miércoles, 23 de marzo de 2016

579: Once años después…

Carles abría sin ruido la puerta del cuarto.
– ¡Quién es!
–Soy yo
Un movimiento de ropas, como el de una persona que se sienta bruscamente en la cama, siguió a sus palabras, y el silencio reinó de nuevo. Pero cuando la mano de Carles tocó en la oscuridad un brazo fresco, el cuerpo tembló entonces en una honda sacudida.
...
Luego, inerte al lado de aquella mujer que ya había conocido el amor antes que él llegara, subió de lo más recóndito del alma el santo orgullo de su adolescencia de no haberla tocado jamás, de no haber robado ni un beso siquiera, a la criatura que lo miraba con radiante candor. Pensó en aquellas palabras que hasta ese momento no había comprendido: «Nada hay más bello y que fortalezca más en la vida, que un recuerdo puro».
Carles lo había guardado, ese recuerdo sin mancha, pureza inmaculada de sus dieciocho años, y que ahora yacía allí, enfangada hasta el cáliz.
Sintió entonces sobre su cuello dos lágrimas pesadas, silenciosas. Ella a su vez recordaría... Y las lágrimas de ella continuaban una tras otra, regando, como una tumba, el abominable fin de su único sueño de felicidad.

10 comentarios:

  1. Vaya, esto es literatura: fondo y forma se aúnan para producir una imagen abrasadora. Cuando se dinamita un recuerdo puro nos hacemnos más viejos.

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  2. Los finales no siempre son los deseados.

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  3. Una pena que tardara tanto tiempo , las cosas no hay que dejarlas de mano, es como las flores hay que mimarlas todos los días para que luego nos den alegrías.
    Saludos Chaly.

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  4. es posible que la realidad desaparezca con el olvido
    o simplemente porque el paso del tiempo es implacable y abisma todo.
    pero no es menos cierto que 'un recuerdo puro baste para definir la belleza y la vida misma'

    un relato con cierto dejo de tristeza pero hermoso.


    saludos

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  5. Dejar una asignatura pendiente lleva a la nostalgia. Las flores, mejor ya, para que perdure el perfume.

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  6. Osti Chaly... me ha encantado... Bellísimo y triste.
    BEsos.

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