jueves, 28 de octubre de 2010

61: El Tauromáquico

He leído con atención, algunas entradas en las cuales ensalzan al primer amor, ello me llevó a buscar en la memoria de mis amigos y comprobar: ¿Con quién? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿En dónde disfrute del mismo?

¿Sería acaso esa niña que me mostraba su pecho plano, mientras nos bañábamos desnudos en el río Acero? O quizás ¿esa otra niña blonda de ojos azules que la amarré al Tótem y en el interludio le robaba un beso y le amasaba los limoncitos? O esa niña de los zapatitos, calcetines, calzones y vestido rojo a la cual le cantaba “solo tú” ahora usted se preguntará ¿Dónde se vio a un niño cantando boleros? La respuesta es sencilla: mi progenitor, él las cantaba en las serenatas que llevaba a mi madre (después me entere que no era la única que recibía esas canciones) o ¿será la hermana de Gustavo que me obligaba a darle masajitos en los muslos y su barriguita bajo el pretexto que le dolían?

Ahora no creo que en esta retrospectiva deban entrar todas aquellas niñeras que me incitaban a prácticas extrañas. También de este peritaje aparto a las cocineras de tío Hugo, que iniciaron mis nociones de anatomía. Dejando de lado, también a las amigas de mamá y las primas de papá que sembraron sus simientes de marañas.

Como ven, hasta el momento parece que no apareció el primer amor. Me viene a la mente la croata que se burló de un amigo yéndose conmigo y el día menos indeliberado se burló de mí marchándose con otro, en el entreacto podría decir que está manoseó por un pelo la cresta del embrollo.

Ahora si nos ponemos a merodear me percibo que el primer amor podríamos desenterrarlo utilizando el método de las “ideas de los contrarios” Las que contribuyen a diferenciar el placer del dolor, la alegría de la tristeza, el dominio de la sumisión, transgrediendo los límites del yo consciente, más allá de las fases “equivalente” y “paradójica”

1. ¿En algún momento pensamos en ella?
2. ¿Ella nos trae evocaciones sublimes?
3. Recuerdos agraciados cuando ella costeaba las cuentas
4. Ella tenía o parecía tener un rostro trivial
5. Ella tenía o parecía tener un cuerpo aguantable
6. ¡Ella era inteligente!
7. ¿Ella significaba alguna cosa para mí?
8. ¿Ella era alguna fuente para mí?
9. ¿Y?
10. ¿Qué habría acaecido si continuaba con ella?
11. ¿Cómo hubiera sido nuestro idilio?
12. ¿Dónde la conocí?
13. Y yo ¿qué hacía en ese lugar de mierda?
14. Y pensándolo bien no era tan inteligente
15. Y tampoco atractiva, pero tenía buen carácter
16. Bueno, hasta que se enojaba, ahí se volvía una maldita
17. Siempre que nos topamos me sonríe con tristeza
18. ¿Por qué será que siempre está entristecida?
19. ¡Debe ser una amargada de mierda!
20. ¡Y qué hijos caricaturescos que tiene!
21. ¿Y cómo se casó con ese?
22. Definitivamente no tiene buen gusto
23. Y esos colores y modelos que viste
24. ¡Definitivamente no sabe maquillarse!
25. Pensándolo bien creo que siempre vistió estrafalariamente
26. ¿En que estaba cavilando cuando me arregle con ella?
27. ¿Sería por las pulcras ofrendas que me hacía?
28. ¡Ni me acuerdo porque termine con ella!
29. ¿Al día siguiente me arregle con otra?
30. ¿Quién era la otra?
31. ¿Por qué siempre las confundo?
32. ¿Por qué será que nunca me acuerdo de sus nombres?

Lamentablemente y con la mente adolorida de mis inseparables debo exteriorizar que no encontramos a mi primer amor, habiendo recorrido todo el abecedario (tres veces para no errar), encabezando con Abelarda y finalizando en Zulema, donde tuvimos algunos problemas lingüísticos fue con Wilfrígida pues unos le decían Will y otros Frígida, pero ninguna de las tres traspusieron la frontera.

Gustavo me instruye, diciéndome que todos los que toparon el primer amor, es lógico que también fenezcan en el último y que mi caso en un asunto que escapa del Principio de Pavlov y que yo siempre viviré buscando el primer amor hasta el momento que eclipse la erección final.

No contento con las explicaciones y consolativos de Gustavo indague en libros esotéricos, el porqué algunos jamás tuvieron el primer amor y las respuestas cabalísticas indicaron que posiblemente el imperfecto tenía puesta su atención en otros asuntos a los cuales les daba más importancia que a un miserable y lacrimoso romance juvenil.

9 comentarios:

  1. interesante tema.
    un saludo muy afectuosos para usted.

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  2. Jajajaja, me encanta que siempre violas la frontera entre amor y sexo. ¿Será que, en el fondo, no existe?

    Un besazo.

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  3. La primera experiencia sexual no siempre coincide con el primer amor...

    Un beso

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  4. A mi me gusta que siempre borro de mi mente toda primera vez, así no me mortifico. Prefiero pensar en el último amor y no se ya llegó.



    besos.

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  5. Pienso que en la vida de todos hay varios amores, pero solo uno sera el primero, el único, el gran amor de nuestras vidas.
    Da igual lo que pasó antes, lo que pase después, ese será el único, no hay posición para lo único.
    Un beso Tauro.

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  6. El primer amor, sirve para ser el primero... y ya. Qué si no llega?? De verdad se busca eternamente? Creo más en la frase final: no se encuentra porque uno está ocupado en cosas más importantes. He dicho... y hecho.

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  7. Hay palabras que no deberían figurar en el diccionario, como no puede figurar una sonata de Bach...

    Salud!

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  8. Es tan vaga la palabra amor que admite centenares de definiciones. Y todas son correctas. El primer amor es a la madre, a uno mismo, a un amigo de la infancia, a la primera maestra, a quien nos dio el primer beso... entre tanta indefinición, me atrae la esperanza de que el primer amor sea el próximo.

    Un abrazo,
    D.

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  9. Me dices en mi blog que ya no llego a tus sueños, que he hecho algún hechizo...
    Entonces será que yo no fui tu primer amor (es broma)
    ¿Y qué tal si haces borrón y cuenta nueva?
    Gracias por pasar por mi blog, y dejarme tus palabras y tu cariño.
    Besos y sueños para ti.

    Duna...;)

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