--- Te cuento que a Paco lo botaron de su casa
--- ¿Qué sucedió?
--- Su mujer se enteró que tenía un romance y lo echo de la casa y todo el mundo escucho que le dijo: ¡Váyase a vivir dónde su querida!
--- ¿Y quién es su amante?
--- ¡No existe!
--- No entiendo
--- ¿Conociste a la sobrina de Nicholas, ni nada?
--- La vi con él
--- ¿Qué te pareció?
--- Una mujer que tiene ese alguito, que la hace diferente de las demás y que todo hombre quiere cogérsela
--- Pues te cuento que Paco fue el primero en hacer amistad con ella
--- ¡Hola!
--- Ja, ja, ja. ¿Es para no creer verdad?
--- ¿Y le fue bien?
--- ¡No! Pero él se encargó de contar a todo el mundo que se la cogió, y tanto lo repitió que su mujer se enteró
Por la boca muere el pez.
ResponderEliminarY a la mentira, siempre se la pesca, más tarde o más temprano,como todo vuelve al lugar que le corresponde, y sin tener ni que forzar...
Besos, Chaly.
Ahora debería aclararlo o lo veo en la calle.
ResponderEliminarSaludos.
El pez muere por la boca y el hombre también!!!
ResponderEliminarbesitos
Se le estuvo bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
La vanidad es una falta que se tiene por menor, como si no importase y fuese disculpable sin necesidad de pedir perdón. Pero, como el hecho demuestra, la vanidad puede acarrear consecuencias graves. Como dijo Liliana: "Por la boca muere el pez", y también algún que otro gilipollas.
ResponderEliminarSaludos
Muchos hombres, como en el caso que narras, se han vanagloriado o presumido de sus conquistas femeninas pero, para ello, el individuo tenía que ser un vivalavirgen, un desaprensivo al que todo le diera igual o un torero de tronío. A un padre de familia le cuadra más ser calladito.
ResponderEliminarSaludos.
Cosas que pasan...
ResponderEliminarBesos.
Le está bien empleado.
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