— ¿Mañana en la mañana me puedes
llevar a…?
— ¡No puedo! Me comprometí con Ronald
para…
— ¡Para! Por favor no quiero que me
des explicaciones
—Es necesario que te explique porque
no puedo hacerte este favor, sino vas a creer que es mala voluntad
—Estas equivocado, son las explicaciones
las que conducen a las enemistades
—Honestamente, creo que estas
equivocado
—Te explico, tú te disculpas indicándome
que no puedes hacerme este favor porque te comprometiste con Ronald a llevar a
su suegra al dentista. Entonces yo me pongo a cavilar y recuerdo que Ronald te
engaño cuando te vendió una cortadora de pasto y que tú lo contaste a todo el
barrio y nos advertiste que este tipo es un estafador y mañana le harás un
favor, despreciándome a mí, tu amigo fiel, a tu colega que en más de una
oportunidad te ha sacado de un apuro. Y claro, yo me voy a molestar y cuando
aparezcas a pedirme que revise ese presupuesto que te han pedido te voy mandar a la mierda. ¡Escuchaste!
Cuando el asuntechi se resuelve fácilmente
sin dar ningún tipo de explicación, más o menos así: “¿Mañana en la mañana me
puedes llevar a…?” ”Lo siento pero ya me comprometí, pero el miércoles
estoy libre y puedo estar a tu disposición todo el día” “No te preocupes ya me
las arreglare, chau”
Viste, sin explicaciones no hay
problemas.
— ¿Tú no pides explicaciones a nadie?
—A nadie y tampoco doy explicaciones
o me justifico
Lo de no dar explicaciones a nadie está muy bien.
ResponderEliminarLas explicaciones matan las amistades. Una definición brillante y sin fallas. Excelente.
ResponderEliminarSaludos,
J.