--- Hola, Sofía. Gracias por recibirme.
--- ¿Estás bien? Estas escaleras son un poco...
--- Eh... No... Esto... ¡Ah! Que... ¿Puedo...?
--- Sí, sí, pasa...
--- ¿Quieres un vaso de agua?
--- No, no, estoy... bien.
--- Te pongo uno...
--- Gracias.
--- Bueno, ¿qué quieres?
--- Pues he venido para... ¿Podemos hablarlo a solas?
--- Lo que tengas que decir puedo oírlo perfectamente.
--- ¿Quién eres tú?
--- Es Pancracio, mi novio.
--- ¿Ah, sí? Anda, qué casualidad.
--- Qué casualidad ¿qué?
--- Manuchito, ya sé lo que me vas a decir, pero no puedo hacerlo. No es que no me preocupe lo que estamos haciendo. Pero esto es una cuestión de principios.
--- Si yo te entiendo, pero si pudieras hacer una excepción...
--- ¿No le has oído? Te ha dicho que no va a trabajar en domingo...
--- Mira, Pancracio, éste es un asunto muy delicado.
--- Siempre es delicado, ¿no? Siempre es "es sólo esta vez", "es una excepción"... Es un abuso. Sólo eso. Se llama explotación.
--- ¿Pero qué?
--- Que me parece increíble que un tipo como tú, que dice ser de izquierdas, esté de acuerdo con esto.
--- Perdón, perdón, pero creo que no sabes de qué estamos hablando aquí.
--- Pancracio sabe en qué estoy trabajando...
--- Pero eso ¿puedes contárselo?
--- Hombre, está claro a qué has venido. Ni que fuera tan imbécil como para no adivinarlo.
--- Está bien. Vamos a olvidar que te has saltado todas las normas contándole a tu novio todo... Te vienes conmigo. Sólo falta rematar un asuntillo... Te prometo que en dos horas vuelves y puedes pasar el domingo con tu novio.
--- Estaba tardando. Ahora con el chantaje. Si es que todos sois iguales.
--- ¡Que no es chantaje! Sólo digo que hoy tenemos que terminar y no queda nada. Que podéis ir a tomar el aperitivo, al cine o lo que queráis luego. Es sólo un rato.
--- ¿Nos estás haciendo el plan del domingo? A lo mejor lo que queremos hacer es quedarnos en casa tocándonos las narices.
--- Sofía, por favor. Creía que estabas más implicada en esto.
--- Estoy implicada. Ya lo sabes. Esto no tiene nada que ver.
--- Caramba, Sofía, tenías que ponerte sindicalista justo hoy...
--- Tú no sabes los problemas que tengo yo con mi familia. Si cedo en esto... Tú deberías entenderme mejor que nadie en ese tema.
--- Lo puedo entender pero qué quieres que te diga.
--- Oye, ya vale. Ya te ha dicho que hoy no trabaja. Os esperáis a mañana y punto.
Perdona Chaly pero me he perdido un poco. Ya no sé si el trabajo se trataba de una reunión de sindicalistas clandestina; si lo que le proponía el jefe era que trabajara un domingo, y no pagárselo, ya que el patrón cada vez abusa más del trabajador. O si lo que querían era chingar delante del novio; o bien fue ella la que lo planeó todo, para montarse un trío.
ResponderEliminarAbrazo.
ay yo lo leo y pienso que algo que no sé si decir ....
ResponderEliminartiene algo que ver con las casas de los farolillos rojos?
......mmm
porfa please : pido respuesta¡¡
jajaja
besos
Oye, ademas en domingo no se trabaja, porque es pecado. Faltaría mas.
ResponderEliminarme perdí Chaly!!!
ResponderEliminarOtro más que se ha perdido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Trabajar en domingo no.
ResponderEliminarBesos.