No sé si ustedes se han mirado la catadura en el espejo últimamente. Yo lo hice y lo que vi no me gusto. Mis ojos mostraban una mirada furibunda, mis pestañas bellas como siempre, pero lo que me preocupo fue el rictus en las comisuras de la boca. Y no era para menos y se los cuento por si acaso ustedes también están en el mismo dilema.
No sé si ustedes lo saben pero tengo un raro don que hace que las personas confíen en mí y me revelen sus más recónditos secretos y como saben que soy una tumba para los secretos se desbocan que da miedo.
Por lo tanto, conozco las idas y venidas de muchas amigas. Las que han disfrutado mis amigos y el mercado de los cuernos de los vecinos, conocidos, políticos y uno que otro poeta.
Enterado del modus operandi de la sociedad en la cual me desenrollo, me es fácil pillar a una mujer para desahogarme. Pero, y aquí es la cuestión, si mi meta es encontrar a alguna para hacerla depositaria de mis ternuras el asuntechi se vuelve más problemático y por lo tanto la búsqueda es más acelerada y llena de misiones imposibles.
El caso es que la encontré. Era una “casta y virtuosa” muchachuela y cosa rarísima “no conocía” a nadie y “ni tenía” amistades ni de su sexo ni del contrario. Un raro ejemplar para la sociedad en la que parasitamos.
Más un esplendido aliado se presentó sin aviso, el libro de las caras, no penséis mal de mí, el libro no se refiere a las que cobran.
El susodicho libro en el idioma de Hollywood se dice Facebook y es una red social y como ustedes verán en dicha red uno puede encontrar grandes y sorpresivas sorpresas. Según Gustavo es un sitio Web-on formado por muchas redes (más trampas) sociales para mantener el “contacto” (atención) con compañeros compartiendo fotos, enlaces, videos, etc. (éste etc. significa mucho más).
Más quede anonadado al encontrar la fotografía de la susodicha “solitaria” rodeada de los mejores ejemplares de la libertina urbe cosmopolita.
Compartiendo jolgorio y chismes sabrosos con todas aquellas que se han ganado motes que la ocasión y el momento no es preciso dilucidar.
Mi desilusión fue tan grande que al observar someramente esas fotografías recordé este dicho cuando abuelo se refería a ciertas personas:”de la mierda no se hace caramelo”.
Cataplín cataplum. Y ahí nomas acabaron todas las ilusiones que se habían forjado en mi esmirriada y torpe bomba sanguínea. Y mi espíritu cegatón que jamás escucha las llamadas de urgencia que muchas veces recibe, quedó como proposición deshonesta rechazada.
Y solo me puse a cantar: ♫ Cuando recibas esta carta sin razón, Eufemia, Ya sabrás que entre nosotros todo terminó. Si no la veses recebida por traición, Eufemia, Te devuelvo tu palabra, Te la vuelvo sin usarla, Y que conste en esta carta que acabamos de un jalón♫
Un pragmático el abuelo! Clarìsimooooooo!
ResponderEliminarLo tomo!
Yo seguiré viniendo a dejar mis sueños, y en secreto poco velado (sólo lo justo)
ResponderEliminarBesos de sueño :)
Facebook te mantiene informado de todo lo que quieras hasta de las ¨santas y persignadas¨ que no conocen a nadie.
ResponderEliminarBeso.
jajajaja!!
ResponderEliminarBien no entendí mucho....
-Búsqueda de una una muchacha depositaria de tus ternuras
-Encuentras una que no conoce a nadie
-La cuestión de los cuernos que conoces
Fuera del asunto de Facebook...
¿de veras crees que no conocer a nadie, sea condición sine cua non de que no montará cuernos o viceversa? jajaja!!!
Besosssss de domingo y linda semana
Humm...¿Estás dispuesto a ofrecer lo mismo que estás buscando en una mujer?
ResponderEliminarSaludosss