viernes, 28 de octubre de 2011

148: Después del no; pensó en su propia torpeza, diciéndose que debía haberlo conocido mejor

¿Qué es dar? El error más común consiste en suponer que dar significa «renunciar» a algo, privarse de algo, sacrificarse. La persona cuyo carácter no se ha desarrollado más allá de la etapa correspondiente a la disposición recibidora, experimenta de esa manera el acto de dar.

El carácter mercantil está dispuesto a dar, pero sólo a cambio de recibir; para ella, dar sin recibir significa un robo.

Algunos hacen del dar una virtud, en el sentido de un sacrificio. Sienten que, puesto que es doloroso, se debe dar, y creen que la virtud de dar está en el acto mismo de aceptación del sacrificio.

Para el carácter productivo, dar posee un significado totalmente distinto: constituye la más alta expresión de fortaleza. En el acto mismo de dar, experimento mi fuerza, mi riqueza, mi poder. Tal experiencia de vitalidad y potencia engrandecida me llena de dicha. Me experimento a mí mismo como desbordante, pródigo, vivo, y, por tanto, dichoso.

Dar produce más felicidad que recibir, no porque sea una privación, sino porque en el acto de dar está la expresión de mi vitalidad. Encontramos el ejemplo más elemental en la esfera del sexo. La culminación de la función sexual masculina radica en el acto de dar; el hombre se da a sí mismo, da su órgano sexual, a la mujer. En el momento del orgasmo, le da su semen. No puede dejar de darlo si es potente. Si no puede dar, es impotente.

El proceso no es diferente en la mujer, si bien algo más complejo. También ella se da; permite el acceso al núcleo de su feminidad; en el acto de recibir, ella da. Si es incapaz de ese dar, si sólo puede recibir, es frígida. En su caso, el acto de dar vuelve a producirse, no en su función de amante, sino como madre. Ella se da al niño que crece en su interior, le da su leche cuando nace, le da el calor de su cuerpo. No dar le resultaría doloroso.

En la esfera de las cosas materiales, dar significa ser rico. No es rico el que tiene mucho, sino el que da mucho. El avaro que se preocupa angustiosamente por la posible pérdida de algo es, desde el punto de vista psicológico, un hombre indigente, empobrecido, por mucho que posea.

Quien es capaz de dar de sí es rico. Siéntese a sí mismo como alguien que puede entregar a los demás algo de sí. Sólo un individuo privado de todo lo que está más allá de las necesidades elementales para la subsistencia sería incapaz de gozar con el acto de dar cosas materiales.

Amar es dar, sin esperar nada a cambio.

2 comentarios:

  1. ¡Qué buen texto Chaly! Ojalá tuviéramos la valentía de amar verdaderamente y dar sin esperar nada a cambio!

    Un beso
    Maribe

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  2. Eso. El amor no vive de sacrificios.

    Muá, muá.

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