lunes, 12 de diciembre de 2016

823: ELLA HABLA: los domingos del 86

Escuchando al bueno de Lionel recordé que “Say you, Say me” fue la primera lenta que bailé.

Si no sabes lo que eran las lentas es que tienes menos de 45 y tú no has vivido algo que marcó la adolescencia de toda una generación. Lo siento por ti pero es así: en la vida de todo teenager que se precie hay un antes y un después de Las Lentas.

Yo descubrí este fenómeno allá por 1986 en una disco a la que íbamos los domingos de 5 a 9.

Durante toda la tarde te deleitaban con los temas de Rick Astley, Modern Talking, C.C. Catch, etc. y a las 19.00 en punto, cortaban de sopetón. Silencio tenso de 5 segundos, pulso acelerado, pupilas dilatadas y La Primera Lenta.

Pista completamente vacía, buscas con la mirada al muchacho que te gusta esta semana y que no lo ves…

Te quedas tiesa como un palo, sin hablar con tu amiga que está sentadita a tu lado y lleva el mismo tupé exagerado que tú. Vaya a ser que si hablas crean que estás demasiado ocupada como para querer bailar. Sueltas comentarios súper cortos y en plan ventrílocuo para que nadie se percate.

Dedos cruzados por debajo de las mangas híper largas de tu jersey Privata…

Ruegas al cielo que aparezca y te diga “¿bailas?”.

En ese momento tú soltarás un “sii” de lo más relajado, como si no llevaras pensando toda la semana en esa media hora que cambiará tu vida PARA SIEMPRE.

Sudores fríos. No aparece. Esto dura 30 minutos y ya han pasado 3.

Al que sí ves es al número 2 del Ranking Semanal. Se acerca. “Mierda. Y si, ¿mientras bailo con este aparece el número 1? ¿Y sí le digo al 2 que no y el 1 no se presenta? ¿Y si digo que no y el 1 aparece pero no me saca? Mi vida pende de un hilo”.

Estoy convencida de que parte de mis canas se deben al estrés acumulado en aquellos domingos del 86.

Y te preguntarás ¿tanto rollo por un baile? No, lo importante era… ¿la conversación? No, no recuerdo cruzar ni una sola palabra en medio de aquella pista redonda. Lo importante era el momento en el que, usando la bola de espejos discotequera a modo de muérdago, el número 1 o en el peor de los casos el número 2, deslizaba su barbilla desde tu oreja hasta tu comisura con voluntad de un beso inminente. Y te besaba. Y lo gozabas.

Porque en el 86 el besuqueo era EL BESUQUEO, no un preludio necesario de lo que va después. El besuqueo era un ente en sí mismo, con vida propia. Era el fin y era el medio. Y había que hacerlo bien, porque era lo único que existía en el mundo. Todo desaparecía alrededor de El Besuqueo. Había tiempo limitado porque Las Lentas duraban 30 minutos. Más allá de eso reinaba la incertidumbre. Besuquearse en el minuto 33 implicaba, como poco, que salíais juntos.

A medida que pasaron los años Las Lentas se fueron diluyendo, los 30 minutos se acortaron hasta desaparecer.

El Besuqueo, pasado el 89, se infravaloró sin remedio. Y así nos va.

Podríamos forzar la máquina y organizar una fiestecita con música de los 80 a ver si lo recuperamos, pero ya no sería lo mismo.

Ya no llevo tupé ni un jersey Privata. No hay bola de espejos discotequera. No me gusta un hombre cada semana, ni uno al mes. Con suerte uno al año. Y se supone que después del besuqueo debería venir el sexo, un noviazgo no muy largo, la boda y/o los hijos…Y eso le quita magia, quieras que no.

Así que me conformaré con escuchar a Lionel hoy a las 19.00 en punto. Cerraré los ojos y me acordaré del número 1 y del número 2 y de todos los números de los que me enamoré cada semana y que me besaron bajo aquella bola, durante media hora, en la minipista de los domingos del 86.

13 comentarios:

  1. Jajajajajajaj, momentazo la hora de las lentas.
    Lo malo era cuando te pedía para bailar el pesado de turno. Recuerdo que una vez pedí yo a un chico para bailar, que desastre, me dijo que sí y después eatuve 5 años bailando con él :P

    Besos

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  2. Maravillosa entrada!!!!, me he visto retratada de principio a fin. Te felicito.

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  3. No me paso pero me has hecho sonreir con tu talento

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  4. jajaja qué recuerdosssssssssssssss! =)))))))))))))))

    Besos :D

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  5. Las lentas eran la alegría del fin de semana.
    La magia deliciosa de bailar bien apretados...

    Saludos.

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  6. Ay, lo de arrimarse, que escitante.
    Y después del agarrado la fiesta podía continuar en las más oscuras esquinas del reservado.
    Saludos

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  7. El besuqueo como ente con vida propia, jajaja, eso está bien y de verdad era así.
    Todo el texto muy gracioso y bien escrito.

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  8. Ahora eso ya ni se estila. Bailar pegados y restregar la cebolleta, ya es historia. Al menos por aquí salas de fiestas y discotecas han desaparecido. Ahora la gente, aunque esté una parejas a solas, lo que hace cada uno es mirar el móvil como un idiota.

    Abrazo Chaly

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  9. Y como se aceleraba el corazón Chaly

    me encantó leerte, me hiciste recordar ese aliento en la nuca ...

    :-)


    besitos

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  10. Hace tiempo no se lo que es eso. jaja Saludos!

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  11. En el 86 tenía seis años, y de besuqueos no sabía nada. En los noventa apenas supe de ello y lo llamábamos «transar».
    De esa canció de Lionel Richie siempre odié la parte en que se pone movida. Me parece horrible y desubicada.
    Saludos.

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  12. Yo no imagino el fandango de bailar "apretao".
    Cuanto sufrimiento!
    Besos.

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  13. Je, esa chica tiene buena memoria, hasta me ha recordado algunas cosillas. Saludos.

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