jueves, 22 de noviembre de 2012

243: Censo Nacional 2012

Ayer hubo censo bajo el cielo más puro de américa, ayer fui un número más añadido a los parlantes de esta tierra y ayer también fue un día que no supe responder a un censador.

Cómo poder hacer comprender al tipo de las preguntas que ella y yo, simplemente, compartimos la casa sin que medie más afecto que compartir impuestos y que el amor se perdió en la nebulosa de Ganimedes hace tanto tiempo que ninguno de los dos se acuerda.

Y así de desemproviso me vi arrebatado a esa época en que la vi cruzar la puerta y salir corriendo al vendaval de Wall Street y se perdió con su bolsa y se metió en la vorágine mercantil.

Por suerte, en esa época no tenía amigos y de esta manera me salve de las confidencias. Me explico: cuando un copuchento es dejado en la intemperie, suceden dos cosas: una, él busca un hombro donde quejarse y maldecir su mala praxis; dos, ellos aparecen en patota y le comentan que la vieron aquí, allá, con, sonriendo, bailando, visitando lugares con colchones pulman o de plumas de ganso. Y el pobre infractor se hunde en las arenas movedizas de la desesperación y busca ahogar en el alcohol sus penas y gastar los dólares con sus leales amigos.

La ventaja de no tener amigos radica principalmente en que uno se libra de censores, de asesores sentimentales y hasta financieros. Recuerdo que hace muchísimos años atrás, ellos me convencieron que debería terminar con mi enamorada y yo obediente obedecí, ello adujeron muchas cosas que yo no había notado y quizás cosas que ni siquiera me importaban. Cuando me di cuenta del error que había cometido –era tarde- de allí nunca más confié en la opinión ajena, allí decidí que era mi vida y que la viviré a mi manera.

Al carecer de amigos, perro, gato, fotografías e imaginación me fue más fácil olvidar lo sucedido. A mi favor se amplió el horizonte y me dedique a leer, visitar museos y hacer el amor con toda solitaria que encontraba a mi paso. Así de desemproviso sin querer queriendo volví a ser el que siempre fui.

Puedo decir que el censo me decepcionó, yo esperaba preguntas importantes, tales como: ¿Qué película lo impresiono? ¿Cuás es la stripper de su agrado? ¿Ha hecho uso a su derecho de un menage a trois? ¿Está conforme o disconforme con pagar impuestos? En fin, preguntas que requieren respuestas y no mentiras como las que les dimos.



4 comentarios:

  1. Uno tiene que intentar en la vida no depender de nadie, aunque a veces parezca difícil, lo ideal seria querer a las personas pero saber vivir sin ellas.

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  2. ciertamente, los censos no son lo que uno espera, me tocó uno el año pasado y por suerte me preguntaron cuantos vivían bajo mi techo... tuve que aclarar que sólo mis hijos, que mis amantes tenían sus propias casas (la aclaración fue cosa mía, para ponerle un poco de pimienta a la situación, igual no paso de un simple conteo)

    Besos Chaly

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  3. A estas alturas, me pregunto hasta que punto son necesarias las personas en mi vida, es tan complicado!, por lo menos para mi,tengo amigos claro que si, pero,de que valor?, cada uno decepciona de algún modo, por supuesto que yo también decepcionaré, no somo perfectos. Cada día que pasa veo más claro, que aprender a vivir sin depender de nadie es una asignatura pendiente de muchos,pero es algo básico, que nos deberían de enseñar en la escuela, una asignatura básica y muy necesaria.Buenas noches Chaly.

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  4. En los censos siempre miento, si el gobierno nos dice mentiras pues les pago con la misma moneda. se llevan de mi casa pura información falsa en respuesta a sus preguntas tontas y obsoletas.


    Saludos.

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