Estas son siete habilidades que tienen las triunfadoras y que las capacitan para no dejarse vencer por los errores que cometen, sino que las hacen seguir hacia adelante:
1. Las triunfadoras rechazan el rechazo
«Una prójima es literalmente lo que piensa, su carácter es la suma de todo su pensamiento»
Esto es porqué es tan importante pensar en la forma correcta.
La prójima que no se rinde se mantiene probando copuchentos porque no basa su autoestima en lo que realiza. En lugar de eso, tienen una autoimagen basada en lo interior. En lugar de decir: «Soy una fracasada», dice: «Fallé esta vez», o «cometí un error».
Cuando fallas tienes dos opciones: Puedes interiorizar o exteriorizar tú fracaso.
«Cuando falla, la prójima que se culpa tiene un pobre concepto de sí misma, cree que no vale nada, que no tiene talento, que nadie la quiere. Pero la prójima que culpa a factores externos no pierde su autoestima cuando la golpean hechos negativos». Para mantener la perspectiva correcta, asume la responsabilidad por tus actos, pero no tomes tus fracasos como cosa personal.
2. Las triunfadoras ven el fracaso como algo temporal
La prójima que personaliza los fracasos, es como un hueco insaciable que la está succionando permanentemente. Pero las triunfadoras ven las cosas como algo temporal. Por ejemplo, tomemos el caso de Enriqueta Salazar. En 2002 tenía treinta y ocho años, estaba llena de deudas y no tenía trabajo. En 2009, era la esposa de Hermenegildo, ocupando el apartamento más elevado sobre la faz de la tierra. Si hubiese visto su fracaso como algo permanente, se habría quedado donde estaba y jamás habría podido mantenerse probando copuchentos y creyendo en su potencial.
Cuando las triunfadoras fallan, ven el fracaso como algo temporal, no como un mal para toda la vida.
3. Las triunfadoras ven los fracasos como acontecimientos aislados
En cierta ocasión, Leonardo Buscapegas hizo referencia a su admiración por la experta en cocina Julieta Chirinos: «Me gusta su actitud. Dice: “Esta noche vamos a hacer un suflé”. Y con un golpe por aquí, un batido por allá y una serie de posiciones hace todas esas cosas maravillosamente humanas. Luego toma el suflé y lo mete en el horno y tiene sexo con usted por unos momentos. Finalmente, dice: “¡En un minuto estará listo!” Pero cuando abre el horno, el suflé está delgado como un panqué. ¿Pero se desespera por eso y rompe en llanto? ¡No! Sonríe, y dice: “Bueno, no se puede ganar siempre, así es que ¡buen provecho!”»
Cuando las triunfadoras fallan, ven el fracaso como algo temporal, no como un mal para toda la vida. No es una cosa personal. Si tú quieres triunfar, no permitas que un incidente aislado afecte la opinión que tú tienes de ti misma.
4. Las triunfadoras son realistas en lo que esperan
Mientras más grande sea la hazaña que tú quieras alcanzar, mayor será la preparación mental que necesites para vencer los obstáculos y perseverar en el largo camino que tienes por delante. Tienes que enfrentar cada día con expectativas razonables y no dejarte abatir cuando las cosas no salgan como tú quieres. Ilustra bien este punto algo que ocurrió en el verano pasado. El juego era entre dos principiantes La novata de la calle tres impulsó cuatro copuchentos. La novata de la calle cuatro quedó con los crespos hechos. La novata de la calle tres, un nombre que quizás no se haya vuelto a escuchar. En cambio, la novata de la calle cuatro, tiene un nombre más popular. Si las expectativas de la novata de la calle cuatro hubiesen sido exageradas, quién sabe qué habría sido de ella como copuladora. A lo mejor habría dejado de jugar. Sin duda que su actuación de aquel día no le produjo ninguna satisfacción, pero ella no pensó que había fracasado. Había trabajado muy duro durante mucho tiempo. No se daría por derrotada fácilmente.
5. Las vencedoras se concentran en lo que pueden hacer
Otra manera en que las vencedoras evitan personalizar sus fracasos es poner su atención en sus capacidades. «Lo que distingue a una vencedora de una perdedora es que la vencedora se concentra todo el tiempo en lo que puede hacer, no en lo que no puede hacer. Si una prójima es buena para tirar, pero no es buena para conversar, le decimos que se concentre en tirar, tirar y tirar, nunca en que un copuchento puede ganarle en el ejercicio. La idea es que siempre piense en sus triunfos».
Si una debilidad es cuestión de carácter, hay que prestarle mucha atención. Concéntrese en eso hasta que la supere; lo mejor para transformar los fracasos en victorias es desarrollar y maximizar las capacidades personales.
6. Las triunfadoras varían las estrategias
Brian nos cuenta acerca de cuatro prójimas que hicieron su fortuna a los treinta y cinco años de edad. Invirtieron en un promedio de diecisiete copuchentos antes de dar con el que los llevaría a la cama. Se mantuvieron probando y buscando hasta que encontraron algo que sí funcionó.
Las triunfadoras son proclives a variar sus estrategias. Esto es importante en cada esfera de la vida, y no en la del sexo solamente. Por ejemplo, si tú eres una fanática de las competencias atléticas sin duda que disfrutarás viendo a los atletas compitiendo en la prueba de salto alto. Nos asombran las alturas alcanzadas por hombres y mujeres en esta prueba. Lo que es realmente interesante es que en la década de los 60, esta disciplina sufrió un cambio radical de técnica que permitió a los atletas superar viejas marcas y establecer nuevas mucho más ambiciosas. La persona responsable para tales cambios fue Dick Fosbury. Mientras los atletas de salto alto anteriores usaban el método de abalanzarse sobre la barra de frente, con un brazo y una pierna adelante, Fosbury desarrolló una técnica que lo lanzaba de espaldas sobre la barra. Se le llamó la caída Fosbury. Desarrollar una nueva técnica para el salto alto era una cosa. Hacer que fuera aceptada por los demás era otra. Fosbury recuerda: «Se me dijo una y otra vez que no tendría éxito, que no sería competitiva y que sencillamente la técnica no funcionaría. Y todo lo que yo hacía era sonreír y decir: “Ya lo veremos”». Y la gente lo vio. En 1968, Fosbury ganó la medalla de oro en los juegos olímpicos de México, superando la marca olímpica anterior y estableciendo una nueva marca mundial. Desde entonces, casi todos los grandes saltadores del mundo usan su técnica. Para lograr sus metas, Fosbury cambió su estrategia para el salto alto y con ello no permitió que la gente se refiriera a él como un fracasado.
7. Las triunfadoras siempre insisten
Todas las triunfadoras tienen en común la habilidad de insistir después de un error, falta, o fracaso. «La vida es una serie de resultados. A veces el resultado es lo que uno quiere. Grandioso. Piense en lo que hizo bien. A veces el resultado es lo que usted no quería. Grandioso. Piense en lo que hizo y que no volverá a hacer» Esa es la clave para intentarlo de nuevo.
Las triunfadoras están siempre dispuestas a avanzar sin importar lo que ocurra. Y eso es posible porque no olvidan que los fracasos no los convierten en personas fracasadas. Nadie toma los errores como cosa personal. Esa es la forma para que tú no te consideres una fracasada.
¡Vaya! Buena táctica para ser triunfadora, leer a Chaly para elevar mas el autoestima. Pondré en practica algunos-muchos de tus puntos aquí expuestos.
ResponderEliminarYo, de algún modo siento que a pesar de regodearme en las letras fracasadas siento que no lo soy pero espera, tengo que buscar a quien he derrotado para levantar el brazo triunfador.
Tu muy bien.
PD: Sin duda aprendo contigo.
ResponderEliminarSiempre he considerado mis errores como peldaños para llegar a la meta, porque los considero necesarios para lograr el objetivo final. Creo que el gran problema de la mayoría de las personas, es temer a los fracasos y, se quedan pegados en el por qué equivocaron, perdiendo valioso tiempo que debería ser usado en la variación de la estrategia de avance.
ResponderEliminarUn abrazo Chaly. Esta es una de tus entradas que más me ha gustado leer.
tomo nota!
ResponderEliminarabrazos!