Parece que todos o por lo menos la mayoría de las gentes necesitan la necesidad de autorrealizarse -que es una satisfacción personal- motivada por los sentimientos.
La necesidad de estima -reconocimiento del grupo- motivada por el orgullo
La necesidad de pertenencia -asimilación al grupo- motivada por la emulación
La necesidad de seguridad -cobijo, defensa, salud- motivada por el miedo
Las necesidades básicas -bebida, comida, descanso- motivada por la utilidad.
La necesidad de sentirse deseada, amada o acariciada es un talante habitual en el rinconcito oculto de toda mujer. Como vemos en la pirámide de Marlo una vez cubierta la necesidad de supervivencia física, la pertenencia a un guapo y el reconocimiento de éste son fundamentales en el ser sensible.
También el macho alfa necesita la aprobación y el respeto constante de su grupo, pero dispone de la “herramienta” para conseguirlo sin dificultad. Siéndole más difícil al resto de los galanes, que deben intentar ser más ocurrentes, más y más divertidos, más y más derrochadores o más capaces de “venderse” ante el mujerío.
Lo habitual es que en una pareja, cada uno disponga de varias “habilidades” que sean “útiles a ambos”, de manera que, en el lugar determinado, ella toma la iniciativa y el otro le sigue; confiando en su buen criterio y su experiencia espermatorreica.
En otras espermatorreadas, la situación se invierte. Cada “órgano” aporta sus recintos para el bienestar común de la convivencia orgasmada.
Hasta acá, todo va bien, la pareja es complementaria y ambos se necesitan porque de ese modo pueden conseguir sus objetivos comunes. Aunque el “equilibrio perfecto” es imposible, tampoco es necesario, porque encajará con que ambos asuman la sensación de ser útiles, sin detenerse a calcular los mililitros aportados.
En la pareja tradicional, los roles estaban muy remarcados: él se destripaba trabajando para satisfacer el materialismo requerido y ella aportaba las emociones de cada noche. Hoy en día, ya las cosas no son así, las cosas se han trasegado y solo se dedican a dar lo mejor de sí mismos en ambas “facetas”; esto refuerza a la pareja y mejora la “satisfacción” de ambos.
Encima de la pirámide cada día están las cosas más confusas.
ResponderEliminarLo agradable de los nuevos tiempos es que hombres y mujeres se atreven a tumbar las barreras de lo masculino y lo femenino sin dejar por ello de ser hombre o mujer.
ResponderEliminarEl equilibrio podría ser mejor aún, pero vamos bien.
D.
Por suerte, actualmente las necesidades y satisfacciones son mutuas, además, todos buscamos un abrazo cariñoso en invierno o no?
ResponderEliminarUn abrazo Charly...¿Cúando conoceremos tu rostro?
Hola Chaly:
ResponderEliminarPor suerte van cambiando los viejos paradigmas.
Besos
Maribe
Me quedo con esa máxima con la que comienzas el texto .. el amor comienza cuando no necesitamos a nadie para nuestros fines personales..
ResponderEliminarlos cambios de los últimos tiempos fueron muy satisfactorios. si señor!
ResponderEliminarabrazos!
Y el mayor peldaño es cuando amamos a quien nos cuesta amar. El otro peldaño es cuando sabemos dejar que nos amen. Muchos saludos.
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