530: Mis buenos y queridos amigos

Les cuento que me cogí a la hija de uno de mis mejores amigos, no vayan a pensar que se trata de una niñaca, no ella debe rondar más o menos por la edad de alguna de ustedes y además es madre divorciada. Yo la verdad ni en sueños había pensado en eso, fue su padre el que en una conversación sobre el clima me dijo algo más o menos así: ésta cojuda necesita que le hagan el favor por que anda con un carácter que da miedo.

Mi problema es que de alguna manera mis amigos acuden a mí con sus cuitas, convencidos que yo soy una tumba para sus secretos, confidencias y descargas de sus rabietas, yo de alguna manera trate de atajar este alud mostrándome indiferente a sus comentarios y no sirvió de nada, ellos redoblaron con sus letanías.

Con pocos de ellos ejerzo una especie de asesoramiento de hacerles razonar y hacerles ver que están equivocados, errados y obnubilados por el rencor, pero en realidad son palabras al viento, pues he observado que a ninguno de ellos les gusta que les digan que son unos tarados de mierda, por más que uno emplee palabras cariñosas; lo que ellos quieren escuchar es que uno los apoye en sus sandeces y les haga fiestas, lo que no está a mi alcance.

Eso es lo que sucedió con otro amigo que me confeso que a su mujer no se la cogía hace muchos días, yo trate de recapacitarlo indicándole que cada persona tiene sus necesidades ocultas, pero él me dijo que no le importaba y que ella se arregle de sus problemas, entonces yo fui donde ella y le ayude arreglar sus “asuntos”

Este mundillo, está lleno de erratas y la verdad ya estoy cansado de ser el solucionador de problemas.