338: Para hacer lo que a uno le viene en gana; hay que hacerlo de buena gana.

-Allá viene tú suegro
-¡No!, el que viene es el padre de Kika
-¡Pero, es tú suegro!
-Negativo. “Tú” es posesivo, y ese viejo de mierda no es “mío”
-Según tu manera de pensar, ¿cómo deberá decir él cuando te ve?
-Ahí viene el pene de Kika. O el padre de mis nietos
-Acabo de escuchar: “mis”
- Y así es, los hijos de Kika siempre serán “sus” nietos sin importar quién sea el padre.
-¿Y tú suegra, tus cuñados y tus cuñadas?
-La madre de Kika, sus hermanos y sus hermanas
-Según lo que veo, tus hijos ¿a quienes llaman tíos o tías?
Es lógico que lo hagan con los hermanos y hermanas de su madre, más no con las esposas, ni con los esposos.
-¿Por qué?
-¡La sangre, muchacho! Las esposas y los esposos no son nada de ellos. Además les he enseñado a no llamar como tío o tía a ninguno de ellos, pues al hacerlo estan colocando una autoridad sobre sus cabezas. Cuando uno le dice a un fulano tío automáticamente estás asumiendo papel de sobrino y es natural que esa persona asuma autoridad y crea que tiene el derecho de mandarte.
Recuerdo que cuando estaba en la secundaria apareció en escena el esposo de una prima de mi padre, el tipo cada vez llamaba a mi padre quejándose que yo no lo había saludo en la calle, mi padre, trataba cada vez de disculparme, pero el tipejo insistía continuamente, finalmente mi padre le dijo que su hijo no tiene la obligación de saludar a nadie. Ese fue mi primer y único error, llamar por tío a una persona que no lo era, ni lo merecía.
-Pero, por educación se saluda
-Desde luego; buen día, buenas tardes, buenas noches, gracias y cien frases más que mucha gente la repite sin sentirla ni desearla. Para palabras sin sentimiento, es más saludable omitirlas.
-Ser cortés no quita lo valiente…
-Así soy yo, y me gusta como soy…