—don Pancho, déjenos hacer nuestro
trabajo la policía recuperara a su esposa y si no lo logramos, también sale
ganando pues le ahorramos 250.000 dólares.
— ¿Y acepto?
—Claro que si, en este país ganar 250.000
no es moco de pavo. Con esa cantidad en el bolsillo podrá consolarse de su
perdida
— ¿Y el amor?
—Después de 20 años de matrimonio ya no
existe amor, solo la costumbre, y las costumbres pueden ser cambiadas, pero no
volver a ganar esa cantidad de dinero.
— ¿Y cómo les fue en su pesquisa?
—Después que les indicamos a los
secuestradores que no les daríamos un centavo y que si no devolvían a la
susodicha sana y salva los cazaríamos y los mataríamos, tal como lo mandan las
ordenanzas policiales, los secuestradores no dieron señal alguna, ni volvieron
a llamar a don Pancho.
— ¿Y se supo algo de la esposa?
—Seis meses buscamos por todo el país y
nada y dimos por cerrado el caso. Diez años después nos enteramos que don
Pancho la encontró en el Paraguay y que ambos se perdonaron.
Jajaja pues eso si que es amor y del bueno, menuda madeja la que habían liado.
ResponderEliminarAbrazo.
Vaya parejita, pues sí, amor del bueno jajajajaja
ResponderEliminarBesos
Con los 250.000 dólares se compraron una granja de perdices y fueron felices comiéndoselas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amor, amor. Ese hombre es un suertudo.
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