--- ¿Borracha a las diez de la mañana?
--- ¡No me molestes!
--- ¿Qué razones hipodérmicas te impulsan a beber?
--- Estoy triste
--- ¿Y por qué?
--- ¡Nadie me quiere!
--- A mí tampoco y ni bebo ni mucho, ni poco
--- Es que ustedes los hombres no sienten como nosotras
--- Tú me sacaste de tu vida y no permitiste que ningún otro entre.
--- Es que todos son iguales
--- ¡Eso es falso! Podría jurar que por ahí hay alguien mejor que yo
--- Pues yo tuve la mala suerte de pillar siempre a los peores
--- Nadie entre tragos podrá pillar algo bueno
--- Cuando te conocí no estaba borracha, solo desilusionada
--- Y yo te dije: espera un poco más, dale tiempo al tiempo. Salías de un amor tempestuoso, estabas quebrada emocionalmente. Te repetí hasta el cansancio que yo no podría alcanzar la imagen que te forjaste como la solución a tu dolor.
--- ¡Es que ansiaba tanto ser amada!
--- Pero deseabas ser amada con alguien parecido al que te engañó y yo te dije, que era completamente diferente de él.
--- Pero fuimos felices un tiempo
--- No querida. Yo no lo fui, y tú te engañabas a ti misma creyendo que me amabas.
--- Si sabias todo eso, ¿por qué no me dejaste?
--- Porque te quería, porque siempre te quise.
--- Y te animarías a intentarlo nuevamente
--- No querida. Ya es tarde, muy tarde. ¡Anda, vete a dormir! Yo ordeno este chiquero y me voy…
Que se haga él también borracho y a dormir los dos la mona. Haciendo los dos lo mismo, normalmente la relación se lleva mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tiene razon, es falso, no todos los hombres son iguales. Gran texto, saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarNo todos son iguales, hay otros peores.
ResponderEliminarBeso