Los amoríos generalmente acaban desastrosamente en razón de que la prójima se conforma con suministrar amor y pasión al copuchento, olvidando que no sólo de amor, se vive.
El punto que queda fuera de toda duda es el reconocimiento de la retribución como factor de motivación o desmotivación del copuchento. Si bien la gratificación no es uno de los objetivos directos de las prójimas, conocemos sus efectos en la eficacia utilizable y en la calidad de vida de su copulador. Un buen programa de política salarial puede aportar el equilibrio necesario entre la calidad de vida del copulador y los orgasmos exigidos por la prójima.
Objetivos
• Mejorar el rendimiento del copuchento
• Estimular su aplicación en el logro de mayor cantidad de orgasmos
• Disminuir el ausentismo y «el no tengo ganas hoy»
• Mejorar el ambiente sexual y promover el menage a trois
• Cubrir las necesidades económicas del copulador
• Mantener el copuchento pegado a la prójima
• Facilitar la envidia, entre los amigos del copulador
Las decisiones sobre la remuneración del copuchento suelen estar determinadas por acuerdos orales y, por ello, más que estar sujetas a la solvencia de la prójima, entran en el marco de la dinámica de las negociaciones entre el copulador y la copuladora.
Por lo general, el programa retributivo se implementa para el establecimiento del copuchento de alta cualificación, y a mediano o largo plazo se revela como vehículo esencial para reforzar las fantasías y objetivos de la prójima, desembocando finalmente en el casorio.
El punto que no termina de convencerme es el de promover el menage a trois, como que algo me sobra.
ResponderEliminarBesos
pues viendolo friamente como tu lo has plasmado es la realidad pero no deja de verse frio y sin sentido¡¡¡
ResponderEliminarbueno ya sabes... la cursileria del amor siempre me hara falta, besitos y abrazos.