Fue durante esos años que hizo la prueba con diversas mujeres, como un hombre que se prueba la ropa para ver cuál le sienta mejor. ¿Era un joven que podía contarse entre los más radicales, o prefería ser el joven educado de movilidad social ascendente? ¿Quería joder al sistema, o usarlo para ascender? ¿Le sentaba mejor entrar en la vorágine de la amargura, las drogas, las telenovelas, para luego presentarlas como excusas al momento del fracaso? ¿O debía en cambio adoptar el agresivo impulso del «Voy a mostrarles quién soy» y arremeter contra ellas? ¿Negaría su mediocridad saliendo con una mujer blanca, o huiría de su naturaleza para mezclarse solo con negras? Y lo más importante, ¿En qué posición podría ubicarse con total plenitud? ¿Con las blancas? ¿Con las negras? ¿Con las pelirrojas? No lo sabía con exactitud. Leyó a Vargas Vila, a Echenique, Young, Arguedas e Ingenieros, pero no encontró en ninguno el mapa del culo que buscaba.
Todas terminaban «agotadas, amargadas, como si el diablo las persiguiera», concluiría más adelante.
Es de lo más triste, después de haber leído a esos autores, quedarse sin encontrar el culo perfecto.
ResponderEliminarBesos, Chaly.
En la búsqueda uno se queda vacío
ResponderEliminaren el encuentro pleno
espero que ya se encuentre bien ubicado
saludos y buen comienzo d semana !
Quizá la clave no sea precisamente esforzarse en andar buscando ... Eso agota
ResponderEliminarCuando te toca te toca, sino aunque te pongas!
ResponderEliminarsaludos =)))
Es la dualidad.
ResponderEliminarMuy bueno :)
Un saludo :)
buscar y reventarse
ResponderEliminarcosa que muchos hacen
la naturaleza humana es paradójica
cada quien un mundo por descubrir o reinventar
saludos y buena semana
gracias por tu huella