Ayer quede petrificado cuando leí en la prensa libre las conclusiones de un estudio que tuvo la envergadura de cincuenta años de duración y con la participación de más de veinticinco millones de casos estudiados en américa latina, los investigadores que se meten en la vida ajena concluyeron que: EL AMOR DURA SOLO TRES AÑOS.
Debido a la susodicha investigación tengo la dicha de enamorarme nuevamente, lo que significará que el 2017 estaré en afanes de conseguir otra. Como la noticia estallo como una bomba, me imagino que muchas prójimas también estarán alistando sus petates, para irse en busca de vacaciones de tres años, con el primer copuchento que encuentren.
Lo único que me preocupa de este asuntechi, es que no dice nada de eso que ha dado por llamar convivir juntos.
Supongamos que decidimos vivir en el mismo hábitat, -posiblemente, no posiblemente-, es inevitable que a ella no le agrade la decoración de mi casa, -dicho en buen castellano castizo, no existe decoración alguna- no me gusta mirar telenovelas y por ende comentar sobre la temática insulsa de ellas.
Tampoco miro el noticiario y me importa un pepino la política, el futbol y las historias romántico-eróticas de los actores, actrices y demás vaginas del séptimo arte.
Tampoco me gusta que manoseen mis libros, los desordenen o los dejen tirados por aquí o por allá.
Visto lo que me gusta vestir, no sigo la moda, usos y costumbres de las gentes, no traigo gente a mi casa ni hago fiestas, para eso estan los amigos, las amigas, las esposas de los amigos y las vecinas.
En consideración de lo anterior, he decidido mandar al carajo las conclusiones del estudio, no enamorarme y seguir siendo un picaflor.
Buena resolución, Chaly, no hay que llevarle el apunte a las estadísticas.
ResponderEliminarSaludos.
Las estadísticas sirven para un soberano sorbete.
ResponderEliminarBeso