El conquistador. Los prójimos de este tipo poseen un inusual valor de energía, que les resulta difícil controlar. Invariablemente están al acecho de prójimas por conquistar, obstáculos por vencer. No siempre los reconocerás por su aspecto: en situaciones sociales podrían parecer algo tímidos, y tener cierto grado de reserva. No te fijes en sus palabras o su apariencia, sino en sus actos, en el trabajo y las relaciones. Aman el poder, y lo consiguen a como dé lugar.
Los conquistadores tienden a ser emotivos, pero su emoción sólo brota en arranques, cuando se les presiona. En materia de romance, lo peor que puedes hacer con ellos es tumbarte y ser presa fácil; podrían sacar provecho de tu debilidad, pero pronto te desecharán y saldrás perdiendo. Debes darles la oportunidad de ser agresivos, de vencer alguna resistencia u obstáculo, antes de que piensen que te han abrumado. Tienes qué concederles una experiencia de caza satisfactoria. Ser un poco difícil o irritable, servirte de la coquetería, funcionará con frecuencia. No te acobardes por su agresividad y energía; esto es justo de lo que puedes sacar partido. Para ablandarlos, déjalos embestir una y otra vez, como toros. Se debilitarán al cabo, y se volverán dependientes, tal como Napoleón se volvió esclavo de Josefina. El conquistador suele ser prójimo, pero también hay muchas conquistadoras, sin embargo, las
conquistadoras sucumbirán a la coquetería, igual que ellos.
La fetichista exótica. A la mayoría las excita e intriga lo exótico. Lo que distingue a los fetichistas exóticos del resto de nosotros es el grado de ese interés, que parece gobernar todas las decisiones de su vida. La verdad es que sienten un vacío interior y tienen una fuerte dosis de auto desprecio. Les desagrada de dónde vienen, su clase social (usualmente media o alta) y su cultura, porque se desagradan a sí mismos.
Este tipo es fácil de reconocer. Le gusta viajar; su casa está llena de objetos de lugares remotos; fetichiza la música o arte de esta o aquella cultura extranjera. Suele tener una fuerte vena rebelde. Evidentemente, la vía para seducirlo es ponerte como exótico; si no pareces proceder al menos de un medio o raza diferente, o tener un aura extraña, no te tomes la molestia. Pero siempre es posible acentuar lo que te vuelve exótico, convertirlo en una especie de teatro para divertir a esta persona. Tu ropa, tus cosas, aquello de lo que hablas, los lugares donde la llevas pueden hacer ostentación de tu diferencia. Exagera un poco y ella imaginará el resto, porque este tipo tiende a auto engañarse. Aun así, los fetichistas exóticos, no son particularmente buenos como víctimas. Sea cual fuere tu exotismo, pronto les parecerá banal, y querrán algo más. Será una batalla sostener su interés. También su inseguridad de fondo te mantendrá en vilo.
Una variación de este tipo es el prójimo o prójima atrapada en una relación sofocante, una ocupación banal, o bien, una ciudad sin alicientes. Es su circunstancia, a diferencia de una neurosis personal, lo que hace que estos individuos fetichicen lo exótico; y estos fetichistas exóticos son mejores víctimas que el tipo que se desprecia a sí mismo, porque puedes ofrecerles un escape temporal de lo que los oprime. Nada, sin embargo, ofrecerá a los verdaderos fetichistas exóticos un escape de sí mismos.
Me llama más la atención El Exótico que el Fetichista, como que es más romántico jaja.
ResponderEliminarBesos
Asi me sera mas facil coger a la fetichista de la oficina
ResponderEliminarMuy bueno. La fetichista exótica, quiso ser especial pero se veía demasiado "normal" y se fue lejos a reinventarse a sí misma: a la India, a Machu Pichu,a Thailandia, Marrakech, etc... Total que su vida es un intento de demostrase a sí misma que es exótica en vez de banal y aburrida. En su casa tiene un mapa mundi marcado con todos esos lugares exóticos que vivió pero nunca está llena. Por eso busca chicos exóticos y opuestos a su manera de ser. Y cada vez que vé la "normalidad y la banalidad" acechando rompe consigo misma y con los exóticos que ya no son tan exóticos. En resumen una fetichista: nunca logra lo que busca, porque lo que busca es imposible que exista.
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