--- ¿Cómo te llamas, mamacita? Ya hace dos años que no cojo a una mujer.
---Mi nombre de religiosa es Anna.
---Y bien, mi hermanita de caridad. Dame un beso. Bésame ¡Qué bella eres!
---Estoy aquí para apaciguar su alma torturada, no su pene. Yo también estoy apartada de la vida mundana. ¿Acaso no ve mi hábito?
---Ah... entonces... ¿no es posible? Habrá que masturbarse.
---Usted se recuperará y tendrá toda la vida por delante, en cambio yo…
--- ¿Por qué se hizo religiosa? Tan joven, tan bella
---No hablemos de eso.
---Necesito hablar. Usted se parece a la mujer que lo fue todo para mí.
--- ¿Ha muerto?
---A usted le ocurrió algo semejante. Lo intuí al verla. Él también ha muerto ¿verdad?
--- ¡Por el amor de Dios! No hablemos de eso. Ya no pertenezco a este mundo.
--- Debe darse cuenta que no veo a una mujer desde hace más de dos años... Y bien, ¿de qué hablábamos? Ya... usted perdió a un ser muy querido. Yo también. Por qué no me lo cuenta. Permítame que me presente. Soy Waldo Miechica.
--- ¿Miechica? ¿Entonces fueron sus poemas los que nos maravillaron tanto a mi novio como a mí? Es increíble. Cuántos momentos de coito le debo. Pero todo acabó...
---Tal vez mis poemas estimularon el sonsonete. Pero, ya ve, no todo se acabó. El mundo sigue girando como si nada ocurriera. El décimo tercer volumen de mis poemas no está mal, lo sé. Al concluirlo vine a dar aquí. Alcohol, vagina, cocaína...
--- ¿Por qué lo hizo? Con su talento.
--- ¿Talento? Es un infierno. Quise escribir todo aquello que aún tenía que decir y morirme. Pero, no. La sociedad es injusta. Me salvaron para que termine mi vida en medio de médicos y monjas. ¡Ah, la famosa ética de los médicos! Yo acabaría con esta raza de verdugos. Sabe usted, que yo estudié la biografía del marqués de Sade “Jina canastero puni kanqui arí kancka...”. Por entonces no llegué a comprenderlo. Ahora sí, ahora lo entiendo muy bien.
--- ¿Por qué se envenenaba con mujeres? Explíquemelo. No consigo entenderlo
--- ¿Por qué! ¿No lo comprende? ” The site may be experiencing excessive load”.
Interesante relato. Besos.
ResponderEliminarAy de estos Don Juanesss...
ResponderEliminarBss, Chaly.
"Ah! Callad por compasión,
ResponderEliminarque oyéndoos me parece
que mi cerebro enloquece
se arde mi corazón.
¡Ah! Me habéis dado a beber
un filtro infernal, sin duda,
que a rendiros os ayuda
la virtud de la mujer.
Tal vez poseéis, don Juan,
un misterioso amuleto
que a vos me atrae en secreto
como irresistible imán".