lunes, 13 de junio de 2016

654: Marcelo, yo y ella

—Durante el poco tiempo que salí con Marcelo, tú y yo mantuvimos alguna que otra breve conversación e
intercambiábamos alguna mirada que siempre parecía incomodarte. Y sabía que te incomodaba porque estabas
empezando a sentir algo por mí. Pero tu lealtad hacia Marcelo era tan grande que ni siquiera te permitías pensar en esa posibilidad. Aquello me hacía admirarte, porque sabía que tú y yo habríamos hecho muy buena pareja. Si te soy sincera, tenía la esperanza secreta de que traicionaras a tu amigo y me besaras o algo así, porque no podía dejar de pensar en ti. Creo que ni siquiera salía con Marcelo por Marcelo; creo que desde el principio salí con él para estar cerca de ti.
Y luego, unas cuantas semanas después de que Marcelo y yo cortáramos, empecé a pensar que no volvería a verte nunca, porque no viniste a buscarme tal como yo esperaba. Aquella idea me aterrorizaba, así que un día me presenté en tu apartamento. Tú no estabas, pero Villaco sí. Creo que intuyó el motivo de mi visita, así que me dijo que no me preocupara, que sólo tenía que darte un poco de tiempo. Me aseguró que sentías algo por mí, pero que no te parecía bien intentarlo en ese momento. Jamás olvidaré lo que sentí en ese momento. A partir de entonces, fui contando los días hasta que te presentaste en mi puerta.

Se seca una lágrima. Cierro un momento los ojos y trato de respetarla no atrayéndola de nuevo hacia mí, pero
me cuesta muchísimo. No sabía que hubiera ido a verme. Villaco no me lo ha contado jamás y, ahora mismo, me debato entre el deseo de hacerle saber lo cabreado que estoy con él por no habérmelo contado y lo mucho que lo quiero por haberle revelado lo que sentía.

—Me enamoré de ti durante el año que estuve esperándote. Me enamoré de tu lealtad hacia Marcelo. Me enamoré de tu lealtad hacia mí. Me enamoré de tu paciencia y de tu fuerza de voluntad. Me enamoré del hecho de que no quisieras empezar las cosas con mal pie. Querías que todo saliera lo mejor posible y por eso esperaste todo un año. Créeme, sé lo duro que te resultó porque yo esperé igual que tú.

10 comentarios:

  1. Me encanto pasear por aquí, un hallazgo delicioso, mis humildes felicitaciones por su hogar de letras, hasta pronto, abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Vaya fuerza de voluntad, esperar todo un año, yo no sé si podría, se sufre mucho. Es un relato conmovedor.
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Villaco debería haberle contado esa visita.... bueno, al menos se portó medio bien.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  4. Muy romántica la historia, me gustan esos amores difíciles. Lo único malo el papelón de Marcelo.

    ResponderEliminar
  5. Estas historias merecen final feliz.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. yo si he esperado mas de un año pero a veces todo se tuerce... y ya no habita la esperanza

    ResponderEliminar
  7. Hay silencios que matan, pero fortalecen. Y si aún encima son por lealtad, la cosa ya se hace épica.

    ResponderEliminar
  8. Vaya fuerza de voluntad.......

    Qué seriedad Chaly! :P

    ResponderEliminar
  9. Las prisas no traen nada bueno a la larga...

    Besos, Chaly.

    ResponderEliminar