El sexo con un feo es mucho más
placentero, porque en lugar de perder el tiempo eclipsándote en su belleza como
una náufraga enamorada, prefieres que meta la cabeza entre tus piernas y que no
salga de allí hasta haber cumplido su misión con éxito. El guapo tiene
tendencia al cansancio precoz y, mucho peor, a follarse a sí mismo cuando folla
contigo. Todos los guapos saben que lo son, para algo han tenido abuela, madre
y novias. El feo sólo tiene abuela y lleva años enterrada.
El feo no vive obsesionado con su físico
ni te da la turra día sí y día también, con la dieta de los cojones. El día que
le dices a tu novio no-guapo que esta guapo no tiene más remedio que creérselo:
asunto zanjado. El feo sabe valorar tu sinceridad siempre que le
convenga. El feo te ama.
La genética es selectiva y quiere
mejorar la especie. La genética también te ama. (Es importante que te creas
esto a la hora de ponerse con el apareamiento).
Pero, lo mejor de todo, es que la
belleza y la inteligencia son dos constantes que evolucionan de forma
totalmente opuesta. Mientras la belleza física se la tragan los años, la
cultura y la riqueza espiritual no dejan de aumentar para el que ha sabido
alimentarlas. Cuando te aburras como una ostra mirando como tu marido guapo se
ha convertido en un viejo amargado, piensas en el feo que no quisiste besar, y
ahora te emocionas cuando lees a solas, su blog.
Y oye, que si el feo te sale tarugo,
tampoco hace falta que pierdas el tiempo pensando en sus bonitas facciones
antes de mandarlo a la mierda y enrollarte con el boticario de la esquina.
Jajaja y viva los feos, aunque al final muchos también acaban perdiendo su encanto.
ResponderEliminarAbrazo.
A los que somos feos de siempre no nos afecta tanto el deterioro por el paso del tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajajajajajaj qué vivan los feos!!!!!
ResponderEliminarbesos