El amante estratega.
Su agenda diaria es su dios. Con esto queremos decir que establece sus metas, trabaja en la consecución de ellas, las logra y luego avanza hacia nuevas metas. El matrimonio puede haber sido una de esas metas. Es decir, se puso a buscar una esposa maravillosa, la cortejó a su estilo, estableció su familia y su hogar y ahora avanza hacia un nuevo proyecto.
El segundo tipo de amante orientado a metas es el amante observador. Observa si ella se excita, si se lubrica, si hay erección en sus pezones, si él tiene una erección, si el acto sexual dura demasiado, si ella alcanza el mismo nivel de éxtasis logrado en el pasado, si ella lo excita de la manera que él lo desea, si ella ha tenido uno o cuatro orgasmos.
Estas metas y esas observaciones se interponen terriblemente en la cogida transformándose en estadísticas en vez de ser un natural da y recibe que sucede entre un hombre y una mujer en el tálamo del placer.
Me pregunto si es posible, vivir como el amante estratega para siempre y con la misma persona... como parece ser cuestión de un tiempo determinado, la conclusión más pertinente sería que no, no es posible y que sería mejor ni intentarlo siquiera -para no terminar como el segundo tipo de amante-
ResponderEliminar;)
Interesantes las reflexiones, las que he leído.
ResponderEliminarPasaré más seguido, y te seguiré. Saludos.
Que bueno que haya mas opciones de amantes a parte de estas dos que describís.
ResponderEliminarlo cierto es que a pesar de todo... cuando un amante llega (mientras no sea sorprendido) hay 3 que gozan la prematura efervescencia del placer... excepto cuando quien se encuentra en el centro... coge bando
ResponderEliminarWooo menudo escrit¡¡¡
ResponderEliminarSe canta su experiencia, porque lo ha descrito también, que ha debido ser alguna vez el verdugo o la víctima.
el matrimonio es una maceta, se consigue, se planta, se riega... sino es así se seca...
Un saludo.