Sucede que no son ellas las que pelean por los copuchentos, si no, al contrario son los copuchentos los que disputan varonilmente a puño limpio la gracia de una prójima, así me lo dijo clarito Sonia Sinatra cuando de sopetón me clavó esa mirada de conmiseración con que las prójimas a veces me miran cuando han llegado a la conclusión de que tengo la mente simple. Dijo, qué Hermenegildo también anda, tras sus favores y si yo no lo vencía, me quedaba con las manos vacías. Y me dirigió una mirada maliciosa, como hubiese podido hacerlo una ramera para atraer a un muchacho a su burdel.
En verdad, yo, jamás le di un puntapié a ninguno por ninguna. ¿Qué alguna vez he peleado?, ¡sí!, pero no peleaba por amaras a tu prójimo como a ti mismo, al contrario lo hacía por vencer mi apocamiento. Por lo tanto, el pedido de Sinatra me pillo en calzoncillos y no supe que contestar.
Yo simplemente lo miraba feo y él se retiraba. Ida jamás manifestó queja o resquemor, al contrario permanecía impasible, perdida en sus ensoñaciones, quizás esperando que apareciese algún tipejo, y me venciese con la mirada. O quizás se sentía feliz, por tener semejante guardián. ¡Quién sabe lo que piensan ellas cuando son cortejadas delante de su peor es nada!
En referencia a la sin atractivo, confieso humildemente que me quede con el pito en la mano.
¿Seguimos peleando por sexo, perdón por amor?
ResponderEliminarSi es que no lo veo...
Un beso
Tampoco por mi se han peleado. No se si reír o llorar.
ResponderEliminar:(