--- ¿Sabes que temo?
--- ¿Qué temes?
--- Enterarme que hay algo entre mi marido y mi hermana
--- No entiendo ese temor, tú lo abandonaste ¿serán quince años ya?
--- Más o menos. Es que últimamente, cuando lo visito él se comporta con mucha gentileza y cariño y… yo, a veces en él pienso y… si quizás aún me quiera y… que no se anima a hablar, porque… yo fui muy dura con él... no sé.
--- ¿Tú durante este tiempo de separación mantuviste algún lazo amoroso con él?
--- No, solo amistad y bueno algo de cariño siempre queda algo que nos une de alguna manera
--- ¿Y tú hermana vive con él?
--- Comparten la casa y los gastos, cada cual en su cuarto.
--- ¿Y cómo ella llegó a vivir con él?
--- Cuando ella ha enviudado, vivía en su estancia y cansada de la vida en el campo, hablo con él y como siempre se llevaron muy bien, decidieron compartir la casa y los gastos.
--- ¿Hablaste con tú hermana de este tema o con él?
--- ¿Con qué cara puedo hablar con él? Y con ella menos, pues cuando él me llamaba, ella me escuchaba las excusas tontas que le daba o bien ella era la encargada de suavizar mis despropósitos, al responder las llamadas.
--- ¿Y él te llamaba constantemente?
--- Todos los días, en la mañana y en la tarde, me sentía acosada y que él trataba de coartar mi libertad lograda, entonces hice que mi hermana conteste el teléfono. Y un día no volvió a llamar.
--- Creo que debes seguir llevando adelante el plan que te propusiste cuando lo dejaste.
Blanco y en botella.
ResponderEliminarDicen que los humanos cuando comenzamos a ver, podemos observar nuestra nariz, que está en una posición privilegiada en nuestra cara. Pero, a fuerza de verla y de estorbarnos para contemplar el resto del mundo, nuestro cerebro la "borra" de la experiencia visual.
ResponderEliminarPues eso...
Un saludo.
creo que uno debe ser siempre firme en lo que decidas... no claudicar
ResponderEliminarSin duda.
ResponderEliminarBss, Chaly.