martes, 29 de noviembre de 2011

158: El otro día, así como al descuido le dije: -¿Y si nos matrimoniáramos?

Ella se enfrascó en la idea, y se iluminó como una luna llena y muy sobreexcitada menciono de pasada que esa idea no la dejaba dormir tranquila en los traseros días. Y en su fuero interno ella estaba persuadida que ese transepto sería lo mejor que le podría pasar.

Me dijo que provenía de una raza arraigada en definiciones y concepciones antiguas y que la familia para ella y los suyos era de jerarquía primordial.

Comenzó a enumerar a sus primas y primos casados, hermanos y hermanas que están recorriendo esa empedrada senda del talamo consagrado y administrado por el notario municipal.

Con lágrimas en los ojos me contó que tuvo que abandonar sus estudios universitarios, pero que ahora con esta futura relación, podría retornar a las aulas. Y tener un pequeño vehículo para ir a la universidad y ser envidiada por sus amigos. De pasada mencionó la hipoteca de la casa paterna y que por suerte el banco ha dispensado en largas cuotas y a plazos substanciales que me permitirían pagarlas sin tener sobresaltos en mi cuenta bancaria. Me dijo que por el momento no se pensase en hijos, pues una maestría en los Estados Unidos cerraría con broche de oro sus estudios y que con ese título podría aspirar a un puesto en la capital y que yo fácilmente podría visitarla cada quincena.

Tenía tantas ideas, planes para su éxito profesional, ganar fama e incrementar admiradores, que me abrumo y me sentí tan pequeñito, tan chiquitito al lado de ella y mientras hablaba se hacía tan inmensa como un globo aerostático y yo tan pequeño como un mosquito en la entrepierna, que me vi obligado a renunciar a ella, pues solo sería un estorbo para su flatulenta fantasía.

6 comentarios:

  1. Hiciste bien, con esos sueños de grandeza, sentiría todo pequeño a su alrededor y te trataría mal.



    Beso.

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  2. :-)
    menos mal que te diste cuenta de como era!
    besos

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  3. Y he conocido casos como el descrito, no es tan iluso tu relato. Son verdaderas arpías, seccionadoras de divisas y efectivo.
    Un abrazo Charly

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  4. He conocido gente que asegura que soñar no cuesta nada, solo por no admitir cuánto les cuesta concretar el más mediocre de sus sueños.
    Si entre los sueños de una chica no está uno, ni la sueñes.
    D.

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  5. Oh Oh, es que eso pasa cuando una inconscientemente eso ha estado esperando que le mencione la pareja y entonces se desatan tantas cosas como sueños que desafortunadamente hemos hecho antes de la propuesta porque si se pensara mejor te daría un papel en ese futuro, no como un estorbo u obstáculo sino como quien la ayude a lograr sus objetivos.

    Lamento lo que pasó, pero quizá lo piense mejor y recapacite si el amor es tan grande como para que te haya orillado a hablarle de matrimonio.

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