jueves, 10 de noviembre de 2016

795: En ciertas situaciones, mejor callarse…

CUANDO TENGO QUE DECIR LA ÚLTIMA PALABRA. Bien sea una pequeña riña familiar sobre a quién le toca hacer una tarea o bien un debate político en Internet, lo cierto es que rara vez sé cuándo parar. Pero en esto del amor y la comprensión no hay un marcador donde se vayan contando puntos (si no, ¿hasta dónde llegaríamos los cogedores?). Nadie (y nadie es nadie) tiene siempre el 100 por cien de la razón, y las cosas sobre las que debatimos rara vez son realmente significativas. No existe el calificativo de ‘buen perdedor’ por accidente; el que pierde y mantiene la compostura hace gala de gracia y bondad.

CUANDO ME ENTERO DE UN COTILLEO JUGOSO. Gustavo califica el entusiasmo por el chismorreo como una “alegría oscura”, sobre todo cuando concierne a alguien que no nos gusta demasiado. Tengo que confesar que hablar sobre chismes me tienta tanto como el chocolate negro. Pero efectivamente, hablar mal de las personas o divulgar falsos rumores es como arrojar una cerilla encendida sobre campo seco. Una célebre anécdota relata que la negra Ortiz, aconsejando a un hombre que gustaba mucho del alcahueteo, le presentó la analogía de rajar una almohada de plumón en pleno vendaval y luego intentar recuperar todas las plumas esparcidas por doquier. Es tan imposible como imposible es medir las consecuencias de nuestros cotilleos. Morderse la lengua chismosa supone también no escuchar ni leer los chismorreos que me rodean.

CUANDO ME SIENTO MÁS LISTA QUE LOS DEMÁS. Me crie en ese tipo de familia donde el amor se expresa a través del sarcasmo. Con cada provocación maliciosa nos endurecíamos como el hierro se endurece en acero. Mi ingenio tiene un toque ácido, aunque sin maldad, pero que me ha pasado factura en mis relaciones con los demás. En la comedia shakespiriana Mucho ruido y pocas nueces, los amantes pendencieros se consumen mutuamente a golpe de burla. “¡Oh Dios!”, exclama Benedicto (muy versado siempre en el arte del sarcasmo) en relación a Beatriz: “He aquí, señor, un plato que no es de mi gusto: no puedo tragar a esta señora Lengua”. Puede que sea demasiado tarde para mí como para no comer de ese plato, pero sí puedo tratar de negarme a probar el sarcasmo diariamente con todas las salsas que encuentre.

CUANDO LO QUE INTENTO ES AYUDAR A LOS DEMÁS, ¡CARAY! Es una trampa en la que muchos de nosotros caemos: nos precipitamos a responder al silencio o la tristeza o la necesidad de los demás con una riada de consejos que nadie nos ha pedido. Sin embargo, en la mayor parte de las situaciones de este tipo, la verdadera ayuda consiste en callarse y escuchar, ser una presencia receptiva, silenciosa y compasiva. En vez de esto, a menudo respondo en Internet con hipervínculos a webs de medicina, sugiero un psicoanalista aficionado o (aún peor), cuento anécdotas sobre mi vida para explicar que mi experiencia es mucho peor. Todas estas respuestas son una falta de respeto hacia la persona que a la que intentaba ayudar. Tal vez no me vendría mal tener una notita en mi cerebro que me recordara callarme. Sí, yo, ahora mismo.

12 comentarios:

  1. Jajajajaja.
    Es difícil esto de mantenerse callado, con la edad voy mejorando, pero todavía me queda mucho.
    Y para que veas que algo he mejorado hago mutis por el foro, ya mismo.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Nadie tiene el 100% de razón, cierto.
    Vamos aprendiendo...
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Tienes razón que muchas veces hay que callarse, ya que de lo contrario lo que se acaba es discutiendo y cría una mala sangre, pero en otras ocasiones también tienes que escupir lo que llevas dentro ya que si callas te envenenas. (Por cierto Chaly gracias por tú último comentario en mi blog, respecto al follón que ha liado sobre el nuevo presiente americano y te he puesto lo mismo en el blog. Si estamos de acuerdo en que el tío es muy "bocas", prepotente, chulo y muy mal hablado, pero joder, habrá que dejarlo a ver como se comporta, y si lo hace fatal, entonces escupirle todo lo que se quiera, pero ya están echando una cantidad de mierda encima, sin saber como va a desempeñar el cargo. Fíjate si están echándole mierda encima, que hoy leía en un diario, que tiene que ser algo más serie, nada de las Redes que cuentan muchas mentiras, que Putin ha financiado la campaña para que Trump ganase; "vaya saco de peleles". Perdona, porque este comentario aquí no procede.

    Abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Bueno y ya que estamos seguiré; mal, muy mal perder tienen los demócratas de la Clinton cuando hoy en algunas ciudades ya se han manifestado para mostrar su repulsa hacia Trump.

    ResponderEliminar
  5. hoy de corazón, prefiero callar

    te dejo un beso Chaly

    buen día

    ResponderEliminar
  6. En general todos ganan mucho cuando callan.
    Mejoran una barbaridad con la boca cerrada.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Qué sabia la Negra Ortiz. Hoy, más que nunca, pareciera que las conversaciones se basan en sacarle el cuero a los otros.
    Besos, Chaly.

    ResponderEliminar
  8. Aunque es muy difícil, lo mejor es callar siempre.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Conozco eso de "cuandoo intento ayudar a los demás". Y ya la experiencia nos dice que calladita se está mas guapa :)

    Besos !!

    ResponderEliminar
  10. A veces jay que hablar.
    Discrepo de Toro.

    Por pura necesidad hay que hablar y expresarse...

    Besos.

    ResponderEliminar
  11. A veces jay que hablar.
    Discrepo de Toro.

    Por pura necesidad hay que hablar y expresarse...

    Besos.

    ResponderEliminar