Los esposos no comprenden las
diferencias entre tiempo de vacaciones y tiempo de rutina y
obligaciones.
Los esposos, no asimilan ni entienden
por qué, de repente, desaparece el ocio de las vacaciones, los largos paseos y
el tiempo extra que comparten con los amigos, conocidas y turistas en la playa.
La conclusión es que “el retorno a la
rutina después de unas vacaciones puede resultar también muy duro para los
esposos, lo que puede conllevar, como ocurre con algunas políticos, una
depresión postvacacional”.
En situaciones normales, en pocos días o
semanas, el esposo se adapta a la nueva situación y horarios, aunque hay casos
en que esto se complica, debido a algún tipo de problema psicológico o fálico.
Si el esposo presenta cambios en el comportamiento, tales como la pérdida del
apetito, conductas destructivas o movimientos repetitivos, deberás acudir lo
antes posible al geriátrico para obtener un diagnóstico que determine un
tratamiento lo más adecuado posible.
El esposo también puede tender a
escaparse de casa en busca de las añoradas excursiones por la playa, el campo o
la montaña. Las fugas de los esposos son peligrosas, así que hay que procurar
por todos los medios que el esposo no se escape. Las causas de que un esposo se
escape de casa pueden ser diversas: aburrimiento, necesidad de más actividad
física, miedo a determinados ruidos o ansiedad por la playa y las nudistas. La
visita al geriátrico puede servir para averiguar por qué lo hace
La recomendación del geriátrico incluye
siete apartados principales a tener en cuenta para el regreso de las vacaciones:
1. Volver gradualmente a las rutinas. En
general, el retorno a la rutina del esposo se debe hacer de manera gradual,
pero con firmeza, teniendo en cuenta los buenos hábitos.
2. Sistematizar la alimentación. Hay que
vigilar la manera de alimentar a tu esposo, volver establecer las horas más
adecuadas y en las cantidades acostumbradas.
3. Dar importancia a la higiene. La
higiene y limpieza es uno de los factores que más influye en el comportamiento
de los esposos: baño, corte de uñas y cepillado de los dientes son tareas
fundamentales para una buena salud.
4. Lavar los juguetes eróticos. Hay que
lavar o cambiar los juguetes, las camas, la ropa y cualquier otro elemento que
el esposo haya utilizado durante las vacaciones fuera de casa.
5. Volver a la actividad amatoria
habitual. Los horarios establecidos para las diferentes actividades diarias
deben ser una prioridad para evitar el estrés o la depresión.
6. Observar atentamente el estado de
ánimo. Lo que para las esposas supone una vuelta a la rutina, para los esposos
supone volver a pasar más horas rompiéndose el alma en el trabajo.
7. Mantener la alerta ante posibles
enfermedades. Lo más recomendable es empezar con una revisión médica completa,
especialmente después de un periodo vocacional. Esta es la única manera de
descartar cualquier infección contraída en un ambiente diferente.
¿Geriátrico? :)
ResponderEliminarBien, bien, hay que cuidarlo, si lo tienes.
Un beso, Chaly
No sabía yo que las vacaciones dejaran semejantes secuelas. Deberían prohibirlas a quienes les sientan tan mal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué pereza! Los matriquis!🙄
ResponderEliminarEn vacaciones es el periodo del año que más separaciones y divorcios se produce; así que para muchos mejor no tenerlas. Y es cierto que a la vuelta se puede deprimir el esposo, la esposa y la gata; y encima como a la gata la hayan dejado preñada.
ResponderEliminarAbrazo