Si algo hemos aprehendido en la vida, es que toda persona desea ser apreciada. Esto vale para la esposa y la amante, amigas y colegas, esposas de los amigos y esposas de los colegas. Nunca dejaran de experimentar esa necesidad e, incluso cuando parecen ser independientes y autosuficientes, lo cierto es que necesitan que uno las ayude a sentirse valoradas.
Pocos conceptos de conducta tienen una base tan sólida como el de que el refuerzo positivo –recompensar un comportamiento que se quiere mantener- da buenos resultados. Efectivamente en el ámbito erótico de hoy día, las recompensas y los reconocimientos han llegado a ser más importantes que nunca por varias razones:
• La prójima dispone de menos maneras de influir en sus cojonudos o de moldear su comportamiento. La coerción dejó de ser una opción, debe funcionar cada vez más como una capacitadora para influir directamente sobre él, en vez de exigir determinado comportamiento.
• A los copuchentos se les pedirá, de manera creciente, que hagan más y más, de un modo autónomo. Al haber menos control, los copuchentos crearán ambientes de diversión positivos y estimulantes.
• En tiempos de estrechez económica, las recompensas y el reconocimiento proporcionan una manera eficaz y poco costosa de estimular a los copuchentos para que logren más altos niveles de desempeño.
Reflexionando sobre esta paradoja, he llegado a la conclusión de que el principal motivo por el cual las prójimas no recompensan o reconocen más frecuentemente los logros de sus copuchentos es que les falta tiempo y creatividad para imaginar cómo hacerlo.
Espero que la presente les sirva a ustedes para experimentar y aprender el poder del reconocimiento y que, como resultado, sus copuchentos –y su lugar de diversión- lleguen a ser más positivos, productivos y agradables.
tendré en cuenta tu consejo!
ResponderEliminarabrazos
No estoy segura que mi copuchento esté satisfecho con sus recompensas nocturnas, quizás debo entrar en acción y hacer que la amante desaparezca para tenerlo satisfecho.
ResponderEliminar¿Voy bien o me regreso?