—Dime la verdad ¿Por qué no te quieres
casar con ella?
—Ya te dije, tenemos una linda amistad,
y el matriqui lo cagaria, mira a tus hermanos, tú los veías felices cuando eran
novios, tres años después, tú ya sabes lo que ellos quieren, ¡tú me lo has
contado! En ese sentido de aquí a tres años Roseanne y yo seguiremos siendo
buenos amigos, salvo que se vaya a vivir a otra ciudad.
—Ese es tu pensamiento, ¿pero le has
preguntado a ella que espera de la relación que tienen?
—No, y no veo motivo alguno para
preguntarle
—No te despierta curiosidad que hablemos
de este asunto, otro me preguntaría si Roseanne me dijo algo
—No, no te preguntaría ¿y sabes por
qué?, es sencillo, si ella te hizo una confidencia, seria canallada de mi parte
preguntártelo, pues al requerir una respuesta te estaría obligando —dado que
soy tu mejor amigo—a que tu traiciones su confianza, en ese sentido pecaría de
mal amigo para ti y para ella.
No insistas, que no le interesa preguntar. Qué pesado. ¿Por qué no te metes en tus asuntos?
ResponderEliminarUn abrazo.
Imagínate si existiera este grado de integridad en todo el mundo.
ResponderEliminarSaludos :)
Correcta respuesta para una pregunta sumamente incorrecta.
ResponderEliminarSaludos,
J.