Y en vez de curarse la herida y buscar el antídoto del veneno, Usted persigue a la serpiente e intentas averiguar porque lo mordió...
Intentas demostrar a la serpiente que no merecías ser mordido.
O intentas matar al animal en venganza por el daño que le causó.
Es lo que hacemos a menudo.
Nos centramos en la fuente de nuestro dolor, buscando respuestas, validación o venganza hacia aquellos que nos hicieron daño...
En lugar de concentrarnos en curarnos a nosotros mismos.
Al hacerlo, el veneno sigue extendiéndose y causando más daño.
Si darnos cuenta de que la verdadera curación comienza cuando dejamos de buscar explicaciones en el exterior y dirigimos nuestra atención hacia el interior, para recuperarnos y crecer.
Aferrarse a la ira, es como beber veneno y esperar que la otra persona muera.
Cuanto más tiempo te aferres a ella, más daño acabarás haciéndote a ti mismo.
Usted perdone...
Si usted no perdona, se enferma usted y a la otra persona no le pasa nada.
Sepa que sus pensamientos negativos no dañan a la otra persona...
Le dañan a usted.
No importa lo que le hayan hecho.
Perdone.
Sane su corazón y recupere su salud y también la alegría de vivir.
Y recuerde, perdonar no implica, necesariamente, seguir con quien le lastima.
Perdonar es un regalo que usted se hace a usted.
No a la otra persona.
Usted perdone.
Y viva en paz.
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