miércoles, 18 de enero de 2012

173: Tú no te apartes jamás de ella y llámala siempre, no tienes mejor forma de defenderte de la soledad, al final los solitarios suelen morir amargamente y sin lucha, llámala siempre, vestida o desnuda, hoy es martes, hoy te toca desnudarla, tú llámala siempre para no sentirte jamás demasiado solitario.

¿Por qué se casó Epifanio con Gumersinda? ¿Qué impulsó al matrimonio a Gustavo? ¿Qué causas influyeron para que Filiberto abandone la soltería? Y todas las voces responden: ¡el amor!!!

¡Oh! ¡Celestes demonios del amanecer! Que ponéis vendas en los ojos escuálidos de la verdad. ¿Quién ha cegado vuestro entendimiento? ¿Quién ha silenciado vuestro raciocinio?

Epifanio se casó sólo porque Gumersinda le presento en bandeja de plata un rubicundo bebé; y a él lo sedujo ese niño y podría jurar por los dioses del olimpo que a partir de ese momento todos los actos y hechos de Epifanio fueron de hacer feliz a su hijo. Y a contraluz Gumersinda creyó que el imperfecto había dado ese paso por ella y en ese afán ella lo colmo de amor, pero de un amor absorbente e impío. No lo dejaba un instante, siempre pegada a él, de día de noche, a cada instante y estallaba en lloriqueos cuando él la abandonaba para ir a jugar con su hijo, para charlar con sus padres o platicar con sus amistades.

Al contrario de Epifanio; Gustavo dio ese paso en falso simplemente por cariño, por hacer realidad el sueño de ella; porque Gustavo entendió que esa inteligencia no debería quedarse en el pozo de la ignorancia y que ella sería una magnifica profesional y en ese entendido puso todas sus energías y afronto a su familia que no la aceptaba. Gustavo sufrió en carne propia el rechazo de los suyos y a la postre ella lo satisfizo logrando un título académico.

Filiberto simplemente hizo una práctica braguetada. Logrando con esto el capital suficiente para instalar un próspero negocio y poder llevar a sus hermanas a la universidad y dar a su madre una vejez tranquila.

¡Oh! Musas desencarnadas que os reis de los devaneos de los copuchentos, debéis estar tranquilas, pues la telaraña de los sinsabores se adueñan de los corazones de todos aquellos que hacen de sus vidas ofrendas de sacrificio y se olvidan del amor…

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