--- De modo que usted es casada
--- ¿No tengo cara de casada?
--- Bueno, no sé cómo es una cara de casada. Sólo sé que es usted demasiado joven
--- No tanto. Tengo veintitrés años
--- Uy, qué vejez
--- Usted se ríe, pero a veces me siento vieja
--- Mire la comprendo, porque yo también a veces me siento joven
--- ¡Oigan ustedes! ¿Por qué no se tutean?
--- Sucede que todavía no hemos considerado esa posibilidad. Pero a lo mejor lo consideramos
--- ¿Verdad?
--- Siempre y cuando estos pesados casi cuarenta años de diferencia no la cohíban a usted
--- ¿A usted?
--- Quiero decir: no te cohíban
--- No, te aseguro que no.
y es asi como se construye la propiedad privada entre dos
ResponderEliminar:)
Cuarenta años, quizás un par de mundos les separen, quizás sea un buen comienzo
ResponderEliminarla juventud por dentro y por fuera .. buen complemento ..
ResponderEliminarbesos
Jajaja, excelente. Me encantó, Chaly.
ResponderEliminarBesos.
Seguro que tienen muchas cosas que contarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este puede ser el principio de un principio.
ResponderEliminarY de ahí surgirán grandes cosas. ¿Diferencia de edad? Y eso qué.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ella lo tiene claro y ¿por qué no?. Experiencia y juventud. Interesante mezcla.
ResponderEliminarAbrazos Chaly.
Anda que no le va a enseñar ná Maricruz...
ResponderEliminarUna juventud moldeable al gusto del cuarentón.
ResponderEliminarSiempre hay un roto para un descosido.
ResponderEliminarAbrazo, Chaly.