La reina del drama. Hay prójimas que no pueden vivir sin un constante drama en su existencia: es su manera de no aburrirse. El mayor error que puedes cometer al seducir a la reina del drama es llegar prodigando estabilidad y seguridad. Esto sólo hará que salgan corriendo.
Muy a menudo, las reinas del drama (y hay muchos prójimos en esta categoría) disfrutan de hacerse las víctimas. Quieren algo de qué quejarse, les gusta sufrir. Sufrir es una fuente de placer para ellas.
En esta coyuntura, tienes que estar dispuesto a y en condiciones de impartir el mismo trato mental que la persona desea. Esta es la única manera de seducirla a fondo. Tan pronto como te vuelvas amable, ella encontrará alguna razón para pelear o deshacerse de ti.
Reconocerás a la reina del drama fácilmente, ella misma te informará el número de personas que la han herido, las tragedias y traumas que las han agobiado. En un caso extremo, pueden ser muy egoístas y antiseductoras, pero en su mayoría son relativamente inofensivas y serán magníficas víctimas si puedes vivir con la “tormenta y el drama”
Si por alguna razón quieres algo a largo plazo, tendrás que inyectar constante drama en tu relación. Esto puede ser para algunos un reto apasionante y fuente de continua renovación de la relación.
Sin embargo, deberías ver un vínculo con una reina del drama como algo efímero y sólo una forma de dar un poco de teatralidad a tu vida.
El profesor. Este tipo no puede salir de la trampa «de analizar y criticar todo lo que se cruza en su camino». Su mente está híper desarrollada y sobre estimulada. Aun si habla de amor o sexo, lo hace con enorme reflexión y análisis.
Habiendo desarrollado su mente a expensas de su cuerpo, muchas personas de esta categoría se sienten físicamente inferiores, y lo compensan imponiendo su superioridad mental a los demás.
Su conversación suele ser burlona o irónica; nunca sabes bien a bien qué dicen, pero sientes que te miran desde arriba. Les gustaría huir de su cárcel mental, les agradaría lo puramente físico, sin análisis, pero no pueden alcanzarlo por sí solos.
Los profesores a veces establecen relaciones con profesoras, o con prójimas a las que pueden tratar como inferiores. Pero en el fondo anhelan que alguien los desborde con su presencia física: una libertina o una sirena, por ejemplo.
Los profesores pueden ser víctimas excelentes, porque bajo su fortaleza intelectual subyacen corrosivas inseguridades. Hazlos sentir Don Juanes, aun en grado mínimo, y serán tus esclavos.
Muchos tienen una vena masoquista que saldrá a la luz una vez que despiertes sus dormidos sentidos. Ofreces un escape de la mente, así que complétalo bien: si tú misma tienes tendencias intelectuales, escóndelas. Sólo alborotarán el ánimo competitivo de tu objetivo y pondrán a trabajar su cabeza. Deja que tus profesores conserven su sensación de superioridad mental, que te juzguen. Sabrás qué intentan ocultar: que eres quien está al control, porque les das lo que nadie más puede: «estimulación física»
No hay comentarios:
Publicar un comentario