Ese objeto sin sentimientos que cargamos en el anular, es un implemento importante en la vida de un varón. Es un salvavidas en el mar embravecido de la confrontación sexual. Cualquier prójima al percatarse de él se pone automáticamente en guardia y queda desconcentrada al notar la sonrisa encantadora del dueño del dedo.
Esto a cualquier mujer, la coloca ante dos alternativas:
-coger como un medio de aplacar el aburrimiento
-coger como un medio de apaciguar el estrés
Antes existía una tercera alternativa, pero el uso abusivo que de él hicieron las mujeres lo llevo a ser de uso obsoleto ya que ningún prójimo se divorciaría –sabiendo la carga que implica el matrimonio- para casarse con otra.
El anillo de compromiso, es el aliado perfecto en este mundo calenturiento, cómo lo dijo Persifones.
El anillo puede decir mucho, y muy poco si uno se lo quita compañero. Recuerdo que aquí en Valencia hace años, cuando los tíos se iban por ahí buscando "carne fresca" se lo quitaban y lo guardaban en el bolsillo, así ya no había compromiso ninguno. Y ahora él que está dispuesto a echar una canita al aire, ya ni se molesta en quitárselo, y es más, aunque a la mujer que se piensan enrollar vea el anillo ya tampoco le importa, si lo que ella busca es una alegría para el cuerpo.
ResponderEliminarUn abrazo Chaly.
Chaly, Rafael lleva razón. Creo que los tiempos han cambiado. Actualmente, a un número importante de mujeres les resulta atractivo salir con un hombre comprometido, porque se instala en ellas el espíritu de competencia. Todo el mundo compite por tener las cosas de los otros y superarlos.
ResponderEliminarAbrazos querido Chaly.
Un anillo no implica nada o muy poco, en esto también hemos cambiado mucho, creo.
ResponderEliminarBesos