara y fácil. Luego se volvió hacia él y lo besó.
—Eres adorable. Eres un niño, pero un niño genial, por eso te quiero. Otro me hubiera ofrecido un automóvil o una casa…
—Yo sólo puedo ofrecerte una Singer, perdona.
—De pronto me has hecho amar la Singer.

9 comentarios:

  1. tienen aseguradas costuras para el alma

    besitos

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  2. En la Mother!!!! la quiere...la quiere pa' ponerla a trabajar!!!!

    O:

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  3. Un inesperado regalo, que bonita manera de decir te quiero ver feliz.
    Ha sido un agrado leerte.
    Abrazos.

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  4. Oh, qué bonito. Siempre que sea de verdad lo de coser sólo un pañuelo

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  5. Antes había una máquina de coser de esas en todas las casas.
    un abrazo.

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  6. Es bonito cuando se da lo que se tiene, de verdad, de corazón.

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  7. "Haciendole solo un pañuelo, algo leve y fácil".
    Que linda la frase y todas esas costuras alrededor.

    Un abrazo.

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