sábado, 10 de noviembre de 2018

0288: del serruchado


El serruchado es quizás el deporte colectivo más antiguo de la Humanidad. Su origen se remonta a la cuna de la civilización europea: Grecia. En la sociedad minoica el punto de encuentro de toda la vida social se encontraba en la invocación a la Madre Tierra. Tanto hombres como mujeres acudían a los bosques, montañas donde sacrificaban los animales y hacían las ofrendas a los dioses. En este ritual se satisfacían todos los apetitos sexuales, por eso existían grandes copulaciones en los días que duraba el ritual. En esta sociedad minoica todo lo relativo al sexo se entendía como una necesidad natural que se satisfacía con total libertad.
La popularidad del serruchado se ha disparado en los últimos años, así como la ciencia a la hora de desentrañar la aptitud física que permite que el cuerpo consiga completar esta performance.
Para Gustavo, son tres los parámetros que determinan el rendimiento de un cogedor. “En primer lugar, necesitas un alto VO2, la cantidad máxima de oxígeno que puedes usar durante el ejercicio; en segundo lugar, un alto umbral de lactato, el ritmo más rápido que puedes serruchar sin generar más ácido láctico del que tu cuerpo puede deshacerse; y por último, una excelente economía física: el equivalente humano a la quema de combustible, por ejemplo, de los automóviles, es decir, hacer un uso de los recursos eficiente para completar el recorrido”
No es todo físico
Para muchos hombres, sin embargo, la parte mental juega un papel aún más importante. “Hay momentos en los que te sientes muy fuerte y percibes que podrías estar cogiendo para siempre”
Otros son los que dicen: ‘Tengo que parar, esto duele tanto que no podre que ella llegue al primer orgasmo‘ Pero luego consiguen solventar ese obstáculo mental y te sientes de nuevo fuerte y capaz”.
Piensa en aquello que te gusta o en la recompensa que te espera una vez acabe la copulación
¿Cómo preparas la mente? 
Según Maricarmen, “debes reflexionar sobre experiencias previas y aprender de ellas”. Ya una vez dentro, intenta distraer al cerebro con cualquier cosa. “Piensa en aquello que te gusta y te motiva, o en la recompensa que recibirás cuando ella acabe”
Maricarmen también recomienda utilizar estrategias de regulación mental activa, como el diálogo interior de motivación o la relajación. “Lo que sea, con tal de dejar de pensar que estás agotado en el momento en que la fatiga te posee”. 
¿Y tú? ¿Ya estás preparado para uno de estos apolíneos retos?

3 comentarios:

  1. Ingeniero, gracias por el texto reencauchador de emociones. Solo falta ponerlo en práctica.
    Saludos desde esta esquina suramericana.

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  2. La parte mental es fundamental... Me lo voy a pensar.

    Besos

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  3. Este serruchado, en lo de dejar distraer el cerebro en cualquier cosa, parece un poco frío, no? :)

    Buenas lecciones, Chaly.

    Muchos besos.

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