lunes, 26 de agosto de 2019

0358: La paradoja colgante


Un juez le dice a un prisionero condenado que será ahorcado al mediodía un día laborable de la semana siguiente, pero que la ejecución será una sorpresa para el prisionero. No sabrá el día del ahorcamiento hasta que el verdugo toque la puerta de su celda al mediodía de ese día.

Habiendo reflexionado sobre su sentencia, el prisionero llega a la conclusión de que escapará del ahorcamiento. Su razonamiento tiene varias partes. Comienza por concluir que el “ahorcamiento sorpresa" no puede ser un viernes, ya que, si no hubiera sido ahorcado para el jueves, solo queda un día, por lo que no será una sorpresa que lo cuelguen el viernes. Debido a que la sentencia del juez estipuló que el ahorcamiento sería una sorpresa para él, concluye que no puede ocurrir el viernes. Luego, piensa que el ahorcamiento sorpresa tampoco puede ser el jueves, porque el viernes ya ha sido eliminado y si no ha sido ahorcado el miércoles por la noche, el ahorcamiento debe ocurrir el jueves, por lo que un jueves tampoco es una sorpresa.

Por un razonamiento similar, concluye que el ahorcamiento tampoco puede ocurrir los miércoles, martes o lunes. Con alegría, se retira a su celda, confiado de que el ahorcamiento no sucederá en absoluto.

La siguiente semana, el verdugo llama a la puerta del prisionero al mediodía del miércoles, lo cual, a pesar de todo lo anterior, todavía será una completa sorpresa. Todo lo que dijo el juez se ha hecho realidad.

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