En la entrega anterior escribí la palabra: Furibundo. Lo que quiero decir es que si esa palabra reflejaría la emoción que sintiese al saberme coronado. Todos en algún momento, hemos temblado al pensar en la forma que reaccionaríamos ante un suceso tan admirable, como el de ser traicionados. Creo que tampoco la palabra traicionado es la correcta. Creo que tiene que ser una palabra que implique quedar pasmado y al mismo tiempo y con la misma sonoridad que nos duela por ir en contra de nuestro machismo (feminismo, en el caso de las prójimas).
Nosotros y ustedes –las féminas-, caminamos mirando el panorama circunspecto en busca de algo que no nos explicamos, -pero que se los explico acá- buscamos aquello que no nos da nuestra pareja, ella se contenta con amarnos, pero lo que todos buscamos es la adoración.
Las prójimas al igual que los prójimos anhelan ser adorados y también adorar a ese ser maravilloso que todavía no cruzó nuestro sendero.
¿Pero, qué es el amor? ¿Qué cosa maravillosa encierra esa palabra? ¡Nada! Ustedes aman con locura a su copuchento, tienen sexo con él y les dan hijos, pero a pesar de todas esas cosas, siguen anhelando [¡mucho más!] Y eso que buscan es el de encontrar un ser maravilloso al cual adorar y sentirse adoradas por él.
Por eso, cuando cataplum, se enteran que andan con unos accesorios invisibles en la frente, se asientan padeciendo -esa palabra que no la encuentro- para días después de enjuagar algunos lágrilimones, sienten renacer en su imaginación que ese trance que han sufrido, será la catapulta que las lanzará de cabeza a los pies de ese copuchento que las adorará.
Como leen, la palabra furibundo, estaba fuera de lugar y aprovecho la oportunidad para disculparme por haberla utilizado.
Qué es el amor. Vaya pregunta. Con esa reflexión de me olvidó lo anterior sobre el furibundo, la traición, las ganas de sentirse correspondida. Digo, si no se tiene claro el concepto ¿qué es lo que anhelas? ¿qué es lo que cuidas? ¿qué es lo que duele luego de la traición?
ResponderEliminarSaludos.